Fic. An Unexpected Love - Capitulo 4 parte 2

Jul 19, 2012 21:24



CAPITULO 4
Parte 2


Afortunadamente se libró de todo el tráfico de la tarde. Llegó al albergue justo antes de las cinco. La inauguración estaba prevista para principios de marzo, justo un par de semanas después de la exposición, y aun quedaban tantas cosas que hacer en ambos eventos que Jensen a veces sentía que se le subía la tensión con tan solo pensarlo. Abrió la puerta con el hombro haciendo equilibrio con el cuaderno y las cajas sin dejarlos caer. Suspiró cuando la puerta se cerró detrás de él y pudo dejar la caja sobre la mesa. Podía escuchar una discusión en el piso de arriba, no debería sorprenderle, la gente discute.

Tom era el consejero del ala masculina, Mike era el del ala familiar, una elección que Jensen no entendía porque Mike era bastante firme y fuerte de carácter, pero entonces lo vio interactuar con una niña que había intentado proteger a su madre de los golpes que le daba su novio. Sin ningún esfuerzo Mike consiguió que la niña se calmara lo suficiente como para recibir el tratamiento medico, documentó sus lesiones y luego la llevó al hospital para que viera a su madre, quien pasaría allí unos cuantos días. Cuando Servicios Sociales intentó meter a la niña en un hogar de cuidado, él habló con la mujer hasta que por fin la convenció de que la dejara quedarse en el refugio, aunque no fue algo oficial hasta que la madre pudo salir del hospital y unirse a ellos.

Jensen, secretamente, pensó que la mujer de Servicios Sociales aceptó simplemente para no seguir escuchándolo porque cuando Mike se empeñaba en algo, no había quien lo detuviera, pero si se trataba de mantener a esa familia junta, Jensen apoyaba cualquier método que Mike pusiera en marcha. Por eso le sorprendió escuchar a Mike discutir con Tom sabiendo como era el uno y como era el otro. Tom era tranquilo, mucho. Lo que demostraba eso de que los polos opuestos se atraen, eran socios desde hace cinco años, otra razón por la que le sorprendió el desacuerdo de ese momento. Ellos nunca discutían, al menos no delante de él, en lo que lo vieron de inmediato dejaron de pelear.

- ¡Jenny! - exclamó Mike, bajó saltando las escaleras y lo envolvió en un abrazo.

Jensen intentó no fruncir el ceño por el apodo, pero obviamente no tuvo éxito.

- Mike, no a todo el mundo le gusta el diminutivo de su nombre con “y”. Sabes muy bien como terminó eso con Chris y Steve. - le recordó Tom.

- Ellos no tienen nada de sentido del humor - se quejó Mike, pero seguía viendo la palidez en el rostro de Jensen. - vale, nada de “y” ¿Qué tal J?

- Jen está bien. Entonces ¿A que se debía todo el alboroto? - preguntó pensando que si se trataba de algo relacionado con el albergue, tal vez podría ayudar.

- Mike y su boca, como de costumbre. - dijo con un suspiro pero aun así miraba con evidente cariño a su compañero.

- Es importante para ti y les dará más tiempo para que funcione. - se defendió Michael agarrando la mano de Tom y apretándola.

- ¿Es algo en lo que pueda ayudar? - preguntó Jensen tomando la caja y dirigiéndose a las escaleras.

- No lo sé. De todas formas, ahora mismo no es tanto problema. Chris y Steve están en la oficina - respondió Tom señalando el piso de arriba con la cabeza.

- Genial - respondió Jensen. Por lo menos iba a conseguir hacer ejercicio ese día.

Chris y Steve tenían unos planos extendidos sobre la mesa cuando él entró. Cada uno parecía estar haciendo apuntes en diferentes lados del diseño del constructor.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Jensen dejando la caja en una silla y caminando hasta donde estaban ellos para poder ver mejor.

- Aparentemente no hacemos nuestros deberes lo suficientemente bien. - suspiró Steve recostándose del escritorio.

- Bueno, los detalles son necesarios, estaba todo muy vago. - suspiró Jensen poniéndose las manos en la espalda y estirando. Últimamente las escaleras no eran sus mejores amigas.

- Mike nos estaba diciendo que necesitaba hablar con nosotros sobre algo que no se tuvo en cuenta cuando se estaban preparando las alas y las agrupaciones - explicó Chris.

- Pensé que lo tenían todo más o menos cubierto - dijo tratando de recordar como se supone que van todas las alas y no se le ocurría que podía faltar.

- Y nosotros, pero ahora nos dice que se nos ha escapado algo.

- No tomamos en cuenta que hay grupos de personas a las que no les gusta que las clasifiquen en un lugar o en otro. No necesariamente se ven a si mismos como hombres o mujeres, o se ven como ambas cosas y tener que elegir un ala será incomodo y ofensivo - explicó Steve.

- Oh - respondió Jensen parpadeando. No tenía ni idea de que habían personas sin identidad definida.

- Si, oh - imitó Chris.

- Así que Mike toca este punto ahora ¿por...? - preguntó Jensen.

- Aparentemente era algo que quería agregar desde hace tiempo pero Tom lo mantenía frenado. Tom tenía un amigo no definido y parece que eso solo le dio problemas en la escuela. Una noche lo acorralaron y lo le dieron una paliza que lo dejó en coma, murió un mes después. Mike lo sabía, quería mencionarlo, pero Tom sabe que las financias están ajustadas y no quería convertir el tema en gran cosa. Mike pensó que no estaba de más decirnos y así cuando tengamos algún extra incluirlo en nuestros planes. - dijo Steve señalando los planos.

Jensen volvió a mirarlos también. Había tomado unas clases de diseño arquitectónico, así que entendía lo que veía. Sabía donde estaban los muros de carga y como funcionaba todo. Pasó los dedos por los planos al tiempo que imaginaba la estructura del albergue.

- No hay nada en el piso superior ¿verdad? - preguntó dudoso hasta que finalmente levantó la mirada.

- No, no está terminado. Estábamos pensando en usarlo para impartir unas clases, cuando tuviéramos más fondos y voluntarios. Has visto como muchos de los niños llegan aquí tienen conocimientos productivos. Si pueden salir de aquí con la habilidad para conseguir trabajo, ganar dinero o tal vez con la capacidad de volver a la escuela, sería una gran oportunidad. Luego está el trabajar el autoestima y fomentar la confianza. - explicó Chris.

- Si, pero pueden tomar esta sesión de aquí - dijo apuntando a una parte del nivel superior. Era un poco más pequeña que el resto de las alas. - y poner el baño aquí - dijo señalando el lugar donde estaban las tuberías. - no saldría tan costoso como piensan. Tienen ya las tuberías y el sistema eléctrico. Tienen que habilitar toda esa zona de todas formas ¿No?

- Pues sí, si vamos a tener clases allí tendremos que hacerlo. Tendríamos que poner muros y necesitamos camas y tocadores. - Steve ya estaba haciendo una lista de lo que hacía falta.

- Es un proyecto de seis meses, por lo menos, y eso suponiendo que conseguimos los fondos. - dijo Chris.

- Tal vez, pero Mike tiene razón, por lo menos se puede ir tomando en cuenta. - dijo Jensen rodeando la mesa para sentarse en la silla - he traído algunos implementos, traeré más la próxima semana.

- ¿Cómo van las pinturas? - preguntó Chris echándose hacia atrás en la silla para que Steve pudiera sentarse en su regazo.

- Estoy en eso. Tengo que terminar un par más, y entonces averiguar dónde colocarlos- responde encogiendose de hombros.

Steve le vio jugar con los botones de su camisa y como movía la pierna de forma nerviosa, cuando comenzó a morderse el labio inferior, Steve supo que era momento de poner fin al silencio.

- Estaba bien, Jensen, has tenido bastante tiempo ¿Qué es eso que no nos estás diciendo?

- ¿A que te refieres? - preguntó Jensen alzando la mirada, sus ojos estaban totalmente abiertos y trataba de controlar los nervios que le invadían.

- Se refiere a que estás a punto de abrir un agujero en el suelo y que si te muerdes el labio con más fuerza voy a tener que cosértelo. - aclaró Chris con un tono de voz tranquilo.

- Me voy a casar el viernes - dijo de pronto.

Steve de inmediato vio a su novio antes de girar de nuevo para ver a Jensen, no muy seguro de haber escuchado bien - ¿Cómo dices?

- Me caso el viernes. - repitió con voz más firme. No quería dejar que ellos vieron algún vestigio de indecisión.

- ¿Con quien exactamente? - preguntó por fin Chris, casi con un gruñido.

- Jared Padalecki - respondió decidido a terminar con eso lo más pronto posible.

- ¿Padalecki…? ¿El hermano de Jeff? - la confusión de Steve se podía ver en su rostro.

- Sí, es un buen chico. - agregó, pensando en usar cualquier detalle que eliminara el ceño fruncido de Chris.

- Pero es el hermano de Jeff. ¿Cuándo comenzaste a verte con él? Y más aun tomar está decisión. Sé que amabas a Jeff, Jensen, no entiendo… - la voz de Steve se iba apagando.

- Eso no es todo, ¿No, Jensen? - Mientras Steve trataba de entender la noticia, Chris solo estaba observando el lenguaje corporal de su amigo, la forma en la que sus manos se envolvía alrededor del estomago y el encogimiento de todo su cuerpo como si se estuviera protegiendo, le decía que había algo de fondo más preocupante que el matrimonio.

- No - murmuró.

Chris no podía recordar cuantas veces había visto a Jensen tocar fondo y sacar fuerzas para salir adelante, pero tuvo la oportunidad de verlo de nuevo en ese momento cuando Jensen enderezó los hombros y alzó la barbilla, aunque sin apartar el brazo alrededor de su estomago. Aun así, sus ojos verdes estaban temerosos.

- No, no es todo. - Jensen hizo una pausa para tomar aire - Estoy embarazado y salgo de cuentas en septiembre.

Chris estaba seguro de que tanto su expresión como la de Steve, eran dignas de grabar, porque las mandíbulas debían llegarles al suelo. Steve fue el primero en encontrar la voz, Chris lo agradeció porque estaba seguro de que lo que saldría de su boca en esos momentos no sería apto para pequeños oídos, eso suponiendo que el niño tuviera oídos ya.

- Bueno, retomaremos ese punto. - dijo Steve sacudiendo la cabeza - mi pregunta ahora es, ¿Por qué casarte con él?

- Jared es un buen hombre. Merece la oportunidad de estar cerca de su hijo. Y sí, sé que también lo puede hacer sin que estemos casados, pero no es lo mismo y ambos lo sabemos. Steve, no es como si estuviera buscando a alguien para reemplazar a Jeff. Es más, no me veo con nadie más en mucho tiempo, pero ahora tengo que pensar en el bebé. - dijo encogiéndose de hombros.

- Sin embargo, vas a estar con alguien más ¿o no? - preguntó Chris.

- ¡No! - exclamó Jensen mirándolo.

- Chris, él no tiene que darnos explicaciones - dijo Steve sosteniéndolo del costado. - Lo siento, Jensen, solo estamos preocupados por ti. Si de verdad creer que esto es lo mejor, estaremos aquí para apoyarte.

- Gracias. Sé que no lo entienden, pero las circunstancias y Jared no tienen nada que ver con querer sustituir a Jeff. Fue por lo que sucedió y el bebé es el resultado. No fue planeado, es algo inesperado, pero realmente lo quiero, es lo que me importa.

- Déjame preguntarte esto y luego dejaré el tema ¿Jared está amenazando con quitarte al bebé si no te casas con él? - preguntó Chris.

Jensen sonrió por lo típicamente sobreprotectora de la pregunta. - No, Jared nunca haría eso, a menos de que yo no estuviera en condiciones de cuidar al bebé. Él no es así. Pero sé que crees que es un cabrón por tener relaciones conmigo cuando Jeff acababa de morir, lo que me hace preguntar si es lo que piensas de mí también.

- ¡Sé lo mal que estabas cuando Jeff murió! No creo que seas un cabrón. Solo que no me gusta cuando alguien se aprovecha de ti. - murmuró Chris con la cara enrojecida.

- Él no se aprovechó de mí. Los dos bebimos de más, teníamos mucho dolor. Queríamos olvidar un rato y no tomamos la decisión más responsable del mundo. - explicó Jensen.

Chris suspiró relajándose en la silla y jalando a Steve para que se sentara de nuevo con él. - Esta bien, le voy a dar una oportunidad, pero si lo estropea le arrancaré la cabeza.

- Espero que sigas guardando el banquito - dijo Jensen riendo.

- Oh Dios, ¿Es otro gigante?

- Bueno, no mide dos metros.

- Vale, es bueno saber. ¿Cuánto mide entonces? - preguntó. Jensen seguía sonriendo.

- 1,96 metros - respondió riendo.

- ¿Sabes? Uno de estos días voy a encerrarte en una habitación con Mike y no te dejaré salir hasta escucharte llorar como la pequeña zorra que eres - gruñó Chris.

- ¡Hey! Pequeños oídos. - exclama Jensen poniéndose las manos en el estomago.

- Probablemente escuchará cosas peores si vas a estar por aquí compartiendo con personas como Mike y Gabriel - respondió Steve con un resoplido.

- Tomando en cuenta que voy a estar dando clases, será algo inevitable ¿No?

- ¿Serás capaz de dar clases con todo esto por lo que estás pasando?

- Sí, ¿Por qué no lo podría?

- No sé, ¿No tienes que tomártelo con calma cuando estás embarazado?

- Chris, estoy embarazado, no a tres pasos de la tumba. Puedo hacer todo lo que he estado haciendo hasta ahora. Solo tengo que sentarme y descansar más, por alguna razón ahora estoy cansado todo el tiempo.

- Oh, vale. Solo preguntaba, nunca he estado cerca de alguien embarazado.

- Eso no es cierto, hemos tenido un montón de gente embarazada en los hogares de acogida en los que hemos trabajado. - le corrigió Steve.

- Sí, pero estaban allí solo por unos días, Jensen estará aquí por mucho tiempo, listillo - dijo Chris pellizcándole el culo a su novio.

- ¡Ay! - gritó Steve tratando de alejarse de él.

Jensen se rió de tal forma por el jueguito que ambos se congelaron y voltearon a verlo.

- ¿Acabas de hacer lo que creo que acabas de hacer? - preguntó Chris con evidente alegría en el rostro.

- No - chilló Jensen.

- Oh sí, lo hiciste, te reíste. ¿Steve, alguna vez lo habías escuchado reír?

- Nop. Una risita de vez en cuando, una vez resoplar, pero nunca reír así - aseguró Steve.

- Yo nunca resoplo - dijo Jensen tratando de mantener la cara seria. Se tapó la boca con la mano cuando se le escapó otra risa.

- Creo que protesta demasiado - reflexionó Chris, pasando al lado de Steve para poder ver mejor la cara enrojecida de Jensen.

- ¡Cállate! - le reclamó Jensen removiéndose en su asiento.

- ¿Qué te pasa? ¿Tienes hormigas en los pantalones? - preguntó Steve notando la incapacidad de su amigo para quedarse quieto.

- No, otro regalo del embarazo. Tengo que ir a mear. - dijo saltando en la silla para correr hasta la puerta mientras los otros dos se carcajeaban.

Jensen regresó a la oficina después de haber vaciado las dos botellas de agua que se bebió cuando conducía hasta allí. Steve estaba de nuevo estudiando los planos y murmurando para si mismo. Jensen estaba en la puerta mirando las líneas de expresión entre sus cejas y sus labios torcidos en una mueca.

- ¿Te sientes mejor? - preguntó sin apartar la vista de los planos.

- Mucho. ¿A dónde fue Chris? - pregunta Jensen mientras camina en la habitación y recoge la caja con materiales.

- Fue a hablar con Tom. Por alguna razón, el chico tiene mejor actitud con él, siempre ha sido así. ¿Crees que deberías cargar ese peso? - comenta mirando la caja que tiene Jensen.

- Sí, mamá, puedo coger una caja con pinceles y pinturas.

Steve rodó los ojos. - Sabes que las cosas se van a poner peor ¿No? Es decir, yo voy a ser un pesado, pero Chris te va a volver loco antes de que el niño nazca.

Jensen soltó un quejido. Sabía que darles la noticia sería la parte más sencilla. Lo difícil sería hacer frente al instinto sobre protector de esos dos. No estaba seguro a como sobreviviría ocho meses de gestación, y eso que aun no todos sus amigos lo sabían.

- Voy a poner esto en el cuarto. ¿Puedo ayudar con algo más mientras estoy aquí?

- No, al menos de que quieras ir a ver porque Gabriel anda todo decaído por los rincones. No quiere hablar conmigo ni con Chris. - le explicó.

- ¿Tienes idea de donde está?

- Me imagino que en el ala de familia o en el ala de juegos para niños, quería conectar algunas maquinas que la tienda donó la semana pasada. - suspiró Steve mientras se acomodaba en el asiento.

- Bueno, voy a ver que puedo hacer. Si no es algo muy grave, me iré luego de hablar con él. Tengo que trabajar en unos lienzos y se supone que Jared va a pasar esta noche por casa. - Jensen ignoró la forma en la que Steve levantó la ceja y salió. Se detuvo en la sala en la que daría las clases de arte, sintiendo la emoción dispararse a través de él. Nunca había pensado en ser maestro, pero los caballetes y los taburetes instalados ya en la sala, le daban felicidad.

Se había asegurado de no ponerlos en ningún orden específico. Nada de líneas rectas ni semicírculos. No quería que las personas se preocuparan por lo que sus compañeros estaban haciendo o como lucían sus pinturas comparadas con la de los demás. Quería que cada uno pudiera darle rienda suelta a su imaginación, que lo dejaran salir sin importar si era feo o bonito. Dejó los pinceles y las pinturas en la mesa junto con los bocetos, y dio otro vistazo alrededor por unos minutos, era la realidad creada por dos hombres testarudos.

Jensen siguió caminando por los pasillos, asomándose a donde estarían las familias de mayor tamaño, la decoración era muy diferente a la de las otras Alas. Tenían un estilo más hogareño, para que se sintieran como si estuvieran en sus propias casas. Trataban de dar un destello de estabilidad a personas que en su mayoría nunca habían tenido nada así. No vio a Gabriel, así que fue hasta el Ala de juegos. Cuando dobló en la esquina, pudo verlo sentado en el suelo con los codos sobre las rodillas y la cara entre las manos.

Jensen arrastró sus pies con la intención de hacer un poco de ruido, si algo había aprendido al pasar tiempo allí, es que no era bueno sorprender a la gente, las reacciones era variadas y en ocasiones hasta violentas. Gabriel ladeó la cabeza, señal de que había notado la presencia de alguien, pero no cambió de postura. Jensen llegó hasta donde el joven y se sentó a su lado, recostado de la pared. Estaba lo suficientemente cerca como para escuchar la dificultad que tenía para respirar, pero no tanto como para tocarlo.

- Hola, Jensen - murmuró.

- Hola, Gabe ¿Estas bien?

Gabriel suspiró levantado la cabeza y lo miró. Jensen podía ver los círculos negros debajo de sus ojos y la hinchazón de sus parpados y lo enrojecido de alrededor. Era obvio que nada estaba bien.

- No, no realmente.

- ¿Quieres hablar de eso?

- No, no en realidad. - tomó una bocanada profunda de aire - pero creo que callarme tampoco sería una brillante idea.

- Gabe, sabes que tragarte todo solo te hace más daño, pero es tu decisión. Estoy aquí para escuchar si quieres. - dijo Jensen recostándose más de la pared y cerrando los ojos, dándole tiempo a Gabriel para que decidiera si quería sacar lo que le estaba mortificando o si prefería guardárselo por más tiempo.

- Mi padre saldrá de la prisión la próxima semana - susurró luego de unos minutos.

- Pero sigue viviendo en Georgia, de todas formas ¿No?

- Sí, allí es donde queda la prisión también - admitió.

- ¿Te lo informaron ellos o lo supiste de otra manera?

- Él me envió una carta - dijo con un suspiro tembloroso.

- ¿Cómo consiguió tu dirección? - preguntó Jensen. Sabía que Gabriel no se la daría por ningún motivo.

- No la consiguió. Le fue dada por el sistema penitenciario junto con la noticia de su liberación anticipada por buen comportamiento. - se burló Gabe tristemente, mostrando parte de su lucha interna que le hacía comportarse de aquella manera

Jensen no estaba al tanto del historial de todos los consejeros, ni de las personas en acogida. Él solo sabía que podía ayudar. Era conciente de que el 80% de los consejeros y el 98% de los voluntarios, habían sufrido maltratos en algún momento de su pasado. Chris le había contado un poco de cada uno de los consejeros mientras los ubicaba, no estaba seguro de porque era así, pero le alegraba tener personas con las que sacar ese proyecto adelante.

El padre de Gabriel era alcohólico quien se había creído que como hombre de la casa, tenían el derecho de joder a todos los que vivían bajo su techo. Lo había hecho por más o menos quince años, hasta que un día todo se le fue de las manos, matando a su mujer en medio de una borrachera, porque no le había hecho las galletas lo suficientemente rápido. Gabriel intentó detenerlo, y eso le costó estar un mes en el hospital. Al salir del hospital entró en el sistema de cuidados, a los seis meses se marchó. Pasó cuatro años en las calles dando tumbos hasta que dio con el refugió donde trabajan Chris y Steve, en ellos encontró no solo alguien quien le diera techo y comida sino tiempo para escucharlo.

- ¿Qué decía la carta? - preguntó Jensen.

- No lo sé. No la he abierto - murmuró Gabe.

- Gabe ¿Qué es lo que más te molesta? ¿Qué esté saliendo en libertad o que te escribiera una carta?

- El sólo cumplió cuatro años, Jensen, sólo cuatro años por matar a mi madre. Eso sin contar todo lo que me hizo, y ahora esta libre, para que pueda seguir viviendo su vida, mientras que ella está muerta ¿Cómo puede eso ser justo? - preguntó con la voz quebrada y lagrimas surcando sus ojos.

Jensen pasó sus brazos alrededor de los hombros de Gabe - No es justo, y es una mierda, y duele como el infierno pero no hay forma de cambiarlo. Tú ya hiciste lo único que podías hacer.

- ¿Que cosa? - dijo sollozando mientras se limpiaba la cara con la manga de su camisa.

- Sobreviviste. Has hecho algo bueno contigo. Regresaste a la escuela y estás ayudando a la gente que ha pasado por lo mismo que tú. Tu mamá estaría orgulloso de ti y eso vale más que nada. - dijo Jensen es voz baja, esperando que sus palabras de verdad le llegaran y calmaran un poco el dolor.

- ¿Si? ¿No crees que está avergonzada por lo que hice antes? - gimoteó.

Jensen sabía que se refería a los cuatro años que pasó en las calles. Un muchacho de quince años tenía muy pocas opciones para ganar dinero y de seguro no eran legales ni seguras, pero si humillantes y degradantes.

- ¿Gabriel, amabas a tu madre?

- Sí - respondió desconcertado.

- ¿A pesar de que se quedó con tu padre, quien la maltrataba a ella y a ti?

- Sí, ella solo tenía miedo, Jensen, no era una mala persona. Ella me quería, me decía que me escondiera cuando esas cosas pasaban.

- Lo sé, pero ella cometió un error ¿No?

Gabe lo pensó unos segundos y luego asintió. - Tenía que haber pedido ayuda.

- Así es. Y tú hiciste lo que tenías que hacer para sobrevivir. Te quería Gabriel, y no importa lo que hiciste o lo que hagas, eso no va a cambiar. En cuanto a lo de estar orgullosa de ti ¿Cómo no estarlo? Regresaste a la escuela, estás en la universidad y trabajas aquí como consejero ¿Eso no es suficiente para que esté orgullosa? - preguntó.

- ¿Si?

- Sí, Gabriel, y todos cometemos errores. - respondió Jensen alborotándole el cabello. - ahora, ¿me ayudas a ponerme de pie? Tengo el culo adormecido. - se quejó.

Gabe se echó a reír, se puso de pie y ayudó a Jensen a hacer lo mismo.

- ¿Vas a leer la carta? - preguntó.

- No estoy seguro. Estoy pensando en dejar que Steve la lea primero y depende de eso decidiré.

- Buena idea - concordó Jensen - Voy a casa. Tengo que limpiar y trabajar un poco. Dile a los chicos que nos vemos el lunes.

- Está bien. Oye, Jensen - le llamó Gabe.

- ¿Si? - dijo girando cuando estaba ya en la puerta.

- Gracias.

- De nada, Gabe. - dijo Jensen sonriendo, luego se marchó.



Jared entró al garaje de casa de sus padres. Apagó el coche y recostó la cabeza del asiento tratando de calmar el repentino ataque de nervios que tenía en ese momento. Estaba seguro de que nadie en su vida profesional creería que Jared Padalecki estaba tan nervioso por nada, pero la verdad es que cuando tenía que darle una noticia a sus padres, que no sabía como recibirían, se ponía tan nervioso como cualquier otra persona. Las luces de la entrada se encendieron evidencia de su madre ya sabía que había llegado y lo miraba, le hizo sonreír el recuerdo de todas las noches de adolescencia en las que ella hacía lo mismo.

Enderezó los hombros para salir del coche y caminó hasta la entrada. Sherri se reunió con él en la puerta, jalándolo para darle un abrazo rápido, Jared trató de no luchar contra la costumbre de la mujer de hacer un chequeo general como cuando era niño. Cuando se mostró medianamente satisfecha con lo que vio lo guió hasta la sala, donde estaba esperando su padre.

- Veo que pasaste el examen - Jerry levantó una ceja cuando Jared se dejó caer en el sofá.

- Apenas. - suspiró el chico.

- Bueno, cada vez que vengas con esas ojeras pasará lo mismo, hijo - bromeó Jerry.

Jared no le podía discutir eso, y también sabía que sus problemas para dormir no se terminarían hasta la próxima semana. Su estomago se retorció recordándole que se había saltado el almuerzo.

- Bueno, al menos sabemos que no estás sufriendo - entonó su padre - pero quiere decir que te saltante el almuerzo otra vez ¿No?

- Me apego a la quinta enmienda. - dijo agachando la cabeza.

- Muchacho, sabes que eso te mete en más problemas que confesar el delito. Entra allí antes de que te acuse con tu madre. - protestó Jerry sacudiendo la cabeza. El realmente se estaba comenzado a preocupar por el chico, para un padre no importa la edad que tengan sus hijos, siempre serán sus pequeños. La ausencia de Jeff solo hacía que se preocupara el doble por Jared.

- ¿Mamá cocinó? - preguntó Jared.

- Sí, esta haciendo mucho eso últimamente. Cocinar siempre ha sido su forma de lidiar con las cosas.

- Debería venir más - dice Jared con voz sombría.

- Jared, sabemos que tienes mucho que hacer. Ella tiene que lidiar con la muerte de Jeff de igual forma si tú vienes solo una vez a la semana o cuatro. Claro que nos gustaría verte más seguido, pero sabemos que tienes tu propia vida, no te sientas culpable por algo de lo que no tienes la culpa.

Jared había mantenido siempre un contacto constante con sus padres, llamando por lo menos una vez a la semana y visitándolos para cenar tan frecuente como le fuera posible, pero era cierto que por culpa de su horario, esos momentos eran pocos. Pero las cosas iban a cambiar y drásticamente. Estaba contratado para producir una película que debería terminar de grabarse pronto, y luego comenzaría con otra, pero después de eso solo cogería proyectos que lo mantuvieran cerca de casa y le diera tiempo para su familia.

- ¿Que nos has preparado para cenar, mamá? - preguntó Jared sentándose en la mesa de la cocina, donde los lugares ya estaban puestos. Generalmente lo hacían en el comedor, pero Sherri optaba por la cocina cuando tenía necesidad de algo más hogareño. No estaba seguro si esta vez lo hacía por él o por ella, pero lo agradecía.

- Pollo y hojaldres - respondió ella sonriendo cuando el estomago de su hijo volvió a sonar.

Jared sonrió. Comida casera ideal para lidiar con el asunto. Su madre no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero sí que sabía que era la mejor manera de ayudarlo a soltar lo que le estaba preocupando.

Terminaron de cenar y con el postre. A sus padres les había costado horrores no preguntar la razón por la que Jared había pedido esa reunión inesperada a mitad de semana.

Jared respiró profundo y dejó escapar el aire lentamente. Sabía que no podía postergar por más tiempo la noticia.

- Jared, no importa lo que sea. Sabes que no hay nada que nos haga quererte menos. - dijo Sherri extendiendo la mano para apretarle la rodilla.

- Sí - dijo tragando saliva - pero creo que nunca antes las cosas se habían torcido tanto. - no se atrevía a usar las palabras “error” o “problema” porque Jensen y el bebé nunca serían eso para él. Fue algo imprevisto, pero no un error.

- ¿Qué tal si nos cuentas que es y así sabremos como ayudar? - sugirió Jerry.

Jared nunca antes se había sentido como el típico chico de dieciséis años. ¿Cómo demonios se le decía a unos padres que había dejado a alguien embarazado, pero que además era el novio de su hermano y para colmo que planeaban casarse? Vale, obviamente no es pensándolo en voz alta. Que es lo que ha pasado a juzgar por el silencio absoluto y la mirada de atónitos que tiene sus padres.

- Mierda - se quejó - esa no era la forma en la que lo quería decir.

- Bueno - dijo Jerry aclarándose la garganta y mirando a su esposa. - no es exactamente lo que estábamos esperando.

Jared miró a su madre, que aun no había dicho nada. Podría haber jurado que vio una sonrisa antes de que su rostro se transformara en el de alguien que estaba a punto de comenzar una inquisición. Jared se hundió en la silla y volvió a gemir. A veces se preguntaba a donde iba toda su seguridad como productor, parecía desaparecer al entrar en su casa de la infancia.

- ¿Jared, te gustaría contarnos exactamente como sucedió esto? - preguntó Sherri

- Mamá, no estoy seguro de que quieres que te explique de ese punto en particular - dijo Jared. Realmente no podía evitarlo, a veces su idiotez se escapa por la boca antes de darse cuenta.

- ¡Jared Tristan Padalecki, no te hagas el listo conmigo! Sabes exactamente a lo que me refiero, ahora explica.

- Sí, señora - murmuró.

- Jared, hijo, solo dinos que sucedió - intervino su padre.

- El día del funeral, yo tenía que salir de allí. Era demasiado… toda esa gente llorando y hablando de Jeff. Yo… quería ir a la cabaña, pero había estado bebiendo. Jensen estaba en el porche, no me dejó conducir en ese estado, prefirió llevarme.

Tomó un respiro y miró a sus padres. Ambos estaban en silencio, esperando a que él continuara, solo había dolor en sus caras, Dios, odiaba recordarles el día del funeral.

- En fin, los dos estábamos rotos y una cosa llevó a la otra, no sé como sucedió. Lo juro, estábamos allí y ninguno de nosotros habíamos pensando en el otro de esa manera antes. - dijo fervientemente, preocupado de que sus padres creyeran que era algo que pasaba desde antes de la muerte de Jeff.

- Jared, sabemos que nunca harías nada que dañara a tu hermano. Y sabemos que Jensen tampoco. Ellos dos fueron inseparables desde siempre - aseguró Jerry.

- Cariño, tu padre y yo entendemos. No quiero decir que estamos alegres por esto, pero entendemos. Nosotros nos teníamos el uno al otro, ustedes estaba sufriendo mucho sin Jeff. Él era el pegamento que los mantenía unidos de muchas maneras. - dijo Sherri agarrando la mano de Jared.

- ¿Qué es lo que no te alegra exactamente? - preguntó preocupado por tener que elegir entre sus padres y Jensen.

- Bueno, no puedo hablar en nombre de tu padre, pero no estoy nada contenta con que se emborracharan y tuvieran relaciones sexuales sin protección. Yo no te enseñé eso.

- ¿Eso es todo?

- No, creo que te vas a casar por las razones equivocadas, y eso nunca termina bien, pero ambos son adultos y mi trabajo es apoyarlos. - continuó ella con naturalidad.

- Mamá, si te vas a enojar con alguien, por favor que sea conmigo y no con Jensen. Él no se lo merece, solo estaba tratando de ayudarme, luego, cuando vino a verme a la oficina, estaba preparado para hacerse cargo del bebé él solo. Le preocupa mucho el como ustedes se tomarán la noticia, y el estrés no es bueno en su estado.- sabía que estaba divagando pero necesitaba que sus padres entendieran que no era culpa de Jensen.

- Jared, no estamos enojados con nadie. Siempre nos ha gustado Jensen. Me decepcionó que no fuera parte de nuestra familia de forma legal, porque, honestamente, siempre lo he considerado uno más de nosotros. Lo que pasa es que siempre le ha costado darse cuenta. - dijo Sherri.

- Yo lo que espero es que ninguno salga lastimado, tengo la impresión de que Jensen ya ha sufrido bastante en el pasado - agregó Jerry.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó Jared.

- No lo sé realmente. Es una sensación. Es por un par de comentarios que llegó a hacer Jeff, y todo el comportamiento el fin de semana que se graduó de medicina, definitivamente algo pasó esa noche. - contestó Jerry.

Jared trató de hacer memoria pero no recuerda nada raro de esos días.

- No lo recuerdo - confesó Jared.

- Eso es porque te fuiste directo al aeropuerto después de la recepción, y además no era nada muy obvio. Sabes que Jeff y Jensen no eran de hacer escenas, simplemente parecía que las cosas estaban un poco tensas. - le explicó.

- Jeff nunca me comentó nada - reflexionó Jared.

- Jeff era tu hermano, pero aun así tenía secretos. Más cuando se trataba de Jensen, algo me dice que se guardaban más de uno.

- Entonces - dijo Sherri echándose hacia atrás y juntando las manos - ¿Cuándo nace mi futuro nieto?

Jared miró a su madre boquiabierto por el radical cambio de conversación. Su padre se rió uniéndose a su desconcierto.

- Umm no lo sé - confesó.

- ¿Qué quieres decir con que no lo sabes? - preguntó Sherri.

- Bueno, es decir, sé que tiene unas cinco semanas, pero no le he preguntado cuando nace. Estaba un poco ocupado tratando de convencerlo para que se casara conmigo. - respondió.

- Bueno, si está de cinco semanas comienza a contar treinta y cinco desde allí y así te harás a una idea. Jerry busca el calendario que está en la mesa de la oficina.

- Espera, pensé que eran nueve meses, eso hace 36 semanas ¿No? - preguntó Jared confundido.

- Si cariño, es que han mentido desde el principio. El tiempo real es 40 semanas, o sea, diez meses. Dicen que hablan de 9 meses porque algunos meses tienen 5 semanas, pero todo el que ha pasado por un embarazo sabe que no es más que una conspiración para hacerte creer que te libras de un mes. - gruñó esa ultima parte.

Su padre asomó la cabeza y asintió pasándose la mano por el cuello. Jared no estaba seguro de cuando el tren se había descarrilado pero necesitaba encontrar el freno de emergencia pronto o se estrellaría.

- ¿Oye mamá, está bien si hacemos la boda aquí? - preguntó cambiando rápidamente el tema.

- Claro bebé, ¿estará Jensen de acuerdo?

- No creo que le importe, pero le preguntaré, tengo que ir a verlo esta noche. Si está de acuerdo en todo, nos casaremos el viernes a las 3 de la tarde. ¿Está bien?

- Claro que sí, cariño. Oh, lo encontraste. - dijo cuando su esposo le dio el calendario.

- Bien pensado - dijo Jerry sentándose al lado de su hijo.

- Ok, vamos a ver - comentó Sherri comenzando a contar las semanas. - Jensen debería tener al niño para la tercera o cuarta semana de septiembre. - anunció con alegría.

- Le voy a pedir que me diga el día exacto está noche, hablando de eso, tengo que irme. No sé hasta que hora va a quedarse despierto. Según lo que he leído, las personas embarazadas se cansan más de lo normal.

- Oye cariño, ¿a que te referías cuado dijiste que estabas ocupado tratando de convencerlo para que se casara contigo? - preguntó su madre.

- Oh, él no estaba seguro de que fuera la mejor opción, pensó que yo me estaba sintiendo presionado por lo del embarazo, así que me hizo esperar una semana para pensarlo mejor y recapacitara. - explicó.

- Obviamente no fue el caso. ¿Qué lo hizo cambiar a él de opinión? - preguntó ella mostrando la sonrisa que Jared había visto al principio en su rostro.

- No tengo ni idea, mamá, pero no pienso darle ni una sola razón para lamentarlo. - respondió inclinándose para darle un beso. - Nos vemos el viernes a eso de las 2, voy ahora a casa de Jensen para ver si podemos terminar los detalles. - abrazó a su padre junto a la puerta - gracias, papá.

- No tienes nada que agradecer, hijo, sabes que te amamos y Jensen siempre ha ocupado un lugar en nuestros corazones. - dijo su padre.



Jared llamó a Jensen tan pronto salió de casa de sus padres para hacerle saber que estaba en camino y tardaría unos 45 minutos en llegar, tomando en cuenta el tráfico. Jensen le dijo que estaba bien, que no iba a acostarse pronto, lo que hizo a Jared cuestionarse cuanto tiempo se quedaría el chico despierto tomando en cuenta que ya eran más de las nueve. Sonaba cansado.

Se detuvo frente a la casa de Jensen, dándose cuenta de que era la primera vez que estaba allí, estaba ubicada en una parte de la ciudad que parecía ser más comercial que residencial, pero la casa estaba muy bien cuidada, el césped, el poco que tenía, estaba cortado y había plantas con flores flanqueando el camino hasta la puerta. Tomó la carpeta con los documentos y la bolsa con comida que le dio su madre y caminó hasta la entrada.

Llamó varias veces, esperando paciente mientras escuchaba las maldiciones ahogadas y los pasos apresurados que se dirigían a su encuentro. Hubo un momento de silencio y entonces escuchó varias cerraduras siendo quitadas y como se giraba la perilla. Cuando Jensen abrió la puerta, a Jared se le secó la boca y tuvo que luchar para mantenerla cerrada, ya que, estaba frente a él con la luz del pasillo iluminándolo de tal forma que le daba un destello angelical. Es decir, si los ángeles vistieran vaqueros suaves y gastados con agujeros los cuales a Jared le ponían bastante mal, por no hablar de la camiseta blanca que se ajustaba a su perfecto torso, mostrando unos brazos salpicados con pinturas de varios colores.

Jensen dio un paso hacía atrás para dejarle pasar, fue entonces cuando Jared se percató de que estaba descalzo, y que había una pequeña gota de pintura amarilla en la parte superior del pie derecho. Centró su atención en la voz de Jensen cuando se dio cuenta de que le estaba haciendo una pregunta.

- ¿Quieres tomar algo?

- No, acabo de salir de casa de mis padres. Oh, mamá te mandó un poco de cena. - dijo mostrando la bolsa que tenía en la mano.

- ¿En serio?

- Sí, ¿Has comido ya?

- No, suelo olvidar hacerlo cuando me concentro en la pintura. - dijo vagamente mientras caminaba detrás de él.

Jared se mordió la lengua controlando el impulso de decirle que no podía seguir haciendo eso, pero algo en su rostro lo había delatado.

- Lo sé, Jared. Lo estoy intentando. Esto es nuevo para mí también. - dijo Jensen en voz baja.

- ¿Por qué no vas a limpiarte un poco mientras yo caliento esto?

Jensen se miró las manos e hizo una mueca. - Está bien. Los platos están sobre el fregadero - dijo saliendo de la habitación.

Jared encontró rápidamente los cubiertos y echó en el plato lo suficiente para llenarlo y lo metió en el microondas para calentarlo, el resto lo metió en el refrigerador. Tomó una jarra de té y buscó un vaso. Para cuando Jensen estuvo de regreso en la cocina, Jared tenía todo preparado en la pequeña mesa de madera del comedor.

- Gracias - dijo Jensen dejándose caer en la silla. - ¿Sabes cuanto tiempo ha pasado desde la ultima vez que comí pollo hecho en casa y hojaldres? - preguntó mientras comenzaba a comer.

- No, pero supongo que bastante tomando en cuenta la forma en la que lo ves - respondió Jared riendo bajito.

- Años, tío, años.

Jared lo vio comer durante unos minutos, el placer que le daba la comida se le dibujaba en la cara y se evidenciaba también por los pequeños gemidos de felicidad. Jensen se sonrojó cuando se dio cuenta de que Jared lo estaba mirando, paró un segundo para limpiarse la boca y beber de su té.

- Entonces, ¿Qué dijeron tus padres?

- Bueno, estaban molestos porque los años de lecciones sobre relaciones sexuales con protección no sirvieron de nada. - el comentario hizo que Jensen casi se ahogara con el té.

- Oh Dios - se quejó.

- Fue una verdadera sorpresa para ellos, pero en líneas generales están bien. Es decir, ya los conoces, Jensen, están preocupados por nosotros, pero al mismo tiempo felices.

- Sí, tus padres siempre han sido muy buenos conmigo.

- Por cierto mi madre me hizo una pregunta que no puedo creer que no te haya hecho yo antes. O sea, sé más o menos cuando sería, pero no la fecha exacta - dijo tropezando con las palabras.

- ¿De que?

- ¿Cuándo nacerá el bebé?

- Oh, el 27 de septiembre.

Jensen terminó de comer y puso el plato en el lavavajillas, se recostó del gabinete y ocultó un bostezo con su mano.

- Tenía que rellenar unos papeles ¿No? - preguntó.

- Sí, la licencia de matrimonio. - dijo Jared sacándolo de la carpeta y poniéndolo en la mesa, Jensen se sentó de nuevo. - te ves cansado. - comentó.

- Un poco, pero tengo que terminar este cuadro. Tengo una exposición en menos de un mes, y aun me falta hacer dos más. - le explicó.

- ¿Es seguro pintar estando embarazado?

Jensen podría ofenderse por el comentario, pero, por un lado sabía que Jared solo estaba genuinamente preocupado por la salud del bebé, y por el otro quería que Jensen de verdad comenzará a cuidar mejor de si mismo y cambiar ciertas cosas. Jensen no podía molestarse con el hombre por simplemente querer lo mejor para ambos.

- No lo era. Pero tan pronto supe que estaba embarazado investigué. Tuve que cambiar todas las pinturas con base de aceite, así como lo que usaba para limpiarme, pero ahora todo lo que uso es no toxico y nada nocivo. - le explicó.

- Hace un par de días estaba leyendo en internet las diferentes cosas que podían afectar al bebé, y de inmediato pensé en lo que utilizabas para pintar, no sabía si lo habías tomado en cuenta o no. Debí imaginar que sí, pero me preocupaba.

Jensen sonrió. Creía que ya había visto todos los lados de Jared que se podían ver, o por lo menos los que él pensaba que tenía, ese lado suyo que divagaba con facilidad era algo nuevo para él, le hizo preguntarse que otros lados descubriría cuando estuvieran casados y viviendo juntos.

Jared se puso de pie y se estiró haciendo sonar los huesos de su espalda. - Bueno, me marcho para que puedas terminar lo que estás haciendo y descansar. No te quedes hasta muy tarde, no es sano para ti.

- Lo sé, tú eres un buen ejemplo de eso. - respondió notando los círculos oscuros debajo de los ojos del castaño.

- Hmmm, espero que la situación cambie la próxima semana. El juez estará en casa de mis padres el viernes a las 3pm, por lo que deberíamos llegar un poco antes. Así mamá podrá tener sus minutos para darnos un último sermón. - sonrió al ver la mirada de incomodidad de Jensen.

- ¿Ves? Es por eso que quería ir esta noche, así afrontaba eso de una vez - se quejó.

Jared no pudo evitar sonreír. Esa misma sonrisa la mantuvo dos horas después cuando por fin se metió en la cama.

Continuará.

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