Observar
Fandom: Ouran High School Host Club
Claim: Mori/Renge
Género(s): humor, romance
Palabras: 500
Culpa de: aleganott,crack_and_roll y retos_a_lacarta
Debería estar concentrándose en otra cosa. Tal vez, debería estar ayudando a Kyoya. Quizás, debería estar dibujando doujinshi para complacer a sus colegas. Pero, definitivamente, no debería estar girando la cabeza cada cinco segundos hacia donde estaba Mori-senpai.
El chico debía de tener un radar, porque la pescó un par de veces mirándolo con inexplicable intensidad. Si bien había disimulado saludándolo con toda la calma que reunió en el momento, un pensamiento se formó en su cabeza cuando pudo respirar de nuevo: "eres patética".
Normalmente ella no se amedrentaría frente a nadie (no era su estilo, después de todo) pero, cuando se trataba del más callado de los bishonen a su cargo, era diferente. Además del radar, Mori parecía contar con una capacidad innata para hacerla sonrojar simplemente pestañeando.
---
El comportamiento de Renge no era el mismo. Kyoya, observador como era, fue el primero en notarlo. Si bien no los movían los mismos intereses, ella era tanto o más aprovechadora que él, y no resultaba ni remotamente normal que reprendiera a Hani-senpai por "ser demasiado lindo de nuevo".
-Creo que olvidas que ese es su mayor atractivo-observó Kyoya, mirándola significativamente por encima de sus anteojos.
-Tarde o temprano las personas se cansarán de eso, créeme.
-¿Con "las personas" te refieres a ti?
Renge se mordió el labio de forma imperceptible.
-No sé de qué estás hablando.
---
Una cáscara de banana había hecho tropezar a Renge. Después de patinar por unos cinco metros, se salvó de la caída por milagro. Si es que se le puede llamar 'milagro' al radar de Mori.
La administradora salió corriendo como alma que lleva el diablo cuando él le preguntó si estaba bien. Kyoya se había reído. Tamaki había preguntado "¿dónde está la gracia?", recibiendo una sonrisa maliciosa por respuesta.
---
-¡Ven a comer pastel conmigo, Renge-chan!-invitó Hani alegremente. A Renge le sorprendió que estuviera solo en el club a aquellas horas, pero se acercó a su mesa, ignorando la sensación de acidez que se había instalado en su estómago.
-¿Por qué viniste tan temprano hoy?
-Quería hablar contigo, Renge-chan.
Tal vez estuviera paranoica, pero el tono de voz que usaba el mayor de los host...daba miedo.
-¿De...qué?
Tragó saliva con dificultad.
-¡Estás celosa!-acusó Hani, recuperando su infantil comportamiento.
Cuando oyó aquello, Renge supo que era cierto. Aunque se lo negara a sí misma, Hani había dado en el clavo. Lo cual no significaba que fuera a darle la razón.
-¿Celosa, yo? ¡Ja! ¿De quién podría estarlo?
Hani alzó una ceja con suavidad, sonriendo con un poquito de malicia.
-De mí.
-Eso es...
-¿Ridículo? No lo creo.
Renge agachó la cabeza, permitiéndole saborear su triunfo momentáneamente. Sólo necesitaba un momento para pensar en una respuesta brillante que le cerrara la boca.
-No debes preocuparte.
-¿Eh?-murmuró, mirándolo de reojo.
-Él no está comprometido-explicó Hani.
Después de asegurarse de que no mentía, Renge corrió por todo el club (fue una suerte que estuviera vacío) gritando presagios de boda que, incluso, llegaron a oídos de Nekozawa.
Claim: Mori/Renge
Género(s): humor, romance
Palabras: 500
Culpa de: aleganott,crack_and_roll y retos_a_lacarta
Debería estar concentrándose en otra cosa. Tal vez, debería estar ayudando a Kyoya. Quizás, debería estar dibujando doujinshi para complacer a sus colegas. Pero, definitivamente, no debería estar girando la cabeza cada cinco segundos hacia donde estaba Mori-senpai.
El chico debía de tener un radar, porque la pescó un par de veces mirándolo con inexplicable intensidad. Si bien había disimulado saludándolo con toda la calma que reunió en el momento, un pensamiento se formó en su cabeza cuando pudo respirar de nuevo: "eres patética".
Normalmente ella no se amedrentaría frente a nadie (no era su estilo, después de todo) pero, cuando se trataba del más callado de los bishonen a su cargo, era diferente. Además del radar, Mori parecía contar con una capacidad innata para hacerla sonrojar simplemente pestañeando.
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El comportamiento de Renge no era el mismo. Kyoya, observador como era, fue el primero en notarlo. Si bien no los movían los mismos intereses, ella era tanto o más aprovechadora que él, y no resultaba ni remotamente normal que reprendiera a Hani-senpai por "ser demasiado lindo de nuevo".
-Creo que olvidas que ese es su mayor atractivo-observó Kyoya, mirándola significativamente por encima de sus anteojos.
-Tarde o temprano las personas se cansarán de eso, créeme.
-¿Con "las personas" te refieres a ti?
Renge se mordió el labio de forma imperceptible.
-No sé de qué estás hablando.
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Una cáscara de banana había hecho tropezar a Renge. Después de patinar por unos cinco metros, se salvó de la caída por milagro. Si es que se le puede llamar 'milagro' al radar de Mori.
La administradora salió corriendo como alma que lleva el diablo cuando él le preguntó si estaba bien. Kyoya se había reído. Tamaki había preguntado "¿dónde está la gracia?", recibiendo una sonrisa maliciosa por respuesta.
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-¡Ven a comer pastel conmigo, Renge-chan!-invitó Hani alegremente. A Renge le sorprendió que estuviera solo en el club a aquellas horas, pero se acercó a su mesa, ignorando la sensación de acidez que se había instalado en su estómago.
-¿Por qué viniste tan temprano hoy?
-Quería hablar contigo, Renge-chan.
Tal vez estuviera paranoica, pero el tono de voz que usaba el mayor de los host...daba miedo.
-¿De...qué?
Tragó saliva con dificultad.
-¡Estás celosa!-acusó Hani, recuperando su infantil comportamiento.
Cuando oyó aquello, Renge supo que era cierto. Aunque se lo negara a sí misma, Hani había dado en el clavo. Lo cual no significaba que fuera a darle la razón.
-¿Celosa, yo? ¡Ja! ¿De quién podría estarlo?
Hani alzó una ceja con suavidad, sonriendo con un poquito de malicia.
-De mí.
-Eso es...
-¿Ridículo? No lo creo.
Renge agachó la cabeza, permitiéndole saborear su triunfo momentáneamente. Sólo necesitaba un momento para pensar en una respuesta brillante que le cerrara la boca.
-No debes preocuparte.
-¿Eh?-murmuró, mirándolo de reojo.
-Él no está comprometido-explicó Hani.
Después de asegurarse de que no mentía, Renge corrió por todo el club (fue una suerte que estuviera vacío) gritando presagios de boda que, incluso, llegaron a oídos de Nekozawa.