CAPITULO 5
Parte 1
Jared pasó toda la mañana y la tarde del día siguiente limpiando las habitaciones de invitados. Sacó todos los muebles de la que sería de Jensen, comenzando por la cama, quitó todas las fotos de las paredes y el espejo que estaba sobre la cómoda. Luego se trasladó a la habitación que sería del bebé, donde hizo lo mismo. Cuando terminó, llamó a la compañía de mudanzas para que se llevaran todo al almacén que él y sus padres tenían alquilado. Chad se comprometió a encontrarse con ellos allí para que Jared pudiera reunirse con la diseñadora.
Se duchó, se afeitó y se vistió rápidamente, a último minuto decidió imprimir varias páginas del catálogo de Jensen. Eso le ayudaría porque no estaba seguro de poder encontrar las palabras para poder describir cuan especial era su futuro marido. Imprimió obras en, lo que el llamaba, tonos calidos y otras en tonos fríos, eran escenas que tenían playas, y campos llenos de flores silvestres, y otras montañas cubiertas de hielo. Jared quería asegurarse de que la diseñadora viera ambas partes de Jensen.
Ya había ordenado el catálogo para que le fuera entregado en la oficina, se moría de ganas por tocar las páginas brillantes en lugar de estar reprimiendo el impulso de querer tocar la pantalla del ordenador. La había tenido que limpiar tantas veces que posiblemente le terminaría dando un corto circuito. Cogió las hojas, las llaves y corrió hasta la puerta porque no quería llegar tarde. Al final, llegó al restaurante con quince minutos de sobra, le dio tiempo de sentarse y relajarse.
Vio como la anfitriona del restaurante se acercaba con una mujer pequeña y rubia. Se preguntó, no por primera vez, por qué su vida esta compuesta de mujeres delicadas a las que temía partir si las apretaba demasiado. Cuando por fin llegaron a la mesa y la chica se presentó, Jared se relajó al estrechar su mano y darse cuenta de que la chica era de todo menos frágil.
- Bueno, he escuchado que tiene algún tipo de emergencia - comentó ella de forma directa.
- Sí, necesito tener lista una habitación para este fin de semana para que pueda ser ocupada el lunes. - respondió.
- Hmmmmmm
El camarero apareció en ese momento, paralizando cualquier comentario. Después de que tomó la orden de ambos y se marchó, Jared esperó en silencio a que ella continuara. No estaba acostumbrado a sentirse incómodo en las reuniones, y menos a no tener el control.
Finalmente no pudo soportarlo más y preguntó.
- ¿Puedes hacerlo?
Ella lo miró fijamente durante un momento y luego sonrió. - A menos de que quieras un calabozo para un esclavo, estoy segura de que será posible.
Jared se atragantó con el agua, - Nada de eso, señorita Bell. - consiguió decir.
- Kristen, por favor. Entonces ¿Qué es exactamente lo que necesitas y por qué tanta prisa? Si no te importa que pregunte, claro.
- Es complicado - murmuró. Desde que habló con Alona había estado preocupado por cómo podría explicarle las cosas a la diseñadora.
- Escucha, Jared. No te importa que te llame Jared ¿verdad?
- No, por supuesto.
- Bueno, aquí está la cosa. No me importa si quieres un columpio sexual colgando de tu techo, puedo hacerlo y conseguir que quede discreto. Sea lo que sea que necesites, puedo hacerlo. Piensa en mi como un médico o un abogado, incluso firmaremos un sencillo acuerdo de confidencialidad. No será algo nuevo, créeme, así que cualquier cosa que creas necesario decirme para poder hacer bien mi trabajo, dímela. - dijo Kristen y se acomodó en su silla a esperar que Jared hablara.
Él se le quedó mirando fijamente hasta que se animó. Definitivamente aquella era la conversación más extraña que había tenido hasta ahora.
- Me voy a casar el fin de semana. - dijo. Ella asintió y se quedó esperando a que él continuara. - No es el convencional “novio y novia que se enamoran, se comprometen y hacen una gran boda con sus familiares y amigos”. El hombre con el que me voy a casar está embarazado. Nos conocemos de prácticamente toda la vida, pero hasta hace poco tiempo él estaba con alguien más. Alguien muy cercano a los dos, demasiado, en realidad. - Jared se detuvo de nuevo a la espera de alguna pregunta.
Kristen simplemente seguía mirándolo, a la espera de que continuara. Su falta de curiosidad estaba comenzando a ponerlo nervioso.
- En fin, él tendrá su propia habitación, al menos por ahora, y quiero que sea algo que de verdad le guste, no la común habitación de invitados. - culminó Jared.
- Así que vamos a ver si te sigo. El hombre con el que te vas a casar es quien ocupará la habitación que quieres redecorar y está embarazado. También voy a suponer que el hombre del que hablamos, era el prometido de tu hermano, y está embarazado de tu hijo, no es que realmente importe de quien es. También voy a suponer que tienes sentimientos fuertes hacia él que van más allá de la responsabilidad de un embarazo y cuidar del niño. ¿Correcto? - esperó con calma mientras Jared la miraba boquiabierto.
- ¿Cómo sabes todo eso?
- Porque hago mis deberes, Jared. Me gusta saber con quien estoy trabajando, y lo que esperan de mí. Eso me ayuda a asegurarme de que queden contentos. Ahora bien, no me importa el porque ni el cómo de la relación, pero el saber esto me ayuda a mentalizarme y así conseguir lo que quieres ¿Cuál es el nombre del caballero?
- ¿No has encontrado eso? - preguntó con sarcasmo.
- No, te investigaba a ti, no al novio de tu hermano. En la búsqueda salió a relucir la muerte de tu hermano y hacía referencia al prometido. Solo utilicé la información que ya tenía y la junté con la que me acabas de decir.
- ¿Seguro que estás en el negocio correcto? - preguntó.
- ¿Sabes? Eso me lo preguntan mucho. Me encanta mi trabajo, pero si algún día necesito un cambio de carrera, supongo que sé por cual decidirme. Entonces ¿Para quién es la habitación?
- Se llama Jensen.
- Bien, ahora dime qué es lo quieres hacer por Jensen.
- Quiero que se sienta cómodo, que se sienta es su casa.
- ¿Sabes que tipo de cosas le gustan?
- No. Nosotros crecimos juntos pero nunca compartimos demasiado, luego me marché a la universidad y prácticamente ni lo veía, así que no tengo ni idea.
- Hmmmm… siempre se pueden hacer algunas investigaciones.
- No creo que te sirva de mucho - dijo Jared.
- ¿Y eso por qué?
- Bueno, estuve buscando antes de reunirme contigo para tener algo más que decirte pero solo hay un par de páginas en internet con información personal.
- ¿Y que decían?
- No sé, no las leí.
- ¿Por qué no?
- Porque cuando me entere de algo, quiero que sea porque él confía lo suficiente en mi como para decírmelo. Solo estaba buscando información sobre su trabajo.
- ¿Y encontraste algo? Eso podría ayudar.
- Oh sí, imprimí algunas fotos de la exposición que está por hacer. - respondió sacando la carpeta que había dejado a un lado.
Esperó mientras Kristen se tomaba su tiempo para ver cada imagen. Cuando terminó las colocó de nuevo en la carpeta con cuidado.
- ¿Dices que hará una exposición?
- Sí, más o menos dentro de un mes ¿Por qué?
- Tengo algunos clientes que están redecorando sus casas de veraneo y estoy segura de que estarían interesados en estás piezas. - dijo Kristen tocándose la barbilla pensativa. - lo verificaré luego de que termine la habitación que quieres. Creo que ya tengo una buena idea, pero me gustaría ponerla en marcha sin tener que ponerte al tanto de todos los detalles ¿Eso estaría bien?
- ¿Alguna razón en particular para eso? - preguntó Jared. No se molestó en decirle que había aprendido por experiencia que obtenía mejores resultados cuando le decía a la gente lo que necesitaban, que el dinero no sería problema y luego dejándoles decidir lo que pensaban que podía funcionar. Era increíble lo creativa e innovadora que se volvía la gente cuando se les daba la oportunidad.
- Bueno, para empezar, si tengo que rendirte cuenta de todo, no hay forma de que lo tengamos listo para la fecha límite, por no mencionar que es mi trabajo y soy muy buena en ello.
- Bastante justo. Si necesitas ayuda estaré encantado de colaborar el fin de semana. No voy a estar el viernes pero dejaré a un amigo para que puedas entrar y salir sin problema y te ayude si lo necesitas. - le ofreció.
Kristen parecía extrañada por la oferta pero sonrió y asintió con la cabeza. - Claro, si necesito algo de músculo gritaré.
- ¿Cuándo quieres empezar?
- Tenía la esperanza de poder ver el lugar esta noche. Quiero poder crear un diseño hoy y buscar los materiales mañana.
- Me parece bien. De hecho, acabo de vaciar la habitación y la que será para el bebé, pensé que eso lo agilizaría todo, pero tampoco espero que trabajes durante todo el día. Si necesitas ayuda extra por favor dímelo, puedo pagarla. - le aseguró.
- Oh, si necesito ayuda tengo a alguien que estará al pendiente. - dijo ella con una sonrisa picara.
Jared tuvo un poco de curiosidad, pero supuso que averiguaría quien era si iba a ayudar, ya que él estaría casi todo el tiempo en casa.
Kristen lo siguió en su coche para que ninguno quedara atascado en el tráfico de la ciudad.
- Alona hizo un trabajo increíble, como siempre. - dijo Kristen mirando la casa, sus alrededores y la forma en la que las luces iluminaban todo.
Jared nunca había sido fan de las casas oscuras, así que le había preguntado a Alona si conocía a alguien bueno en iluminación externa. El joven que apareció, acababa de heredar el negocio familiar y su padre estaba muy mal de salud. A Jared le preocupaba que todo el trabajo le quedara grande a un chico solo, pero Martino le aseguró que había trabajado con su padre durante años, y después de escucharle hablar sobre plantas y luces, Jared le dijo lo que quería y le dio rienda suelta.
Dos meses después, el patio trasero, que estaba bastante descuidado en comparación con el frontal, mostraba una fluidez de árboles y plantas con flores que formaban un camino alrededor, y una pequeña parte estaba organizada con piedras y bancos de madera que hacían juego con el exterior de la casa. Los bancos tenían pegados cojines en tonos oscuros, marrones y verdes que permitiría que los visitantes estuvieran cómodos, pero lo que no dejaba de sorprender a Jared, era como todo se veía con las luces nocturnas.
Martino había ajustado las cosas de tal forma que cuando el censor detectaba su aproximación a la casa, se encendían las primeras luces, al pulsar el código de entrada se encendían otras y así formando un camino hasta el inicio de la calzada. Estaba todo cronometrado. Las luces de la puerta estaban conectadas también desde el punto que bajaba del coche y caminaba hasta allí. Todo eso no sólo hacía que Jared se sintiera menos solo, sino que proporcionaba una seguridad maravillosa.
Kristen estaba tan impresionada como todos los demás que visitaban su casa de noche, de inmediato le pidió el número del chico y Jared no dudó en dárselo. Le dio un pequeño recorrido por la casa porque ella quería asegurarse de que lo que tenía en mente para Jensen no entrara en conflicto con el resto de la decoración, no es que a Jared le importara mucho ese detalle. Si por casualidad a Jensen le gustaba el rosa con lunares, él se lo pondría. Kristen le preguntó quien le había hecho la decoración hasta ahora y se mostró un poco sorprendida cuando le dijo que la había hecho él mismo.
- Creo que si tuvieras tiempo, tu mismo podrías decorar esto - dijo ella cuando estaban de pie en el medio de la habitación que sería de Jensen.
- Tal vez, pero quiero estar seguro de que quede bien hecha. Tiene que ser perfecta.
- No, Jared, no tiene que ser perfecta, tiene que ser especial. Y siendo este el caso y tomando en cuenta que tienes buen gusto, voy a ponerme a trabajar con todo esta noche para que lo veas mañana en la mañana antes de ir a casarte.
- Pensé que no querías rendirme cuenta de los detalles.
- No, y no lo haré, pero mientras más lo pienso más segura estoy de que necesitas formar parte importante del resultado que quede en esta habitación. Por eso te mostraré varias opciones pero serás tu quien tome la decisión final. Y será el sábado y el domingo cuando te convierta en mi esclavo. - dijo con una sonrisa que lo amedrentó.
Jared gimió preguntándose quien lo había mandado a abrir la boca y ofrecerse.
- No te preocupes, cariño, no serás el único. - dijo Kristen con una sonrisa picara.
Después de eso, Jared comenzó a mostrarle los detalles que hacían a esa habitación diferente a las demás. Cosas como puertas francesas y su propio balcón donde había una pequeña mesa y una silla para sentarse, también tenía un armario muy amplio y su propio cuarto de baño, ahora que lo pensaba, era una habitación bastante grande.
- ¿Te gustaría rehacer el baño también?
- Lo había olvidado, pero sí, si tenemos tiempo estaría bien. Me gustaría que este a juego con lo que quede en la habitación.
- Dijiste que habías vaciado también el cuarto que será para el niño. ¿Quieres hacer eso luego?
- En realidad tengo la esperanza de que Jensen quiera que hagamos eso juntos. - murmuró tímidamente.
Kristen sonrió y asintió - Está bien, bueno, en lo que llegue a casa comenzaré ¿A que hora te vas mañana?
- Tengo que estar en casa de mis padres a las dos, así saldré de aquí a la una.
- De acuerdo ¿Te parece bien si vengo a las diez? Quiero mostrarte las opciones y trabajar un poco sobre eso. Mientras estás en la boda compraré lo necesario, si no te importa dame el número de tu amigo para llamarlo y así poder venir luego. ¿Irán a un hotel mañana en la noche?
- Um, no - se sonrojó Jared. Últimamente le estaba pasando mucho eso y lo estaba volviendo loco - no quiero presionarlo - le explicó.
- Buena decisión. No sé todos los detalles, pero siempre es bueno tomárselo con calma en una relación nueva. - coincidió Kristen.
Bajaron las escaleras y Jared la acompañó hasta su coche con la promesa de tenerle café y desayuno en la mañana. Sentía que se había quitado un gran peso de encima al conocer a Kristen, tener las habitaciones vacías y un plan en marcha.
Sophia se sentó en la cama viendo a Jensen pelearse con su armario, cada vez a un ritmo más frenético.
- ¿Jensen, exactamente qué estas buscando? - preguntó al fin, después de quince minutos de escucharlo murmurar para si mismo.
- No sé que ponerme.
- ¿Ponerte para qué?
- ¡Para mi boda! - respondió con exasperación apoyándose del armario.
- Oh, vale, pues ¿por qué no lo dices desde un principio?
- Pensé que ya lo había hecho.
- No. Dijiste, y cito “Sophia, ven. Necesito ayuda con algo. No se que ponerme.” Fin de la cita.
- Sí… eso fue un poco vago. - admitió Jensen asintiendo con la cabeza.
- Bueno, es informal ¿verdad? Es decir, serán sólo ustedes dos.
- Es casa de sus padres, así que supongo que estarán ellos también. - dijo con nerviosismo.
- Los conoces ¿No? Viviste allí desde niño, y luego estabas con… pues, Jeff. - indicó ella de forma casual, tratando de mantener lejos los temas dolorosos.
- Sí, pero ahora mismo las cosas son más complicadas. Quiero decir, Soph, joder, probablemente piensan que soy una especie de puta por la forma en la que me metí en la cama con Jared.
- Estoy segura de que no piensan de esa manera, y si lo hacen, házmelo saber. - el tono de voz de Sophia preocupó a Jensen.
- Prefiero no decírtelo y así nos libramos todos de ir a la cárcel ¿Qué te parece? - sugirió.
- Tú haz lo que creas mejor, yo haré lo mismo. - dijo con una sonrisa enorme que no mejoraba en nada la situación.
- Sophia, en serio, ayúdame a encontrar algo que ponerme. Aun me falta empacar mis cosas, embalar los lienzos….
- Detente antes de que te de un derrame cerebral o algo. Primero te ayudare a buscar la ropa, luego con el embalaje ¿Le has preguntado a Jared sobre la mudanza?
- Sí, me llamó para decirme que el domingo debería venir el camión de mudanza a recogerlo todo. Vendremos aquí después de la boda y me ayudará a empacar. Me dice que tiene un almacén donde puedo meter las cosas que no me voy a llevar por ahora, así tendré tiempo de decidir que hacer con ellas.
- Está bien, así que no es imprescindible que tengas todo listo para esta noche, puedes tomarte un respiro. - dijo Sophia tomando su mano para que se sentara a su lado.
- Sé que sólo me preocupo estúpidamente pero son demasiados cambios. Primero Jeff, luego el embarazo, no es que me arrepienta de eso último - se apresuró a decir - pero es enorme, es decir, es una pequeña persona de la que soy responsable, luego Jared, que quiere más de mi, y no estoy seguro de que pueda dárselo algún día.
- ¿Qué es exactamente lo que él quiere? - preguntó Sophia con sorpresa. Ella sabía que Jensen se estaba guardando algo, pero parece más importante de lo que creía.
- El quiere que nuestro matrimonio sea tradicional. Me lo dijo la noche que fuimos a cenar, no quiere casarse conmigo solo por el bebé. Quiere que estemos juntos.
- ¿Qué le dijiste?
- Le dije que no sabía si alguna vez iba a querer estar con él de esa manera. Que tal vez el bebé sería lo único que nos mantuviera unidos. - confesó.
- ¿Se enojó por eso?
- No, dijo que lo entendía, pero que estaba dispuesto a correr el riesgo y esperar. - suspiró pasándose una mano por el cabello.
- ¿Es eso lo que te preocupa? ¿No llegar nunca a quererlo de esa manera? - preguntó Sophia.
Jensen se encogió de hombros y bajó su mirada hasta las mangas de la camisa. Tenía un agujero y él no dejaba de jalarlo hasta hacerlo más grande. No sabía como explicar que lo que le aterrorizaba era precisamente lo contrario, llegar a querer a Jared con el tiempo, incluso pensarlo hacía que la culpa le diera una punzada en el pecho que le hacía sentir enfermo y deprimido. El había amado a Jeff, de eso no había ninguna duda, pero pensar en el bebé que tenía ahora le hacía cuestionarse que hubiese sido de su vida si las cosas con Jeff hubiesen llegado a buen término.
Siempre había querido tener una familia. Ser hijo único le hizo sentir solitario. Cuando su madre comenzó a trabajar en casa de los Padalecki y Jensen conoció a Jeff, sintió que algo hizo clic de inmediato, era como tener a un hermano. Jensen era honesto con él mismo. Jeff eventualmente iba a querer una familia también, pero no tan pronto como Jensen la deseaba. Estaba seguro de que eso iba a ser un problema. Siempre había sido bueno lidiando con eso, pero en el fondo le alegraba el no tener que hacerlo y eso le estaba haciendo sentir como un hijo de puta.
- Tal vez, no sé. Creo que aun estoy sufriendo los efectos de la falta de cafeína. - se quejó.
- Awww pobre bebé.
- Lo sé, vale la pena pero la extraño - era muy conciente de que estaba a punto de lloriquear.
- Esta bien ¿Qué te parece esto? Decidiremos que te vas a poner y luego bajaremos a la tienda a comprar chocolate, eso sustituirá un poco la cafeína, luego regresaremos para empacar algunas cosas.
- Está bien, pero en ese armario no hay nada.
- ¿Qué vas a vestir en la exposición?
- Lo mismo que llevaré a la inauguración del albergue, y no pienso llevarlo también en mi boda. - dijo con un puchero.
- ¿Por qué no?
- Primero, me niego a usar el mismo traje en tres eventos, segundo, es un traje oscuro y no quiero eso para mi boda.
- ¿Era el traje negro que usaste en… ya sabes?
- Sí, y eso fue un compromiso. No lo quiero para esto. - dijo cruzando los brazos al nivel del pecho.
- Vale, vale ¿Le preguntaste a Jared si sería algo casual o elegante?
- Sí, y me dijo que yo decidiera. Le respondí que lo mejor sería algo casual, pero no me di cuenta en ese momento que toda mi ropa era o demasiado informal o demasiado formal, como la de las exposiciones. No tengo nada intermedio. - suspiró Jensen.
- ¡Genial!
- ¿Por qué diablos eso es genial?
- Porque eso significa que iremos de compras, y deja de maldecir delante del bebé - le reprendió.
- Mald… mierda, sigo olvidándolo. Lo he estado haciendo bastante bien, pero de vez en cuando se me olvida. ¿De verdad tenemos que ir de compras? Sabes lo mucho que lo odio. - Jensen sabía que hasta ahora no había hecho más que quejarse pero no le importaba.
- Sí, pero te prometo que iremos primero por chocolate, y que no estaremos fuera mucho tiempo. Sé que te cansas con facilidad. - dijo ella tomando su bolso y halándolo hasta levantarlo de la cama.
- Está bien, déjame buscar mi móvil - respondió camino a la sala.
El viernes, Jared se levantó antes de que saliera el sol. No había podido dormir más de cuatro horas por culpa de los nudos en su estómago. Se casaría ese día, a menos que Jensen cambiara de opinión. Le daban ganas de golpear la cabeza de Chad contra la pared por poner la cita para la tarde, tenían que haberlo hecho a las nueve de la mañana. Así él tendría menos tiempo para ponerse de los nervios. Se sirvió una taza de café y comenzó a buscar información sobre el embarazo para saber en que etapa estaba el bebé. Estaba obsesionado con eso.
Jensen tenía ya seis semanas, lo que significaba que los brazos y las piernas estaban comenzando a formarse, el bebé comenzaría a moverse pronto. El corazón comenzaba a ejercer sus funciones y las cuerdas vocales y la lengua ya estaban haciendo acto de presencia. Lo que tenía por seguro es que lamentaría si el niño no sacaba nada de él. Finalmente cerró la página de embarazos y revisó sus correos electrónicos, tanto los personales como los de trabajo. Cuando vio el reloj le alegró darse cuenta de que ya eran las siete. Fue al gimnasio para gastar una hora y así quitarse algo de estrés, tomó una ducha y se vistió con unos vaqueros y una camisa, luego puso a preparar otro poco de café para que estuviera listo al momento en que llegara Kristen.
Estaba en medio de la preparación de los panqueques cuando el timbre de la entrada sonó. Miró por la cámara de seguridad para verificar que era Kristen, y quitó la comida del fuego antes de ir a abrirle. La chica estaba allí de pie con una caja y unas bolsas llenas de… bueno, él no estaba seguro de qué, pero se estaban desbordando, así que la ayudó con un montón y los dejó sobre el sofá. Kristen hizo lo mismo con el resto que tenía en las manos.
- No tenía ni idea de que querías comer, pero personalmente me gusta un buen desayuno. Si eres de esas personas de “solo fruta” entonces hay melones, fresas y uvas frescas en el refrigerador. - dijo Jared.
- Adoro la fruta pero estoy a favor de un desayuno completo. ¿Qué vamos a comer? - preguntó acercándose a la cocina.
- Hice panqueques, salchichas, bacón, tostadas y huevos. Hay café y jugo fresco, si estas de acuerdo sacaré los platos.
- ¿Siempre sueles cocinar por las mañanas?
- En realidad no, suelo comer una tortilla rápida o cojo algo de camino al trabajo. Sin embargo con tantos cambios creo que me gustaría pasar más tiempo en la cocina. - dijo Jared sentándose y poniendo jugo en ambos vasos.
Cuando terminaron de comer, cogieron todas las muestras de colores y los pusieron sobre la mesa. Kristen comenzó explicándole lo que podía ir en las paredes y después siguió con lo demás. Los pisos eran de madera pero ella conocía un lugar donde vendían unas alfombras increíbles que irían en conjunto. Jared escogió el color verde pálido para las paredes y otro color crema para combinar, estaba seguro de que crearía un ambiente calido y acogedor.
Los muebles eran en mezquite para que hicieran juego con el resto de la casa, pero tenían un aire a los trozos de madera que se podían encontrar en la playa. Viendo toda la combinación se daba cuenta de que podía ser bastante confortable. Se aseguraría de que el colchón tuviera todo la comodidad y apoyo que Jensen necesitaba para su espalda, estaba pensando en llamar al medico de la oficina, explicarle la situación y que el le hiciera una recomendación, no creía que a Jensen fuera a molestarle que hablara de eso con el medico sin informarle, puesto que no le estaba diciendo nada del otro mundo. Todos los muebles llegarían el domingo por la mañana, así como el conjunto de sillones que iban afuera y estaban decorados en beige, además de la pequeña mesa de la terraza.
Jared no se podía decidir por un color para el baño, así que Kristen sugirió un verde que hiciera juego con el de la habitación, tenía toques azules que ayudaban a mantener una continuidad. Decidió no poner demasiadas cosas en la pared, en caso de que Jensen prefiriera algunas imágenes en particular, pero tenía los necesarios como para que la habitación se viera completa, lo mismo con los adornos. Jared le dijo que acomodara unas velas alrededor ya que había notado muchas en casa de Jensen cuando fue a verlo.
Antes de que Kristen se marchara, le dio el número de Chad, luego de despedirse Jared subió a su habitación para arreglarse para su boda.
En realidad Sophia no había planeado quedarse a pasar la noche, pero para el momento que llegaron de comprar y terminaron de empaquetar algunas cajas, estaba agotada. No tenía que ir a trabajar hasta la una y Jensen decidió pintar un poco. No fue hasta media noche que consiguió agotarlo lo suficiente como para que se fuera a dormir y aun así tuvo que prometerle que estaría allí en la mañana.
No fue hasta las diez de la mañana que apareció en la sala frotándose los ojos con sueño y haciendo un esfuerzo porque el olor de la comida que estaba preparando Sophia no lo mandara directo al baño. Estaba tan cansado de comenzar el día doblado sobre el inodoro que no sabía que hacer.
- Hey - murmuró sentándose en el asiento más alejado de la estufa.
- Hey, estoy haciendo huevos con bacón ¿Quieres un poco? - dio la vuelta cuando no escuchó una respuesta, al ver a Jensen se dio cuenta de que estaba transparente como un fantasma.
- Oh, cielo, lo siento. Olvidé que los alimentos no te están cayendo bien -dijo encendiendo el extractor y abriendo la ventana para que se fuera el olor.
- Está bien, algún día seré capaz de desayunar otra vez. - le sonrió de medio lado.
- Anoche estaba pensando… - hizo una pausa mientras quitaba los huevos de la hornilla.
- Eso nunca es algo bueno - sonrió Jensen, sacó el jugo de la nevera y vertió un poco en dos vasos, luego se puso a hacer tostadas.
- Cállate. No te oído decir nada de la casa de Jared.
- Eso es porque nunca he estado allí.
- ¿Nunca? ¿Por qué no?
- No sé. Jeff siempre estaba ocupado y Jared pasaba mucho tiempo fuera de la ciudad. Siempre que se reunían era en casa de Jeff o de sus padres. - se encogió de hombros poniendo un poco de mantequilla sobre una de las tostadas, deseando que el bebé fue comprensivo con su estómago.
- Oh, bueno, si es así esta bien. - dijo luciendo un poco perdida con las palabras.
- ¿Por qué eso es un problema?
- Bueno, no, es sólo que recuerdo lo difícil que fue encontrar este lugar…- sus palabras se apagaron antes de terminar.
- Oh, Dios, ni siquiera lo había pensado, él probablemente vive en un mausoleo de cristal moderno y acero. - se encogió en si mismo al pensar en ello.
- ¿Quién sabe? Quizás te sorprende. Quiero decir, Jeff vivía en la playa - dijo Sophia tratando de retirar sus palabras. No tenía intención de poner más nervioso a Jensen, solo tenía curiosidad.
- No sé si puedo vivir en un lugar así. Es decir, un sitió sin sentimientos. Frío.
- Jensen, aun no sabes como será. Deja de darle vueltas. Además, si no te gusta estoy segura de que Jared no tendrá problema en redecorar.
- ¿Por qué haría algo como eso? - preguntó perplejo.
Ella sonrió satisfecha de que por lo menos el ataque de pánico lo había dejado de lado.
- Bueno, es obvio que él quiere que seas feliz, y si su casa te hace miserable, hará todo lo posible por cambiarla.
Jensen abrió la boca con la intención de decirle loca pero luego la cerró, ya que no creía que estuviera del todo equivocada. Jared quería que esto fuera más que una relación de nombre, y Jensen no estaba seguro hasta que punto llegaría para lograrlo.
- Puede que sea cierto, pero nunca sacaría ventaja de eso.
- Lo sé, pero estoy segura de que podrán llegar a un acuerdo ¿No?
Jensen suspiró sabiendo que ella tenía razón. Y lo estaba comprendiendo hoy. Tenía ganas de que la boda pasara de una vez, y asentarse de una vez en casa de Jared, así quizás puedan de una vez armar una rutina normal. Esas constantes subidas y bajadas de adrenalina lo estaban agotando.
- ¿Sabes que más me he estado preguntando pero no sé como sacarlo a la luz? - comentó Jensen quitándose una mancha de pintura de la uña.
- ¿Qué será? - preguntó Sophia.
- Jared no ha dicho nada acerca del acuerdo prenupcial.
- Vale ¿Es porque quieres uno o porque crees que él quiere uno?
- Tiene mucho dinero ¿No te parece normal que quiera protegerse a si mismo? Creo que es algo importante pero no ha dicho nada.
- ¿De que debería protegerse exactamente? ¿De ti? - le preguntó ella frunciendo el ceño.
- Sí, quiero decir, no. Sabes a lo que me refiero.
- No, realmente no - dijo caminando hasta la sala para recoger las cosas que había dejado esparcidas durante la noche. Tenía que llegar a su casa para ducharse, cambiarse e irse al trabajo.
- Podría divorciarme de él y tomar la mitad de su dinero, arruinar su reputación, no sé - dijo caminando detrás de ella, tenía la mirada perdida hasta que lo agarró y le hizo sentarse en el sofá.
- Jensen, tu nunca harías algo así.
- Pero podría hacerlo, ese es el punto.
- Cariño, no tienes punto. - dijo agachándose para besarlo en la frente. - Ahora, ¿Por qué no subes, te das una ducha y te vistes? Así puedes llegar temprano a casa de los padres de Jared.
- ¿Para que quiero llegar temprano? Ya de por sí quedamos antes para tener tiempo de hablar con ellos.
- Para que puedas plantearle a Jared lo del acuerdo prenupcial, pero creo que él te dirá lo mismo que yo.
Jensen hizo una mueca mientras ella se dirigía a la puerta.
- ¿Sabes? Esos gestos te hacen salir arrugas. - dijo sin ni siquiera mirarlo.
Jensen rodó los ojos y le sacó la lengua.
- Tu cara se quedará así para siempre y ni siquiera Jared va a querer casarse contigo. - dijo Sophia antes de salir y cerrar la puerta.
- ¿Cómo demonios sabes que estoy haciendo…? Mierda. - se quejó para si mismo mientras subía a su habitación para ducharse y vestirse.
Pensó que si se daba prisa, sería capaz de atrapar a Jared antes de que entrara a casa de sus padres, y así poder discutir lo del acuerdo prenupcial en privado. Tenía que haber sacado el tema antes, pero estaba esperando a que Jared lo hiciera primero. Sin duda, el hombre iba a querer proteger todo por lo que había trabajado.
Jared esperó todo el tiempo que los nervios le permitieron pero finalmente tuvo que ir a casa de sus padres. Le había dicho a su madre que llegaría a las dos, pero eran más o menos la una cuando aparcó en el garaje. Llegó a la puerta principal y se dejó guiar por las voces con la esperanza de encontrarlos a ellos. Lo que encontró fue gran cantidad de personas vestidas de camareros, cocineros, floristas, decoradores y otros de limpieza.
- ¿Mamá? - Jared tuvo que levantar un poco la voz para hacerse oír por encima de todas las conversaciones de la cocina.
Sherri se dio la vuelta con una mirada de sorpresa en su rostro. - Hola cariño, llegas temprano.
Lo apretó en un abrazo y le dio un beso, por alguna razón le hizo retroceder hasta cuando tenía 13 años e iba a su primer baile de primavera.
- Te ves muy bien, creo que me gusta mucho este estilo casual. - dijo asintiendo.
Jared había decidido ponerse unos pantalones negros, y una camisa azul claro de botones y manga larga. No se puso corbata, así que los botones superiores estaban abiertos, mostrando el cuello.
- Y… ¿Qué es lo que pasa en esta cocina? - preguntó mientras su madre lo llevaba a otra parte de la casa.
- Jared, solo porque Jensen y tú estén haciendo las cosas con tanta prisa, no significa que no puedan tener una boda decente. - razonó ella.
Jared negó con la cabeza, tenía que haber imaginado que ella haría algo así. De ninguna manera iba a permitir que esa boda fuera solo ellos parados en la sala diciendo sus votos. Necesitaba advertírselo a Jensen antes de que se pusiera como loco.
- Vale, vale - se rió Jared. - Muéstrame que más has hecho. Dijo con una sonrisa que intentaba parecer inocente.
- ¿Qué te hace pensar que hice algo más?
- Pues que todavía no he visto a papá y eso significa que, o lo tienes haciendo recados de ultima hora, o está escondido. Quizás ambas cosas.
- Tu padre no está escondido - le reprendió ella, pero el efecto se perdió por la risa que no pudo contener mientras lo conducía hasta la puerta de atrás, al jardín.
Mientras se acercaban a la piscina, Jared podía ver el mirador, o lo que solía ser. Ahora tenía un gran techo y paredes de tela que lo convertía en un espacio cerrado. Jared pasó la mano por la tela y se dio cuenta de que no era nada especial, pero aun así podía sentir calor en el interior, seguramente había un calefactor.
En realidad era algo agradable a la vista. Era de color crema con hilos de plata que mantenían una buena distancia, la forma en la que el sol se veía atrapados por ellos creaba una especie de danza brillante. Apartó las cortinas y entró.
El interior era agradable, acogedor sin ser muy caliente. No tenía ni idea de donde habían escondido la calefacción, no había rastros. Su madre había creado un espacio simple con candelabros puestos en semicírculo, hiedra fresca creando un camino hasta la zona principal. Y velas. Había también un pequeño podio para que el juez pusiera sus papeles.
- ¿Te gusta? - preguntó Sherri mordiéndose el labio.
- Es hermoso, mamá. - respondió con un nudo en la garganta.
- Bueno, no está del todo terminado, pero no iba a dejar que comenzaran su vida juntos sin algo especial. - dijo.
Estando allí, vio a varias de las personas de la cocina corriendo con cestas adornadas con hilos de plata, estaban llenas de flores color granate y crema, puestas sobre un follaje verde oscuro, parecían puestos al azar pero luego se dio cuenta de que tenían sincronía.
- Voy a tener que acomodar un par de mesas más - dijo señalando otro punto del mirador - así todo podemos sentarnos y tener una buena cena antes de que ustedes se marchen.
- Gracias, mamá. No tenías porque hacer esto, es maravilloso. - dijo Jared mientras le besaba la cabeza - No vamos a ir a ningún lugar especial. Solo a casa de Jensen para ayudarlo con el embalaje. No quiero que se ponga a levantar cosas de peso, y esta es la única forma que se me ocurre de mantenerlo vigilado.
- ¿Por qué no hacen eso la próxima semana? Usen el fin de semana para reconectar el uno con el otro. - propuso Sherri.
- Mamá, voy a necesitar más de un fin de semana para crear la conexión que quiero con Jensen. Honestamente, los dos estamos cansados de todo este agite. Prefiero avanzar todos estos pasos para tratar de encontrar la normalidad. Además, no eres la única que está haciendo decoración en fin de semana - confesó.
- ¿Qué estás haciendo? - preguntó su madre.
- Estoy redecorando la habitación de invitados. No quiero presionar a Jensen porque sé que no está listo, y no quería que se ubicara en una habitación cualquiera, así que contraté a una decoradora para que me ayudara con eso este fin de semana, tenerlo todo listo para que se mude el lunes. El tiene que trabajar estos días en la exposición que está por venir, y algo de un albergue, no estoy seguro de que, pero lo averiguaré más adelante. Así que tengo todo ese tiempo para ayudar a Kristen a que termine la habitación.
- ¿Vas a decorar también el cuarto del bebé?
- No, solo el de Jensen. Espero que él quiera que trabajemos en lo otro juntos. - respondió.
Ella le acarició la mejilla - Siempre se lo digo a tu padre, no hemos criado ningunos tontos.
- Eso no era lo que decías un par de noches atrás. - murmuró Jared.
- Oh, pero no he dicho que a veces no actúes como tal, pero definitivamente no lo eres. - sonrió al escuchar el coche en la entrada. - bueno, vamos a ver si ese es tu padre. - dijo caminando hasta el interior de la casa.
Entraron esperando ver a Jerry en la cocina o en la sala, pero no estaba en ninguna parte. Jared fue rápidamente sorprendido por el sonido del timbre.
- Yo abro - dijo Jared caminando hasta la puerta principal.
No estaba seguro de que esperaba encontrar cuando abrió la puerta, pero definitivamente no a Jensen. Especialmente mordiéndose el labio y balanceándose sobre sus talones como si estuviera tratando de decidir si correr o no.
Jared sabía que se le había quedado mirando fijamente, pero no podía evitarlo. Finalmente logró hacer funcionar su cerebro e invitarlo a entrar, luego cerró la puerta. Necesito un par de segundos y unas respiraciones profundas para atreverse a dar la vuelta. Jensen vestía unos pantalones crema y una camisa de botones y manga larga color verde pálido. Tenía el cabello un poco más largo de lo normal, lo que hizo a Jared preguntarse si se le había olvidado cortarlo.
Le tomó unos segundos darse cuenta de que Jensen lo estaba estudiando de la misma manera que lo estudiaba él. Eso le hizo sonreír un poco.
Jensen sacudió la cabeza. Siempre supo que los hoyuelos de Jared eran peligrosos y no podía permitirse el lujo de dejarse distraer por ellos en ese momento, pero antes de que pudiera decir algo, Jared rompió el silencio.
- Te ves muy bien - le felicitó.
Jensen se miró y se sonrojó.
- Gracias, Sophia me ayudó a elegirlo.
- ¿Sophia?
- Mi mejor amiga. Trabaja en una cafetería con la que me topé una vez. Tenemos que ir algún día, tienen las mejores magdalenas de chocolate, y el café es para morirse. - comentó con ganas.
- Vas a tener que presentármela. Tiene muy buen gusto.
- Sí que lo tiene, pero yo elegí la camisa. Me gusta el verde. - confesó.
- Gracias a Dios - comentó Jared en voz baja.
- ¿Qué?
- Quiero decir, ella tiene muy buen gusto al tenerte como amigo.
- Oh - dijo sonrojándose de nuevo.
- Tengo que decirte algo, espero que no te moleste - dijo Jared, no del todo seguro de cómo abordar la sorpresa de su madre.
Jensen se limitó a asentir - Dudo mucho que me moleste, pero adelante.
- Esta bien ¿Qué tal si nos sentamos? - se sentó en el sofá y esperó hasta que Jensen hiciera lo mismo en el otro extremo. - Mamá decidió que quería que este fuera un día especial para nosotros, así que hizo un poco de algo. - hizo una pausa al ver que Jensen se estaba poniendo pálido. - ¿Estas bien?
- Sí. ¿Qué hizo? - preguntó con voz débil.
- Algo de decorado y quiere que tengamos una cena con ellos. - respondió despacio.
- Oh - dijo Jensen mientras el color volvía a su cara - Eso es muy dulce.
- ¿Qué pensaste que había hecho? - preguntó Jared con curiosidad.
- Invitar a 100 personas - respondió con timidez.
Jared bufó - Estoy seguro de que no le dio tiempo, de lo contrario lo hubiese hecho. Solo que día y medio no es suficiente para armar algo tan grande, ni siquiera para ella.
- Si, me imagino - sonrió al ver como Jared tonteaba con las ideas de su madre. - Eh… quería preguntarte una cosa. Lo hubiese hecho antes pero pensé que sacarías el tema, y ahora me está incomodando un poco. - Jensen era conciente de que estaba comenzando a divagar así que agradeció que Jared lo interrumpiera.
- ¿Qué es?
- Bueno, no has dicho nada sobre un acuerdo prenupcial, y pensé que con todo lo que tienes es algo que deberíamos hacer. - dijo vacilante.
- ¿Estarías más cómodo si tuvieras uno? - preguntó.
- ¿Por qué iba a querer yo uno? - preguntó Jensen extrañado.
- Eres un artista, Jensen. No sé como están tus ventas ahora, pero seguro con el tiempo tu popularidad crecerá. - le explicó.
- No, yo no creo necesitar un acuerdo prenupcial. No tengo nada de valor, en cambio tu tienes mucho que perder y no puedo creer que no lo hayas pensado o que consultado con un abogado, o tener uno ya preparado.
- Oh, me han dicho mucho en estos dos días lo que piensan de mi decisión. El punto es que no quiero y no creo que necesite uno. - respondió Jared con total naturalidad.
- ¿Qué te hace pensar que no te quitaré todo lo que pueda?
- Porque te conozco de casi toda la vida, Jensen.
- La gente cambia, Jared - insistió con obstinación.
Jared se inclinó hacia él y le sujetó de la barbilla para que lo mirara a los ojos - Sé que la gente cambia, pero tú no lo has hecho.
Jensen se le quedó mirando con incredulidad.
Jared retrocedió y esperó para que Jensen dijera algo. Cuando se quedó callado, solo con su mirada fija en él, Jared decidió que ese era un buen momento como cualquier otro para tocar un punto que tenía pendiente.
- Mira, sé que no estamos de acuerdo con el tipo de matrimonio que queremos ahora mismo, y sé que para ti eso puede no llegar a cambiar, lo entiendo, pero quisiera que pensaras en algo - dijo sacando de su bolsillo una caja negra pequeña.
Jensen sabía lo que era, pero no tenía idea de que hacer. Jared tenía todo el derecho de querer que él llevara su anillo. Después de todo, se iban a casar. El punto es que Jensen no sabía si podía aceptarlo sin ser comido por la culpa. El redondo metal caliente que tenía al nivel de su pecho era un continuo recordatorio de lo que tuvo y perdió. Pero al ver a Jared, podía descubrir la esperanza en sus ojos y no se atrevía rechazarlo. Eso estaría mal.
- Jared, me sentiría honrado al usar tu anillo, pero antes de abrir esa caja necesito que sepas algo. - se desabrochó los primeros botones de su camisa y sacó una cadena de que al final colgaba un anillo de oro de boda. - No me lo he quitado desde el día del funeral. - dijo mirándolo. - No sé si podré quitármelo alguna vez. Usaré tu anillo y lo llevaré con orgullo en mi dedo, pero quiero que sepas que aun así estaré llevando este. - dicho eso, se lo guardó de nuevo por dentro de la camisa.
Jared tenía un nudo en la garganta. No podía dejar de preguntarse si estaba loco por querer competir con el fantasma de su hermano, pero ver al hombre frente a él la respuesta llegó de inmediato. - ¿El anillo de Jeff?
Por alguna razón, Jensen sabía que no se refería al anillo que llevaba en su cuello sino el que se supone que usaría Jeff. - Hice lo mismo con el de él. Tu madre dijo que estaba bien.
Jared se acercó y le apretó la mano - Por supuesto que está bien, lo que pasa es que no recuerdo haberlo visto. No quise preocuparte.
Jensen dejó escapar un suspiro de alivio y relajó la tensión que se había puesto en sus hombros. Sin embargo, aun estaba esperando que Jared le dijera si podía lidiar con la idea de que Jensen lo llevara puesto.
- Yo quiero ser honesto también. Sé lo mucho que amabas a Jeff, sé que aun lo haces, pero espero que algún día puedas seguir adelante. Estoy dispuesto a correr el riesgo, a esperar que estés listo. - dijo abriendo la caja. En el interior habían dos alianzas de oro, tenían un acabado pulido y una banda central rasa, dando una sensación calida y de resplandor. Jensen se acercó y pasó un dedo a lo largo de los anillos, estaban calientes por el tiempo que pasaron en el bolsillo de Jared.
- ¿Cómo sabes mi talla?
- Porque soy súper listo - respondió negándose a revelar sus secretos.
Jensen alzó una ceja.
- ¿Jared, cariño, quien tocaba la puerta? - preguntó Sherri entrando a la sala de estar. - Oh Jensen, no sabía que estabas aquí. - exclamó.
- Hola señora Padalecki, sólo necesitaba hablar unas cosas con Jared - dijo él poniéndose de pie.
Jared lo imitó, esperando a que su madre hiciera el siguiente movimiento.
- Jensen, cielo, ¿Cuántas veces te he dicho que me llames Sherri? - dijo tomando su rostro entre las manos y tirando de él para darle un beso en la mejilla.
- Unas cuantas. - admitió tímidamente.
- Correcto. Y aunque me harías más feliz si me llamaras mamá, me conformaré con Sherri por ahora. - dijo tomándolo de la mano y tirando de él para que se sentara junto a ella. - Jared, creo que tu padre ha salido de su escondite y te necesita en la parte de atrás. - dijo ella con una sonrisa y guiñándole el ojo.
Jared le dirigió una sonrisa con hoyuelos, y trató de ignorar la mirada de terror que tenía Jensen. Se retiró rápidamente dejando a su futuro novio nervioso. Realmente tenía ganas de decirle que todo estaría bien, que no tenía nada de que preocuparse, pero supuso que su madre se encargaría de tranquilizarlo pronto.
- Bien, Jensen, puedes dejar de mirarme como si te fuera a gritar en cualquier momento. Sé que Jared ya te ha dicho que tanto Jerry como yo comprendemos como pasaron las cosas. Hubiese querido que Jeff siguiera entre nosotros, pero estoy muy feliz de que aun vayas a formar parte de nuestra familia.
Jensen en realidad no sabía que decir ante eso, y no creía que algo pudiera salirle por culpa del nudo que tenía en la garganta, por lo que solo le apretó la mano y asintió.
- Ahora dime ¿Cómo te has sentido? - preguntó Sherri
Parpadeó por el cambio radical de tema. Le tomó un segundo darse cuenta de que estaba hablando del embarazo, y otro segundo entender que ella pretendía alejar su mente de las cosas tristes el día de su boda.
- He estado un poco cansado, y pasando mucho tiempo en compañía del inodoro. - respondió sin darse cuenta.
Sherri rió por lo mortificado que parecía su rostro al decirlo. - Cariño, yo he pasado por todo eso también. Créeme cuando te digo que comprendo por lo que estás pasando, es todo igual excepto porque eres hombre.
- Lo sé, pero podía haberlo redactado mejor. - susurró él sonrojándose.
- ¿Te das cuenta de que no soy tan impresionable como crees? - dijo con una sonrisa.
- Estoy comenzando a darme cuenta. - respondió sonriendo también.
Continuará.