Niou dio por finalizada la sesión de apaleamiento del espía, ahora un amasijo de golpes y huesos desencajados y, cogiéndolo como si se tratase de una bola de papel arrugado, lo arrojó a través de una de las ventanas con los cristales rotos. El individuo, a pesar de las heridas, corrió despavorido, cojeando, hasta perderse en la penumbra.
Yagyuu
(
Read more... )