First Line Challenge II
De repente han salido retos hasta debajo de las piedras en el LJ de chilvi_cos y en invernalia, así que me ha dao la vena estresá y he escrito uno de los que tenía pendientes.
¡AVISO!: Escrito aprisa y corriendo (creo que ya es aviso suficiente, y más viniendo de mí xDDDDD) para este FLC en concreto.
Vosotros veréis... *silba disimuladamente*
¡Corred insensatos!
Autor: yokana_yanovick
Fandom: Battlestar Galactica
Pairing: Kara Thrace, Laura Roslin
Spoilers: 4ª Temporada
Contenidos: POV de Kara, un momento inoportuno.
Palabras: 482
( Tabla de Fanfics)
Con más cuidado
-Con más cuidado, joder.
Cientos de papeles cayeron al suelo cuando Kara dobló corriendo uno de los pasillos de Galáctica.
Un dolor agudo se plantó en sus costillas mientras una caja caía al suelo y sus maldiciones salían igual de precipitadamente que en cualquier otra situación, en las que por norma general siempre terminaba arrepintiéndose.
-Tiene una manera muy particular de disculparse, capitán Thrace.
La Presidenta de las Colonias ya estaba de rodillas cuando recuperó el equilibrio. Se masajeó el estómago dolorido mientras se agachaba para recoger los archivos. Ni si quiera le había dedicado una mirada antes de arrodillarse delante de ella y sin embargo casi podía ver el cáncer carcomerla por dentro. A pesar de la peluca con aquel peinado juvenil, los rasgos de su cara estaban más marcados, las líneas faciales se calaban en su piel como nunca antes había visto sus arrugas. Parecía infinitamente más mayor.
Continuó mirándola de reojo mientras apilaba los papeles en un montón uniforme. No pudo evitar un asomo de tristeza la sacudiera cuando la oyó toser y terminar con un suspiro que casi dolía de lo cargado de una verdad palpable que, a pesar de sus esfuerzos, no lograba disimular.
Se moría.
Otro dolor agudo vibró en su pecho a traición.
Reanudó la tarea con ahínco evitando cualquier pensamiento directo o indirecto con la mujer que tenía a su lado. Ya había perdido una madre. Miró las manos de Laura recoger los archivos con tranquilidad, con su perenne pose impasible que la hacía parecer presidencial, podría estar segura, hasta sentada en una maldita letrina.
No estaba dispuesta a pasar por esto otra vez.
Dejó caer los archivos en la caja de manera brusca.
-No es habitual correr por los pasillos de una nave a horas intempestivas -le habló con su tradicional voz suave, aguda y, podría decir que cansada. Desde hace casi una vida entera, cansada era el adjetivo que mejor la definía.
-Entonces quizá debería pasar más tiempo en una estrella de combate, señora -contestó con voz seca. No tenía tiempo para aquello. Después de lo que habían pasado y lo que quedaba por venir, mejor era mantenerse al margen.
-Si pasara más tiempo en Galáctica, me harían Almirante.
La carcajada vibró en su garganta antes de verla venir, y haciendo caso omiso de la poca cordura que le quedaba, contraatacó.
-Con un Apollo multifuncional por nave ya tenemos bastante, gracias.
Entonces fue Laura quién rió. Su risa rebotó en las paredes y se le coló dentro de una manera tan sutil y cálida, que no pudo hacer otra cosa que aceptarla y sonreír.
No supo el momento en que había ocurrido, pero para no variar, del pasillo frío a la habitación de Adama, ya había cambiado de opinión.
Sonrío al dejarla frente a la puerta.
Si una cosa había aprendido con Laura, es que no se podía luchar contra el destino.
¡AVISO!: Escrito aprisa y corriendo (creo que ya es aviso suficiente, y más viniendo de mí xDDDDD) para este FLC en concreto.
Vosotros veréis... *silba disimuladamente*
¡Corred insensatos!
Autor: yokana_yanovick
Fandom: Battlestar Galactica
Pairing: Kara Thrace, Laura Roslin
Spoilers: 4ª Temporada
Contenidos: POV de Kara, un momento inoportuno.
Palabras: 482
( Tabla de Fanfics)
Con más cuidado
-Con más cuidado, joder.
Cientos de papeles cayeron al suelo cuando Kara dobló corriendo uno de los pasillos de Galáctica.
Un dolor agudo se plantó en sus costillas mientras una caja caía al suelo y sus maldiciones salían igual de precipitadamente que en cualquier otra situación, en las que por norma general siempre terminaba arrepintiéndose.
-Tiene una manera muy particular de disculparse, capitán Thrace.
La Presidenta de las Colonias ya estaba de rodillas cuando recuperó el equilibrio. Se masajeó el estómago dolorido mientras se agachaba para recoger los archivos. Ni si quiera le había dedicado una mirada antes de arrodillarse delante de ella y sin embargo casi podía ver el cáncer carcomerla por dentro. A pesar de la peluca con aquel peinado juvenil, los rasgos de su cara estaban más marcados, las líneas faciales se calaban en su piel como nunca antes había visto sus arrugas. Parecía infinitamente más mayor.
Continuó mirándola de reojo mientras apilaba los papeles en un montón uniforme. No pudo evitar un asomo de tristeza la sacudiera cuando la oyó toser y terminar con un suspiro que casi dolía de lo cargado de una verdad palpable que, a pesar de sus esfuerzos, no lograba disimular.
Se moría.
Otro dolor agudo vibró en su pecho a traición.
Reanudó la tarea con ahínco evitando cualquier pensamiento directo o indirecto con la mujer que tenía a su lado. Ya había perdido una madre. Miró las manos de Laura recoger los archivos con tranquilidad, con su perenne pose impasible que la hacía parecer presidencial, podría estar segura, hasta sentada en una maldita letrina.
No estaba dispuesta a pasar por esto otra vez.
Dejó caer los archivos en la caja de manera brusca.
-No es habitual correr por los pasillos de una nave a horas intempestivas -le habló con su tradicional voz suave, aguda y, podría decir que cansada. Desde hace casi una vida entera, cansada era el adjetivo que mejor la definía.
-Entonces quizá debería pasar más tiempo en una estrella de combate, señora -contestó con voz seca. No tenía tiempo para aquello. Después de lo que habían pasado y lo que quedaba por venir, mejor era mantenerse al margen.
-Si pasara más tiempo en Galáctica, me harían Almirante.
La carcajada vibró en su garganta antes de verla venir, y haciendo caso omiso de la poca cordura que le quedaba, contraatacó.
-Con un Apollo multifuncional por nave ya tenemos bastante, gracias.
Entonces fue Laura quién rió. Su risa rebotó en las paredes y se le coló dentro de una manera tan sutil y cálida, que no pudo hacer otra cosa que aceptarla y sonreír.
No supo el momento en que había ocurrido, pero para no variar, del pasillo frío a la habitación de Adama, ya había cambiado de opinión.
Sonrío al dejarla frente a la puerta.
Si una cosa había aprendido con Laura, es que no se podía luchar contra el destino.