Título: Reminiscencia
Parte: Primera, Luz (de mi vida)
AU:
Reminiscencia!AUFandom: EXO
Pairing: Chanyeol/Baekhyun, Kai/D.O, Suho/Chen
Rating: R
Palabras: 20.198
Summary: Baekhyun soñó. Soñó con las sirenas de las ambulancias, con el calor asfixiante sobre la piel. Soñó con un chico hecho de fuego, con un grito sobre el silencio; con otro hombre, de rostro muy joven y ojos muy cansados, leyendo la etiqueta que alguien le había colocado en el pie.
Y de repente, todo seguía pareciendo un sueño, pero él había abierto los ojos y estaba quieto, de pie, en el lugar en el que había empezado todo.
[Reminiscencia (del latín: reminiscentia)
-Acción de representarse u ofrecerse a la memoria el recuerdo de algo que pasó.
-Recuerdo vago e impreciso]
[Parte 1] [Parte 3] La niebla seguía cubriéndolo todo, y Baekhyun empezó a avanzar casi a ciegas, con el cuerpo ligeramente echado hacia delante, preparado para echar a correr si la situación lo requería, y su luz latiéndole en las venas, casi como si sintiera el peligro y estuviese pulsándole bajo la piel, preparada para ser convocada.
Los segundos se alargaron, convirtiéndose en una sucesión de minutos eterna, y el chico decidió concentrarse en su respiración, en el frío de la niebla contra su piel, el sonido de sus pasos contra la tierra. Había creído que podría continuar así para siempre, hasta escuchar el sonido de la voz de Chanyeol pronunciando su nombre o desembocar en una zona más segura, sin preocuparse por nada más que por seguir andando, continuar adelanta, pero un nuevo sonido, más alto y estridente, lo hizo detenerse en seco.
Aquel ruido había sido distinto a los otros. Había sonado como algo afilado hundiéndose en madera, y en la mente de Baekhyun se proyectó una imagen muy concreta - garras, garras afiladas, hundiéndose en los troncos de los árboles circundantes, en la tierra mojada que cubría el suelo. La luz en su interior cobró vida, iluminándole desde dentro la punta de los dedos, y el chico observó sus alrededores con una inquietud bastante cercana a la desesperación. Todos sus instintos le decían que lo que quiera que hubiera allí era un cazador, y que él estaba bastante cerca de convertirse en la víctima.
Y no quería gritar; no quería convocar a su poder, ni llamar a Chanyeol en voz alta, ni hacer ninguna cosa que pudiera atraer más la atención de aquella cosa, pero sí que estaba seguro de que había algo que tenía que hacer, y que tenía que hacer ya. Y eso era correr.
-Luhan. Vuelve a llamar a Chanyeol -susurró, tan bajo que a él mismo le costó escuchar las palabras, antes de lanzar un último vistazo a su alrededor y hacer precisamente eso.
El otro Reminiscente había tenido razón antes: el terreno era irregular, y Baekhyun se encontró rezando por no pisar en falso mientras aumentaba más y más el ritmo, acelerando todo lo que pudo mientras esquivaba árboles y raíces, saltaba por encima de los restos de un arroyo seco que creía haber cruzado con Chanyeol mientras los dos todavía estaban avanzando juntos.
"Baekhyun, ¿qué...?"
El chico habría contestado, pero ahora podía escuchar a su perseguidor con claridad detrás de él - pasos, una respiración, el sonido de algo que había salido de su escondite al verlo huir y estaba yendo a por él, y no Baekhyun no creía tener aire en los pulmones para malgastar. Por primera vez desde que Kris lo había atacado en el descampado tras su antigua universidad, Baekhyun volvía a tener verdadero miedo, y lo único que conseguía el estar corriendo a ciegas era acrecentarlo, convertirlo en adrenalina que lo hacía avanzar sin pensar.
"¿Baek?" la voz de Luhan sonó lejana en su cabeza, asustada, incluso. "Baek, escúchame. Tienes que..."
-¿Qué?
Baekhyun dio un paso, llenando los pulmones de aire rancio. Dio otro más, girando la cabeza para observar lo que tenía a su espalda. No podía parar, así que siguió corriendo, casi esperando ver aparecer a una criatura enorme entre la niebla, con las fauces cubiertas de baba y las garras por delante.
Si había algo que no había esperado, eso había sido perder el paso, y eso fue, precisamente lo que ocurrió.
Su pie derecho se enganchó con algo en mitad de una zancada y, cuando el chico se precipitó hacia delante, intentando recuperar desesperadamente el equilibrio adelantando la otra pierna, se dio cuenta con horror de que el suelo parecía haber desaparecido bajo sus pies y que lo que hasta ahora había sido un terreno medianamente plano había desembocado en un terraplén de tierra en el que el suelo se curvaba abruptamente hacia abajo, resbaloso y mojado.
Todo sucedió tan deprisa que Baekhyun ni siquiera tuvo tiempo de gritar. Hasta hacía menos de un segundo, había estado corriendo, huyendo, y al momento siguiente su pie había patinado en la tierra y su cuerpo estaba prácticamente rodando cuesta abajo, tan deprisa que el chico perdió la noción de qué estaba arriba y qué abajo, o de lo que tenía a su alrededor. Algo afilado se le clavó en el brazo, justo por encima del codo, y una parte de la mente del chico estuvo segura de que aquello tendría que haberle hecho sangre, pero sus nervios parecían incapaces de procesar el dolor. Sí que sintió el golpe, sin embargo, cuando su hombro izquierdo golpeó contra lo que a todas luces era el tronco de un árbol, y la fuerza del impacto lo lanzó en la dirección contraria.
Por un momento, Baekhyun creyó que aquello continuaría así para siempre, que seguiría cayendo hasta perder la consciencia, hasta golpearse en la cabeza con algo y morir como un idiota, pero, de repente, todo se detuvo. El chico no sabía dónde estaba, ni qué había pasado, pero el mundo había, por fin, parado de girar, y su cuerpo estaba dolorido pero entero, boca abajo sobre la tierra húmeda y las hojas medio podridas que cubrían el suelo en aquella parte del bosque.
Había un zumbido muy molesto que le estaba perforando las sienes, y el chico trató de hacerse un ovillo, temblando, demasiado aturdido como para moverse.
"¿Baekhyun?" al dejar de encontrar resistencia, el rumor en su cabeza tomó fuerza, convirtiéndose en una retahíla de palabras asustadas. "Había perdido el contacto contigo, pensaba que... He conseguido contactar con Chanyeol. ¿Qué te ha pasado? ¿Dónde estás?"
-Me he... Estaba escapándome de la cosa que me perseguía y me he caído. Creo que por una especie de barranco, o terraplén, o... No sé dónde estoy.
"¿Puedes moverte?"
¿Moverse? No lo sabía. Baekhyun habría pensado que no - todo le dolía demasiado - pero sus miembros respondieron en cuanto lo intentó. No sabía muy bien cómo funcionaba el cuerpo de un Reminiscente, ni si eran más resistentes a los golpes que un humano normal, pero estaba casi seguro de que sus huesos también podían romperse, y, por lo que parecía, él aún los tenía todos de una pieza.
-Me parece que sí -murmuró, sentándose. Había caído sobre el lado izquierdo del cuerpo, y podía notar la humedad de la tierra atravesándole el tejido de la ropa y haciendo que esta se le pegara contra la piel-. Me siento como si alguien me hubiera dado una paliza y estoy sentado en mitad de ninguna parte con el culo mojado, pero creo que estoy bien -al intentar levantarse, sin embargo, sintió una punzada de dolor en el brazo izquierdo, y cuando bajó los ojos vio que tenía la manga del jersey desgarrada, y que la tela, del codo hacia abajo, estaba pegajosa y manchada de rojo-. Estoy… Estoy sangrando -añadió-, con una herida que tiene una pinta bastante fea, pero creo que no es profunda.
“Dios mío, Baekhyun, ¿por qué no tienes más cuidado? Chanyeol está dedicándose a gritarme, y está histérico. Voy a decir que en parte la culpa de todo esto es suya, por acceder a ese plan ridículo tuyo de separaros para buscar el camino, pero al menos tú podías haber prestado la suficiente atención como para no tirarte por un barranco.”
-Por si no te lo ha dicho nadie, el bosque estaba lleno de niebla, y había algo persiguiéndome -recordando súbitamente por qué había estado huyendo, el chico se levantó del todo y observó el paisaje a su alrededor, inquieto. La niebla era un tanto menos densa, pero seguía allí, y todo lo demás era silencio absoluto-. Creo que fuera lo que fuese lo que me perseguía, ya no está aquí. Le habré dado esquinazo al monstruo, al caerme de bruces por el terraplén. No se ha lanzado detrás de mí, eso seguro. Puede que me haya perdido el rastro.
"O puede, también, que esté buscando alguna ruta alternativa para llegar a donde estás. No estás lo suficientemente entrenado y estás sangrando, Baek. No te puedes quedar donde estás."
El chico estaba de acuerdo. No sabía dónde estaba, ni cuánto tiempo llevaba en aquel lugar, pero había algo en la esencia del bosque que estaba consiguiendo agobiarlo. Recordaba haberse perdido una vez, de niño, yendo con su madre a un centro comercial, y la sensación, el miedo interno, eran casi idénticos - todo era demasiado grande, demasiado oscuro, peligroso y desconocido. Querría haber pensado que había pasado demasiado tiempo en Reminiscencia ya como para aprender a no tener miedo, pero lo cierto era que se sentía débil y asustado. Aunque no era como si aquello fuese a pararlo.
-¿Luhan? -llamó, apoyando el peso del cuerpo primero sobre un pie, luego sobre el otro, y suspirando al comprobar que sus piernas seguían funcionando perfectamente-. Has dicho que habías conseguido contactar con Chanyeol, ¿no? ¿Dónde está?
"Amenazando con asesinarme. En mi cabeza."
-¿Y más concretamente? Puedes... Creo que lo de separarnos ha sido muy mala idea. ¿No podrías llevarme hasta él?
"Deberíais reuniros, eso seguro. Kai desapareciendo, Kyungsoo y Suho perdiendo tiempo en buscarlo, y ahora tú siendo perseguido por monstruos y cayendo por ese terraplén... Hay algo en todo esto que no me gusta," los pensamientos de Luhan se formaron despacio en su mente, con cautela. "Le guste o no admitirlo, Chanyeol es poderoso, así que lo que mejor que puedes hacer es estar con él, pero... Ya has comprobado por tu cuenta que el terreno por ahí es irregular, y yo no tengo la capacidad de guiaros por ese bosque más allá de direcciones generales. Chanyeol ha encontrado el camino que estabais buscando, así que podrías decir que de momento está en una posición segura, pero si intento llevarlo a donde tú estás tendría que abandonar el sendero, y no sé nada de este bosque más allá de él. Podría haber otros barrancos, o un pantano, o monstruos, y..."
Baekhyun estaba seguro de que a Chanyeol se le darían los monstruos mejor que él, pero aun así tragó saliva. No quería imaginarse al otro chico perseguido por lo que lo había seguido a él; no quería imaginarse su cuerpo al fondo de un barranco.
-No -susurró-, no. ¿No hay otra manera de encontrarnos? ¿Sin que Chanyeol tenga que salir del camino?
Luhan dudó.
"Estáis... Uhm. Podría intentar sacarte del bosque. Llevarte fuera. Podrías encontrarte con Chanyeol allí, abortar la misión. Pero si no quieres..."
-Claro que no quiero -volver a casa significaba fracasar, prácticamente admitir ante Suho y el resto que haberlo dejado salir de la base era mala idea, que no estaba preparado para luchar, ni para buscar activamente las respuestas a sus preguntas, y aquello era lo último que quería.
"De acuerdo. Hay otra opción. Digamos que... Digamos que tu huída de lo que quiera que te persiguiese no te ha alejado tanto del sitio al que tenías que ir. Puedo sentir la energía del punto de control, y podría intentar llevarte hasta él. Chanyeol está en el camino, podría ir allí también. Y es un sitio que a los monstruos nunca les ha gustado."
-¿Estoy muy lejos? -Baekhyun miró a su alrededor, dio un paso al frente y trató de expulsar de su interior el miedo crónico que aquel lugar seguía imponiendo sobre todo su ser. Su poder seguía latiéndole en las venas, débil pero constante, listo para ser liberado, y aquello bastó para hacerlo sentir un poco más seguro. Los entrenamientos estaban sirviéndole para algo, al menos.
"No mucho, creo. ¿Cinco o diez minutos? Chanyeol está más lejos."
-De acuerdo. Guíame.
Dando gracias por poder empezar a moverse otra vez, Baekhyun comenzó a avanzar, apretando el paso para poder moverse todo lo deprisa que sus piernas se lo permitían sin llegar a correr. El entrenamiento también parecía haberlo ayudado en lo que respectaba a capacidades físicas, porque el chico estaba seguro de que su yo anterior ya estaría sin respiración a aquellas alturas. Por lo que parecía, una de las cosas que tendría que hacer al volver a casa era darle las gracias a Kyungsoo por ser un entrenador implacable. Eso y darse a sí mismo una palmadita en la espalda, por el progreso.
"Suho y Kyungsoo están a punto de llegar a donde estaban yendo," lo informó Luhan tras un par de minutos. El otro Reminiscente había desaparecido de su mente casi por completo, apareciendo sólo cada par de minutos para darle directrices, y Baekhyun comprendió entonces por qué. Tenía que ser difícil, estar en las cabezas de todos al mismo tiempo.
-¿Han encontrado algo?
"Aún no, pero quién sabe. ¿Qué tal va tu brazo, por cierto?"
-Bien. No es importante.
Baekhyun notaba un dolor sordo en el brazo, pero estaba casi seguro de que el corte encima de su codo ya había dejado de sangrar. La tela de la manga de su jersey seguía estando entre acartonada y pegajosa, y el chico apretó el puño, frunciendo los labios en una mueca de desagrado. Casi agradecía aquello - el pulso en su brazo, la incomodidad, los rastros de dolor - porque lo hacían permanecer alerta sobre la monotonía del bosque y la niebla, los jirones blancos envolviéndole el cuerpo como un sudario y los árboles a su alrededor, curvados y retorcidos en poses cada vez más grotescas. No había monstruos, al menos. Desde su caída no había vuelto a escuchar el sonido de garras contra madera, ni pasos sobre el suelo acercándose a él. Baekhyun quería creer que aquello era bueno.
-Dime que no falta mucho -murmuró, dirigiéndose a Luhan mientras apoyaba la mano en un tronco pardo y grueso para trepar por encima de las raíces a sus pies. La madera parecía estar podrida, inflada y recubierta de una especie de sustancia viscosa, y Baekhyun ahogó un quejido antes de limpiarse los dedos en su jersey arruinado. El otro chico volvía a estar medio ausente, pero volvió a su cabeza en cuanto lo sintió hablar.
"Estás ya casi ahí. El punto de control está en un claro. No debería faltarte mucho, uno o dos minutos."
-Bien. ¿Qué tal va Chanyeol? ¿Y Suho y Kyungsoo?
"Chanyeol está yendo a por ti. Y Suho y Kyungsoo... Acaban de llegar al sitio que estaban buscando. Y no me gusta nada ese lugar. No he... Obviamente no he estado nunca, pero la tumba de Réquiem tampoco es un buen sitio. A los monstruos tampoco les gusta, y en ese caso es por una buena razón."
-¿Réquiem es una persona? -Baekhyun ya había escuchado el nombre antes, cuando Chanyeol había ido a ver a Luhan antes de salir para allí. Y no sabía si se trataba de un ser vivo (o alguien que, en efecto, estaba en una tumba porque había muerto), pero el nombre en sí le daba mala espina.
"Supongo que lo fue una vez," el chico iba a preguntar algo más, pero Luhan pareció revolverse en su mente, ganar presencia en su consciencia como si estuviera allí sólo para él. "Eh, ya tendrías que estar ahí. ¿Ves el claro?"
Lo único que veía Baekhyun era niebla, y estaba a punto de protestar cuando, tras avanzar un par de pasos, esta se disipó un tanto, permitiéndole apreciar lo que tenía delante.
De repente, los tupidos árboles del bosque habían quedado atrás, abriéndose para dejar vacío un espacio redondo, no demasiado grande, sobre el que no parecía crecer nada. Había musgo oscuro sobre el suelo de tierra y las rocas, sobre la especie de altar de piedra que se alzaba, viejo y desgastado, en el centro de aquel lugar, pero la vegetación más densa - la hierba, los arbustos, los árboles - parecía repelida por algo en aquel sitio, y Baekhyun tomó aire, detenido unos instantes junto al último de los troncos retorcidos antes de avanzar hacia el altar.
-¿Por qué pusieron los antiguos Reminiscentes algo como esto aquí? -preguntó. Chanyeol no había llegado todavía, y nadie le había dicho que lo que fuera que fuese aquello no se pudiera tocar, así que se detuvo junto al altar y rozó la piedra con los dedos. Había algo parecido a una caja descansando sobre la superficie lisa: un objeto grande, pesado y cerrado, con restos de tallas y dibujos que habían quedado indistinguibles por la erosión a lo largo de toda su superficie, y Baekhyun sintió que algo en él reaccionaba al rozar la piedra, como si la luz en su interior titilase. Al observarse los dedos, comprobó que las yemas, donde habían tocado la caja, brillaban con suavidad, a pesar de que él no había convocado su poder como tal-. Luhan. ¿Por qué...?
Baekhyun se sentía inexplicablemente nervioso, inquieto por el claro sin vida y la caja enorme sobre su altar. Y Luhan estaba pero no estaba, probablemente más pendiente de los otros que de él, ahora que se suponía que estaba a salvo. Pero aun así.
-Luhan.
"¿Qué pasa?" la voz del otro chico sonó como un eco lejano. "No hay buenas noticias. Sigue sin haber rastro de Kai, y la Tumba parece estar perfectamente bien, sin que nadie la haya tocado, pero hay monstruos muertos no muy lejos. Parece que es cierto que ha habido alguien en el bosque, como temíamos." Baekhyun no dijo nada, pero su inquietud debía de estar lo suficientemente clara en las capas externas de su mente consciente, porque Luhan la detectó. "¿Estás bien? ¿Ocurre algo?"
-Esta cosa. Hay un altar aquí. La caja que hay encima... -Baekhyun había tratado de que su poder remitiera, pero la luz seguía brillando tras sus dedos, suave y pulsante, hacia la palma de su mano derecha. El chico no sabía qué era aquello, pero el instinto le decía que no era bueno. Era como si la luz en su interior estuviera inquieta-. Mi poder está reaccionando a la caja. A ella o a lo que quiera que haya dentro.
"¿Qué?". Ahora sí, Luhan volvió con él. Su presencia era fuerte, constante, alerta. "¿Estás seguro?"
Había algo en aquel lugar que le estaba causando algo negativo, una especie de rechazo visceral y primitivo, y el chico asintió mientras retrocedía, tragando saliva e intentando ordenarle a su mano que dejase de brillar.
-No me gusta este sitio -susurró-. No me gusta nada.
"Espera un segundo," la voz de Luhan sonó casi tranquilizadora, como la de una madre que intenta calmar a su hijo nervioso. "Voy a contactar con Chanyeol, ¿vale? No te preocupes, cuando llegue..."
La presencia de Luhan tembló en su mente. Había estado hablándole, claro y fuerte hasta entonces, pero se calló de repente, y Baekhyun pudo sentirla expandirse en su mente, moverse y crecer como el animal que eriza el vello al verse atacado por un depredador. Baekhyun retrocedió un paso más.
-¿Luhan?
"Baek," el otro chico lo cortó en seco, con voz tensa, apremiante. "Da media vuelta y corre. Tienes que salir de ahí y tienes que hacerlo ya."
-¿Salir de...?
Algo en lo más profundo de Baekhyun lo incitó a asentir, a dar media vuelta y disponerse a obedecer la orden sin cuestionarla. Toda su mano parecía latir, caliente y brillante donde había tocado la piedra, y algo en todo aquel asunto no estaba bien. Necesitaba que aquello parase.
No sabía dónde estaba el sendero, pero le daba igual. Estaba dispuesto a correr, y lo habría hecho, volviendo a internarse en el bosque por el mismo sitio por donde había salido de él, de no haber visto algo en la linde del bosque: figuras, saliendo de entre la niebla hasta detenerse en la zona despejada. Figuras humanas, todas ellas, vestidas de cuero negro y con los ojos clavados en él.
-Hola de nuevo, Byun Baekhyun -dijo una de ellas, la que se encontraba en el centro, justo delante del sitio por el que él había pensado salir huyendo. Se trataba de un hombre, uno al que él conocía, al que había visto antes, otra vez, en una situación tan similar que el chico se habría reñido de no estar tan asustado.
-Kris -susurró.
-Volvemos a encontrarnos.
El hombre era tal y como Baekhyun lo recordaba, de la última vez en el descampado tras la universidad: muy alto, amenazante y vestido de negro, con la expresión seria, el ceño fruncido y los ojos penetrantes como los de un halcón. No estaba solo: a su lado estaban Jongdae, y Yixing, y los dos hombres que habían estado junto a ellos en el descampado - el chico alto de expresión fiera y el otro, de menor estatura y poderes de hielo.
Todo el equipo al completo. Todos a los que él conocía.
-¿Qué... Qué es lo que estáis haciendo aquí? -parte de Baekhyun ya lo sabía, una parte que se estaba encogiendo de miedo, consciente de que estaba acorralado allí, emboscado por los enemigos, con Chanyeol todavía lo suficientemente lejos como para no poder ayudarlo y Suho y Kyungsoo al otro lado del bosque, en una tumba en la que no iban a encontrar ni a Kris ni a nadie-. ¿Dónde está Sehun?
-Ah, no podía quedarse, así que no está aquí -Kris le dirigió una sonrisa, y fue cualquier cosa menos un gesto amable-. ¿Qué es lo que pasa? ¿Querías verlo? Me temo que vas a tener que conformarte con nosotros.
Baekhyun apretó los puños.
-¿Qué queréis? -su voz sonó firme, pero sus pensamientos rozaban el frenetismo cuando se atrevió a llamar. "¿Luhan?"
"Baek. Baek, escucha. No sé lo que está pasando, pero no vas a poder con ellos. Tienes que salir de ahí."
"¿Salir de aquí? ¿Cómo quieres que salga de aquí? ¡No puedo!"
"Mierda. He avisado a Suho, y a Chanyeol. Distráelos. Aguanta. No sé lo que quieren, pero parece que iban a por ti. Y no tiene sentido, no entiendo... Baek, no sé lo que está pasando, pero resiste."
-Verás, necesitamos cierta colaboración tuya para algo -dijo Kris entonces, y Baekhyun alzó el rostro con la expresión aturdida del animal salvaje detenido en mitad de la carretera, que observa con los ojos como platos cómo un vehículo se precipita sobre él-. Y por eso estamos aquí, para que nos hagas... Digamos que un favor.
Los Caídos, con sus expresiones serias y su ropa negra, estaban en todas partes, cortándole cualquier esperanza de escape. Aun así, el chico se obligó a permanecer firme, a plantar los pies sobre el suelo con más fuerza, alzar el rostro e ignorar las pulsaciones en su mano, intentando convocar su poder y hacerse con un control que le preocupaba estar perdiendo.
-¿Qué se supone que quiere decir eso? -preguntó-. ¿Vais a intentar llevarme con vosotros otra vez? Porque, si es así, os aviso de que estoy mucho más preparado que la última vez que nos vimos. No pienso dejar que me toquéis.
Jongdae se rió.
-Qué miedo. ¿Y no te has parado a pensar que nosotros somos cinco y tú solamente uno?
-Sí. Pero te recuerdo que ya te dejé ciego con mi poder una vez, y por aquel entonces ni siquiera sabía usarlo.
Los ojos de Jongdae se entrecerraron, y el otro chico dio un paso hacia él.
-Si crees que eso va a pasar de nuevo, estás... -comenzó a decir, pero Kris lo interrumpió, volviendo el rostro hacia él y alzando una mano.
-Ahora no -dijo sin más, y Baekhyun tragó saliva cuando se giró a mirarlo-. Tenemos cosas que hacer. Cogedlo.
No había dudas de que su entrenamiento estaba empezando a dar sus frutos, y el chico estaba más que dispuesto caer luchando, pero si había algo en lo que Jongdae tenía razón era en que cinco personas eran considerablemente más poderosas que una sola, y más si se trataba de un Reminiscente novato como él.
La luz de su interior seguía latiéndole, inestable, en las entrañas, y tardó un segundo más de lo normal en responder cuando la llamó, en concentrarse en sus manos, donde él la quería, y para cuando lo logró ya era un segundo demasiado tarde.
Estaba convencido de que había conseguido golpear a Jongdae con el puño en la cara, y hundirle a alguien más una rodilla en el estómago en el momento en el que tres personas se le echaron encima para intentar sujetarlo, pero todos sus intentos por resistirse acabaron siendo inútiles. Trató de pelear, trató de escurrirse y salir huyendo, pero, tras un minuto entero de forcejeo, consiguieron agarrarlo, sujetándolo entre dos, con unos dedos como garras hundiéndose en su piel justo encima del corte en su brazo izquierdo y haciéndolo apretar los dientes y gritar.
-¡Maldita sea, cuidado! -exclamó, revolviéndose en el sitio con todas sus fuerzas y soltando un quejido ahogado cuando uno de sus captores, el hombre alto que siempre iba con Kris, le hundió los dedos con más fuerza sobre la herida. Baekhyun se echó hacia atrás y alzó la pierna, dejando caer todo su peso sobre el pie del desconocido-. ¿Queréis soltarme?
Su maniobra no tuvo demasiado éxito - como todos los demás, el otro hombre iba calzado con botas militares, y todo lo que tenía él eran sus viejas deportivas cubiertas de tierra.
-¡Kris! -exclamó el extraño-. ¡Me ha pisado!
-Para lo que le ha servido... -intervino Jongdae, en algún punto por detrás de él. Había sido él la otra persona sujetándolo, pero tanto su compañero como él lo soltaron cuando su líder tomó el relevo, aferrándolo con fuerza por el antebrazo izquierdo y tirando de él hacia sí.
-Escúchame, Reminiscente de Luz -le dijo sin alzar la voz, y la mera intensidad de sus palabras bastó para que Baekhyun dejara de revolverse y lo mirara, momentáneamente intimidado-. Hemos estado esperando, pero no vamos a hacerlo más. Es hora de que pongas en uso para nosotros ese poder que tienes.
-¿Qué...?
-Insisto. ¿De verdad crees que está preparado? ¿No está parcialmente dormido aún? -Yixing ni había participado en el forcejeo ni lo había tocado, pero estaba allí de todas formas, con el pelo oscuro algo revuelto y una ligera sombra de duda en el rostro. De entre todos los Caídos, era el único que no iba vestido con tela vaquera oscura y cuero negro y parecía muy fuera de lugar allí, con su jersey, sus pantalones sorprendentemente bien planchados y sus zapatos manchados de barro, como si todos hubieran decidido uniformarse y se hubieran olvidado de ponerlo al corriente-. Líder, su energía...
-Su energía tendrá que bastar.
Baekhyun había permanecido más o menos quieto, hipnotizado, en cierto sentido, por la escena, pero volvió a la realidad tan pronto como Kris tiró con violencia de su brazo, alejándolo del resto de los Caídos, que ahora formaban una especie de semicírculo a su alrededor, y arrastrándolo hacia delante, al centro del claro.
Su primer instinto fue el resistirse, como llevaba haciendo desde un principio, antes de comprender siquiera lo que estaba pasando. Luego, por fin miró al frente y comprendió, y creyó que el corazón iba a detenérsele en el pecho.
-No -susurró-. No, no, no, no. Eso no.
Kris ni siquiera se dignó a mirarlo.
-Tao -murmuró-. Activa el punto de poder.
-No.
Baekhyun no sabía qué era en realidad aquel punto de poder, ni qué quería decir Kris con "activarlo", pero si había algo de lo que estaba seguro era de que había algo malo en aquella cosa; algo que estaba reaccionando con su poder de modo negativo, y que no podía acercarse, ni mucho menos permitir que lo arrastraran allí.
-¿Queréis soltarme de una maldita vez? -exclamó, intentando clavar los pies en el suelo mientras el hombre alto que lo había sujetado antes corría hacia la caja de piedra sobre el altar y comenzaba a hacer algo con ella.
El convocar sus poderes, llamarlos para que acudieran ante la más mínima sensación de alarma, había empezado a convertirse en algo instintivo desde que había llegado a aquel mundo. Era lo que había aprendido cada vez que había tenido que pelear, lo que le habían enseñado a automatizar en los entrenamientos e, igual que lo había hecho siempre, lo hizo ahora, sacando la fuerza que le quemaba en las venas, arrastrándola hacia las capas externas de su piel.
Había olvidado el pulso extraño en su mano hasta que volvió a sentirlo, esta vez en todo su cuerpo - una especie de latido, ajeno por completo a su control, que lo recorrió de arriba a abajo, como una onda de algo que era su luz pero no, y que arrastró a su poder hacia la superficie. Cuando miró hacia abajo, al punto en el que Kris todavía lo sujetaba, tirando de él, implacable, hacia adelante, se dio cuenta de que había algo que parecía estar cambiando en su propia mano, que veía delante de sí. Su piel brillaba, dorada, refulgente, con una luz que parecía haberse originado en las mismas ramificaciones de sus venas y se estaba extendiendo por todas partes, a todo él, a todo su cuerpo. Y no era sólo que la luz estuviera allí, generándose en su interior sin su control ni su permiso, sino que parecía querer salir de él, como absorbida por una fuerza invisible y externa que se la estuviera arrastrando hacia sí, constante y despacio.
Atraída hacia la caja que Tao ya había dejado de manipular, y que ya estaba tan sólo a unos metros de él.
No podía ser, y Baekhyun no entendía lo que estaba pasando, pero aquella cosa le estaba robando la energía.
-¡Ni se os ocurra acercarme más a eso!
Baekhyun no había pretendido alzar tanto la voz, pero apenas fue vagamente consciente de que estaba gritando. Todo en lo que podía pensar era en que necesitaba salir de allí, en que tenía que correr lo más lejos que pudiera, fuera del alcance de lo que quiera que fuese aquello, y en que en lugar de eso cada vez estaba más cerca.
Había manos a su alrededor, otra vez y por todas partes, sujetándolo por los hombros y los brazos, y el chico no sabía cuánta gente estaba intentando tirar de él, o qué estaba ocurriendo, o dónde estaba, pero las pulsaciones en su interior se estaban haciendo más fuertes, su energía estaba empezando a salir de él, y él sentía náuseas, porque estaba intentando retenerla con todas sus fuerzas y no podía.
-¡No! -volvió a gritar-. ¡No! ¡Dejadme en paz! ¡Luhan! ¡Chanyeol!
Las manos que lo habían estado sujetando lo soltaron, su cuerpo se precipitó hacia delante y de repente había piedra bajo sus dedos, contra su hombro y su mejilla. No era piedra normal, era piedra pulsante, caliente, que parecía latir al mismo ritmo que lo que quiera que le estuviese robando la luz, y el chico abrió unos ojos que no sabía que había cerrado para comprobar que lo que temía era cierto, que tenía medio cuerpo apoyado contra el altar y que sus miembros no parecían obedecerlo. Había algo allí, que lo paralizaba, que lo estaba manteniendo atrapado a la espera de algo peor.
-¿¡Baekhyun!?
El chico se atragantó con el aire en los pulmones. Alzar el rostro, moverlo siquiera, le costó un esfuerzo inhumano, pero lo hizo de todas formas, luchando por enfocar los ojos y encontrar su voz.
-Chanyeol -susurró, en un tono de voz inaudible sobre el zumbido que había empezado a desprender la piedra bajo sus manos, y por un momento el mundo pareció quedarse quieto.
El otro Reminiscente había venido, sí. Había estado en camino y por fin había llegado. Ahora estaba allí, en la linde del claro, con el pelo negro revuelto, una mancha de barro en la mejilla, y los ojos muy abiertos. Seguía llevando la misma sudadera, de un rojo tan intenso que destacaba vívidamente sobre todo lo demás - los árboles pardos, la piedra gris, el cuero oscuro de los Caídos y su propio rostro lívido, blanco como la cal. El curso del tiempo se había detenido, y Baekhyun se permitió tener esperanza, reunir la fuerza suficiente como para flexionar los dedos sobre el altar.
-¿Qué es esto? -la voz de Chanyeol comenzó como un murmullo tembloroso que, con cada sílaba pronunciada, empezó a ganar intensidad. Al acabar la pregunta sonaba firme, enfadado. Había dejado de ser Chanyeol, el niño, y había vuelto a convertirse en el Reminiscente de Fuego-. ¿Qué le estáis haciendo?
Kris se alejó un paso del altar, tranquilo.
-Chanyeol -lo llamó-. Lamento comunicártelo, pero llegas demasiado tarde.
-¿Qué...? -el chico tenía el ceño fruncido, los labios tensados en una mueca hostil, y había comenzado a avanzar hacia el centro del claro, con llamas naranjas bailándole entre los dedos y la palabra en la boca cuando algo un grito, agudo y desgarrador, lo hizo detenerse en seco y mirar al frente, con sorpresa, con miedo.
Baekhyun no se dio cuenta de que quien había gritado había sido él hasta que sintió la quemazón en la garganta, las terminaciones nerviosas ardiéndole por el súbito dolor que le había perforado la piel. Su cuerpo lo había sentido antes de que su cerebro pudiera registrarlo, y de repente estaba viendo blanco, y todo ardía, y él entendía, pero no quería creer en lo que estaba pasando.
-¡Baekhyun! -esta vez, Chanyeol volvía a estar llamándolo a él, mirándolo con unos ojos grandes y genuinamente asustados que el chico intentó forzarse a extender una mano hacia él sobre el altar, por encima del dolor y del pánico-. ¿Qué es todo esto? Esta luz, que...
-Mi luz -susurró Baekhyun, sin saber si se lo oiría o no, o si estaba pronunciando siquiera las palabras en alto. Tenía la garganta seca, le ardía el cuerpo-. Me están robando la luz.
El altar de piedra estaba cada vez más caliente bajo su cuerpo, quemándole la piel incluso a través de las capas de ropa, y Baekhyun volvió a gritar incluso antes de poder acabar la frase. Había sentido dolor otras veces en su vida, pero nunca, nunca como aquello. Otras veces, la sensación había sido externa, pero aquello parecía venir de su interior, quemarle los nervios y desgarrarle el cuerpo desde dentro. Lo que le estaba haciendo daño no era algo físico - no había heridas, no había sangre, su piel brillaba con la potencia de una estrella, pero seguía estando lisa y suave - pero era mil veces peor. Baekhyun se sentía como si alguien le hubiera clavado una lanza en las entrañas, como si le hubieran abierto el pecho por la mitad y le estuvieran arrancando algo que era suyo - su energía, su luz - de cuajo y sin anestesia, dejándolo aturdido y vacío.
Había tenido miedo cuando lo habían arrastrado al altar, cuando había visto que su energía parecía estar luchando por unirse a la piedra y abandonarlo, pero, antes de tocar aquella cosa, su fuerza lo había dejado gota a gota, mientras que ahora lo abandonaba como un torrente de fuego, dejándolo débil y agotado, sin fuerzas para nada más que seguir gritando y observar la escena ante él con los ojos desenfocados de un muñeco hecho pedazos.
-Quítate de mi camino -estaba diciendo Chanyeol, con la voz empapada con la furia violenta del fuego y los brazos en llamas-. Quitaos de mi camino y dejadlo en paz si no queréis que os quite yo, uno a uno.
-¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer? -replicó Kris, que seguía cinco pasos por delante del altar, sin moverse-. ¿Vas a quemarme? ¿Vas a soltar toda esa rabia que tienes dentro y a arriesgarte a hacer arder todo este claro, con nosotros dentro?
-Quítate de en medio. Ya.
-Líder -la voz excitada del chico al que Kris había llamado Tao cortó la discusión, y Baekhyun percibió vagamente que estaba aun más cerca de él que éste. Su rostro estaba iluminado por algo, en unos tonos blancos y amarillos flagrantemente distintos a la oscuridad del bosque y Baekhyun se dio cuenta de que la caja sobre el altar de piedra estaba brillando, como si algo la estuviera iluminando desde dentro. Un nuevo latigazo de dolor volvió a sacudirle las entrañas, más potente que nunca, y el chico cerró los ojos y apretó los dientes, tratando de no gritar y contener las lágrimas que el calor a su alrededor estaba haciendo que se le evaporaran de los ojos-. ¡Mira, está funcionando! ¡La caja se abre!
-Ya veo -Kris se giró para mirarlo y Baekhyun pudo verle el rostro, inexpresivo, más frío de lo normal, incluso, iluminado por la luz blanca que le estaban robando. Y el chico trató de moverse de nuevo, trató de mantener sus ojos clavados en los suyos para transmitirle la humillación, el desprecio, pero ya ni siquiera tenía fuerzas para mantener el rostro en alto y sintió, como si su cuerpo hubiera dejado de pertenecerle, que los músculos en su cuello cedían y mejilla quedaba apoyada contra la piedra. "Ayuda," quiso decir. "Chanyeol"-. Estaba claro que esa luz suya, por muy pequeña que fuera, tenía que valer por lo menos para esto.
Chanyeol seguía delante de él, alerta y con las llamas todavía cubriéndole los brazos y bailándole entre los dedos, naciéndole bajo la piel. Hasta el momento, había estado resuelto, dispuesto a atacar sin más, pero Baekhyun vio el cambio de expresión en su rostro cuando Tao habló. Lo observó mirarlo primero a él, luego al altar, y vio con claridad cómo su rostro perdía todo el color y le temblaban los labios, primero de miedo, luego de algo más parecido a la furia.
-¿Qué? -exclamó-. ¿Es eso lo que...? ¿Le estáis robando la energía? ¿Pero qué clase de...?
-El legado de los antiguos Reminiscentes siempre está sellado con luz, Chanyeol.
-¡No podéis quitarle a nadie su poder por la fuerza! ¡Por la Rueda, míralo, lo vais a matar!
El interior de Baekhyun estaba ardiendo, más vacío que lleno, y Chanyeol volvía a estar en llamas, con los ojos rojos como los de un demonio. Los Caídos, aterradoramente coordinados entre sí, habían pasado a rodear a su Líder, bloqueándole al chico el camino hacia él y el altar. Todos menos Yixing, que en lugar de eso se detuvo al lado de Kris, negando con suavidad con la cabeza. Baekhyun podía distinguirlo, levemente borroso, al límite de su campo de visión. Parecía mucho menos enfadado que el resto, y más triste.
-Chanyeol tiene razón, Líder. Su energía no está operativa del todo, esta no es manera. El punto de poder está absorbiendo más fuerza vital de la que tiene: lo único que vamos a conseguir así es matarlo.
¿Morirse? Parecía algo normal, viendo cómo su cuerpo no respondía y su voz estaba demasiado cansada ya como para gritar. Sus dedos temblaban sobre la piedra brillante del altar, sacudiéndose en pequeñas convulsiones que él no podía controlar ni detener, y Baekhyun pensó que sería irónico morir así, después de haberse mentalizado de que quería caer luchando. Era injusto, y cruel, y no quería permitirlo, pero no sabía cómo podía evitarlo, y aquello era lo peor de todo.
-Estáis locos -oyó decir a Chanyeol, al mismo tiempo que lo oyó moverse. Sonaba furioso y asustado, con un rastro de algo más impregnando sus palabras que hizo que Baekhyun se esforzara por obligar a su corazón a seguir latiendo-. Dejadme pasar.
-No.
-Me gustaría ver cómo me paras.
Todo lo que vio Baekhyun fue un borrón, dos siluetas lanzándose la una contra la otra, rodeadas de sombras negras. En un momento dado, Kris había sujetado a Chanyeol por el hombro, más alto y más fuerte que él, y también más peligroso. En la anterior ocasión en la que habían peleado, Chanyeol había sido completamente incapaz de herirlo en serio, pero en esta ocasión le cerró los dedos sobre el antebrazo, entre el siseo de las llamas y el olor a cuero y piel quemados. Lo siguiente que supo Baekhyun era que Kris había soltado un gruñido de sorpresa y dolor y Chanyeol había aprovechado para embestirlo con todo el cuerpo, quitarlo de en medio y echar a correr hacia el centro del claro, con los puños apretados y los ojos negros clavados en él.
-¡Baek! -gritó.
-¡Paradlo! -exclamó Kris tras él.
La caja al lado de Baekhyun seguía brillando, robándole la vida, todavía más cerrada que abierta, y el chico decidió que iba a permitir aquello y cerró los ojos, tratando de concentrar toda su fuerza en los brazos para tratar de empujar su propio cuerpo hacia atrás y alejarse de aquella cosa como fuera.
No tuvo tiempo de hacer mucho más, porque, en lo que apenas pareció un lapso de un segundo, una mano se cerró con fuerza sobre la tela sucia de su jersey, entre los omóplatos, tirando hacia atrás de él tan de pronto que Baekhyun habría gritado de tener todavía voz. Estaba demasiado débil como para tenerse en pie, y las articulaciones le cedieron tan pronto como se vio obligado a apoyar su peso en ellas, haciéndolo caer al suelo y arrastrando consigo a su salvador.
-Chanyeol -susurró el chico, sintiendo las sílabas ardiéndole en la garganta, al reconocer la calidez de las manos en torno a su cintura. Había querido decir algo más, pedirle que lo sacara de allí, o que lo alejara del altar, tal vez, pero los labios del otro Reminiscente estaban rozándole el oído, y él podía sentir su respiración, cálida, húmeda y agitada, contra la piel.
-Aguanta -fue todo lo que escuchó antes de que Chanyeol lo dejase tendido sobre el suelo de tierra y se levantase, con fuego en los ojos y entre los dedos, dándole la espalda y encarándose con Kris y los suyos. Baekhyun casi había olvidado que seguían allí, y que todo aquello había empezado por su culpa-. ¿De verdad creéis que todo esto está bien? ¿De verdad os parece que podéis venir y hacerle esto a alguien? ¿Es que queríais matarlo?
-Muerto no nos sirve de nada -Kris se había detenido, a un par de metros de donde Chanyeol estaba quieto. Baekhyun podía verle el rostro desde donde estaba, mirándole el rostro al que había sido su mejor amigo con una expresión tan condescendiente que a Baekhyun le hubiera gustado hacérsela comer-. Pero el problema, Chanyeol, es que necesitamos esa caja abierta y, si su energía no despierta, no vamos a conseguir que deje de estar cerrada. Entenderás que es necesaria un poco de... presión.
-¿Qué hay en esa caja? -Chanyeol estaba entre furioso e histérico, dispuesto a atacar con la desesperación de un animal enjaulado, y Baekhyun sabía que era poderoso, más que todos ellos juntos, pero que carecía del control y la calma necesarios para poder ganar solo de darse un combate. Chanyeol le había pedido que aguantase, pero, si querían sobrevivir, tendría que, al menos, intentar hacer más que eso.
Ahora que ya no estaba apoyado contra la piedra pulsante del altar, Baekhyun sentía la mente más lúcida, y el cuerpo un tanto menos débil. A un par de metros de él, la caja cerrada seguía intentando absorber su energía, y, libres del contacto directo con aquella cosa, todas y cada una de las células de su organismo parecían estar repeliendo el ataque, encerrando la poca energía que le quedaba en su interior, obligándola a permanecer allí. No había nervio bajo su piel que no estuviese emitiendo una señal intensa de dolor y de cansancio - porque su fuerza vital estaba a niveles anormalmente bajos, porque lo único que quería era cerrar los ojos y sumirse en la inconsciencia - pero aquella sensación significaba que su cuerpo volvía a ser suyo, que podía darle al cerebro la orden de mover los dedos y sentir los músculos flexionándose.
Chanyeol volvía a estar en llamas, y Baekhyun era consciente de que había dejado de hablar y estaba luchando, moviéndose muy deprisa, con Kris y sus Caídos alrededor. El chico cerró los ojos, tomó aire y decidió ignorar aquello por el momento, concentrándose en su lugar en su cuerpo sobre la tierra y en el altar, que seguía latiendo tras él.
Tenía que alejarse, así que eso fue lo que hizo, mordiéndose el labio para ahogar la punzada aguda de dolor que sintió al concentrar todas sus fuerzas en mover un brazo y usarlo como apoyo para arrastrarse hacia delante sobre la tierra, en dirección a la linde del bosque.
Consiguió moverse un centímetro, y luego dos, y cinco y diez. Seguía mareado y sentía náuseas, pero lo estaba consiguiendo y, a cada pizca de distancia ganada, su cerebro parecía estar más lúcido, y la sensación de desagrado y horror absolutos se desvanecía un tanto.
-¿A dónde crees que vas? -Baekhyun creía que llevaba desplazándose una eternidad cuando escuchó aquella voz, conocida, y burlona, y segura de sí misma. Al alzar el rostro vio a Jongdae de pie ante él, sonriendo como si no le importase nada, como cuando los dos se habían conocido, la primera vez. Baekhyun, objetivamente, sabía que en su estado no tenía nada que hacer contra alguien así, pero en lugar de miedo, lo que sintió fue una oleada de ira, una furia líquida que lo hizo temblar y hundir las uñas en la tierra.
-¿A dónde crees que voy, eh? -repitió-. ¿Esto te hace gracia? ¿Atrapar a alguien y robarle un poder que no os quiere dar hasta casi matarlo? Felicidades, eres más fuerte que yo; todos sois más fuertes que yo. ¿Qué es lo que vas a hacer, arrastrarme hasta ese altar otra vez para celebrarlo ahora que ni siquiera puedo moverme?
Por un momento, a Jongdae le tembló la sonrisa en los labios. Estaba de pie, y Baekhyun seguía tirado y sucio sobre el suelo, pero fue él el primero en apartar los ojos.
-En ningún momento hemos querido matarte -comenzó-. Lo único que necesitamos...
-Ya sé lo que necesitáis, y me da igual -Baekhyun se mordió el labio hasta que casi le sangró, concentró todas sus fuerzas en impulsarse con los brazos y finalmente consiguió incorporarse hasta quedar más sentado que tumbado, mirando a su interlocutor con unos ojos que echaban chispas-. Y ahora, déjame pasar o...
Baekhyun no tuvo tiempo de acabar de hablar, no con el grito y el golpe seco que se alzaron sobre los ruidos de la lucha que hasta aquel instante habían roto el silencio del claro. Baekhyun apenas tuvo tiempo de girar la cabeza a tiempo para ver a Chanyeol caer de rodillas, con los puños apretados, los dedos en llamas y el pie de Kris contra su hombro. El hombre que estaba siempre a su lado, Tao, le estaba sujetando los brazos a la espalda, inmovilizándolo como si no le diera miedo que Chanyeol, técnicamente, pudiera quemarlo, y, Baekhyun sintió que parte de la ira en sus entrañas se transformaba en miedo helado.
-¿Es que no entiendes que esto es lo de siempre, y que no puedes ganar? -estaba diciendo Kris. Desde donde estaba, el chico podía distinguirle el rostro a Chanyeol si entrecerraba los ojos, y su expresión era tan herida, y tan furiosa, y tan frustrada, que odió por ello a los Caídos y a su líder-. ¿Qué se supone que es lo que tengo que hacer para que dejes de meter las narices en todo lo que no te incumbe?
Chanyeol alzó el rostro con una sonrisa sin humor en los labios.
-Vete al infierno.
Baekhyun supo que aquello no iba a acabar bien. Kris estaba demasiado serio, y parecía muy enfadado de que su caja, en el punto de poder sobre el altar de piedra, siguiera tan cerrada como cuando habían llegado. Chanyeol estaba inmóvil, había perdido la lucha y Kris iba a hacerle algo, y Baekhyun no pudo evitar pensar que aquello era en parte su culpa - su culpa por querer venir al bosque, por proponerle separarse, por haber caído como un idiota en aquella especie de trampa y por no tener la fuerza suficiente como para defenderse, ni para defenderlo a él.
-Dejadlo en paz -susurró-. Dejadlo en paz de una vez.
La luz en su interior, que había estado casi extinta, le chisporroteó en las venas; pareció encenderse y refulgir por un instante, pero titiló y se acabó apagándose, dejándolo solo y vacío. Estaba demasiado débil. No podía hacer nada. No podía...
Al sentir algo moverse a su lado, Baekhyun giró el rostro y vio que Jongdae lo estaba mirando. Abrió la boca, queriendo increparle algo, pero volvió a quedarse con la palabra en los labios. Sentía el cerebro patinándole, incapaz de mantener la concentración. Estaba seguro de que estaba a punto de perder la consciencia.
-¡Kris! ¿Qué está ocurriendo aquí?
Por fin, por fin, las personas a las que Baekhyun había estado esperando irrumpieron en el claro, corriendo hasta detenerse frente al grupo de Caídos en torno a Chanyeol. Jongdae, todavía quieto junto a Baekhyun, tensó los hombros.
-Suho -musitó, al mismo tiempo que su Kris, también, pronunciaba su nombre.
-Vaya, Suho, como de costumbre llegas a tiempo.
-Esa persona a la que tienes sujeta ahí es uno de mis Reminiscentes, así que sólo te lo diré una vez: suelta a Chanyeol. Por favor.
Kris pareció meditar la propuesta durante un momento. Sus ojos se cruzaron con los de Suho que, a pesar de ser mucho más bajo y pequeño que él, le estaba plantando cara con la espalda recta y con Kyungsoo, armado con su arco, al flanco. Finalmente, retrocedió un paso y le hizo un gesto a Tao, que liberó a Chanyeol con un suspiro.
-Está bien, está bien. Tampoco es que queramos mantenerlo sujeto para nada, ¿verdad? Ya hemos, al alcance de nuestras posibilidades, hecho lo que habíamos venido a hacer aquí. No tiene sentido meternos en una pelea si ya no tenemos nada que ganar. No es como si, tal y como está, pudiéramos utilizar a vuestro Reminiscente de Luz para abrir el Punto de Poder.
-Marchaos, entonces.
-No hace falta que me lo digas dos veces, Líder. Sé cuándo es conveniente una retirada a tiempo mucho mejor que tú.
Chanyeol había ido a dar de bruces al suelo, pero no tardó ni un segundo en levantarse, impulsándose con todo el cuerpo hasta lograr quedar de pie, con restos de fuego todavía ardiéndole tras las pupilas. Estaba enfadado, pero Kris ni siquiera lo miró, haciéndoles en su lugar un gesto a sus hombres para que dieran media vuelta.
-Volveremos a vernos tarde o temprano, Baekhyun -dijo Jongdae, que seguía de pie al lado del chico, antes de obedecer sus órdenes y reunirse con todos los demás, que siguieron a su Líder al bosque sin cuestionar sus palabras. Ninguno de ellos dijo nada más; sólo Yixing, que seguía pareciendo muy fuera de lugar en aquel sitio, giró el rostro para mirarlo, a él, un instante, antes de desaparecer con los otros.
Con la lucha terminada ya y la caja cerrada dormida de nuevo sobre su altar de piedra, el claro se sumió de nuevo en un silencio absoluto, casi fantasmal, roto solamente por el tip, tip, tip constante de las uñas de Baekhyun al hundirse, compulsivamente, en la tierra, y por el latido de su corazón, tan potente que el chico se preguntó si el resto de Reminiscentes no podrían oírlo.
-¿Qué ha pasado aquí? -Suho fue el primero en hablar, con la voz modulada, controlada a propósito.
Baekhyun se lamió los labios, los separó para intentar hablar.
-El altar -musitó, tratando de hacerse oír. Tenía la visión manchada por puntos blancos y, ahora que el puro instinto por sobrevivir parecía haberse evaporado un tanto de sus venas, todos y cada uno de los músculos de su cuerpo parecieron ceder al mismo tiempo, haciéndolo caer de nuevo sobre la tierra.
No estaba seguro de que los otros Reminiscentes lo hubieran escuchado hablar, pero sí que lo habían visto venirse abajo, porque, antes de que Baekhyun pudiera procesar lo que ocurría alguien había gritado su nombre, y había pasos sobre la tierra, manos sobre su cuerpo.
"Cuidado," quiso decir. "No me toquéis. Tengo los nervios en llamas. Me duele si me tocáis."
Baekhyun trató de encogerse sobre sí mismo, pero las manos que lo sujetaron fueron extraordinariamente delicadas, aferrándolo con suavidad para hacerlo girarse, apartándole el pelo manchado de la tierra de la frente con dedos ásperos.
-¿Baekhyun? -la voz que lo llamó temblaba, sólo un poco, como había temblado la suya propia la última vez que había intentado hablar, y el chico sintió que algo se liberaba dentro de él, y que la oleada de miedo y tensión que lo había mantenido a flote lo abandonaba, ahora sí, del todo. La luz en su interior estaba casi extinta, y él tenía frío, así que dejó de rehuir a los brazos que lo sujetaban y agradeció el contacto, apoyando la mejilla contra el pecho de quien lo estuviera sujetando-. ¿Estás bien? Dios mío, lo siento tanto... Siento no haber podido... ¡Baek!
El chico no respondió. Estaba a salvo ya, y no tenía fuerzas. Lo último que vio antes de sumirse en la inconsciencia, fueron dos ojos, negros y muy brillantes, observándolo. Luego, todo se volvió oscuro.
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