~Primera Ola~
Capítulo 29
Jongin tiene pocas cosas de las qué arrepentirse en la vida. La mayor parte del tiempo sólo actúa libre como el viento y le importan un carajo las consecuencias. Es más del tipo que hace lo que se le antoja y difícilmente difícilmente los remordimientos lo atacan.
Hasta ahora.
No debería haberlo hecho es lo primero que piensa en el momento en que su pequeña cita con Kyungsoo termina. No el sexo. El sexo fue bueno. Tenerlo envuelto alrededor suyo y besar sus exquisitos y rellenos labios fue un placer. Es haberlo hecho con él lo que le hace arrepentirse.
Sexo con Kyungsoo. Kyungsoo, quien es su amigo. Un buen amigo. No puede evitar reprenderse a sí mismo por eso. Debería haberse comportado mejor y no acostarse con un amigo que no fuera Luhan. Porque la idea que le carcome los pensamientos es si Kyungsoo cree que ahora hay algo entre ellos.
No puede permitir que eso suceda. Aún si ahora lo piensa mucho más, su cerebro ya no sólo imaginando cosas, sino rememorando cada detalle. Sus ojos. Sus labios. Los sonidos que hacía mientras Jongin lo llenaba. La forma en que sus labios se abren y sus cejas se fruncen cuando se aprieta contra él más estrechamente. No Kyungsoo. Kyungsoo es un amigo tan querido. No le gustaría destruir eso. Sólo lo hizo por el sexo. Eso es todo.
Y esa es la razón por la cual instantes después (días después) está parado en el umbral de la cocina privada de Kyungsoo, esperando que termine lo que sea que esté haciendo para poder hablar con él acerca de ello.
Se hace un poco difícil empezar a hablar, incluso siquiera entrar cuando el otro está tarareando para sí mismo, moviendo las caderas lentamente de lado a lado mientras remueve algo en una cacerola. Jongin lo observa en silencio, Kyungsoo de espaldas a él, cocinando, perdido en su propio mundo. Su mente viaja de nuevo a esa noche cuando tuvo esas mismas caderas en sus manos, el más pequeño hundiéndose en él; y se golpea mentalmente por llevar su imaginación tan lejos, porque sabe que no podrá suceder otra vez. Kyungsoo fue sólo una liberación temporal.
No es que haya algo malo con Kyungsoo. Este es solamente Jongin siendo Jongin.
El cocinero jefe voltea para poner la cacerola encima del mostrador y da un pequeño brinco al descubrir al otro allí. Jongin sonríe, avergonzado de haber sido sorprendido ahí parado, pero Kyungsoo le devuelve la sonrisa y lo anima a acercarse. Aquel gesto hace a su corazón derretirse; aunque a la vez; le causa una sensación incomoda en la boca del estómago. No está seguro de si será capaz de hacer que le vuelva a sonreír tan sinceramente luego de que este asunto termine.
“Hey.” Camina a su encuentro, pero no busca tomar asiento. Quiere hacer esto tan rápido como pueda, y con fe; lo menos doloroso posible para Kyungsoo.
El más pequeño toma una cuchara antes de dirigirse hacia él, y la sumerge en la cacerola. Se la tiende, haciendo que el mago observe fijamente el utensilio, ahora cubierto con algo oscuro. Chocolate, adivina y regresa su vista hacia el otro chico.
“¿Lo pruebas por mí? Es chocolate amargo. No sé si alcanzó el sabor correcto. No quiero que tenga un sabor muy amargo, pero tampoco demasiado dulce, porque entonces ya no sería chocolate amargo.”
Jongin toma la cuchara y lame el contenido limpiamente, deteniéndose solo para degustar la salsa; asintiendo en aprobación al notar que tiene el gusto exacto a cómo Kyungsoo lo ha descrito.
“Está bueno.” Le comenta. “No muy amargo ni muy dulce.”
Hay una enorme sonrisa de satisfacción en el rostro del cocinero al volverse para lavar la cuchara usada, momento que Jongin aprovecha para lidiar con la situación. Mientras más pronto establezca el límite entre él y Kyungsoo, mejor. Realmente no quiere resquebrajar su amistad en este punto.
“Oye Soo,” Empieza tan pronto Kyungsoo regresa, desatando el delantal de su cintura. “Sobre aquella noche..”
Es bueno que el otro entienda rápidamente a que noche en específico se está refiriendo sin darle mayor explicación, como puede notar cuando ve su pequeña sonrisa a modo de disculpa.
“Sé que no soy exactamente…experimentado,” Dice suavemente y Jongin rechaza el comentario con un gesto de la mano, negando con la cabeza para detenerlo. ¿Cómo podría pensar algo así cuando aquella noche fue absolutamente increíble para él? No seguiría pensando en eso días después si no hubiera sido excelente.
“Oh, no, no. Estuviste genial. Realmente genial. Pero…quiero preguntarte si… ¿si te lastime o algo?” Prosigue, deteniéndose para revisar la reacción contraria. Eso no es exactamente lo que quería preguntar. Aunque tampoco puede empezar tan directamente con lo de ¿Esperas que lo de la otra noche resulte en algo más? Porque si es así, lo siento, no sucederá.
Gracias a Dios, Kyungsoo niega con la cabeza. “No.”
“Oh, qué bueno.” Replica. “¿Así que todo está bien? ¿Estamos bien? ¿Seguimos siendo…amigos?”
Un segundo después se da cuenta de que no debió haber dicho eso. ¿Seguimos siendo amigos? Porque ahora, lo está viendo como si finalmente comprendiera el motivo real de su visita; y en verdad no quiere entrar en mayores explicaciones ahora que la situación ya está expuesta.
“No viniste aquí a preguntarme si estoy bien.” Remarca. “Viniste a ver si había cambiado de idea sobre nosotros.”
Jongin hace una nota mental de nunca volver a acostarse con un chico que fuera más inteligente que él.
“Si.” Responde. Sinceramente. En realidad no quiere mentirle. No es su estilo. No especialmente a un amigo como Kyungsoo.
“¿Es por Luhan?”
Frunce el ceño. Por supuesto que no es por Luhan. ¿Cuándo va a entender la gente que Luhan y él no son nada?
“No. En serio no hay nada entre nosotros. Luhan y yo somos amigos.”
“Oh.” Kyungsoo hace una pausa. “Qué bueno.” No lo observa directamente mientras lo dice, así que no puede ver lo sorprendido que Jongin queda con su respuesta.
¿Qué bueno?
“No busco nada serio de todas maneras.”
Oh. Eso hace sentir a Jongin un millón de veces más aliviado. Si es así, las cosas se hacían más fáciles. ¿Por qué se preocupó tanto antes?
“Okay,”
“Okay,” Jongin se recuesta contra el mostrador, un poco más relajado ahora, sus preocupaciones al fin han volado lejos. “¿Entonces todavía seguiremos con las clases de cocina?”
“Sí, por supuesto.” Le responde, ocupado con algo mientras le da la espalda a Jongin. Éste nota como Kyungsoo casi ha azotado bruscamente una lata de champiñones y golpea algunas especias a su izquierda.
“¿Estás bien?” Le pregunta, observándolo de reojo y el otro lo encara, sonriendo.
“Sí.” Luego se dirige hacia el nuevo plato que está preparando. Descuidadamente como puede percibir.
“¿Estás seguro? Porque-“
“Estoy bien.” Kyungsoo lo rechaza con un gesto, dándole la espalda de nuevo. “Pero en este momento estoy en verdad ocupado. ¿Podemos hablar después?”
Jongin levanta una ceja, suspicaz. No se veía nada ocupado hace un minuto.
“Okay.” Se despide brevemente, y vuelve a su cuarto preguntándose qué es exactamente lo que acaba de pasar.
* * *
“¿Cómo sabes si heriste los sentimientos de alguien?”
Le pregunta a Luhan mientras éste se prepara para ir a cubrir el turno de alguien, otra vez. Están en su habitación y Jongin ocupa el sofá, observando a su amigo darle la última revisión a su uniforme, antes de volverse para lanzarle una mirada confundida.
“¿Qué?”
Jongin reformula la pregunta.
“¿Cómo podría yo saber si herí tus sentimientos?”
Luhan parece pensárselo, sin estar seguro de qué responder.
“Tu….aún no has herido mis sentimientos.” Luhan lo observa, cuestionador. “Espera ¿Alguna acción mía te hizo pensar de esa forma?”
El otro ríe antes de aproximársele. Envolviendo sus brazos alrededor de su cintura, reposa su mentón en el hombro contrario.
“No es acerca de nosotros. Pero me estaba preguntando como actuarías o como yo sabría si de alguna forma termino lastimándote. No intencionalmente, claro.”
Luhan frota su espalda suavemente.
“¿Cuando comience a actuar diferente hacia ti?”
Esa respuesta hace que Jongin piense en las acciones de Kyungsoo en el momento en que aclararon las cosas. Un poco nervioso. Azotando las cosas. Rebanando esos tomates descuidadamente.
“¿Por qué lo preguntas?”
Jongin se echa para atrás, enderezándose mientras recorre sus cabellos con sus dedos, suspirando.
“Es Kyungsoo.”
Le cuenta a Luhan lo que pasó más temprano cuando fue a la cocina privada del chef en jefe. La conversación que tuvieron. El límite que estableció. La forma en que aclaró las cosas entre los dos. Lo que sucedió luego de ello.
“No estoy completamente seguro de si lo que dije fue muy duro. Pero él no estaba precisamente azotando las cosas antes de verme y bueno, se sentía como si quisiera evitarme.”
Dejar salir eso en voz alta le da una sensación desagradable a su corazón. La manera en que Kyungsoo se mantenía dándole la espalda y rechazándolo gestualmente lo hizo ver como intentando evadirlo y Jongin no quiere eso. Le gusta ser su amigo.
“Sabes, la próxima vez sería bueno que ambos establecieran reglas antes de lanzarse el uno sobre el otro.” Luhan responde, desordenando el cabello del mago al pasar a su lado para recoger sus zapatos.
“No es como si hubiésemos tenido tiempo para acordar nada, precisamente.” Jongin lo sigue, arreglando su cabello. “¿Y qué hay de ti? ¿La situación con Sehun? ¿Cómo lo manejaron ustedes?”
Luhan se vuelve para responderle cuando Jongin saca eso a relucir.
“Necesitamos hablar sobre eso, por cierto. De hecho, no me has dado ningún detalle de porqué de pronto comenzaron a acostarse.”
“No es nada. Somos amigos.” Le dice mientras se pone el otro zapato. “Así lo establecimos. Y,”
Camina hacia él y toma su rostro entre sus manos, estrujando sus delgadas mejillas.
“¿Por qué no empiezas por disculparte con Kyungsoo?”
Jongin parpadea sorprendido ante esto.
“¿Disculparme? Pero si no he hecho nada malo”
Luhan se encoge de hombros. “Para ti, tal vez no. Pero por la forma en que describes las cosas supongo que él esperaba algo más.”
“Dijo que no estaba interesado en algo serio.” ¿Cierto? Kyungsoo había dicho eso.
“Entonces mintió. No lo se.” Alisa su chaqueta antes de salir. “Solo discúlpate. O habla con él, si es que te molesta tanto. Estoy seguro de que necesitan conversarlo mejor.”
Realmente lo molesta. Esa es la razón por la que vuelve a la cocina privada una hora después. Con Luhan fuera, todo lo que Jongin puede hacer es pensar sobre la súbita indiferencia de Kyungsoo y aunque se diga a sí mismo que no es posible que él sea la causa de ello, hay una pequeña grieta en ese pensamiento que desliza un ¿Y si fuera yo? en su mente.
Ahora Kyungsoo está ocupado limpiando la cocina en el momento en que Jongin llega. Y exactamente como antes, se queda en el umbral, incapaz de siquiera tocar a la puerta o hacerle notar su presencia. Se pregunta qué es lo que lo hace dudar tanto sobre esto. Nunca ha tenido problemas dejando a chicos o chicas luego de pasar una noche con ellos. Y técnicamente, el límite entre ambos está ya claramente marcado. Kyungsoo lo sabe. ¿Por qué sigue tan nervioso?
Lo observa desde el dintel de la puerta mientras el chef se enrolla las mangas hasta los codos para limpiar la superficie del mostrador. No pierde de vista su pálida piel y recuerda como todo en Kyungsoo es blanco y hermoso. Sus muslos. Su bajo abdomen. No de la forma en que Luhan lo es. Luhan es hermoso a su propia manera y Kyungsoo también lo es, de un modo diferente.
Y ahí va otra vez, pensándolo, de aquella manera en que ni siquiera debería permitirse. Pero en verdad no puede evitarlo. Será perseguido eternamente por la sensación de su piel y sus caricias. Puede arrepentirse de haberse acostado con un amigo, pero jamás se arrepentiría del sexo que tuvieron.
Jongin interrumpe sus pensamientos al momento de escuchar a Kyungsoo suspirar; lo observa apoyar ambas manos en el mostrador, destensar sus hombros y llevar su cabeza de lado a lado, probablemente tratando de deshacerse del stress que ha acumulado a través del día, estirando y haciendo crujir sus articulaciones. Se ve cansado. Para ser alguien tan joven y ya tener el puesto de chef jefe en un majestuoso crucero como este, no es de extrañarse que esté exhausto aunque todavía sea temprano por la noche.
Observarlo en silencio desde lejos hace que Jongin lo aprecie completamente. Incluso de espaldas a él, Kyungsoo luce atractivo; entonces evoca lo cómodo y acogedor que se sentía bajo su agarre aquella noche. Puede actuar muy rudo en ahí en las cocinas; pero habiendo sido testigo de un Kyungsoo sumiso, la experiencia de conocer una persona así esa noche, hace que Jongin sonría porque le gusta esa faceta también.
Y parado allí, pensando en eso ahora, hace que quiera volver a hacerlo todo de nuevo. Revivir esa noche; porque el otro se ve como si necesitara encontrar una manera de deshacerse del stress.
No. Jongin da un paso atrás lentamente, sacudiendo la cabeza. ¿En qué carajos estás pensando? ¿En serio, en un momento como este?
No está ahí para complicarlo todo otra vez. Esta allí para marcar un límite, de hecho, está allí para recalcar ese límite, hacerlo aún más notorio.
Accidentalmente golpea sus nudillos en el umbral con frustración, dando un pequeño toque a la puerta, haciendo que Kyungsoo levante su cabeza y se vuelva a verlo. Jongin se congela en el sitio pero igualmente le es dada una seña para que se acerque, como si lo hubieran estado esperando.
“Hey.” Lo saluda, preguntándose cuando las cosas entre los dos se pusieron tan incómodas.
“¿Que estás haciendo aquí?” Le pregunta Kyungsoo, su rostro sin emoción alguna mientras desenrolla sus mangas hacia abajo.
Suspira porque realmente no tiene ningún sentido iniciar una pequeña charla o mantener una conversación casual para demorar el hecho de enfrentarse al problema real por el que está aquí.
“Quiero disculparme. Otra vez.”
“Jongin, está bien.” Lo interrumpe de pronto, volviéndole la espalda para lavar sus manos antes de encararlo otra vez. “Estamos bien.”
¿Pero por qué se siente como si no lo estuvieran?
“Sólo quería asegurarme.” Jongin le responde de vuelta, entrando despacio en la cocina e ignorando el hecho de que los dos botones superiores de la camisa de Kyungsoo estuvieran desabrochados, exponiendo una pequeña vista de su pecho. “Se que lo que hice fue un poco desconsiderado. Debí haber pedido tu aprobación antes o algo. O siquiera hablar contigo antes de…ya sabes.”
Kyungsoo le levanta una ceja.
“Antes de que lo hiciéramos.” Jongin le explica, incómodo.
El otro suelta una especie de risita sarcástica que ni siquiera suena divertida.
“Jongin en serio. Estamos bien. Sin ataduras ni nada de eso.”
Okay. Asiente, asimilando la explicación pero sin sentirla correcta del todo. ¿Por qué aún no se siente correcto?
“Ya que eso está aclarado,” Kyungsoo seca sus manos con una toalla limpia a su costado. “¿Te gustaría tener sexo conmigo ahora?”
A Jongin casi se le cae la mandíbula.
¿Qué?
“¿Qué?” cuestiona, sintiendo la necesidad de expresar su duda en voz alta.
“Si te gustaría tener sexo conmigo. Aquí. Ahora.” Lo dice como si fuera la pregunta más natural del mundo. Bueno, lo sería si es que hubiera algo entre ellos pero hasta la última vez que revisó, no lo había. Había un maldito límite.
“¿Qué?” pregunta de nuevo, sonando estúpido y Kyungsoo rodea el mini bar donde está parado, frente suyo.
“Tener sexo conmigo.”
Ya ni siquiera es una pregunta, y Jongin se encuentra siendo recostado contra la puerta; lo único capaz hacer es perderse en la mirada penetrante de Kyungsoo mientras éste se le aproxima.
“¿Hablas en serio?” Pregunta- chilla - a la vez que su espalda golpea la puerta, cerrándola; el más pequeño se detiene justo a centímetros de su rostro.
“Sin ataduras, ¿cierto?” la voz de Kyungsoo es un mero suspiro y en verdad, como puede decirle que no cuando está enredando sus manos en su cuello y halándolo hacia abajo bruscamente para un beso.
Jongin está más allá de sorprendido por lo que hace ahora mismo. Podría jurar que había marcado un límite más temprano. ¿Qué demonios sucedió con eso?
Pero no se detiene. No se detiene inclinándose más y más para que el otro pueda alcanzarlo mejor. Porque está de nuevo en el mismo punto. Como si se le hubiera otorgado una segunda oportunidad de degustar esos labios, labios que disfruta de tomar y saborear una y otra y otra vez.
Sin ataduras. Con este último pensamiento en mente, Jongin recobra sus sentidos. O lo que queda de ellos. Van a hacerlo. Otra vez. Y esta vez, no necesita preocuparse por ello.
Sonríe a través del beso al tiempo en que esta nueva idea lo golpea. Se relaja mientras Kyungsoo desliza una mano bajo su camisa, haciendo círculos sobre sus caderas y tira de él a través del mini bar. Oh joder, esto va a estar muy bueno. Sexo en la cocina.
Se detienen cuando la espalda de Kyungsoo golpea el borde del bar y Jongin está a punto de levantarlo sobre él; tener esos afelpados labios enredados con los suyos otra vez al tiempo que Kyungsoo cambia sus posiciones; hace que gimotee al sentir su propia espalda golpear el borde.
“Quiero intentar algo.” Los ojos del más pequeño brillan mientras lo dice, recibiendo una mirada sorprendida. Espera que Kyungsoo le diga lo que sucede pero lo descubre sin necesidad de que el chef en jefe mencione una sola palabra, cuando cae de rodillas a sus pies.
Bueno pues.
Jongin sonríe, recostándose en el bar mientras Kyungsoo hace un rápido trabajo abriendo sus jeans, bajándolos hasta el suelo. Lo ve lamerse los labios mientras coloca suaves y tentadores besos en su bajo abdomen que envían calambres de excitación a su estómago. Finalmente será capaz de ver esos gloriosos labios alrededor de su miembro.
Sin embargo no baja su ropa interior. Continua tentándolo con besos y mordisquitos a través de su ropa interior, sus dedos acariciando los costados de sus muslos y en algunos momentos incluso estrujando su trasero. Jongin sonríe coqueto mientras Kyungsoo levanta la vista de vez en cuando hacia él para observarlo disfrutando. Cosa que está haciendo. Definitivamente está disfrutando a Kyungsoo allá abajo.
No le toma mucho tiempo ponerse duro cuando está siendo provocado de esa forma y si bien se lo tomó con calma antes, ahora está casi en el límite, sus piernas temblando ligeramente (algo que no admitirá) aun cuando todo lo que ha hecho Kyungsoo es jugar con él. Su lengua sale a lamer una línea irregular desde la base hasta la punta y de vuelta abajo, su nariz acariciando su polla palpitante mientras tanto y Jongin ya está frustrado de tener todavía puesta la ropa interior.
“Kyungsoo” gimotea y éste finalmente finalmente se deshace de lo que queda de su ropa en la parte inferior. Deja escapar el poco aliento que le quedaba contenido, las restricciones se han ido; pero inmediatamente vuelve a jadear por aire cuando Kyungsoo inicia tomándolo en su boca.
“Oh mier-“ Deja caer su cabeza hacia atrás debido a la sensación, la boca de Kyungsoo es tan caliente y su lengua lame alrededor suyo en todas las formas precisas. No tenía idea, ni siquiera se esperaba que supiera hacer esto. Sus dientes pueden interferir un poco, pero eso no lo priva de disfrutar el efecto recorriendo su columna con placer, entretanto el más pequeño continúa succionándolo.
Dirige su vista abajo, su pecho agitándose con cada vez que Kyungsoo lo toma más profundo y lo vuelve a sacar de su boca, su mano circundando el resto del miembro. Jongin ama ver lo brillante y roja que se ha puesto su polla, desapareciendo dentro y fuera de esa hermosa boca; hasta que el otro toma mayor velocidad y ya no puede ver nada, cortando su diversión.
Se siente muy cerca a venirse y cierra los ojos, sonriendo ante la imagen de todo esto. Aquí está, disfrutando una mamada de Kyungsoo, algo que había creído que jamás volvería a experimentar. Luhan estaba en lo cierto. Todo lo que tenía que hacer era hablar con él. ¿Cuál era el problema?
La boca contraria lo abandona justo en el momento en que el calor de su ingle está por tragárselo y le dedica al otro una mirada perdida. Esta vez, es Kyungsoo quien sonríe sarcásticamente ante sus ojos nublados, mientras se limpia la boca con el dorso de la mano.
“Condón.” Sentencia en respuesta a la confusión del mago y éste sonríe.
Ahora sí estamos hablando el mismo idioma.
Saca uno del bolsillo de su camisa, sin embargo; antes de poder usarlo, el más pequeño se lo arrebata.
“Me gustaría hacértelo yo esta vez. ¿No te molesta, cierto?” sus ojos lo ven tan grandes, tan inocentes que Jongin no puede hacer nada más que guardarse sus negaciones.
No es como si no hubiera recibido nunca. Algunas veces rota posiciones con su ayudante, pero la mayor parte del tiempo, Luhan prefiere que sea su propio trasero el follado y Jongin no muestra objeciones. Es sólo que escuchar esa proposición de Kyungsoo le parece sorprendente. No se ve como del tipo de chico que hace eso. Tal vez no debió juzgarlo tan apresuradamente al conocerlo.
El chef toma su silencio como un sí y empieza de desenvolver el condón, pero Jongin evita que lo saque todavía, envolviendo su mano alrededor de la otra para interrumpir la acción, por lo que se gana una mirada cuestionadora de la parte contraria, preguntándose qué sucede. El mago le dedica un guiño.
“Primero, déjame encargarme de ti.”
Aunque realmente no necesita ninguna ayuda. Ya está bastante duro, pero eso no detiene a Jongin de arrodillarse delante suyo y bajarle los pantalones junto con la ropa interior. Como todo en él, su miembro es bonito, todo rosado y palpitante; así que lo toma en su boca sin previo aviso.
Es delicioso; su polla dura, suave, maravillosa en su boca; Jongin disfruta el sabor. Se pregunta porque no hizo esto la primera vez. ¿Cómo pudo haber dejado pasar la oportunidad de tener a Kyungsoo en su boca? Entonces recuerda la forma tan confusa y afiebrada como se dieron las cosas aquella noche y profiere un gemidito, enviando vibraciones a través de la erección del otro mientras rememora que incluso así, todo se sintió muy intenso también.
Y ahora lo harán nuevamente.
Se permite un poco de diversión, jugando con el chico; enredando su lengua alrededor suyo, succionándolo traviesamente y tomándolo luego mucho más profundo. Los sonidos de una respiración ahogada sobre él lo hacen sonreír. Está tratando de reprimirlo. Puede jurar que Kyungsoo está tratando de no sonar demasiado necesitado. Permite a sus dientes rasguñar ligeramente el costado del eje ajeno y es entonces cuando el otro profiere un agudo siseo, para luego enredar los dedos en el cabello del más alto, tironeando de su cabeza bruscamente hacia atrás. Jongin se encoge de dolor, pero no es nada realmente serio, el sufrimiento sólo añade un poco más de placer; a su trastornado parecer.
“Agáchate.” Kyungsoo está empujando su espalda desesperadamente y Jongin obedece, volteándose con el trasero en el aire, su interior retorciéndose con expectación. Ha sido un muy largo tiempo desde la última vez que tuvo algo en el trasero. Pero ahora esta más que dispuesto.
Escucha la envoltura ser arrugada y desechada en algún lugar y está a punto de bromear sobre si el otro siquiera sabe cómo ponérselo cuando siente el miembro contrario alineándose con su entrada.
Jongin rebota lejos instintivamente, golpeándose las rodillas con el bar y maldice. Kyungsoo detrás suyo ríe y le sujeta las caderas con una mano.
“¿Qué? ¿Asustado?” Le pregunta, sarcástico y Jongin le da un respuesta burlona.
“Absolutamente nada de eso.”
No está asustado. Tal vez un poco ansioso. Si hubiera sabido que las cosas iban a ser así de distintas con Kyungsoo, hubiera hecho que Luhan lo prepare anoche. Entonces no estaría ahora esperando con tantas ansias.
Y oh- oh - se sostiene al borde del bar al sentir el primer empuje. Joder eso dolió, así que muerde su labio fuertemente, no quiere sonar como un bebé. Kyungsoo se siente un poco demasiado grande dentro suyo pues ni siquiera lo ha dilatado antes pero en fin, ha tenido peores. Y de todas formas no encuentra mucho de lo que quejarse cuando un brazo se envuelve alrededor suyo, dedos enredados en su miembro mientras el más pequeño lo acaricia, reemplazando el dolor con un poco de placer.
“¿Mejor?” el chef le pregunta y Jongin rueda los ojos.
“Sólo continua.”
Y así lo hace, sin siquiera esperar que Jongin se acostumbre a la intrusión. Empuja dentro con el más alto siseando ante la falta de lubricación. Debería cargar con uno de esos minilubricantes de bolsillo, piensa, cuando la mano que estaba envuelta sobre él es removida; libera un suspiro de alivio ante esto.
Kyungsoo sí que sabe lo que hace, sorprendiendo a Jongin una y otra vez mientras desde atrás, embiste dentro y fuera de él lentamente. Rota sus caderas, entrando y saliendo; presionándose cerca, mordiendo suavemente su cuello, haciéndolo temblar. No es rápido ni salvaje como lo hicieron aquella noche. Esto es diferente y su cabeza entra en vértigo total con la sensación de ser llenado y complacido. La incomodidad se ha ido pero quizás sea porque el otro no ha parado de masturbarlo. Sus manos callosas debido a todo aquel trabajo duro en la cocina se sienten muy bien sobre su polla.
.
Ha olvidado cómo se siente tener a su próstata siendo golpeada duro y da una sacudida cuando Kyungsoo la encuentra. Gime, con el cabello cayéndole sobre la cara mientras se inclina aún más abajo, moviendo sus caderas para atrás tratando de aumentar el contacto. El otro chico capta el mensaje, y súbitamente incrementa la velocidad, embistiendo con más fuerza cada vez, haciendo estremecer las piernas de Jongin.
“Joder,” Resopla y Kyungsoo estrecha el agarre sobre él, sin bajar el ritmo. “Eres bueno.”
Jongin lo oye reír.
“Es bueno saberlo.” Gruñe Kyungsoo, separándolo y exponiéndolo y Jongin no puede ni murmurar una contestación mordaz para ese comentario, pues siente el calor en su estómago arremolinarse, amenazando con estallar.
“Más fuerte” le induce, gimiendo; Kyungsoo envuelve una mano alrededor de su extensión otra vez, deslizando su muñeca en simultáneo con sus embestidas; y en un par de movimientos, Jongin se viene sobre todo el mini bar.
No se detiene, ambas manos en sus caderas mientras se sumerge profundamente, encontrando su propia liberación. Jongin lucha contra la neblina en la que está inmerso, interrumpiendo su orgasmo solo para estrujarlo aún más estrechamente, causando con su acción que las caderas contrarias tiemblen. Sonríe, deseando que hubiese un espejo delante para poder reflejarlos, poder ver como Kyungsoo rueda los ojos al venirse.
Le hubiera gustado que permaneciera poco más en su interior, le hubiera gustado que colapsara en su espalda, sentir el latido de su corazón y su respiración pesada, jadeando por toda la extensión. Pero Kyungsoo se retira de prisa y Jongin gimotea cuando percibe el dolor en sus piernas y su espalda baja. Volteándose, lo observa deshacerse del condón, ponerse de nuevo la ropa interior y subir sus pantalones.
Un estropajo de cocina le es lanzado y lo atrapa, su mente aún nublada por el orgasmo, al tiempo que el chef quita el seguro de la puerta.
“Si ya terminaste de limpiar tu desastre, te puedes ir”
Jongin sólo es capaz de mirarlo, incrédulo. ¿Qué? Pero Kyungsoo se ha ido antes de que pueda articular palabra; dejándolo únicamente con un estropajo en la mano y una sensación muy jodida en el pecho, algo que nunca había sentido antes en su vida.
Capítulo 30 → ←