español.
This is my Spanish essay/story.
It's supposed to be a story with a surprise ending, so I took that one I wrote about the people in the restaurant and re-wrote it in a Spanish version. It's a little bit different, and not so well-written because I honestly don't speak Spanish, I just pretend to.
So... have a bash at it, you know... all that rot.
I'm keen for some peer editing that actually does me some good.
(P.S. I'm not familiar with the use of the term "apenas" - I think I want to use it in the last sentence, but I don't know how... how would I do that?)
Comaba en mi restaurante favorito, El calde. La camarera me di una taza de té que huele a menta. Lo removía mientras yo miraba la gente.
Habían muchas personas que conozco. Estas personas comen y beben en El calde casi cada día, como yo.
Este día había el hombre viejo, quien siempre pide el té pero nunca lo bebe. También el hombre pide una bisteca, come un media, y despues da el resto a su perro al aire libre del restaurante.
Había la chica morena, quien siempre pide un sandwích sin tomates. Siempre ella sienta cerca de las ventanas y lee una romanza. Ella llora cada vez que viene al restaurante, leyendo su libro. Pero, nunca dice nada a nadie. Solo llora y lee.
Hab ía el hombre de negro, quien nunca pide nada, sino que sienta cerca de la puerta para ver quien entra el restaurante. Él mira la puerta y cada vez que la abre, el hombre de negro suspira.
Pero, esta día habían dos personas nuevas en el restaurante. Un hombre y una mujer, obviamente juntos. Cada segundo la mujer le reiría tontamente, y el hombre besaría en la mejilla.
Que repugnante.
Yo continuaba remover mi t é. Bebí un poco.
El hombre de la pareja - ¿que está haciendo él?
Poco a poco, él se resbalaba debajo de la mesa.
Varias personas empezaban a noticar el hombre. Habían rumores y preguntas cuchicheadas en todo el restaurante, pero el hombre continuaba a resbalar debajo de la mesa. Poco a poco, hasta que él estaba totalmente debajo de la mesa.
Finalmente, la camarera le dijo a la mujer con el hombre, "Pardon, señora, pero, pienso que tu esposo es debajo de la mesa."
La mujer bebí un poco de su agua antes de responder. Entonces, sin expresión, le dijo, "No. El esposo mio ha entrado por la puerta."
It's supposed to be a story with a surprise ending, so I took that one I wrote about the people in the restaurant and re-wrote it in a Spanish version. It's a little bit different, and not so well-written because I honestly don't speak Spanish, I just pretend to.
So... have a bash at it, you know... all that rot.
I'm keen for some peer editing that actually does me some good.
(P.S. I'm not familiar with the use of the term "apenas" - I think I want to use it in the last sentence, but I don't know how... how would I do that?)
Comaba en mi restaurante favorito, El calde. La camarera me di una taza de té que huele a menta. Lo removía mientras yo miraba la gente.
Habían muchas personas que conozco. Estas personas comen y beben en El calde casi cada día, como yo.
Este día había el hombre viejo, quien siempre pide el té pero nunca lo bebe. También el hombre pide una bisteca, come un media, y despues da el resto a su perro al aire libre del restaurante.
Había la chica morena, quien siempre pide un sandwích sin tomates. Siempre ella sienta cerca de las ventanas y lee una romanza. Ella llora cada vez que viene al restaurante, leyendo su libro. Pero, nunca dice nada a nadie. Solo llora y lee.
Hab ía el hombre de negro, quien nunca pide nada, sino que sienta cerca de la puerta para ver quien entra el restaurante. Él mira la puerta y cada vez que la abre, el hombre de negro suspira.
Pero, esta día habían dos personas nuevas en el restaurante. Un hombre y una mujer, obviamente juntos. Cada segundo la mujer le reiría tontamente, y el hombre besaría en la mejilla.
Que repugnante.
Yo continuaba remover mi t é. Bebí un poco.
El hombre de la pareja - ¿que está haciendo él?
Poco a poco, él se resbalaba debajo de la mesa.
Varias personas empezaban a noticar el hombre. Habían rumores y preguntas cuchicheadas en todo el restaurante, pero el hombre continuaba a resbalar debajo de la mesa. Poco a poco, hasta que él estaba totalmente debajo de la mesa.
Finalmente, la camarera le dijo a la mujer con el hombre, "Pardon, señora, pero, pienso que tu esposo es debajo de la mesa."
La mujer bebí un poco de su agua antes de responder. Entonces, sin expresión, le dijo, "No. El esposo mio ha entrado por la puerta."