Rolear es bueno, tesssoro :D
Los domingos son para levantarse tarde, muy tarde, porque te pasas la mañana perreando mientras te llega el murmullo de la tele encendida del salón entremezclándose con el tráfico de la calle. Y piensas en mil y una historias que al final no escribirás, y las ideas se pierden con la luz azulada que se cuela por las cortinas.
Los domingos son para tomarse todo el tiempo del mundo en cocinar. Pensar en alguna delicia y hacértela con tranquilidad, por eso de que para un día que no llegas tardísimo de clase o te haces algo fácil para poder echarte la siesta... Y te permites el lujo de prepararte algo que, por lo general, no harías para ti sola. Porque a veces lo más bonito de cocinar es saber que vas a compartir lo que hagas con alguien más.
Pero, sobre todo (y al menos desde la semana pasada, y repetiremos la que viene), las tardes de domingo se desarrollan alrededor de una mesa camilla con un calefactor debajo. Roleando a Castillo de Falkenstein con
fideru como máster (y qué bueno es el condenado, me ha hecho sentir miedo y todo!), hinchándote a gusanitos y chucherías y litros de coca cola. Soportando con estoicismo (bueno, al menos el que te permita el personaje) porque no sabes cómo te lo has montado para estar a punto de morir mil veces en las dos partidas que llevas...
(inciso: por ejemplo, la escena de acción de hoy que he tenido con carruaje sin conductor, caballos desbocados, muerto baboso encima, caja de metal de 6 kilos que no puedes dejarte y chapuzón en el Támesis con diluvio incluido. Pasará a los anales de la historia... al menos en "cómo tirarte gritando durante tres cuartos de hora; que es el tiempo que te has pasado jugando sola mientras el resto de personajes están unidos en el otro lado de la ciudad porque ellos son de clase alta y tú una ladrona de mierrrrrrrrrda xD
Fide: Estás al final de un puente levadizo y el carruaje está sin ruedas.
El resto: O sea, que te vas a pegar la leche del siglo.
Yo: ¡¡Hago uso de mis habilidades atléticas y cojo las riendas de los caballos!!
*lo hago (después de sacar carta, claro)
Fide: Vale, ¿y la caja de metal importantísima de la historia?
Yo: ¡¡... MALDICIÓN, ME LA HE DEJADO DENTRO!!
Fide: ... :D)
Que por cierto, frases míticas hemos tenido para dar y regalar. Como el "curiosos modismos" que un Lord (Baez) le ha dicho a un jardinero híper cateto (Fide en una actuación estelar xDDD). O también:
Escena: Imaginaos a seis personas colgando de una bicicleta con globo incluido muy en plan Doctor Moriarty. Surrealismo puro y duro à la Falkenstein.
Alex: ¡Pues me desabrocho la chaqueta y me la suelto! (así en plan aerodinámico)
Benji: ¡Claro, y ahora te enchufamos con una linterna y aparece Batman en el cielo!
Harold (o Fide interpretando a un baboso que me pretendía y al que yo tenía que sonsacarle información): No te preocupes, lo que llevo ahí es mi bolsa de oro.
Yo: Ah, pensaba que te alegrabas de verme :D
Señor Eme (Álex en una actuación estelar, dirigiéndose a Harold en una reunión a la que he ido yo): Ah, ya veo que vienes acompañado... bueno, la matamos ya, ¿no?
Yo: HOLA, ESTOY AQUÍ DELANTE ESCUCHANDOOS ¬¬
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Cómo echaba de menos rolear, aiiiish.
Los domingos son para tomarse todo el tiempo del mundo en cocinar. Pensar en alguna delicia y hacértela con tranquilidad, por eso de que para un día que no llegas tardísimo de clase o te haces algo fácil para poder echarte la siesta... Y te permites el lujo de prepararte algo que, por lo general, no harías para ti sola. Porque a veces lo más bonito de cocinar es saber que vas a compartir lo que hagas con alguien más.
Pero, sobre todo (y al menos desde la semana pasada, y repetiremos la que viene), las tardes de domingo se desarrollan alrededor de una mesa camilla con un calefactor debajo. Roleando a Castillo de Falkenstein con
fideru como máster (y qué bueno es el condenado, me ha hecho sentir miedo y todo!), hinchándote a gusanitos y chucherías y litros de coca cola. Soportando con estoicismo (bueno, al menos el que te permita el personaje) porque no sabes cómo te lo has montado para estar a punto de morir mil veces en las dos partidas que llevas...
(inciso: por ejemplo, la escena de acción de hoy que he tenido con carruaje sin conductor, caballos desbocados, muerto baboso encima, caja de metal de 6 kilos que no puedes dejarte y chapuzón en el Támesis con diluvio incluido. Pasará a los anales de la historia... al menos en "cómo tirarte gritando durante tres cuartos de hora; que es el tiempo que te has pasado jugando sola mientras el resto de personajes están unidos en el otro lado de la ciudad porque ellos son de clase alta y tú una ladrona de mierrrrrrrrrda xD
Fide: Estás al final de un puente levadizo y el carruaje está sin ruedas.
El resto: O sea, que te vas a pegar la leche del siglo.
Yo: ¡¡Hago uso de mis habilidades atléticas y cojo las riendas de los caballos!!
*lo hago (después de sacar carta, claro)
Fide: Vale, ¿y la caja de metal importantísima de la historia?
Yo: ¡¡... MALDICIÓN, ME LA HE DEJADO DENTRO!!
Fide: ... :D)
Que por cierto, frases míticas hemos tenido para dar y regalar. Como el "curiosos modismos" que un Lord (Baez) le ha dicho a un jardinero híper cateto (Fide en una actuación estelar xDDD). O también:
Escena: Imaginaos a seis personas colgando de una bicicleta con globo incluido muy en plan Doctor Moriarty. Surrealismo puro y duro à la Falkenstein.
Alex: ¡Pues me desabrocho la chaqueta y me la suelto! (así en plan aerodinámico)
Benji: ¡Claro, y ahora te enchufamos con una linterna y aparece Batman en el cielo!
Harold (o Fide interpretando a un baboso que me pretendía y al que yo tenía que sonsacarle información): No te preocupes, lo que llevo ahí es mi bolsa de oro.
Yo: Ah, pensaba que te alegrabas de verme :D
Señor Eme (Álex en una actuación estelar, dirigiéndose a Harold en una reunión a la que he ido yo): Ah, ya veo que vienes acompañado... bueno, la matamos ya, ¿no?
Yo: HOLA, ESTOY AQUÍ DELANTE ESCUCHANDOOS ¬¬
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Cómo echaba de menos rolear, aiiiish.