CAPITULO 5
Parte 2
Jared regresó media hora después y se encontró con que Jensen y su madre seguían hablando. La diferencia es que ahora lucían relajados y ambos sonreían. Le daba tanto alivio ver que Jensen había perdido toda la tensión de sus hombros que odiaba interrumpir.
- Hey, el juez ya está aquí - informó.
- ¿Está listo? - preguntó Jensen poniéndose de pie y dándole la mano a Sherri para que hiciera lo mismo.
- Dijo que le diéramos unos minutos. Quería arreglar todo el papeleo antes de la ceremonia. Dijo que ya este tipo de bodas no hacen con tanta frecuencia como antes.
- Bueno, eso está bien. - comentó Sherri - ¿Por qué no buscas a tu padre? Así Jensen podrá saludarlo antes de la ceremonia.
- Está en la cocina, tratando de robar unas salchichas. - le acusó.
- ¡Hey! Que te escucho. - dijo Jerry mientras se acercaba detrás de él y le tiraba de una oreja.
- ¡Ay!
Jensen se cubrió la boca tratando de ocultar la risa que le sorprendió.
- Oh, te parece divertido ¿No? Está bien, cuando estés sentado a la mesa esperando por la comida y te des cuenta de que ha desaparecido toda, no te hará tanta gracia. - murmuró Jared sin dejar de frotarse la oreja.
Jerry terminó de pasar a su lado y se acercó a Jensen pasándole un brazo alrededor de los hombros para guiarlo hasta la cocina. - Es un bebé grande. Te lo juro, a veces me pregunto como ha sobrevivido a la infancia. - dijo lo suficientemente alto como para que Jared lo pudiera escuchar.
- No importa, mamá me quiere como soy. - gritó desde la sala.
Jensen finalmente no pudo aguantar más y terminó riendo tanto que se le salieron las lágrimas.
- ¿Y mencioné ya que es un niño de mamá? - respondió Jerry haciendo alusión al comentario de su hijo.
Jensen casi había dejado de reír pero eso lo hizo empezar de nuevo. Para cuando por fin pudo parar y respirar profundo, Jerry había puesto un plato con pequeñas cosas para picar delante de él, además de un vaso con agua. Jensen estuvo un poco confuso, eso tiene que habérsele notado en la cara porque Jerry rió y tomó de su propio vaso.
- Recuerdo lo mal que la pasaba Sherri. Me imaginé que no estabas comiendo mucho en las mañanas. - le explicó.
Jensen bajó la cabeza, no sabía bien como lidiar con toda la preocupación que mostraban los padres de Jared. No es que lo trataran diferente cuando era un chico, pero era un adulto ahora, su madre había muerto hacía ya dos años, así que había olvidado lo que era tener ese tipo de atenciones.
- Gracias, solo tenía unos cuantos trozos de tostada que decidieron quedarse. A pesar de los nervios tengo un poco de hambre. - admitió.
- Bueno, come entonces. De lo contrario Jared aparecerá y se robará lo que hay en tu plato.
Jared llegó veinte minutos más tarde, y los encontró discutiendo sobre capacitación laboral y la educación para adultos. Le confundió un poco la elección de temas, pero decidió que preguntaría más tarde. En esos momentos estaba listo para tener la ceremonia o le daría un colapso nervioso.
- Mamá dice que es hora de salir. - dijo Jared pasando por detrás de su padre para robarle una salchicha.
- ¿Ves a lo que me refería? - le dijo Jerry a Jensen.
Jensen se rió cuando Jared le sacó la lengua a su padre, quien aun seguía de espaldas.
- Jared, te das cuenta de que puedo ver tu reflejo ¿Verdad? - preguntó Jerry.
- Me voy - respondió Jared y salió corriendo de la cocina.
Jerry simplemente negó con la cabeza. - Juro que nunca creció. No sé porque todo el mundo piensa que es un hueso duro de roer.
- Creo que ustedes pueden ver un lado totalmente diferente de él, al que ven todos los demás - respondió Jensen mientras caminaba por la casa para llegar a la parte de atrás.
Cuando salieron, Jensen pudo darle un vistazo al mirador, le hizo detenerse de forma abrupta. Jerry le puso una mano en el hombro y apretó.
- Ella quería que Jared y tu tuvieran algo especial.
Jensen vio al que pronto sería su suegro y tragó saliva con dificultad por culpa del nudo en la garganta.
- Lo sé, es solo que no creí que hubiese hecho tanto.
- Hijo, no tienes ni idea de lo que esta mujer es capaz de hacer. Espero que tu estomago pueda manejar el olor de las flores y las velas.
- Esas cosas no han sido un problema hasta ahora - respondió Jensen desconcertado.
Entendió a que se refería cuando corrió la cortina de la entrada a la carpa. Sherri lo había convertido en un espacio sencillo pero precioso. Las velas estaban encendidas y habían muchas flores con fragancia pero no era algo abrumador. Los colores eran variados y vibrantes, tanto que a Jensen le picaban las manos con ganas de tener un pincel. Jared estaba hablando con el juez, la pequeña caja negra estaba a un lado y Jensen no pudo evitar preguntarse como harían eso.
Jensen caminó hasta el hombre que sería su esposo. Jared le presentó al juez, se llamaba Jonás. Hablaron de la ceremonia y de lo que tenían que hacer. Cuando Jonás se mostró satisfecho con todos lo detalles, anunció que estaba listo para comenzar la ceremonia. Fue corta, solo quince minutos.
Cuando llegó el momento de los anillos, Jonás sujetó la caja para que cada uno pudiera cogerlo cuando fuera su turno. Las manos de Jensen temblaban demasiado, no sabe como llegó a poner el anillo en el dedo de Jared. Cuando llegó el momento del castaño, sujetó la mano de Jensen entre las suyas antes de deslizar la alianza.
Hubo en momento incomodo en el que el juez les dijo que ya podían besarse. Ninguno de ellos había pensado en ese detalle hasta que llegó ese momento. Era algo que Jared desearía, pero no iba a presionar, no podría, sin embargo, Jensen se inclinó hacia delante la mitad del camino, lo que animó a Jared hacerlo también. Sus labios se rozaron solo por unos segundos pero fue suficiente para que Jared tuviera que hacer uso de todo su control y no buscar más. Al separarse y abrir los ojos, se encontró con la mirada aturdida de Jensen. Jonás rompió con el hechizo diciendo que ya estaban felizmente casados.
Mientras Jerry escoltaba a Jonás hasta la salida, Jensen aprovechó para decirle a Sherri lo mucho que apreciaba el esfuerzo que había hecho para que ese día fuera especial y lo bonito que había quedado todo. Jerry regresó seguido de varias personas que tenían bandejas con comida, las cuales ubicaron en las tablas del extremo. Jensen no se había dado cuenta de cuantas tablas habían hasta que alguien encendió las luces que iluminaban esa zona. Los camareros hicieron varios viajes. Lo último que llevaban era una torta de bodas de tres pisos, con dos pequeños novios encima.
Jensen tuvo que luchar para no llorar y perderse en sus emociones, las cuales, por culpa de las hormonas estaban fuera de control. No hubiera sido una sorpresa para ellos que le ocurriera en aquel preciso momento, pero aun así le hizo sentir incómodo.
- No tenían por qué hacer todo esto, pero gracias, de verdad. Es todo muy hermoso, pero el que me aceptaran era más que suficiente. - le dijo Jensen a sus suegros.
- Jensen, nosotros te aceptamos desde la primera vez que pusiste un pie en nuestra casa. Simplemente que ahora hay un papel que afirma lo que llevamos diciéndote desde hace años. - dijo Sherri envolviéndolo en un abrazo. Lo apretó un poco y luego lo dejó ir. - Ahora vamos a comer, luces como si una pequeña brisa pudiera llevarte volando.
Jared lo vio comprensivamente - Es mejor hacer lo que dice. No dejará de quejarse hasta conseguirlo.
- Bien que algunos de nosotros escuchamos ¿no? - bromeó Jensen.
- ¡Hey! Yo la escucho. - exclamó fingiendo indignación.
- Oh, si, recuerdo muy bien como la escuchas. Recuerdo como a alguien le ordenaron no salir estando castigado, y recuerdo como resultó.
- Hubiese resultado perfectamente si alguien no se hubiese despertado a media noche y cerrado la puerta con la cadena.
- ¿Cómo se supone que iba a saber que estaba sin cerrar por alguna razón? Me preocupaba que entrara un delincuente y nos matara a todos mientras dormíamos. - dijo Jensen metiéndose un trozo de carne en la boca, y gimiendo de gusto.
Jared trató de no dejarse distraer por el inesperado sonido y la imagen de Jensen. No podía dejar de ver la alegría que le daba una buena comida. Sin embargo, mirar como se lamía los labios, tragaba y bebía de su vaso de agua, lo terminaría conduciendo a la locura. Sus padres, gracias a todos los cielos, permanecían ajenos a lo que Jensen le hacía sentir, y a su vez, Jensen estaba muy concentrado en la carne como para notarlo.
Por fin, un rato después sus padres se dieron cuenta e hicieron el gran favor de distraer a Jensen de su dedicación al tenedor y preguntarle si quería postre. Estuvo bien porque Jared ya estaba considerando la idea de saltar sobre la mesa y hacer algo tan imperdonable como enroscar la lengua con la de Jensen, además de morder y lamer esos labios sensuales hasta quitar toda la salsa de ellos. Por otro lado, cuando vio como Jensen observaba la torta, supo que se había relajado demasiado pronto
A Jared le alegró ver que Jensen estaba comiendo y parecía que le caía bien. Hacía unos días le había preguntado por las nauseas mañaneras, y Jensen le había dicho que cuando daban en la mañana, tarde y noche, no pueden llamarse así, luego le comentó que habían mejorado las de la noche y tenía esperanza de que las de la tarde fueran las siguientes y si tenía suficiente suerte desaparecerían las de la mañana también. Jared esperaba que tuviera razón. Había leído que el bebé se alimentaba de los nutrientes que tuviera Jensen, y si eran muy pocos Jensen no sería capaz de mantener su sistema.
Jensen no estaba seguro de cómo sus primeras horas de casados se disolvieron en una discusión compuesta de diferencias verbales, pero era como un deja vu que le producía un escalofrío que recorría toda su columna vertebral, pero no iba a ceder ante eso. Entendía el razonamiento de Jared. Estaba cansado y habían salido de casa de sus padres después de la hora prevista, pero aun quedaba un montón de cosas por empacar y en estos dos días casi no había pintado nada. Necesitaba terminar las pinturas pendientes además de otra que tenía en mente.
Finalmente Jared había cedido y lo había seguido a casa en su propio coche, lo que dio a Jensen tiempo de controlar el temblor de sus manos y el miedo que con suerte lograba apartar de sus ojos.
Se puso en camino maldiciendo la oscuridad de su casa. Hubiera jurado que había dejado la luz del porche encendida. Claro que el foco podría haberse quemado pero él siempre cuidaba cambiarlo una vez al mes para que no ocurriera. Eso le hizo pensar en lo distraído que había estado últimamente. Se bajó del coche y abrió el maletero para sacar una caja de comida que la mamá de Jared le había dado.
- Jensen, déjame hacer eso - dijo Jared saliendo de su coche.
- Puedo levantar un caja de comida ¿Sabes?
- Sí, pero no puedes sostener la caja y abrir la puerta al mismo tiempo ¿Se te olvidó dejar la luz encendida?
- Juraría que la había encendido pero estaba tan preocupado que posiblemente lo olvidé, de todas formas no pensé que vendríamos tan tarde. - respondió encogiéndose de hombros.
Caminaron por el sendero y sacó las llaves para abrir, luego se apartó para que Jared pudiera pasar con la caja. Le dio al interruptor de la luz pero no pasó nada, por lo que extendió la mano para girar el foco sacarlo y cambiarlo por uno nuevo, pero al moverlo la luz parpadeó. Jensen frunció el ceño y lo ajustó hasta que la luz funcionó por completo.
- ¿Está dañado? - preguntó Jared a su espalda haciéndolo saltar un poco.
- No, solo flojo. Nunca había pasado antes. - dijo frunciendo el ceño.
- Bueno, es raro pero creo que puede pasar. - comentó Jared mirando la luz.
Jared miró a su alrededor mientras Jensen terminaba de ajustar la bombilla, le sorprendió ver que no habían muchas cajas embaladas ya que durante la cena le había dicho que Sophia se había quedado la noche anterior para ayudarlo, aun tenía pendiente darle las gracias a la chica por eso, cuando la conociera. Jensen fue a la cocina para meter la comida en la nevera y Jared pensó que sería buena oportunidad para cotillear un poco.
Jensen parecía tener una extraña colección de cosas en los estantes. Tenía las típicas velas y fotos, claro, pero habían cosas que solo podían tener sentido para un coleccionista. Una hermosa caja de madera grabada con símbolos e imágenes que le dejaron intrigado, tenía una pluma azul y un mechón de cabello atado a una tira de cuero, una piedra negra lisa, una flor pequeña seca y otras cosas por el estilo. Apartó la mano del estante cuando escuchó a Jensen entrar a la sala, fingió que solo miraba la colección de libros que estaban justo detrás de esas cosas.
- ¿Te gusta leer? - preguntó Jensen.
- Sí, aunque no lo hago lo suficiente por culpa del trabajo, pero aprovecho cuando tengo oportunidad.
- Hmmm.
Jared no estaba seguro de porque eso era algo importante pero parecía haber pasado una prueba, eso le hizo sonreír.
- Bueno ¿Por donde te gustaría empezar? - preguntó cogiendo una caja y la cinta de embalar
- ¿Qué te parece si yo comienzo con los objetos frágiles y tu con los libros? - le sugirió Jensen.
Pasaron las siguientes tres horas hablando de libros y películas mientras empacaban. Acabaron en la sala marcando las cajas que iban al almacén y las que iban a casa de Jared. Cuando llegaron a la cocina, Jensen le preguntó si tenia de todo en la suya, Jared le explicó que estaba completamente equipada, así que decidieron que todo lo de allí sería almacenado. Las únicas habitaciones que faltaban eran el baño, el dormitorio y la habitación que Jensen usaba para pintar.
Jared le sugirió que pusiera de lado lo que le interesaba de allí y él se encargaría de empaquetarlo. Jensen salió dejando al castaño en el baño guardando toallas y otras cosas que uno tiende a comprar pero que en realidad no necesita. Miró su reloj y se dio cuenta de que eran las 11, no pensó que sería tan tarde. Terminó de marcar la caja que tenía y tocó la puerta del dormitorio.
Jensen estaba sacando objetos del armario y tirándolos sobre la cama. Jared lo observó durante un minuto antes de aclararse de la garganta para llamar su atención.
- Hey, déjame ayudarte a terminar con el armario y luego puedes irte a la cama ¿Vale?
- Podríamos acabar la sala, si quieres - ofreció Jensen.
- Ha sido un día largo y necesitas dormir. Y aun necesito conducir hasta mi casa. Puedo venir el domingo y ayudarte a terminar.
- No estoy cansado - mintió ocultando un bostezo que le cogió por sorpresa.
- Claro que no. - sonrió Jared.
Jared no llegó a su casa hasta después de la media noche. Nuestra casa. Se corrigió con una sonrisa. Tuvo que amenazar a Jensen con que escondería sus pinceles para que admitiera que estaba cansado, cosa que negaba a pesar de que casi no podía mantener los ojos abiertos y bostezaba a cada diez segundos. Jared se aseguró de que estuviera metiéndose en la cama antes de apagar las luces y cerrar.
Se marchó sin saber que alguien lo observaba entre las sombras.
Se dirigió a la cocina. Necesitaba un vaso de agua fría y una ducha tibia antes de aterrizar en la cama. En la nevera había una nota de Kristen donde le decía los avances del día. Le alegró saber que ya había conseguido todos los materiales que necesitaba, e incluso había podido pintar la habitación y el baño. También le advertía que regresaría temprano al día siguiente y puesto que era las once de la noche cuando se marchó y él aun no había llegado, ella sería buena y llevaría el desayuno. Dibujó una carita sonriente al final de la hoja, pero tenía cuernos, eso le hizo imaginarla con esa típica sonrisa maniaca que logró ver cuando se conocieron.
Terminó su vaso de agua y subió las escaleras hasta su habitación, se despojó de los vaqueros y la camiseta con los que se había cambiado en casa de Jensen. Se duchó y se lavó el cabello para quitarse el polvo y las telarañas. Esa noche había aprendido por lo menos una cosa, que a Jensen le gustaba tener las cosas ordenadas y bien ubicadas, pero no se esmeraba mucho por quitar el polvo. No es que Jared lo hiciera tampoco. Demonios, si había preferido contratar a Caroline para que viniera una vez por semana a limpiar.
Ahora que lo pensaba, iba a tener que decirle que viniera más de una vez. Él no era ningún vago, pero no quería que Jensen se sintiera abrumado al tener una casa más grande. No esperaba que Jensen se pusiera a limpiar, pero tenía la sensación de que se sentiría presionado a hacerlo, y convencerlo de lo contrario sería como hablar con una pared. Decidió llamar a Caroline por la mañana. Por desgracia, la cantidad de pensamientos le habían espantado el sueño y ahora no podía dormir.
Se quitó las sabanas y salió de la cama. Agarró sus pantalones de pijama y se los puso, salió camino a la habitación de Jensen. Abrió la puerta y encendió la luz; aunque faltaba mucho para estar lista, ya le entusiasmaba al verla. Había una cinta azul a la largo de las paredes, y habían quitado los enchufes. En el baño habían hecho lo mismo. Kristen había optado por una base muy ligera. Ella pensaba que no necesitarían otra porque las paredes iban a tener un azul que les diera luz. Utilizar otro tono de base podría palidecerlo y ella no quería correr riesgos, por lo que se quedó con lo seguro.
Jared pasó los dedos ligeramente por las paredes, le alegró que ya estuvieran secas. Parecía que iba a estar lista para la siguiente pintura mañana. O mejor dicho, hoy, se corrigió acompañado por un bostezo. Salió apagando la luz y fue al cuarto del bebé, por los momentos lo estaban usando para almacenar las cosas, habían muebles y latas de pintura. Un mostrador donde había una muestra de cómo combinaban las pinturas, sabía que habían hecho una buena elección. Vio a su alrededor y se imaginó todos los colores y decorados que quedarían cuando estuviera listo. Eso le dio un calido sentimiento de felicidad, además de otro en el fondo que no podía definir.
Apagó la luz y cerró la puerta con suavidad. Necesitaba tratar de dormir un poco. Kristen estaría allí en un par de horas y ya podía imaginar como lo torturaría durante el día.
Jensen pasó el día pintando. Sabía que tenía que terminar esas dos obras para la exposición, pero necesitaba trabajar en otra primero. Sacó un lienzo nuevo y espació colores rojos y verdes en el tablero, además de blanco y plata. A media tarde, le comenzó a doler la cabeza y entonces se dio cuenta de que casi se había pasado el almuerzo. De nuevo su desayuno no había sido más que una tostada, pero está vez pudo ponerle un poco de mermelada, las cosas estaban mejorando. Se puso de pie estirado la espalda y se dirigió a la cocina, el estomagó le sonaba por la idea de lo que tenía guardado en la nevera.
Sophia llegó cuando él metió el plato en el microondas. Abrió y la dejó pasar, luego cerró bien con llave, porque a medida que pasaban los días se estaba poniendo más nervioso.
- Bueno, parece que adelantaste un montón anoche. - comentó arrojando su abrigo sobre el sofá y siguiéndolo hasta la cocina.
- Sí, y podíamos haber terminado si Jared no me hubiese puesto un alto y ordenado ir a la cama. - se quejó sacando la comida que ya había guardado en la nevera.
- ¿Por qué hizo eso? - preguntó sacando un plato y un vaso.
- Me dijo que estaba cansado y necesitaba dormir un poco.
- Bueno, has estado durmiendo muy poco - concordó ella - ¿A que hora fue eso?
- A eso de las once - respondió sacando su plato del microondas y metiendo el de Sophia.
- Hmmm, suena a que él tenía razón - reflexionó ella.
- ¿Sabes? Podrías esperar a conocerlo para empezar a ponerte de su parte. - se quejó.
- Cariño, no me estoy poniendo de parte de nadie. Lo que pasa es que te conozco. Ayer pasaste un día estresado desde la mañana y apuesto que no pudiste dormir nada la noche anterior ¿Cierto?
- En realidad no - aceptó.
- Y luego fuiste a casa de los padres de Jared, estuviste con ellos, te casaste, luego viniste aquí para empacar un montón de cosas… estoy segura de que él solo estaba tratando de que cuidaras de ti mismo y me hace feliz tener a alguien con quien compartir esa tarea - dijo vertiendo un poco de te en cada vaso y poniéndolos en la mesa.
- Te das cuenta de que soy un hombre hecho y derecho ¿Verdad? ¡Puedo cuidar de mi mismo!
- Por supuesto que sí, pero preocuparnos por ti viene como algo implícito. Supongo que es como cuando constantemente críticas a los hombres con los que salgo - dijo arqueando una ceja esperando para ver si él lo negaba.
- Eso es porque solo sales con idiotas. - dijo frunciendo el ceño.
- Hmmm tal vez. ¿Cómo te fue con tus suegros? - preguntó metiéndose un trozo de carne en la boca y gimiendo de gusto.
- Lo sé, deberías haberlo probado ayer. En realidad todo salió bien. No es como si no los conociera desde mucho antes, es solo que me preocupaba como se tomarían el hecho de que engañé a Jeff y quedé embarazado.
- Jensen, tu no engañaste a Jeff, entiendo que lo sientas así, y creo que emocionalmente puedes llamarlo así en tu cabeza, pero él ya no estaba, por lo tanto no podías engañarlo. Así que busca otro término que no sea ese porque no me gusta cuando te denigras comparándote con los hijos de puta como con los que he salido.
Jensen se sorprendió un segundo por el tono - Está bien.
- Bien, ahora dime ¿Qué te dijeron y como fue la boda?
Jensen sonrió de inmediato por el cambio de actitud y de tema. - Bueno, Sherri se mostró muy comprensiva. Dijo que estaba feliz de que fuera parte de su familia, que le gustaría que no hubiese pasado lo otro, pero siempre me consideró uno más de ellos. Me preguntó sobre el bebé, como me sentía, luego el padre de Jared se acercó e hizo más o menos lo mismo. Me llevó a la cocina y me dio algunas cosas para picar antes de la ceremonia. Dijo que Jared le había contado que me estaba sintiendo enfermo y pensó que necesitaría algo que me ayudara a mantenerme hasta la cena.
Sophia comía mientras lo escuchaba hablar de los padres de Jared y la boda. Le alegró que la familia parecía darse cuenta de la persona tan especial que era Jensen y que se esforzaran por hacer algo lindo el día de su boda y darle la bienvenida, no solo porque era el ex novio de Jeff, ni porque estuviera esperando un hijo, sino por ser quien era. Cuando terminaron de comer, Jensen desapareció en su estudio y ella decidió terminar de luchar con las cosas de su habitación, dejando que solo quedaran para recoger el domingo las cosas que estaban en el estudio.
Tocó a su puerta un par de horas después y le dijo que se marcharía a casa, pero que la llamara antes de mudarse. Jensen se lo prometió y le pidió su horario de trabajo de la semana y le juró que haría lo posible por llevar a Jared para que lo conociera. No estaba seguro de quien estaba más deseoso por ese encuentro, si ella o Jared, eso le hizo pensar que debería acojonarse. Mucho.
Jared despertó el sábado en la mañana con el sol dando contra su rostro, había olvidado bajar las persianas. Se confundió un poco al ver el reloj y descubrir que eran las 11 de la mañana porque Kristen le había dicho que llegaría temprano, no cerca del almuerzo. Se puso unos vaqueros, una camisa y fue hasta el baño. Después de conseguir parecer un ser humano otra vez, deambuló por los pasillos confundido por las voces que provenían del cuarto de Jensen. No era que no supiera a quien se iba a encontrar, es solo que no tenía ni idea de cómo habían llegado hasta allí.
Abrió la puerta con cuidado, con miedo a golpear a alguien que estuviera pegado a ella, se quedó un poco desconcertado al ver quienes estaban adentro. Chad estaba con un rodillo pintando el techo de color crema mientras Kristen se ocupaba de las paredes. Las puertas del balcón estaban abiertas, lo que explicaba no solo que la habitación estuviera fría sino el porque ambos usaban jersey. Jared pensó que ya lo había visto todo hasta que un ruido a un lado le hizo girar la cabeza con una rapidez sin precedentes para encontrarse con una gorra de béisbol de la que salían unas coletas rubias muy familiares.
Se acercó al baño en silencio y espero a que la persona pusiera el rodillo en la sartén, para poder quitarle la gorra dándole un susto que la hizo saltar y gritar. Lo mismo que a sus compañeros.
- Sabía que esas trenzas me resultaban conocidas - le dijo Jared a Alona.
- Bueno, no tenías que darme un jodido ataque al corazón para salir de dudas. - se quejó con la mano en el pecho.
- Da gracias al cielo que no estaba haciendo un trabajo de precisión - resopló Kristen.
- Lo siento, Jesús, la mañana está un poco tensa ¿No? - dijo Jared levantando las manos en señal de paz.
- ¿La mañana? - dijo Chad mirándolo - la mañana fue hace más o menos cuatro horas.
- Sí, gracias por dejarme dormir. Ayer fue un día largo. - admitió Jared - están avanzando bastante rápido ¿No? - dijo mirando a su alrededor.
- Tuve la oportunidad de conseguir todo lo que necesitaba antes de lo previsto, así que pude comenzar anoche, Chad ha ayudado - explicó Kristen.
- Asumo que tú eres la ayuda extra de la que me habló Kristen el otro día - comentó Jared a Alona.
- Sí, bueno, el favor que le debía no era tan grande como el que te debía yo a ti, así que tuve que poner mis servicios su disposición - suspiró.
Kristen resopló - Por favor, ni que hubiese tenido que ponerte una pistola en la cabeza. Estabas tratando de averiguar que era lo que estábamos haciendo aquí desde la primera vez que Jared me llamó.
- Está bien. Chivata. - respondió Alona sacándole la lengua.
Chad rodó los ojos y continuó con la pintura - Hay comida en la cocina. Vas a tener que calentarla pero debería estar comestible.
Trabajaron el resto de la tarde y la noche, hasta terminar con todo lo que había que pintar. Alona había decidido que ahora Kristen estaba en deuda, ya que, obviamente, pintar apesta y ella planeaba hacerle pagar por eso. Básicamente haciéndola redecorar su dormitorio. Chad se ofreció a ayudar, por lo que ellas lo vieron mal y lo amenazaron con la castración. Cuando se dieron cuenta de que su ofrecimiento había sido en serio aceptaron de inmediato y hasta se disculparon por mal interpretar sus palabras.
Jensen lo llamó a eso de las tres para decirle que Sophia había terminado de empacar las cosas de su habitación mientras él pintaba. Así que solo quedaba el estudio por recoger, que si le apetecía ir más tarde el domingo estaba bien porque el prefería ser quien empacara todo su equipo de pintar. Jared estuvo de acuerdo. Eso le daba tiempo para terminar un par de cosas más en la casa, el camión de mudanza no llegaría hasta las cinco.
Jared había estado pensando mucho en el solario, el espacio, la temperatura controlada y los ventanales especialmente diseñados para controlar el nivel de luz, ese sería un gran lugar para que Jensen usara como estudio.
- Hey Kristen, antes de que te vayas ¿me puedes dar tu opinión en algo? - preguntó Jared.
- Claro, muéstrame lo que tienes - dijo poniéndose de pie.
Jared se abrió camino por el pasillo y encendió las luces. Ese espacio estaba vacío, y las persianas especiales subidas, así que al apretar el botón automáticamente se abrió dando una idea de cómo era el lugar con las ventanas al descubierto.
- Wow - dijo Kristen.
- Sí, estaba pensando que sería un lugar genial para que Jensen pusiera su estudio, tendría un montón de luz y una gran vista - dijo señalando los jardines del patio trasero.
- Es una gran idea, ¿pero no se supone que esto es para las plantas?
- Podría ser, pero fue diseñado para que pudiera usarlo como cualquier cosa, y el rociador que se necesitaba para tener plantas aquí nunca fue instalado. - le explicó.
- Creo que le va a encantar - dijo Kristen.
Tanto Chad como Alona estuvieron de acuerdo. Luego de una discusión sobre que sofás y sillas que podían quedar bien en el lugar, decidieron que ya era hora de marcharse y descansar ya que al día siguiente tocaba acabar con los retoques y meter el mobiliario. Jared los acompañó a la salida y subió con la intención de hacer lo mismo pero se sintió atraído por la habitación de Jensen. Entró y se sentó en el medio, solo disfrutando de lo diferente que ya se veía. Se quedó un rato pensando en lo mucho que había cambiado su vida y lo que faltaba por cambiar. Finalmente se levantó y fue a su propio cuarto. Faltaba solo un día de cosas por hacer antes de que Jensen se mudara por fin.
El domingo Jared despertó a las seis de la mañana. Revisó las paredes y notó que la pintura ya estaba seca así que comenzó a atornillar los tomacorrientes con cuidado. Buscó una escoba y recogió la basura que estaba en el suelo. El camión de la fábrica de muebles llegaría allí a media mañana para hacer la entrega, le costó mucho más que lo hicieran en domingo pero no le importó, Jensen lo valía.
Chad fue el primero en aparecer, le sorprendió que Jared ya estuviera despierto y haciendo cosas, pero feliz de que el café ya estuviera listo. Se sirvió una taza y se sentó en una de las sillas de la cocina. Alona y Kristen llegaron quince minutos después y se sentaron frente a él. Las dos miraron horrorizadas la alegre versión de Jared que tenían presente, Chad les susurró con un puchero que él tenía que lidiar con eso constantemente en la oficina.
- ¿Saben que? Iba a preparar omelet para todos, pero si se van a portar así, casi que cada uno se puede hacer el suyo - les informó Jared.
- ¿Sabes? Nosotros sólo nos metemos con las personas que amamos - dijo Alona haciéndole ojitos.
Kristen resopló sobre su café.
- Jared, por el amor de Dios ¿Podrías contarle lo que está pasando? - dijo Chad.
Jared los vio confundido por un momento - ¿Significa que ninguno de ustedes le ha contado?
- Bueno, realmente no pensamos que fuera cosa nuestra - respondió encogiéndose de hombros.
- Sí, lo cual me parece muy injusto - se quejó Alona haciendo un puchero.
- ¡Oh, pobre de ti! - sonrió Jared poniendo un plato de con omelet sobre la mesa, todos comenzaron a comer.
- Vamos, Kristen, ¿me lo contarás tu? Te vendo mi alma si es necesario. Estoy desesperada. ¿Sabes el esfuerzo que he hecho para poder trabajar para ti? - suplicó Alona.
- Está bien. Dios, eres peor que Chad. - dijo Jared.
- ¡Hey!
Jared se limitó a mirarlo con una sonrisa.
- Por lo menos yo no protesto - dijo Chad antes de comenzar a comer de nuevo.
- Sabes lo de Jeff ¿No? - Jared esperó hasta que Alona asintiera para continuar. - bueno, larga historia corta, su prometido y yo fuimos a la cabaña de mis padres la noche del entierro, nos emborrachamos y tuvimos sexo. Hace dos semanas Jensen descubrió que estaba embarazado. Me lo dijo y le pedí que se casara conmigo, me hizo esperar una semana pero al final me dijo que sí. Lo hicimos el viernes. Se mudará para acá el lunes. Yo no quería que se mudara a una habitación de invitados cualquiera, quería una habitación que pudiera sentir suya. - le explicó Jared haciendo gestos.
Alona se quedó sentada, parpadeando mientras su cerebro procesaba la información. Cuando por fin abrió la boca para hablar, volvió a cerrarla y ladeó la cabeza, finalmente la única palabra que salió fue - Oh.
El mobiliario llegó poco después de que terminaran de desayunar, ahora tenían la sala llena y poco aliento. Cada uno fue cargando algo hasta la habitación y luego lo organizaron. Chad se encargó de los acabados satinados del baño, le daban al lugar una imagen calida. Jared estuvo a punto de estrangular a Kristen cuando le dijo que cambiara la cómoda de lugar otra vez, pero cuando todo quedó ubicado, tuvo que admitir que su decisión era la correcta.
Ahora que estaba todo pintado y organizado, Kristen les ordenó salir de la habitación para poder colocar las velas y los toques finales. Chad decidió que se iría para tomar una ducha y comer algo porque aun le faltaba reunirse con el camión de mudanza que llevaría las cosas al almacén, Jared quedó en que lo llamaría en el transcurso de la semana. Alona se tumbó en el sofá echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos. Jared se sentó en el sillón y mirando la nada, su cerebro había decidido tomarse unas vacaciones.
- Así que lo amas ¿Cierto? - preguntó suavemente, sacándolo de su estado comatoso.
- ¿Cómo dices?
- Lo amas. Es lo único que tendría sentido. No tienes que casarte con él solo porque está embarazado, estás dispuesto a correr el riesgo de que quizás no olvide a tu hermano y se enamore de ti, luego está lo de la habitación. No solo has movido cielo y tierra para que esté lista, sino que has ayudado a hacerla, no me refiero solo al trabajo físico sino en todo, pensar en los detalles que a él le gustarían y le harían sentirse cómodo. Lo amas.
- No puedo evitarlo. Hay algo en él, Alona. No sé porque demonios no me di cuenta cuando estábamos creciendo juntos, pero seguro ha estado allí todo el tiempo.
- Quizás antes no te permitías verlo. - sugirió Alona.
Y mientras más vueltas le daba al asunto, más pensaba que ella tenía toda la razón, porque en aquel entonces, él simplemente asumió que Jensen era de Jeff.
Kristen apareció una hora después, le dijo a Jared que subiera y le dejara saber que pensaba. Que Alona lo podía ver luego. Jared quedó encantado con el producto final, incluso el balcón se veía completamente diferente ahora que tenía esos muebles. Alona se asomó unos minutos después, sorprendida por como las velas y el resto de detalles podía resaltar todo. Hizo que Kristen tomar varias fotos para ponerlas en su portafolio de trabajo.
Jensen pasó toda la mañana trabajando en la nueva pintura que había comenzado la noche anterior. No estaba seguro de si estaría lo suficientemente seca para la mudanza del lunes, pero decidió que igualmente trabajaría en ella, pensó que podía regresar durante la semana para recogerla, de todas formas no era tan grande. Al mediodía sonó la alarma recordándole que tenía que parar para comer, comenzó a tomar esa precaución para regular de una vez sus hábitos alimenticios. También había comenzado a llevar bocadillos al estudio para picotear cuando le diera hambre, eran más que todo manzanas, uvas, cosas nutritivas y agua para estar hidratado.
Había llamado a Jared el día anterior para hacerle saber que podía llegar más tarde si quería. Sophia lo forzó a dormir la siesta, antes de que acabara quedándose dormido en el banquillo. Al entrar a la habitación le sorprendió ver que ya había empaquetado todo. Tenía que admitir que cuando Jared dijo que le parecía bien ir más tarde, le dio una punzada de decepción, pero se negó a darle muchas vueltas al asunto por miedo a lo que eso pudiera significar.
Le sorprendió escuchar unos golpes en la puerta un poco más tarde, y le sorprendió aun más cuando vio el reloj y se dio cuenta de que eran las 4:15. Se limpió las manos de la tela y dio un vistazo al estudio, el cual se supone debería tener ya todo empacado. Suspiró dispuesto a abrir la puerta y asumir las consecuencias. Jared estaba de pie en la entrada con las manos en los bolsillos. Tenía unos pantalones vaqueros y una sudadera, pero no abrigo. Jensen negó con la cabeza. Al parecer Jared no había superado su fobia por los abrigos y los guantes, excepto para casos extremos. Jared miró la pintura que salpicaba los vaqueros y camisa de Jensen y sonrió.
- No has empacado nada ¿Verdad?
- Bueno, iba a hacerlo después de almorzar, pero quería dar forma a una pequeña parte… - finalmente su voz se apagó con culpabilidad.
- Está bien, por eso he venido un poco antes, en caso de que necesitaras ayuda. - le aseguró Jared.
El alivio de Jensen se evidenció en su cara, así como la forma en la que se relajaron sus hombros, pero Jared consiguió hacerlo estremecer cuando extendió la mano y le quitó una mancha de pintura de la cara, cuando se dio cuenta de esa reacción Jared pensó en retirar la mano y darle un poco de espacio, pero luego decidió dejarla para demostrarle que no le haría daño. También se dio cuenta de que Jensen esperaba que no hubiese notado su miedo, Jared le dejó creerlo, por el momento.
Cuando por fin quitó la mano, Jensen se retrocedió un paso para dejarlo entrar.
- Dame un minuto para quitar las telas húmedas que tenía secando sobre la rejilla y entonces podemos comenzar a guardar las cosas. - dijo por encima del hombro mientras caminaba por el pasillo.
- Tarda lo que quieras, voy a llamar a la mudanza para asegurarme de que estarán aquí a tiempo.
Cuando Jensen se marchó, Jared se dejó caer en el sofá. Estaba bastante seguro de que Jensen no lo encontraba desagradable, así que ese estremecimiento no fue una reacción hacia él personalmente, sino otra cosa. Mientras más vueltas le daba, peores pensamientos tenía, y le hacían hervir la sangre como nunca antes le había pasado. Había algo en su memoria, un recuerdo referente a Jensen que no terminaba de llegar, pero sabía que se trataba de algo importante.
- ¿Jared?
Jared levantó la mirada y se dio cuenta de que Jensen lo había llamado más de una vez, parecía nervioso, probablemente porque Jared tenía el ceño fruncido.
- Lo siento, estaba pensando en la nueva película en la que tengo que comenzar a trabajar dentro de nada. - mintió mirando como la preocupación abandonaba el rostro de Jensen.
- ¿No quieres hacerla?
- El guión es genial, pero los actores son divas. Nos toca un mes de escuchar “mi café está demasiado caliente”, “mis uvas son verdes y no moradas” “alguien puso Crest en lugar de Aquafresh en mi baño” - dijo imitando la voz de los actores.
Para cuando terminó de hablar, Jensen se estaba riendo.
- Es por cosas como esas que me escondo en el cuarto de utilería y dejo a Chad lidiar con ellos.
- Eso es algo horrible - dijo Jensen sin parar de reír.
- No, no lo es, créeme, porque luego tengo que escuchar a Chad quejarse sobre las quejas de ellos.
- Bueno, sigo pensando que Chad es quien se lleva la peor parte. - dijo Jensen - he apartado las pinturas, por si quieres comenzar ya a recoger.
Trabajaron codo a codo. Jensen le mostró a Jared la forma correcta de guardar los equipos de pintura para que no se dañaran. Y Jared hacía un gran esfuerzo por no dejarse distraer por los movimientos de los músculos debajo de esos ajustados vaqueros y camisa. Cuando llegó el camión de mudanza, Jared fue a recibirlo mientras Jensen terminaba de empacar. Jared ya había trabajado con esa empresa de mudanzas, eran rápidos, eficientes y cuidadosos. Comenzaron con los muebles y el resto de cosas que irían al almacén, para que quedaran al fondo, luego siguieron con lo que se iría a la nueva casa, incluso uno de los batidores de Jensen que aun no estaban completamente secos.
Jared tuvo que subir a la parte de atrás del camión y comprobar que estuvieran bien sujetos los agarres, solo para evitar que Jensen lo hiciera. Estaba seguro de que el rubio terminaría siendo su muerte de una forma u otra. Jensen se había asegurado de marcar muy claramente todas las cajas para facilitar el trabajo, incluso sin saber como estarían ubicadas las cosas en su nuevo hogar. Cuando todo estuvo cargado y el camión se marchó, Jared se subió a su coche.
- ¿Seguro que no quieres que vaya y te ayude a desempacar? - preguntó Jensen preocupado.
- No, quiero que descanses un poco, para que luego puedas ocuparte de la nevera y cualquier cosa que haya quedado rezagada por ahí. Y que estés listo para que te recoja mañana. - respondió Jared. Sonrió cuando lo vio fruncir el ceño.
- Te das cuenta de que puedo conducir ¿Verdad? Tengo mi propio coche y todo - dijo Jensen.
- Sí, pero tengo que regresar de todas formas. Se van a necesitar los dos coches para llevar el archivo y los lienzos, además quiero conducirte a casa ya que será la primera vez que la veas. - le explicó el castaño.
- Vale - aceptó porque eso ultimo parecía significar importante para Jared - te espero a eso del mediodía ¿entonces?
- Más bien la una. Tengo un par de cosas que hacer en la mañana, pero no me deben tomar mucho tiempo.
- Ok. ¿Hay algo específico que quieres que llevemos mañana o durante la semana?
- En realidad no. Podemos llevar mañana lo que quieras y regresar otro día si decides dejar algo.
Se despidieron y Jensen dio un paso atrás para que Jared pudiera cerrar la puerta. Se quedó mirando hasta que el coche desapareció y regresó a su casa, ahora vacía. De pronto una ola de agotamiento le golpeó y estuvo absolutamente agradecido de que Jared no le hiciera caso cuando le dijo que podían llevarse la cama también, usando el argumento de que los de la mudanza podían volver cualquier otro día sin problema. Se acurrucó con la almohada y se quedó dormido en cuestión de minutos.
La mudanza llegó primero que Jared a la casa y estaban esperando por él en la entrada. Le ayudaron a colocar cada caja en los lugares correspondientes, así como los bastidores y los lienzos los puso en el solárium. Ya había chequeado la temperatura del estudio de Jensen para ajustar la del solárium a esa. Haría que luego le educara un poco sobre su trabajo para saber que podía perjudicar sus pinturas y que no.
Puso allí también los caballetes y los taburetes que tenía Jensen en su estudio, sin embargo, mientras más los miraba más le preocupaban. Eran muy fuertes pero no tenían espaldar, por lo que Jensen podía perder el equilibrio y caer hacia atrás, cuando el embarazo estuviera más adelantado, y hacerse daño, había leído que los embarazos venían acompañados de dolores de espalda. Al final de la noche decidió que encargaría unos con mejor apoyo y también reposabrazos.
Comenzó por desempacar las cosas pequeñas primero. Añadió los CD’s y los DVD’s a los que tenía él en su estudio, hizo nota mental de que necesita un estante más grande, así como otro para la biblioteca porque lo necesitaría al desempacar los libros y añadirlos a los suyos, le preguntaría a Jensen mañana si estaba de acuerdo. Lo siguiente que hizo fue ubicar las cosas del baño, haciendo nota mental de las marcas preferidas del rubio.
Cuando llegó a la habitación, comenzó con la ropa que iba en el armario y luego la de los cajones, pensó que Jensen las reubicaría después pero por lo menos ya estaban fuera de las cajas. Selecciono unos cuantos libros y los puso en la pequeña repisa que había en la habitación, junto con algunos adornos que parecían importantes para Jensen, tomando en cuenta la forma en la que los tenía en su antigua casa.
Dejó las fotos de último. Tenía algunas de su madre, de Jeff, y otras de Jeff y él juntos, Jared las acomodó en la estantería. Había una de Jeff de pie en la playa, mirando a la cámara con una sonrisa. A Jared le dolía el corazón al mirarla. La colocó en la mesita de noche, junto a la lámpara, justo como había estado en la otra habitación. Era muy difícil competir con un fantasma, pero por Jensen lo haría.
Se fue a la cama para soñar con una casa de llena de niños y Jensen sonriéndole con amor en los ojos.
Continuará.