BON VOYAGE - HUNHAN (Trad. En Español) Capítulo 4

Sep 03, 2015 10:32


~Primera Ola~
Capítulo 4
“Damas y caballeros, bienvenidos a bordo del Crucero S.M. Habla su capitán, y en poco tiempo, estaremos dejando el puerto para comenzar nuestro viaje de tres semanas alrededor de Asia.

Espero que todos ustedes hayan sido capaces de participar esta tarde en nuestro simulacro de seguridad. Si siente la necesidad de ser informado otra vez sobre donde se encuentran sus puntos de reunión, acérquese amablemente a cualquier miembro de nuestra tripulación y ellos le informarán las normas de seguridad a bordo de este barco.

Nuestros restaurantes están abiertos 24/7 para todos nuestros huéspedes. Otras instalaciones tales como el gimnasio, la piscina y la cancha de baloncesto están abiertas de acuerdo a los horarios publicados. Los sitios de entretenimiento como el teatro y el casino se abrirán una hora después de la partida y cerrarán una hora antes de cada parada.

Les aconsejamos a todos tener sus tarjetas de acceso con ustedes todo el tiempo. Esto garantiza la seguridad de cada uno y puede ser muy conveniente en todo el barco.

Para más información con respecto a los horarios de las actividades y espectáculos del Crucero S.M., por favor revisar el folleto de actividades que se encuentra en sus camarotes.

Esperamos que pasen un increíble tiempo con nosotros en este crucero. Una vez más, habló su capitán Kris Wu y gracias por elegir el Crucero S.M. como su experiencia de viaje definitiva.”

Kris sonríe mientras coloca el micrófono de vuelta a su soporte. Sus ojos escanean la vista frente a él.

Finalmente, zarpamos.

“Diríjanla al océano.” Ordena a su tripulación mientras camina a la amplia ventana para ver a su barco dejar el puerto.

Esté es al fin. Su viaje inaugural.

Kris sonríe ante lo perfecto que todo está funcionando a sus órdenes. Había estado nervioso sobre como manejaría este enorme barco en su primer viaje. La cantidad de noches sin dormir que pasó y como ni siquiera podía comer apropiadamente, su estómago revolviéndose cada tanto ante la idea de comandar este barco. Pero hoy, mientras la ve dejar el puerto, no puede evitar sentirse orgulloso de lo bien que ella lo hace.

Tres años siendo capitán y esta es la primera vez que se siente todo nervioso. No puede arruinar la primera vez de este barco en el océano. Se aseguró de revisar todo antes de zarpar y hasta ahora todo va bien.

Exhala un suspiro de alivio mientras siente el sonido lento y constante de los motores del barco. Ha estado de pie desde las cuatro de la mañana asegurándose de que su tripulación estuviera completa. No puede arruinarlo. Nunca sería capaz de perdonarse si así sucediera.

“Capitán,”

Kris se gira hacia su oficial y asiente.

“El barco funciona perfectamente. Estamos listos para anclar en aproximadamente doce horas, justo a tiempo para el desayuno de mañana.”

“Gracias,” Kris responde. “¿Hay algo más que deba saber?”

“Nada más, señor.” El oficial responde con una sonrisa. “Sólo que ella lo está haciendo muy bien en su primer comienzo.”

Kris asiente. “Continúa.”

“Sí, capitán.”

Kris recorre con sus ojos a toda su tripulación y los ve luciendo relajados, como si finalmente se hubieran liberado de un peso. Puede sentir lo agradecidos que están de que todo esté funcionando de acuerdo al plan y él hace una nota mental de felicitarlos después por un trabajo bien hecho. Se merecen el halago. Esta gente es su tripulación. Su familia. Todos a bordo de este barco son su responsabilidad y ahora que sabe que estarán bien por un rato, por fin puede respirar fácilmente.

Mirando por las amplias ventanas otra vez, ve el puerto hacerse cada vez más y más pequeño. Las luces de los edificios cercanos ahora lucen como estrellas para él y en poco tiempo, el océano es la única cosa que ve.

Esto es vida.

Siempre quiso ser capitán. La vida a bordo de un barco es algo con lo que siempre soñó. Sabía que esa era la profesión perfecta para él y sus padres lo apoyaron siempre. Estando en la cima de su clase, graduándose y recibiendo su licencia y aprobando todos los exámenes requeridos para que fuera un oficial de la marina es algo de lo que siempre ha estado orgulloso.

Nunca pensó en tener otra vida que esta. La vida en el océano lo hace sentir a gusto. A Kris siempre le encanta mirar el agua, pasando su infancia perdiéndose en los acuarios y jugando con barquitos. Para él, el océano guarda más de lo que el ojo alcanza. Acción. Aventura. Kris anhela estas cosas y cada viaje siempre lo emociona.

Pero ser capaz de dirigir un barco en su primer viaje es algo que Kris no esperaba tan pronto en su carrera. Siempre creyó que le tomaría diez años el ser capaz de tener este honor.

Y ahora está sucediendo y una oleada de felicidad lo llena desde el interior.

Cuidaré de ella, Kris promete mientras observa el océano, amando la manera en que el barco, su barco, funciona perfectamente.

Nada, nadie, puede arruinar el primer viaje de este barco.

* * *

Una de las cosas que Kris valora más aparte de ser capitán, es dormir.

Cuando duerme, se asegura de decirle a toda su tripulación que no lo molesten antes de dirigirse a su camarote, el cual se encuentra cerca al puente, y su personal y tripulación saben que es mejor no ir en contra de sus instrucciones. A menos que el barco esté realmente en grave peligro, es dejado en paz hasta que regrese a su deber. Puede que sea uno de los capitanes más jóvenes para los que la tripulación ha trabajado, pero la cantidad de respeto que le tienen supera a sus años.

Kris valora su tiempo de sueño porque a diferencia de los de más a bordo, sólo se permite cinco horas de ello. A veces tres. Esto es porque siente que como capitán, debe estar en su centro de comando todo el tiempo y tener menos tiempo para él mismo, significa tener sus ojos, oídos y manos en la cubierta. Es un principio que se ha enseñado a lo largo de los años y lo mantiene disciplinado.

Así que cuando es despertado a mitad de su sueño por un suave golpe proveniente de su baño, uno puede apostar lo molesto que estaba.

Al principio, lo descarta como si no fuera nada. Pero con los años ha aprendido que siempre se trata de nada. Y al estar a bordo de un barco la mayor parte de su vida, Kris conoce cada sonido que ocurre en su buque. Está familiarizado con cada golpe, cada tintineo, cada zumbido, cada rechino, y un suave golpe viniendo de su baño no es algo que Kris escuche todos los días.

Empujándose fuera de la comodidad de su cama y caminando hacia el origen del ruido, Kris está considerando llamar al mecánico del barco a esta hora para que repare lo que sea que lo haya despertado cuando abre la puerta de su baño y se encuentra cara a cara con alguien.

“¡Aaargh!” La persona grita en sorpresa y sus ojos se amplían mientras ambos son derribados al piso. Aún así, logra agarrarse de la toalla colgando en su puerta a último momento, salvándolo de la caída y mira a quién quiera que sea que está lloriqueando cerca a sus pies.

Mientras observa al extraño bajo él, sobando su hombro donde aterrizó, una cosa es cierta para él, que este no es uno de los suyos. Y por uno de los suyos se refiere a su tripulación. Sabe que su tripulación usan sus uniformes todo el tiempo y esta persona no usa ninguno.

Luce muy mal vestido, haciendo que Kris omita el pensamiento de que sea un pasajero (aunque cómo un pasajero terminaría en su baño es algo que después considerará como un pensamiento muy estúpido). Sabe que está mal discriminar pero un crucero como este está lleno con gente muy buena y sofisticada. Desde adultos de la tercera edad hasta niños, todos ellos eran ricos y esta persona aquí, este extraño, no puede serlo cuando está usando prendas andrajosas y luce como si acabara de salir de una pelea con todas esas heridas que lleva.

Bueno, a menos de que la moda de estos días sea así, Kris piensa mientras mira a la persona de arriba abajo.

El extraño suelta un quejido repentinamente, frotando su hombro de nuevo y Kris lo observa hacia abajo.

“¿Quién es usted y qué hace en el camarote del capitán?” Kris le ordena.

El extraño sacude sus costados mientras se levanta, sosteniendo el tocador cerca a él para apoyarse y Kris puede ver que tiene una herida en su brazo y un corte en su labio. Kris está a punto de hacerle la misma pregunta otra vez cuando el extraño finalmente lo mira a los ojos y se detiene al ver lo que hay debajo de todo ese cabello desordenado.

Sus ojos.

Son realmente… Fascinantes.

No son nada que haya visto antes. Lucen cansados pero afilados y bastante atractivos.

Ahuyenta el pensamiento de lo hermosos que encuentra los ojos del extraño ya que la situación en la que está repentinamente parece más importante.

“¿Quién eres? Dígame antes de que llame a seguridad.” Kris ordena de nuevo, observándolo, los ojos del extraño se abren y alza sus manos hacia él.

“¡No, no! No los llames. Vengo en paz.” El extraño dice rápidamente.

“¿Entonces qué hace en el camarote del capitán?” Kris pregunta, mirándolo cuidadosamente. “¿Es un pasajero a bordo de este barco?”

Kris sabe que es una pregunta estúpida porque puede ver claramente que no lo es. Pero aún así quería preguntar, esperando estar equivocado así podría mandar a quien quiera que sea de vuelta a su camarote.

“¿Es un pasajero?” Kris pregunta de nuevo pero el extraño no responde. Sigue mirando fijamente el piso y arrastrando sus pies.

“Señor, necesito ver su tarjeta de acceso.” Kris dice caminando hacia él pero el extraño comienza a sacudir su cabeza y Kris se detiene al verlo mirándolo con pánico.

“No, no, lo siento, no tengo ninguna tarjeta. Yo…”

El extraño comienza a mordisquear su labio inferior y Kris finalmente se da cuenta de lo que es.

Escondiéndose en el baño. Sin tarjeta de acceso.

Un polizonte.

Kris no duda en agarrar su mano y retirarlo de su lugar y arrastrarlo hacia la puerta.

“¡No, espera, por favor! ¡Déjame ir!”

“No es un pasajero a bordo de este crucero ni es un miembro de mi tripulación.” Kris dice, apretándolo para que lo siga, pero el extraño es terco y se aferra al tocador. “Señor, por favor. Antes de que llame a seguridad.”

“No, espera.” El extraño comienza.

Es sólo hasta entonces que Kris se da cuenta de lo pequeña y delgada que es esta persona. Su muñeca, incluso aunque tiene un fuerte agarre en él, se siente tan delgada y huesuda bajo su agarre. La única cosa que hace dudar a Kris de como esta persona no será capaz de huir, es su fuerza, la cuál es bastante juzgando por la manera en que se mueve y lo jala para quedarse.

“Mire, Señor... ¿?”

El extraño no lo mira y Kris alza la voz.

“Es mejor que me diga su nombre, señor-“

“Huang. Huang Zitao.” El extraño dice tranquilamente. “Puedes decirme Tao.”

“Mire, Sr. Huang Zitao. No puede estar a bordo de este barco si no tienes ninguna tarjeta de acceso. Es una política estricta y si no tienes unas eso significa que es un polizonte y yo no puedo tener un polizonte en mi barco.”

Sólo con decir eso, Kris se detiene.

Un polizonte. En mi barco.

Y en su primer viaje.

Esto repentinamente enfurece a Kris por como esta persona, este polizonte, ha logrado meterse aquí. Se ha preparado tanto por este viaje y ahora este Sr. Huang Zitao acaba de arruinarlo.

“¿Qué me vas a hacer?” El extraño pregunta, su voz temblando y Kris repentinamente disfruta como esta persona se acobarda ante su mirada.

“De acuerdo a las normas de seguridad, haremos que la guardia costera del puerto más cercano te recoja y se encargue de ti.” Responde. “Pero aquí hay más ya que irrumpiste en el camarote del capitán-“

Tao repentinamente se lanza al piso frente a Kris y el capitán retrocede cuando se arrodilla frente a él.

“Oye, qué…”

“No, ¡no puedo regresar ahí! Por favor, sólo déjame quedarme.”

“Señor, por favor, levántese.”

“No entiendes. No puedo volver. Tengo que quedarme aquí.”

¿Quedarse? Kris mira al extraño arrodillado frente a él. ¿Hacer que este extraño se quede? ¿En mi barco?

Hace un momento, Kris había estado tan relajado por el pensamiento de este barco partiendo perfectamente. Ningún motor defectuoso. Tripulación a la orden.

Y de pronto este polizonte.

No, no puede quedarse. No puede tenerlo en su buque. Este extraño no puede arruinar su primer viaje.

“Cómo puedo dejar que te quedes cuando no tienes tarjeta de acceso. Podrías ser un criminal.” Dice mientras lo levanta, pero el extraño mantiene su agarre en la pierna de Kris, haciéndolo alzar sus manos en el aire al darse por vencido. “O lo serás si no sueltas mi pierna.”

El extraño afloja lentamente su agarre pero aún así no lo suelta.

“No lo soy.” Tao susurra. “Juro que no soy un criminal.”

“¿Y esperas que te crea cuando irrumpiste en mi camarote?”

Tao sacude su cabeza. “No. No lo soy. En serio, yo sólo… No puedo regresar ahí.”

“¿Por qué?”

El extraño no le responde y Kris mira hacia abajo para verlo temblar.

¿Qué le pasó a esta persona? Kris se pregunta cómo puede abordar su barco con la espesa seguridad. Y considerando como su camarote está ubicado cerca al puente, simplemente no hay manera de que alguien pudiera irrumpir desde el baño.

¿Y por qué luce todo herido y golpeado?

“Por favor señor. Sólo, déjame quedarme aquí.” Tao susurra, sus ojos mirándolo intensamente. “No causaré problemas. Ni siquiera tendrás que cuidarme.”

“¿Quién dice que te voy a cuidar?”

“Perdón.” Tao continúa. “Perdón por implicar eso pero este es un barco crucero, ¿verdad?”

Kris sólo lo mira fijamente. Odiando como los ojos del extraño están atrayéndolo de nuevo.

“Cada tres o cuatro días ustedes desembarcan en otro puerto de nuevo. Sólo déjame quedarme aquí y prometo que seguiré mi camino cuando lleguemos al próximo puerto.”

Kris se ríe de su modo absurdo.

“Haces que suene muy fácil. ¿Sabes que los oficiales de inmigración estarán revisando a todos los que entren y salgan de este barco? ¿Cómo saldrás si no tienes ningún papel?”

El extraño se mordisquea el labio otra vez  mientras piensa en eso y Kris resiste la urgencia de alcanzarlo y hacer que deje de hacer eso. Sus labios ya están sangrando de un lado.

“No sé.”

Kris cierra sus ojos con frustración.

Como un oficial de la marina, se supone que debería acatar todas las reglas. Tener un polizonte a bordo de su propio barco obviamente no es aceptable. ¿Qué hará con él?

Entregarlo a las autoridades, por supuesto, el capitán en él dice. Entrégalo y déjalo que enfrente las consecuencias.

“Por favor,” el extraño lo mira de nuevo y Kris maldice como luce, rogándole así, sus ojos brillando y su figura temblando debajo de él. Como un gato abandonado, Kris nota.

Entrégalo.

Pero, Kris piensa mientras lo mira de nuevo. ¿Qué le van a hacer?

Sabe que un acto como este es castigado por la ley. Puede que tenga que pagar una multa o servir años en prisión y en la manera que luce ahora mismo, Kris duda que sobreviva ahí.

Detente, Kris piensa. ¿Por qué estás tan preocupado por este extraño? ¡Acaba de meterse a tu camarote!

El extraño lo mira de nuevo con esos ojos.

¡Es un polizonte!

Pero…

Tres días. Tres días y se irá.

Eso debe estar bien, ¿verdad?

Suspirando, Kris levanta al extraño y esta vez, lo hace.

No puedo creer que esté haciendo esto.

“Bien.”

Tao luce un poco aliviado ante eso al apoyarse en la pared por soporte.

“Pero es mejor que sigas mis reglas a bordo de este barco.”

Tao asiente, su cabeza subiendo y bajando algo muy rápido.

“No vagues por ahí. No causes problemas. No tienes una tarjeta de acceso y las tarjetas de acceso aquí sirven como una identificación. Si no tienes tarjeta de acceso significa que no eres un huésped de este barco por lo tanto eres un pasajero ilegal.”

Kris no sabe por qué siente tanto enojo pero aun así simpatía al mismo tiempo. No puede explicar por qué tiene estas emociones recorriéndolo. Es como si estuviera enojado consigo mismo por permitir este fastidioso acceso a su barco y podría echarlo porque tiene el poder de hacerlo.

Pero. Aquí. Está. Kris aprieta sus dientes. Porque así lo dije.

“Sí, señor.” El extraño dice, inclinándose levemente para hacerle ver que comprende y Kris lo ve estremecerse al enderezarse. “¿Algo más?”

“Esas son mis únicas reglas.” Kris lo observa y Tao se cubre de su mirada. “Rómpelas y haré que seguridad se encargue de ti y te regresen a donde partimos.”

Los ojos de Tao se amplían de nuevo mientras sacude su cabeza. “Estaré fuera de tus asuntos por tres días.”

“Y ahora,” Kris sonríe de lado, “¿Sabes siquiera en dónde te quedarás?”

“Supongo que… Que buscaré un almacén en donde esconderme y-”

“Mal” Kris interrumpe. “Te quedarás aquí. En mi camarote.”

Tao luce sorprendido. “Pero, pero,”

“Eres un polizonte.” Kris le recuerda otra vez. “Si alguien te encuentra, me culparán a mí. No a mis guardias, no a mi tripulación. A mí.”

“Pero es injusto.” Tao susurra. “No es tu culpa.”

Kris es tomado por sorpresa por la simpatía de esta persona, pero rápidamente lo ahuyenta.

“Bueno no importa de qué lado lo veas.” Kris responde. “Este es mi barco. Todos a bordo de este barco son mi responsabilidad. Hasta tú.”

Tao agacha su cabeza ante esto.

“Así que te quedarás aquí donde puedo tenerte vigilado.” Kris apunta a una puerta del otro lado del camarote. “Ese es un cuarto de invitados que puedes usar. Te quedarás tres días dentro de mi camarote. ¿Entendido?”

“Sí, señor.” Tao responde tranquilamente y Kris lo guía adentro.

El camarote del capitán es el mejor decorado y la habitación más grande dentro del crucero. Vence a la suite que el Crucero S.M ofrece con su amplia vista al océano, dos cuartos, un baño enorme y un mirador. Kris solía encontrar esta instalación demasiado elegante para su gusto, optando por un simple camarote. Pero ya se acostumbró bastante a lo largo de los años.

Y compartirlo con un polizonte, resopla en frustración.

“Toma,” Kris le extiende una toalla, un cepillo de dientes y un par de pantuflas.

“Gracias.” El joven responde, tomando las cosas que le son entregadas.

Kris alza la mirada mientras lo ve cargando un pequeño bolso tras de él. ¿Sólo trajo eso?

“¿Estás familiarizado con las distintas normas de seguridad a bordo de un barco?” Kris pregunta, olvidando el bolso. Tao tiene ese aspecto como si le hubiera urgido irse de donde sea que venga.

“Um…” Tao piensa un poco. “¿Usar chaleco salvavidas?”

Kris intenta no suspirar. Entre otras cosas.

Una regla de la que Kris se asegura que sus pasajeros conozcan es el simulacro de seguridad que se lleva a cabo a bordo. Todos necesitan estar al tanto de estas cosas en caso de que una emergencia ocurra. No es que Kris haya dejado su barco fracasar pero siempre está preparado.

“Espera aquí.”

Kris camina hacia su habitación y revisa el reloj digital en su mesita de noche. 9:00 am. Se supone que debería estar en el centro de comando ahora mismo, totalmente vestido y listo para dar órdenes necesarias.

Ugh, esta persona. Kris voltea a ver a Tao quien tiene la puerta al cuarto de invitados abierta y sólo está ahí sentado admirando el amplio espacio.

Necesita regresar a su puesto y el tiempo extra que tiene lo está usando para enseñarle a esta persona las normas de seguridad y esto arruinará su agenda aún más.

Puede llamar a un oficial de seguridad para que le enseñe.

Pero entonces preguntaría quién es Tao y pedirá su tarjeta de acceso. Eso no puede pasar.

Necesito alguien de confianza.

Kris alcanza el teléfono cerca a su reloj y llama a la única persona en la que confía completamente dentro de este barco. Un viejo amigo.

“Sí, Kai. Buenos días. Habla el capitán. ¿Está Luhan por ahí?”

Luhan llega mientras Kris se está arreglando y le toma más o menos quince minutos para que Luhan le enseñe a Tao las reglas y normas de seguridad a bordo del barco. Les tomó un poco de tiempo cuando Luhan tuvo que ayudar a Tao a agilizar su chaleco salvavidas pero cuando estaba hecho, siguieron con las de más cosas sin problema.

Durante este tiempo, Kris se prepara para regresar a su centro de comando pero cada cuanto, echa un vistazo en el cuarto de invitados para ver cómo les va a Tao y a Luhan. Luhan puede parecer la única opción de Kris pero poco después se da cuenta que es la opción perfecta para el trabajo. Se conocen el uno al otro desde que eran niños. Viviendo en el mismo barrio y sus padres siendo amigos. Se alejaron cuando Kris fue a la universidad pero aún así seguían siendo bastante cercanos. Y Kris sabe que a todos les agrada Luhan. Su rostro amable y su comportamiento amigable hicieron que Tao se relajara un poco y Kris está un poco aliviado de que el extraño ya no esté temblando.

Tan pronto como termina, Kris encamina a Luhan a la puerta, agradeciéndole mientras se retira.

“¿Espero que no haya interrumpido tu agenda tan temprano en la mañana?” Pregunta y Luhan sacude su cabeza y sonríe.

“Naah.” Dice. “Oh, oye, Kai y yo estamos practicando para una nueva presentación. Deberías tomarte un descanso e ir a verla. Disfruta también el crucero.”

Kris ríe. “Iré cuando esté libre.”

“Lo cuál sería nunca.” Luhan palmea el hombro de Kris. “Necesitas tomarte este asunto del capitán un poco menos seriamente.”

Kris sólo le lanza una sonrisa.

“Gracias, Luhan.” Kris responde. “Lo tendré en mente.”

“Kris,” Luhan se detiene antes de abrir la puerta. “No sé si esto es importante, pero, ¿hay algo que necesite saber?”

Kris ve sus ojos desplazarse hacia el cuarto de invitados que ahora está cerrado.

“¿Por qué preguntas?”

“Porque hace un rato le pedí a Tao su tarjeta de acceso. Para saber dónde está su punto de reunión en caso de alguna emergencia y así sabría a que cubierta ir, pero dijo que no tenía una…”

Kris observa la puerta y suspira.

“Él está conmigo.” Kris responde. “Pero apreciaría si no le dices a nadie. Sólo, mantén esto entre nosotros.”

Luhan lo mira por un momento antes de asentir. “Está bien.”

“Gracias Luhan.”

Luhan sonríe y abre la puerta. “Cuando quieras.” Entonces sale de la habitación pero no sin antes detenerse para decirle a Kris, “Supongo que ya te estás tomando el asunto de capitán un poco menos serio.”

Kris frunce el ceño hacia él y Luhan ríe mientras se despide.

Pero cuando Kris entra de regreso al cuarto de invitados para decirle a Tao que se irá al centro de comando y que no deje la habitación o abra la puerta a menos que sea él, Kris se pregunta si realmente está perdiendo el toque.

***

Cinco minutos.

Kris golpetea su dedo impacientemente en el sistema de navegación frente a él causando que su oficial lo mire desde su asiento.

“¿Pasa algo malo, señor?” El oficial pregunta y Kris sacude su cabeza.

“No es nada, lo siento.” Kris murmura mientras se mueve alrededor del puente.

Técnicamente, ser el capitán no significa que Kris necesite estar en su centro de comando todo el tiempo. Tiene oficiales de navegación y otro personal para que lo haga. Los únicos momentos en los que está ocupado es cuando el barco deja o entra a un puerto donde se requiere que todos estén presentes.

Pero le gusta estar siempre en el puente y necesita una distracción. Una distracción de lo que hizo en la mañana cuando tomó el cuidado de un polizonte.

Kris mira su reloj. Tres minutos.

Kris respira profundamente, intentando que nada de esto le afecte. Se está sincronizando cuidadosamente. Cada treinta minutos, Kris deja el puente para regresar a su camarote. Tao no hará nada estúpido.

Kris se dirige hacia su camarote y entra, dejando que el aire fresco lo calme. El sonido de las olas lo recibe y justo antes de que su mano llegue a la perilla de la puerta, se detiene.

¿El sonido de las olas?

Kris se gira para ver las puertas de vidrio de su mirador y se lanza hacia afuera.

No, no, no, Kris sólo espera que nadie haya visto a Tao caminando afuera mientras observa al costado del mirador, ve a Tao inclinado en la barandilla.

“¿¡Qué diablos piensas que estás haciendo aquí!?” Kris grita sobre el sonido de las olas y esto parece sorprender a Tao al saltar repentinamente hacia el frente y Kris lo mira horrorizado cuando se vuelca sobre la barandilla.

“¡¡Aaaah!!” El grito de Tao tiene a Kris corriendo rápidamente hacia él, tomando su muñeca justo a tiempo para ver sus dedos deslizarse de donde se sostenían.

“¡Sostente!” Kris grita mientras alza a Tao. Afortunadamente, Tao no parece pesar tanto como esperaba y sólo en cuestión de segundos, Kris tiene a Tao sano y salvo detrás de la baranda.

“¿¡Qué diablos estabas haciendo aquí!?” Kris pregunta enojado mientras se pone de pie, manos temblando por la adrenalina. “¿¡No te dije que no causaras problemas!?”

“S-sólo estaba echando un vistazo-“

“Sí, bueno, también te dije que no deambularas por ahí, ¿o no?” Kris lo observa. “¿¡Qué tal si alguien te vio, huh!? ¿¡Qué tal si hubieras caído!?”

“¡No hubiera caído si no me hubieras gritado!” Tao responde gritando.

Ambos se miran el uno al otro, la adrenalina aún fluyendo en ellos. No es hasta que Kris escucha un golpe en su puerta que deja de mirar a Tao y se apresura a abrir la puerta. Rápidamente arregla su cabello y alisa su uniforme. Respirando profundamente, Kris abre la puerta y ve a dos de sus oficiales de seguridad.

“Capitán,”

Kris asiente. “¿Qué pasa?”

“Escuchamos gritos viniendo de su camarote…”

Kris sacude su cabeza. “Me disculpo. Debí haber subido el volumen de la televisión un poco más de lo usual. Pueden regresar.”

“Sí, señor.”

Kris cierra rápidamente la puerta y se recarga en ella, respirando y exhalando profundamente.

¡Lo ves! ¡Esto es lo que pasa cuando tienes un polizonte en tu barco!

Kris suspira, recorriendo con una mano su rostro. Tengo que deshacerme de él.

La imagen de Tao mirando desde la barandilla justo momentos antes de que Kris le gritara aparece en su cabeza. La manera en que lucía, una expresión calmada en su cara y el viento en su cabello… Kris conoce esa mirada. La ha visto en cada pasajero mientras pasea por la cubierta a veces. Es la expresión que la gente tiene cuando miran al océano y disfrutan la vista.

Pero a diferencia de cualquier otro pasajero, Kris vio algo en el rostro de Tao esos pocos segundos antes de que le gritara.

Se veía feliz de estar libre.

Kris camina hacia su mini bar y se sirve una copa de brandy. Es muy temprano para esto, Kris piensa mientras coloca la copa en sus labios. Muy temprano para un trago, muy temprano para perder los nervios, muy temprano para lidiar con un polizonte y pensar en las decisiones súbitas que hizo con este chico.

Lucía asustado. Kris recuerda su cara de nuevo y la manera en que le grito. En parte era su culpa.

Kris camina hacia el baño y toma el botiquín de primeros auxilios. También toma otra copa del mini bar así como la botella de brandy con su otra mano. Entonces se dirige hacia el cuarto de invitados y toca ligeramente la puerta.

“Hey, Tao,” Kris llama. “¿Puedo pasar?”

No hay respuesta y después de unos segundos, Kris abre la puerta. Echa un vistazo y ve a Tao en la cama, acurrucado y completamente dormido.

Kris camina hacia él y coloca el botiquín en la mesita de noche. Para sus raspones y heridas. Entonces le sirve una copa de brandy también y está a punto de dejarlo solo en paz cuando sus ojos se colocan en su rostro.

Él realmente es hermoso.

Escondido detrás de todo ese cabello largo y desordenado, Tao luce hermoso.

Ha visto a hombres que lucen hermosos. Luhan es uno de ellos. Pero este Huang Zitao lucía hermosamente diferente. La forma de su cara, su nariz y la curva de sus labios tiene a Kris preguntándose por qué un rostro hermoso como este tiene cortes y heridas sobre él. Le hace preguntarse qué lo hizo huir también.

Olvídalo, Kris sacude su cabeza, frotándose la cara con una mano mientras ajusta el aire acondicionado en su habitación mientras se retira. Entre menos te importe, mejor.

Además, Kris piensa cuando se retira de su camarote dirigiéndose de regreso al puente. Tao se irá en dos días.

Kris asiente para sí mismo.

Sólo dos días y jamás tendrá que volver a pensar en él y preocuparse por este polizonte.

Capítulo 5 →

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