Feb 24, 2005 19:26
"El jefe bárbaro dijo:
-¿Cuáles, pues, son las grandes cosas que un hombre puede encontrar en la vida?
Es el tipo de conversaciones que hay que iniciar para que los bárbaros esteparios se mantengan sentados en círculos.
El hombre situado a su derecha bebió pensativamente un sorbo de cóctel de leche de yegua y sangre de lince blanco, y así habló:
-El horizonte nítido en la estepa, el viento en tu melena, un caballo descansado para cabalgar.
El hombre de su izquierda dijo:
-El grito de un águila blanca en las montañas, la caída de la nieve en el bosque, una buena flecha en tu arco.
El jefe asintió y dijo:
-Sin duda es el espectáculo de tu enemigo muerto, la humillación de su tribu y el llanto de sus mujeres.
Se oyó un murmullo generalizado de aprobación ante tan extravagante afirmación.
El jefe se volvió respetuosamente hacia su invitado, una figurilla que se calentaba cuidadosamente los sabañones junto a al hoguera.
-Pero nuestro huésped, cuyo nombre es legendario, sin duda conoce la verdad: ¿cuáles son las grandes cosas que un hombre puede encontrar en la vida?
El invitado se detuvo en mitad de otro inútil intento por encender su pitillo.
-¿Cómo dicez? -preguntó, desdentado.
-Que cuáles son las grandes cosas que un hombre puede encontrar en la vida.
Los querreros se inclinaron hacia adelante para oír mejor. Aquello valdría la pena.
El invitado pensó durante largo rato con todas sus fuerzas, y luego dijo con voz pausada:
-Agua caliente, buenoz dientez y papel higiénico zuave."