Fic. An Unexpected Love - Capitulo 7 Parte 1

Aug 01, 2012 19:47



CAPITULO 7


Jared no estaba muy seguro de cómo trataría Chad a Jensen, tomando en cuenta que lo primero que supo de él fue lo del sexo y el embarazo. Por fortuna, una vez que Chad se dio cuenta de que Jensen no estaba detrás de su dinero o la fama, decidió tratarlo como si fuera una extensión de su mejor amigo.

Jared seguía diciéndose que eso era algo bueno, pero cuando comenzaron a conspirar contra él por tercera vez en una hora, estaba reconsiderando si era bueno eso de “mejor amigo y marido unidos”

- Deja de hacer pucheros. Sólo no estás acostumbrado a que alguien que no sea Chad te diga que eso es horrible. - le regañó Jensen tratando de no sonreír de nuevo.

- No hago pucheros. - se defendió. - Ese es un poster original de la película Masacre de Texas 1974

- Sí, es puchero, tu labio inferior está tan salido como puede - le dijo Jensen al mismo tiempo que se lo pellizcaba.

- ¡Auch!

- ¡Oh Dios mío, eres un bebé grande! - Chad comenzó a reírse al ver la mirada ofendida de Jared.

- El punto es que todos los posters que tienes de ese lado son de películas de los 40 o 50 y en blanco y negro, así que ese no combina. - le explicó Jensen señalándolos con la mano.

- Cuesta unos 800 dólares, además a mi me gusta. - se quejó Jared.

- No me importa si cuesta 8000. Es feo - insistió Chad.

- En fin, ponlo en otro lugar. - sugirió Jensen para cortar con unos argumentos que serían interminables.

- ¿Dónde? - resopló Jared - Y no me digas que en el baño, como Chad. Se lo he escuchado millones de veces.

- Yo iba a decir la basura - murmuró Jensen.

- ¿¡Qué dijiste!? - preguntó Jared horrorizado.

- Que qué te parece la parte de atrás. - se corrigió viendo como Chad hacia un esfuerzo para no reírse.

- ¿Atrás donde? - preguntó con suspicacia.

- ¿En la sala que usas para las negociaciones que están estancadas? - pregunto Chad con esperanza.

- ¿Para qué? ¿Para mandarles un mensaje subliminal? - preguntó Jared.

- Bueno, no tanto. Pero si tienen que quedarse allí mirándolo durante mucho tiempo, terminaran cediendo para poder librarse de la tortura - consiguió decir Chad antes de descojonarse de nuevo.

Esta vez Jensen no pudo contenerse por culpa de la cara de horror y ofensa que tenía Jared, comenzó siendo una risa normal y terminó convirtiéndose en algo incontrolable.

- ¿Saben qué? - gruñó Jared señalando a cada uno.

- ¿Qué? - preguntó Jensen con la voz entrecortada.

Jared ni siquiera podía recordar lo que iba a decir. - No importa. Ustedes dos no me caen bien. - se quejó, y como no, eso los hizo reír aun más.

Jared decidió que era mejor irse a su oficina antes de terminar volviéndose loco, pero antes de hacerlo jaló a Jensen de su silla y le dio un rápido beso sin sentido. No lo había visto así de relajado y feliz desde… bueno, ahora que lo pensaba, desde hace mucho, mucho tiempo.



Jared terminó algunas cosas que Chad le había dado como pendientes, y guardó el archivo detallado que le envió Eric sobre la actividad financiera de Jensen y sus exposiciones, necesitaba invertir en eso cuando fuera a la presentación el mes siguiente. Lo revisó mientras Jensen estaba mostrándole a Chad la página web de un festival del que le había hablando a Jared cuando estaban visitando a Sophia.

Jared tenía la esperanza de que Eric hubiese podido llenar el vacío de esos años que había entre las exposiciones de Jensen. Desafortunadamente, no fue así. Eric le había dicho que no había nada, Jensen había desaparecido profesionalmente durante ese tiempo. En el informe había una gran interrogante, y Jared sabía que era la forma de Eric de preguntar si quería hacer una investigación más detallada de ese tiempo. Jared era lo suficientemente honesto como para admitir que sí quería. Bueno, eso es quedarse corto. No había nada que quisiera más que eso, pero hasta que Jensen decidiera que era momento de contarle algo, él se tragaría su curiosidad.

De verdad quería saber que lo había hecho desaparecer por tanto tiempo, pero quería escucharlo de sus labios. Sin embargo, eso no quería decir que no fuera a preguntarle a sus padres que detalle importante recordaban de aquella época. Puede que él no hubiese estado lo suficientemente cerca de Jeff como para enterarse de lo que pasaba, pero seguro sus padres sí. Jeff tenía que haber mantenido contacto con Jensen, puesto que lo invitó a su graduación, sin contar con que vivían pegados el uno al otro desde el primer día que Jensen llegó a la casa Padalecki.

Teniendo en mente un plan de acción, llamó a su madre para hacer una cita para cenar. Decidieron que sería el mismo día de la cita de Jensen con el médico ya que Chad le había despejado la agenda y Jensen le aseguró que no saldría cansado de allí. Además, de esa forma le podía contar a sus padres en persona lo que le dijera el doctor. Le alegró que Jensen estuviera tan abierto a incluirlos en todo el proceso relacionado con el bebé.

Cuando terminó de hablar con su madre, fue a separar a su marido y a su mejor amigo. Todavía no podía creer lo concentrados que estaban en una conversación sobre Scooby Doo.

- Él lo era también.

- No lo era - insistió Chad.

- ¿Qué están discutiendo ahora? - preguntó Jared mientras cerraba la puerta de su oficina.

- Nada - respondieron al unísono.

- Vale… - dijo mirando a Chad.

- Está bien - suspiró Chad.

- Mariquita - murmuró Jensen en voz baja.

Jared arqueó una ceja, esperando a que Chad lo sacara de su ignorancia.

- ¡Hey! Tú no lo tienes como jefe. - se quejó dándole un codazo a Jensen. - teníamos una discusión sobre las preferencias sexuales de Freddie Jones - dijo Chad finalmente.

- ¿Quién? - preguntó tratando de averiguar sobre quien ellos dos podían saber tanto.

Jensen rodó los ojos - Ya sabes, Freddie, de Scooby Doo.

- Oh - dijo Jared aun sin saber a que venía el debate. - Es un dibujo, no tiene preferencias sexuales.

Chad y Jensen se le quedaron mirando como si hubiese dicho que el mundo era plano o que los ochentas no tenían la mejor música.

- Chad dice que Fred está enamorado de Daphne, pero yo le digo que todo es un parapeto. - le explicó Jensen, aun mirándolo como si fuera un bicho raro.

- Sé que me voy a arrepentir de esta pregunta, pero ¿Si no estaba enamorado de Daphne, entonces de quien?

- Shaggy, obviamente.

- ¡Tío, no! - chilló Chad - estás proyectando.

- No, no lo estoy. ¿Nunca te has preguntado porque iba siempre tan arreglado, tenía tan buen gusto y nunca hizo ningún movimiento con ella?

- Llevaba la misma ropa en todos los episodios.

- Si - aceptó Jensen.

Jared se recostó de la pared, sonriendo mientras los veía argumentar.

- Está bien. Si eso es así ¿Como iba a darse algo entre ellos si Scooby siempre estaba presente?

- No, no siempre. Todas las noches se iba a tomar un baño, dejando a Fred y Shaggy en esa gran cama. - concluyó Jensen triunfante, luego frunció el ceño. - Claro que Scooby siempre veía un fantasma o lo que sea y por supuesto les interrumpía un montón de veces.

Chad suspiró y miró a Jared en busca de ayuda.

- No me mires. Lo mío era He-man

Chad y Jensen rodaron los ojos.

- Como si todo el mundo no supiera que el Príncipe Adam era gay. Tenía tal conflicto que tuvo que crear una personalidad alternativa para lidiar con eso. - gruñó Chad, haciendo a Jensen reír histéricamente.

- ¿Por qué se me ocurrió que sería buena idea presentarlos? - preguntó Jared.

- Porque eres masoquista. - respondió Chad encogiéndose de hombros.

- No lo soy - protestó.

- Creo que la evidencia dice lo contrario. - intervino Jensen.

- ¿Qué?

- Bueno, obviamente disfrutas de la compañía de Chad, tomando en cuenta que no es solo tu empleado sino tu mejor amigo, y el presentarnos no está muy lejos de saciar un fetichismo que ya no es tan secreto. - concluyó Jensen, descojonándose al ver como no solo Chad se quedaba sin habla hundido en su asiento, sino que Jared se sonrojó, y wow, eso ultimo le estaba causando un interesante efecto de cintura para abajo.

- Pensé que habías dicho que era un chico tranquilo. - susurró Chad inclinándose hacia Jared.

- Casi siempre lo es - respondió Jared alzando una ceja al ver el color rojo que pintaba las mejillas de Jensen. - obviamente eres una mala influencia.

- Soy una muy buena influencia - le corrigió.

- Sí, lo eres - admitió sin perder nunca el contacto visual con Jensen.

Jensen había estado viviendo con él poco más de una semana y ya estaba llevándolo a la locura. No era solo el hecho de que Jensen estaba de mal humor por las mañanas ¿Quién no lo estaría después de estar vomitando durante media hora y sin tener permiso para tomar café? Jared encontraba ese mal humor realmente adictivo, y si no supiera ya que estaba irremediablemente enamorado, ese sería el empujoncito.

Tampoco era la forma en la que Jensen iba pasando por las habitaciones tocando todo como si necesitara sentir la textura bajo sus dedos, a pensar de que Jared tenía que morderse el labio más de una vez para no gemir por culpa de esas acciones inconscientes.

Por todos los cielos, ni siquiera era la forma en la que hablaba en voz baja y pausada por teléfono con quien sabe quien, y la sonrisa que se dibujaba en su rostro, creando esas arruguitas en los ojos, que hacía que Jared se pusiera celoso y cachondo en la misma medida, tanto que tenía que correr a ocuparse de su pequeño problemita.

Jared había llegado a la conclusión de que la verdadera razón por la que Jensen sería su muerte, era lo que sucedía cada vez que pasaba por el solárium. Se sentía atraído por la puerta como el imán al metal. Desde que Jared le dijo que no le molestaba el olor a pintura, Jensen se acostumbró a dejarla abierta, de todas formas, no es que oliera demasiado, ya que no eran con base de aceite, pero ya se había dado cuenta de que Jensen solía preguntar antes de hacer cualquier cosa, esperaba que perdiera la costumbre cuando terminara de adaptarse a su nuevo hogar.

En fin, gran error lo de la puerta.

Jared trataba de pasar por allí sin mirar, porque mirar le hacia detenerse, pero tenía que aprender a manejarlo. Cada vez descubría una nueva faceta de Jensen que lo cautivaba y lo atrapaba. En primer lugar, era la flexibilidad y el movimiento de cada músculo cuando pasaba el pincel sobre el lienzo. Luego estaba la estrechez de su cadera y su culo apretado sobre el banco mientras trabajaba en lo que parecía ser una luna en la llanura. Aunque no podía decirlo con exactitud porque cada día era mas difícil apartar la mirada del pintor para fijarse en la pintura.

Sin embargo, hoy lo mataría definitivamente, Jared lo sabía.

Jensen tenía puestos sus habituales vaqueros y camisa manga corta. Había aprendido que Jensen odiaba las mangas largas para pintar, y que además, las personas embarazadas eran más calientes que el resto. En serio. Sus dientes chocaban entre si en la mañana por culpa del frío, y cuando iba a comprobar el termostato se daba cuenta de que estaba bajo cero, y aun así Jensen preguntaba porque hacía tanto calor. Jared aprendió, luego de subir la temperatura la primera vez, que no debía hacerlo de nuevo, ya que estar observando el cuerpo medio desnudo de su hormonal marido embarazado no era bueno para su psiquis. Así que se limitó a usar más prendas.

Se recostó de la puerta viendo como el sol iluminaba su piel ligeramente bronceada y destacaba los vellos rubios de los brazos de Jensen. Cada vez que se movía, ese conjunto le hacía brillar como si fuera oro y Jared sentía un dolor en su pecho. Jensen había puesto su caballete frente a la ventana, así que era fácil ver la concentración surcando su mente y su mandíbula. Sonrió al ver como arrugaba la nariz con desagrado con algo que solo podían captar sus ojos, las pecas de su nariz bailaban por el gesto.

Jared quería recorrer cada una con su lengua. Dejó que sus ojos vagaran por ese cuerpo buscando recovecos que le gustaría poseer y que por ahora estaban prohibidos. Fijó la atención en la pintura, dándose cuenta por primera vez de que se trataba de una imagen del patio trasero, que a pesar de no tener flores aun, Jensen estaba en camino de captar su especial belleza.

Jared se acercó un poco más y pudo ver un decorado con tonos marrones. Jensen sostenía el pincel y marcaba un camino que solo él parecía conocer, se detenía solo para añadir más pintura cuando lo creía necesario.

En ese gesto Jared pudo ver las pecas que también adornaba los nudillos de sus dedos. Estaban salpicadas desde el hueso creando un camino que jugaba con la vista.

Jared no estaba seguro de si podía agregar más imágenes para sus fantasías de masturbaciones nocturnas. Trató de disimular el gemido que atravesó su pecho y su garganta pero no estaba seguro de haber tenido éxito, y la forma en la que se tensaron los hombros de Jensen era un indicativo. Jensen volteó parpadeando sorprendido.

- Lo siento, no quería interrumpir.

- Está bien, a veces olvido cuando parar. ¿Querías algo? - preguntó poniendo el pincel a un lado y girando para verlo bien.

- Me preguntaba si querías que preparara algo de comer antes de ir a la cita con el médico, o si prefieres salir antes y comer por allí.

- Oh - Jensen miró su reloj, no se esperaba que fuera ya casi hora de almuerzo. - lo que tu prefieras está bien para mi.

- Tu cita no es hasta las cuatro así que puedo preparar unos sándwiches mientras tu sigues pintando, o puedes ir limpiándote, no sé.

- Si, suena bien. Puedo limpiarme aquí e ir a comer, me ducharé antes de salir. - dijo comenzando a arreglarse.

Durante el almuerzo, Jared lo notaba cada vez más distraído, pero no podía entender la razón. Podía mantener el ritmo de la conversación, pero algo le molestaba. Esperó a ver si Jensen lo mencionaba espontáneamente, pero no pasó ni siquiera en la hora que les llevó llegar a la oficina del doctor. Cuando aparcó, pudo darse cuenta de que Jensen movía la pierna nerviosamente, apretaba y abría una mano y se mordía el labio inferior. Haría vibrar el coche si no se calmaba.

- Hey…

Jensen lo miró aun mordiéndose el labio y respirando profundamente una y otra vez, como si quisiera evitar un ataque de pánico.

- ¿Qué sucede? - preguntó Jared girando completamente hacia su marido para poder verlo mejor.

- Nada - su voz se rompió así que tuvo que aclararse la garganta e intentarlo de nuevo. - Nada, solo estoy nervioso.

Jared estaba un poco confundido sobre la razón de su preocupación. - ¿Es porque voy a estar allí?

- ¡No! Bueno, sí, tal vez un poco, pero no es del todo eso. - murmuró.

Jared suspiró profundo, estaba dispuesto a decirle a Jensen que esperaría afuera si es que eso ayudaba en algo. Lo que pasa es que no sabía si iba a ser capaz de saltarte una parte tan importante de sus vidas sin arrepentirse después. Luego comenzó a pensar en las veces que Jensen había estado allí.

- Jensen ¿Cuántas citas has tenido antes?

- Una. Bueno, dos, si cuenta el día en que ellos me hicieron la prueba de embarazo.

- ¿Qué quieres decir con “ellos me hicieron”?

- Bueno, mi médico de cabecera me envió aquí para estar seguros de que estaba embarazado, luego, vino la cita oficial. - le explicó.

- Pensé que habías dicho que programabas tus citas para la tarde y así tener tiempo de hacer recados durante el día.

- Y es así. Solo que no he tenido que programar más de dos. - respondió tímidamente.

Jared soltó el aliento que había estado conteniendo. Ahora que sabía a que se debía el nerviosismo de Jensen, estaba menos preocupado. Sin embargo, sabía que había otra cosa y quería enterarse antes de entrar. Tenían un montón de tiempo ya que Jensen había querido llegar temprano para poder cambiar todo el papeleo ahora que estaba casado y se había cambiado de residencia. Jared tenía pendiente encargarse también de cambiar su situación financiera.

- Está bien, pero eso no es todo. ¿Qué más te preocupa? - Jared vio como bajó la mirada hasta concentrarse en sus manos retorciéndose sobre su regazo.

- Hay tantas cosas que podrían salir mal, sobre todo al principio… - su voz se fue apagando.

Jared contuvo la respiración con miedo por lo que había escuchado - Jensen, si eso ocurriera… ni siquiera puedo decir lo que significaría, pero no sería tu culpa.

- Es que me da miedo haber hecho algo que lastimara al bebé, o no saber que algo va mal hasta que sea demasiado tarde. - la voz de Jensen era tan baja que Jared tuvo que inclinarse hacia delante para escucharlo.

Jared le puso una mano en el hombro, pudo sentir el estremecimiento por el contacto pero Jensen no se apartó así que él tampoco.

- No has hecho nada que pudiera lastimar a nuestro bebé. Incluso has dejado de tomar café, y si algo estuviera mal con él, lo sabrías. - dijo totalmente convencido de ambas cosas.

Jensen le miró con una mezcla de alivio y esperanza en los ojos. - ¿Si?

- Sí - le aseguró apretándole el hombro levemente.

Jensen suspiró y asintió - bueno, vamos que tenemos que hacer el papeleo - le sonrió a Jared antes de abrir la puerta.



Jared pensó que caminar por la alfombra roja era difícil, pero hacerlo a través de un consultorio lleno de mujeres embarazadas era peor, y eso que el embarazado no era él. Caminaba detrás de Jensen ya que no sabía a donde iban o como se tenían que hacer las cosas, parecía que un tipo caminando por allí no era novedad, dos sí que lo eran. Absolutamente todos los ojos estaban puestos sobre ellos y el que lo hicieran de forma silenciosa no inquietaba menos a que si lo hicieran con escándalo.

Jensen lo vio sobre su hombro cuando se detuvo en el mostrado y le sonrió - Lo siento, olvidé advertirte acerca de eso.

Jared dejó de ver a los que parecían ciento de ojos y se concentró en nuevo en Jensen - ¿Advertirme sobre qué?

- El factor raritos.

- Disculpa, ¿El qué? - preguntó frunciendo el ceño.

- Eso no existe - dijo la recepcionista - los miran porque se están preguntando porque demonios no tienen en casa a alguien como ustedes dos.

Jensen se sonrojó hasta el cuello - Señora Mosley, le dije que no tenía nada que ver con eso y lo sabe.

- Y yo te dije que cuando te vieran más de un par de veces, serías noticia pasada y se limitarían a preguntarte que si tienes acidez estomacal o si se te hinchan los pies.

Jared no podía evitar sonreír. La mujer frente a ellos no podía medir mas de 1.62 cm pero se veía que era de temer.

- Ahora ¿Quién es usted? - preguntó aplastándolo con una mirada que decía que sabía exactamente quien era, y ella quería tener una buena razón para no salir de detrás del mostrador y hacerle lo que estaba pasando por su mente, o algo mucho más letal.

- Soy el esposo de Jensen, Jared Padalecki. - dijo a modo de presentación.

- Lo eres ¿No es cierto? - preguntó arqueando una ceja y frunciendo los labios al tiempo que lo miraba de arriba abajo.

- Si, lo es, por eso hemos venido un poco antes, para poder cambiar la información en los papeles - cortó Jensen para quitar la atención sobre Jared.

- Bueno, apúntate en la lista y ya vuelvo. - miró a Jared una vez más antes de ir a buscar en su archivo.

- Me siento como si estuviera en la oficina del director - le susurró a Jensen al oído.

- Basta - le respondió bajito tratando de no reír ya que la mujer estaba de regreso.

- Aquí tienes, corazón, si no lo terminas antes de que te llamen, puedes terminarlos al salir.

Jensen le dio las gracias y fueron a sentarse en una esquina, fuera de la línea principal de visión. Jensen se pasó los siguientes minutos rellenando el papeleo, cuando llegó a la página de historia médica agradeció no tener que dejar la mitad del espacio en blanco otra vez.

- Oye, ¿Puedes llenar tú esta parte?

- Sí, ¿Qué es?

- Tu historia médica familiar. Es decir, sé algunas cosas por Jeff y tus padres, pero hay preguntas que son específicamente dirigidas a ti y tuve que dejarlas en blanco la última vez. - admitió tímidamente.

A Jared se le volcó el corazón al darse cuenta de lo difícil que tuvo que ser para Jensen no saber información que podía ser fundamental para la salud del bebé o la suya. A él mismo le hubiese sentado mal, pero era peor para Jensen ya que sus padres murieron por problemas de salud.

Cuando terminó de llenar su parte del cuestionario, volteó para asegurarse de que Jensen seguía con la suya. Se fijó en la hoja azul para saber que información de seguro tenía Jensen, le sorprendió ver que no solo seguía apareciendo como el único responsable de los pagos, sino que la información del seguro estaba en blanco. Sabía que a Jensen le iba bien con las pinturas, pero aun seguía siendo demasiado y no tenía ni idea de que no tuviera seguro. Claro que tomando en cuenta cual era el tipo de trabajo de Jensen y como se manejaba el mundo del arte, debió suponerlo.

No podía imaginar como pensaba Jensen ocuparse de todo él solo. Un embarazo normal era muy caro, pero el embarazo masculino lo era el doble con todos los exámenes y precauciones adicionales.

Lo sabía porque había investigado todo lo que podía cuando se enteró de que Jensen estaba embarazado. Su mente vagó de nuevo hasta la conversación que tuvo con la mujer en la galería y se preguntó si esto era lo que había obligado a Jensen a poner de nuevo esa pintura en la pared. Le enojaba y entristecía que Jensen tuviera que hacer eso. Rápidamente llenó la sesión de responsabilidad secundaria y puso tantos datos del seguro como pudo recordar sin tener que sacar su billetera.

Había decidido que llevaría los papeles hasta el escritorio de la señora Mosley para pedirle que adjuntara una copia de su tarjeta y tal vez podía romper un poco el hielo con la mujer. Jensen estaba terminando de llenar la última hoja cuando lo llamaron.

- Ve tú primero, yo dejaré esto - dijo Jared aliviado de no tener que explicar el porque tardaba tanto en la mesa.

- Está bien. Se lo diré a la enfermera para que te diga donde estoy cuando hayas terminado. - aceptó Jensen siguiendo el camino que la mujer le indicaba y tratando de ignorar la mirada de todos.

Jared se dirigió a la mesa a toda prisa, no quería perderse nada, pero tenía que hacer ese papeleo ahora.

- Disculpe - dijo captando la atención de la recepcionista.

- ¿Logró terminarlo todo antes de que lo llamaran?

- Sí, señora. Y tengo que dejarle mi tarjeta de seguro para que haga una copia, probablemente no se aceptará más de la mitad ya que es un acuerdo pre existente pero…

La señora Mosley tomó la tarjeta, la vio y luego le sacó una copia, al terminar le sonrió un poco.

- ¿Va mejor con las nauseas?

- Parece que van cediendo un poco, pero las de la mañana siguen siendo muy fuertes - respondió él.

- Siempre lo son. Ashley ya ha regresado para llevarte a donde está él.

- Bien. Llené mi información financiera en la parte de secundario, adicional a lo del seguro, si pudiera hacer los cobros a mitad y mitad se lo agradecería. Yo lo pagaría todo pero tengo la sensación de que Jensen me mataría, porque no hemos tenido tiempo de hablar de este tema antes. - se detuvo completamente sonrojado porque estaba divagando sobre esas cosas y más con una extraña.

La recepcionista lo miró fijo por unos segundos, lo que parecieron horas, antes de por fin sonreírle.

- Parece que puedes funcionar. - comentó.

Antes de que pudiera preguntarle a que se refería, la enfermera volvió a llamarlo. Cuando dobló en la esquina, vio a Jensen sentado en una silla y lucia como si quisiera salir corriendo. La enfermera volvió a su asiento y Jared se puso junto a él.

- Hola, ¿Estás bien? - pregunto empujándolo suavemente con el hombro.

- Sí, es solo que no me gustan mucho las agujas. - confesó señalando con la cabeza la bandeja que estaba al lado de la enfermera.

- ¿Aun no te han tomado la muestra? - preguntó mirando el brazo de Jensen.

- No, sólo de orina - respondió sonrojándose un poco - pensé que te gustaría estar aquí para el resto.

Jared asintió con la cabeza cuando la enfermera le preguntó a Jensen si seguía con las nauseas y los mareos. Le tomó la temperatura, presión arterial, peso y luego vino la aguja. Le sorprendió que Jensen le apretara la mano mientras la aguja le traspasaba el brazo, pero eso le hizo sentir genial. Por la cantidad de sangre que le sacaron pensó que tenían planeado vaciarlo, pero después de llenar el quinto tubo la enfermera retiró la aguja, y Jensen pudo relajar su agarre, pero no lo soltó. Jared ni siquiera estaba seguro de si Jensen se daba cuenta de que lo estaba sujetando.

La enfermera les mostró la sala donde debían esperar al doctor, Jensen se cubrió con una atractiva bata azul que le dejaron en el extremo de la mesa. Jared se movió por la habitación viendo las fotos sobre el embarazo masculino mientras esperaba. Ya había visto muchas de esas en internet, pero tener a Jensen allí, con solo una delgada bata, no le estaba haciendo nada bien, así que prefería centrarse en las imágenes.



No estaba seguro de que esperaba realmente en cuanto al Dr Agnit, pero ciertamente no era el gigante que estaba detrás de la enfermera. Jared estaba familiarizado con su trabajo, pero no había visto ninguna foto, así que no podía haber imaginado sus dos metros de altura, cabello rojo y barba. Escuchó una risa al otro lado de la sala, así que se giró hacia Jensen pero este lo miraba fingiendo inocencia.

- Hola Jensen - saludó el Dr Agnit apretando su mano, luego hizo lo mismo con Jared - ¿Usted es?

- Jared Padalecki, el marido de Jensen. - respondió apretando con firmeza la mano del médico. Después de todo, durante mucho tiempo estuvo acostumbrado a que Jeff fuera más alto que él, muy a su pesar, así que pudo recuperarse pronto.

- Oh bueno, es un placer conocerte, me alegra que pudieras venir esta vez. - dijo el doctor sonando realmente satisfecho. - Mientras más apoyo se tiene durante el embarazo, mejor salen las cosas ¿No es cierto, Katie? - preguntó a su secretaria mientras se lavaba las manos y se ponía los guantes.

- Parece ser - coincidió ella guiñándoles un ojo, el doctor miraba desde su puesto.

- Entonces, Jensen ¿Cómo lo estas llevando? - preguntó después de mirar todas las anotaciones de la enfermera.

- Bien, aunque me sigo cansando mucho

- Bueno, eso es normal ¿Has estado tomando las siestas que te he sugerido?

Jensen miró de reojo a Jared y se encogió al notar la infelicidad en su cara.

- No, he estado ocupado estas semanas - confesó concentrado en el médico - pensaba descansar más al terminar con mi exposición, no habrá mucha presión luego de eso.

- Vale, eso no hace daño al bebé, Jensen, pero no es bueno para ti que estés tan agotado. Necesitas recuperar sueño para poder lidiar con los cambios, las tensiones y todo lo que te absorbe el bebé - le explicó.

- Parte de eso es mi culpa - interrumpió Jared, no quería que Jensen asumiera todo ya que fue él quien insistió en casarse tan pronto. - Nos casamos hace dos semanas y luego comenzamos con la mudanza y no ha sido sencillo. Me aseguré de que no se esforzara mucho, pero no sabía que iba a sentirse mejor si tomaba siestas. - explicó y por su mirada, Jensen sabía que iban a tener que hablar de eso luego.

- Bien, entonces algo de tensión ya ha pasado ¿Lo único que queda es la exposición?

- Si, después de eso solo tendré que dar clases tres veces por semana, pero no es nada extenuante - respondió Jensen después de vacilar un poco.

- De acuerdo, pero espero escuchar mejores noticias al respecto en la próxima cita. He oído que sigues teniendo las nauseas por las mañanas.

- Sí, han mejorado las de la tarde, las sigo teniendo pero son más manejables. Me he acostumbrado.

- Bueno, cualquier mejora se toma como una victoria. Si el resto de las nauseas han menguado, es posible que falte poco para que te libres también de las que te da en la mañana.

- Sería bueno poder levantarme y comer como una persona normal. - dijo Jensen sonriendo.

- Muy bien, por hoy la parte de preguntas respuestas ha terminado, ahora pasemos la bola - dijo el doctor poniéndose de pie.

Jared casi se atraganta con el agua por reírse, Jensen tampoco pudo contenerse. Para el momento en que terminó de reír, Jared y Katie lo veían sonriendo y negando con la cabeza por la travesura del médico.

Jared vio como el médico escuchaba el corazón y los pulmones de Jensen, y aunque estaba seguro de que trataba a todos los pacientes con el mismo cuidado, el único que a él le preocupaba era su marido. Al parecer estaba tan absorto en sus pensamientos que se perdió el siguiente paso porque al darse cuenta, Jensen ya estaba acostado con la bata abierta.

El médico comenzó a tocar el estómago de Jensen, los lados y la parte inferior, Jared sabía que era un examen de rutina, pero no pudo dejar de extrañarse cuando lo vio sacar la cinta métrica porque, ¿Qué demonios iba a medir? Sintió un gran alivio cuando la puso de un extremo a otro de la barriga de Jensen. Le explicó que era una forma de seguir el crecimiento del bebé sin hacer el ultrasonido, y que incluso cuando hicieran uno, seguirían midiéndolo.

- ¿Cuándo se podrá hacer el ultrasonido? - preguntó con curiosidad, aunque sabía que no se hacían hasta el cuarto o quinto mes.

- Un embarazo masculino es diferente, por lo que creo que lo haremos en la siguiente visita. Así nos aseguraremos de que el cuerpo de Jensen esté reaccionando bien y que el crecimiento del bebé se de sin problemas. - dijo el Dr Agnit mientras tomaba una botella y una máquina.

Jensen ahogó un quejido y Jared lo miró preocupado de que algo estuviera mal.

- No olvides lo que te dije la última vez, Jensen, a veces es difícil encontrar el latido de su corazón cuando están tan pequeños, así que no te preocupes.

- Aun no ha encontrado una crema que sea caliente - se quejó el rubio.

- Nop, me temo que no - dijo el médico justo antes de apretar el tubo sobre el estomagó de Jensen.

La forma en la que Jensen contuvo el estómago hizo que Jared no pudiera soportar la curiosidad y metió el dedo en el gel.

- Jesús - susurró.

- Ya te digo - coincidió Jensen.

- Lo guardamos en la nevera solo para ti. - dijo el doctor, luego giró para poder ver la pantalla y comenzó a pasarle el aparato sobre el estomago.

- Lo sé. Estoy pensando en presentar una queja. - informó y contuvo el aliento cuando extendió más el gel con ayuda de una paleta.

- Si claro, ¿Entonces quien te daría las banditas molonas y los chupa Chus al salir del consultorio?

Jensen rodó los ojos y sonrió muy a su pesar. Realmente no podría haber elegido un médico mejor. Si había que sufrir la humillación de estos exámenes por la salud no solo suya sino del bebé, por lo menos que lo hagan entretenido. Vio a Jared y parecía entre confuso y divertido, pero justo cuando iba a asegurarle que todo estaba bien, un bombombom vino desde el monitor.

Jared estaba tan concentrado en los comentarios que iban y venían que cuando el monitor comenzó a sonar, no pudo contener un salto por la sorpresa. Al principio era un ruido bajo y difuso, pero mientras el doctor más presionaba, mas firme se volvía, como cuando alguien pisaba en un charco de lodo, pero constantes.

- ¿Es…? - Jared se aclaró la garganta y comenzó de nuevo - ¿Es el bebé?

- Sí, suena bien, fuerte. - dijo el doctor dejándolo allí un rato más antes de apagar el monitor y limpiar el vientre de Jensen. - puedes vestirte, Jensen, luego los espero en mi oficina, vamos a repasar los resultados de los exámenes ¿Recuerdas donde está?

- Sí, dos puertas más abajo en el pasillo ¿No? - preguntó al médico mientras lo ayudaba a incorporarse.

- Correcto. Nos vemos allí en unos minutos. - respondió antes de salir de la habitación.

Jensen miró la expresión de Jared y sonrió - Impresionante ¿Verdad?

- Creo que esa palabra se queda corta. Es decir, tú me lo dijiste y yo te creí pero es muy distinto ver que de verdad existe ¿sabes? - respondió aturdido.

- Sé lo que quieres decir. - dijo Jensen metiéndose tras la cortina para cambiarse.

Cuando llegaron a la oficina, el Dr Agnit cogió los resultados y los leyó.

- Jensen, tus niveles de hierro son bajos ¿Estás tomando las vitaminas prenatales y las de hierro como te indiqué? - preguntó mirándolo por encima de las gafas.

Jensen se sonrojó y se mordió el labio. - Las vitaminas sí, pero las de hierro no - murmuró.

Jared lo miró boquiabierto durante un segundo antes de conseguir su voz - ¿Por qué no?

Sabía que tenía que haber una buena razón, Jensen había renunciado a su amado café por el bebé, no tenía sentido que dejara de tomar unas pastillas que le mandaba el médico.

- Me hacen sentir enfermo - dijo miserablemente.

- Está bien, esto es lo que vamos a hacer. - dijo el doctor recostándose en su silla. - te voy a dar hasta la próxima consulta para ver si puedes subir los niveles de forma natural, esto significa que tienes que comer más verduras y proteínas. Si para ese entonces no han mejorado cambiaremos las dosis y tal vez podrías tomarlas en la noche, así dormirás el malestar.

- Está bien - murmuró pero aun no se animaba a mirar al médico o a Jared.

Jared se estaba preguntando que se iba a necesitar para que Jensen recuperara el contacto visual, cuando finalmente tuvo que hacerlo cuando el doctor comenzó a programar la siguiente cita.

- Si tienes alguna duda o algo no está funcionando bien, llámame ¿De acuerdo? No esperes hasta la siguiente consulta. - dijo el doctor.

- Acidez. - soltó Jared deteniéndose en la puerta.

- ¿Disculpa? - preguntaron Jensen y el médico al mismo tiempo.

- Jensen esta teniendo problemas con el ardor estomacal, por lo menos desde hace una semana ¿Hay algo que pueda tomar?

- Claro - dijo el doctor dirigiéndose a los dos - cualquiera de los medicamentos que venden sin receta, pero si aun así te sientes muy mal, llámame y te recetaré algo más fuerte.

- Ok, gracias - dijo tomando la tarjeta con la siguiente cita.

Cuando llegaron a la recepción, Jensen le dio su tarjeta a la recepcionista para que la sellara. Echó una mirada a la factura y casi la funde tratando de entender porque los gastos habían disminuido tan considerablemente con relación a sus citas anteriores. Miró a Jared recostado en la pared y decidió que llamaría más tarde para preguntar, no quería que Jared escuchara. No es que estuviera tratando de esconder eso, bueno, si, si estaba, pero es que no quería hacer del dinero una gran cosa.



La cena con sus padres se dio sin problemas. No que ellos pensaran que iban a tener alguno, claro. Jared les había contando sobre el médico que los atendía e hizo mención de que aun necesitaban encontrar un pediatra. A Jensen le alegraba que Jared llevara casi toda la carga de la conversación, él solo intervenía cuando suponía que tenía que hacer una acotación importante. Su madre sonrió cuando lo escuchó hablar de los latidos del bebé y de cómo por primera vez caía en cuenta de que realmente existía. Sabía que las palabras no sonaban como él quería, pero también sabía que le entendían perfectamente el sentimiento.

Jared pudo por fin conseguir hablar con su papá a solas cuando Jensen mencionó algo acerca de pasar por el albergue para visitar a Chris y Steve. Jerry realmente quería saber de que se trataba ese centro, pero Jared sabía que su madre y Jensen se engancharían en la conversación así que esa era su oportunidad, además, su madre podía contarle todo a Jerry después.

- Bien, hijo, ¿Qué es eso tan importante? - preguntó el hombre sentándose en el sofá de su estudio.

- Necesito saber que recuerdas de hace más o menos dos años. - preguntó Jared sentándose frente a él.

- ¿Sobre qué?

- Jensen.

- ¿Lo has estado investigando? - la voz de su padre comenzó a alzarse con principios de ira al sospechar por donde iba Jared.

- ¡No! Tú me conoces mejor que eso. Mandé a investigar su cartera financiera. - levantó las manos para que hiciera una pausa sabiendo que su padre le diría que eso era igual de malo. - No por las razones que estás pensando. Me enteré de que iba a tener una exposición y me tomé el tiempo de ver sus cuadros… Dios, padre ¿Los has visto?

Jerry negó con la cabeza - No, nunca fui a su casa, y bueno, Jeff nunca estaba tampoco, lo que se hacía muy difícil ir a verlo. Si queríamos verlo teníamos que pasar por el hospital. Pensamos que eventualmente, cuando las cosas se asentaran podríamos ir a ver sus obras. Siempre supimos que era bueno, Donna no paraba de mostrarme sus dibujos de la escuela, siempre quedaba en primer lugar. Entonces ¿Por qué lo investigas? - preguntó viéndolo fijamente.

- Quería invertir en el que sería mi esposo. Vi sus pinturas pero no tenía ni idea de cuanto podía valer su trabajo. Y sabes que no suelo invertir sin planificación. - respondió mientras se movía para bordear el escritorio y encender el ordenador.

- Vale, pero aun así ¿Por qué simplemente no se lo comentaste?

Jared no podía evitar mirarlo con cara de “¿Flipas?” cuando apartó la vista del ordenador.

- Estamos hablando de Jensen. El mismo Jensen que no te permitió pagarle la matricula de la universidad, el Jensen que insistió en pagarse la estadía en Paris ¿Querías que le hablara sobre mi intención de comprar algunas de sus pinturas? - preguntó Jared con incredulidad.

- Bueno, poniéndolo de esa forma… - dijo Jerry sonriendo, aun recuerda todas esas largas conversaciones pasadas con su yerno y lo creativo que se tuvo que poner cuando se fue a Paris para ayudarle sin que Jensen se diera cuenta.

- Ese es mi punto - resopló Jared mientras escribía el nombre de la galería.

- Entonces ¿Qué quieres saber?

- No tengo ninguna pregunta en concreto pero sé que algo pasó y algo malo. Quiero que él confíe en mi lo suficiente como para decírmelo, pero a la vez me da la sensación de que se me viene el tiempo encima y no sé porque.

- ¿Por qué piensas que es algo malo? - preguntó inclinándose hacia delante.

- Es una corazonada. Lenguaje corporal, realmente. Hay una brecha de dos años en las que no tiene presentaciones. Fue como si lo hubiesen arrastrado fuera del mapa profesional justo cuando comenzaba a forjarse un nombre. Simplemente no tiene sentido, y pensé que podrías recordar algo puesto que Jeff aun vivía aquí en ese tiempo.

Jerry se recostó unos minutos, tratando de reorganizar sus recuerdos.

- Bueno, como ya te he dicho, Jeff vivía más en el hospital que en cualquier otro sitio y cuando Jensen se marchó a Paris, no regresó a casa hasta la graduación de Jeff.

- Dijiste que algo pasó esa noche ¿No?

- También te dije que tanto Jensen como tu hermano no son del tipo de llamar la atención, pero sé que Jeff había estado intentando quedar con él en otras oportunidades y le frustraba mucho no poder hacerlo.

- Pero seguían en contacto, porque Jensen pudo venir - razonó Jared con el ceño fruncido.

- No estoy seguro, pero ese día Jeff parecía sorprendido de verlo. Y no sé quedó por mucho tiempo, eso hizo que tu hermano se pusiera mucho más tenso. Ahora que lo pienso, sí que lo noté extraño pero pensé que era porque tenía cosas de las clases en la cabeza, ya que no estaba seguro de cómo le iba con eso.

Jared se pasó las manos por la cara tratando de recordar algo pero no le venía nada a la cabeza. Claro que él casi no estaba en casa y cuando sí lo estaba era por trabajo. Le hizo sentir una mierda una vez más la forma en la que se manejaron las cosas esos últimos años, sabía que Jeff tampoco tenía mucho tiempo, pero eso no le quitaba el sentimiento de culpa por no haber podido compensar los momentos antes de que fuera tarde.

- ¿No te acuerdas de nada más? - preguntó con la esperanza de conseguir algo por donde comenzar.

- En realidad no. Solo que al poco tiempo Jensen se mudó de regreso al país, Jeff llegó a casa un fin de semana todo borracho.

- Recuerdo eso. - dijo Jared irguiéndose en su asiento. - fue hasta mi casa y yo no podía entender que diablos le pasaba, Jeff nunca se emborrachaba de esa manera. No quería arriesgarse a que alguien lo necesitara en el hospital y no ser capaz de ir.

- Sí, fue tiempo después de ese día que Jensen estuvo de regreso y tuvo ese accidente de coche. Recuerdo que pensé que el chico tenía que tomarse un descanso porque fue justo después de la muerte de Donna y él había estado en casa para poner las cosas en orden.

- ¿Jensen tuvo un accidente?

- Y uno muy malo. No pudimos verlo durante las varias semanas que estuvo en cuidados intensivos. Tu madre casi se vuelve loca.

- ¿Dónde diablos estaba yo? - preguntó con frustración, sabía que había pasado hace mucho tiempo pero le invadió el terror de que pudo perder a Jensen antes de ni siquiera tenerlo.

- Creo que en el extranjero filmando. Uruguay o África, no me acuerdo. Te fuiste casi nueve meses.

- Por Dios. - suspiró tumbándose en la silla, tratando de regular su respiración y los latidos del corazón para que la sangre volviera a fluir. - ¿Por qué no me lo dijiste?

- Jared, cuando estás fuera filmando ¿Cuántas veces consigues conexión decente?

- Oh… sí - recuerda la vez que rompió un móvil por pura frustración cuando intentó llamar a su madre por su cumpleaños. Durante esos nueve meses habría conseguido hacer como mucho cinco llamadas decentes ¿Quién dice que los actores son los únicos que sufren por el arte?

- Para cuando regresaste ya no valía la pena sacar el tema. Tu madre estaba tratando de alimentarte, Jensen estaba recuperado y saliendo con Jeff. - dijo Jerry encogiéndose de hombros.

- Supongo - murmuró - aun así hubiese sido bueno que alguien me lo contara.

- Siempre has odiado los secretos ¿No? ¿Podemos ahora ver esa galería? - preguntó Jerry moviéndose para poder ver las obras de su yerno.



Jensen no podía entender cuando se había vuelto dependiente a la presencia de Jared. No era como si no hubiese estado viviendo solo antes. Demonios, incluso cuando vivía con Jeff podía tranquilamente pasar una semana en la que no durmieran en la misma cama. Entre los horarios de hospital de Jeff y los repentinos ataques de inspiración de Jensen, era difícil coordinarse. El hecho es que la primera noche que Jared estuvo fuera de casa por un viaje de trabajo, Jensen no pudo dormir una mierda y después de dos horas sentado frente a un lienzo en blanco con un pincel limpio en la mano, dio eso también como causa perdida.

Entró en la sala y se acurrucó en el sofá, agarrando la manta del respaldar y buscando entre los cojines el control remoto. Recorrió los canales, los novecientos, sin encontrar nada más que comerciales, malas películas porno y otras tan horribles que no vería ni de coña, y eso que no tenía problemas con las pelis de mala calidad. Jeff solía burlarse de él cuando llegaba la noche de películas y le tocaba elegirla a él, pero se sentaban en el suelo con palomitas para verlas de todas formas. Finalmente decidió dejarlo en un canal de venta y ponerlo tan bajo que con dificultad distinguía las voces. Se echó hacía atrás cerrando los ojos, tratando de decidir donde quería poner sus tres piezas faltantes para la exposición, pero se quedó dormido antes de poder escoger la primera.



Jensen estaba seguro de que se volvería loco. Había pasado los dos últimos días organizando y reorganizando sus cuadros, tratando de encontrar el lugar adecuado. Sophia lo amenazó con no darle chocolate caliente nunca más y cree que escuchó a Chris decirle a Steve que rompería algo si Jensen le pedía por decimoquinta vez que le moviera las pinturas. Eso fue hace seis horas, y desde entonces, la galería estaba transformada. Había luces blancas y telas por todas partes, las mesas cubiertas con manteles y llenas de comida, todo daba un aspecto hermoso acorde con las obras que querían ser vistas.

A último minuto, cuando los de la galería decidieron que la colección estrella sería la suya, tuvo que alquilar un esmoquin. Todavía no estaba del todo convencido de que era una buena idea, pero fue capaz de manejarlo porque es publicidad gratuita para el albergue ya que allí se iban a repartir volantes informativos. Parte de las ganancias irían al centro, así que Steve y Chris también estaban allí, y en solidaridad tuvieron que usar esmoquin, como Jensen. Si algo había aprendido desde que comenzó en el mundo del arte, es que a las personas que iban a las exposiciones les gustaba gastar dinero y verse deslumbrantes mientras lo hacían, así que él pensó que si sacaba ganancias para el albergue, valía la pena soportarlo.

Jared lo llamaba por las mañanas y por las noches para saber como se sentía. Erin y Preston habían comenzado más tarde a trabajar en las estanterías por culpa de un trabajo de última hora, así que Jensen no estuvo tan solo en casa esos días, Jared quería saber también como había ido eso. Jensen no tenía idea de cómo trabajaban los hermanos, pero la mitad del primer día la pasaron sentados en la cocina discutiendo sobre obras de arte y que diseño las ayudaría a respirar mejor, así que le dijo a Jared que las cosas iban bien.

Jensen nunca le preguntó si estaría en casa a tiempo para la exposición porque no quería tener falsas esperanzas, pero Jared no hizo ningún comentario tampoco. Por extraño que parezca, Jensen le agradecía que no le hiciera promesas que no iba a poder cumplir, sabía que Jared haría su mejor esfuerzo para estar, pero había aprendido a no poner su fe en las promesas porque luego dolía mucho cuando se rompían.

Le alegraba un montón que esa fiesta fuera solo con invitación, porque su rostro ya le estaba doliendo por tener que mantener la sonrisa, le dolían los pies y la espalda lo estaba matando, además, tenía que hacer pis. Así que saber que era un número limitado de personas con las que tenía que interactuar, era reconfortante. Le alegraba ver que Chris y Steve lo manejaban todo tan bien como él, posiblemente iban a poder abrir esa nueva ala del albergue antes de lo planeado. La idea le hizo sonreír, aunque lo que tenía en la mano era un vaso de agua, cuando normalmente necesitaría tres copas de champagne para sobrevivir a eso.

Continuará

fanfics, an unexpected love, traducción

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