One-shot [Tenipuri]
Titulo: La calma antes de la locura.
Fandom: Prince of tennis.
Pairing: Rikkai!center.
Extensión: 1329. Ni siquiera me voy a preocupar (?).
Beta: viiarcana
Comunidad: crack_and_roll
Notas: Responde al reto "loco" de crack and roll, para la DOtación anual de cRACK! Por otro lado, no sé que tal está. No estaba muy inspirada y Prince of tennis siempre me vuelve hongo ._.
Para los titulares de Rikkai, el extraño comportamiento de su capitán era pan de cada día, tanto, que ya estaban acostumbrados a todas sus ocurrencias. Desde que Yukimura había tomado el puesto, ellos eran víctimas de los más extraños entrenamientos que alguien podría imaginarse, aunque estaban seguros que nadie -aparte de su capitán, claro- podría imaginarse semejantes entrenamientos.
Que correr dos kilómetros en la playa y a las cinco de la mañana para fortalecer el cuerpo. Que nadar en pleno invierno para trabajar la resistencia. Pasar unas horas con las porristas para entrenar la fortaleza mental, por más ridículo que sonara el entrenamiento ellos tenían que hacerlo. Tan acostumbrados estaban que ya ni siquiera se quejaban, aunque no estaban tan locos como para quejarse, de todas maneras.
Aunque algunos (como Niou) pensaban que todo valía la pena solo por volver a ver la cara que Sanada puso aquella vez en su experiencia con las porristas. El sub-capitán había soportado dignamente las cuatro horas con ellas y sus repetidos: “eres genial, Sanada-san”, “qué fuerte brazos, Sanada-san”, “¿Por qué siempre estás tan serio, Sanada-san?”, resultando miles de veces más divertido cuando Yukimura estuvo de acuerdo en que le hacía falta sonreír de vez en cuando. La cara del chico había sido épica.
En fin, los titulares de tercer año estaban más que acostumbrados -o tal vez resignados, todo hay que decirlo- a semejantes acciones, lo veían como algo normal. Todos, excepto el nuevo, el pequeño del equipo y la persona más quejumbrosa que Sanada ha conocido.
Cada vez que a Yukimura se le ocurría otra de sus geniales ideas, él era el único que tenía el valor de decir lo estúpido y poco útil que le parecía la idea ganándose en el proceso varios castigos de parte de sus senpai. Sanada siempre lo obligaba a hacer el doble de trabajo (o el triple, dependiendo la reacción de Yukimura) por ser quejumbroso y alegando que en el equipo nadie debía flojear, los demás sólo le miraban de mala manera y se burlaban de él. Pero el peor de los castigos era el silencio de Yukimura. Siempre que Akaya se quejaba, el capitán le dedicaba una mirada serena pero firme ignorándolo por el resto de la práctica. A Kirihara le gustaba su capitán, porque era amable con él, y siempre le daba ánimos cuando le decía que lo iba a derrotar, por eso no le gustaba que se molestara con él, pero él decía la verdad, esos entrenamientos eran estúpidos.
También ya se habían acostumbrado a eso, hasta el día de hoy. Cuando Seiichi entró a las canchas acompañado de Renji y de Sanada, este último llamándolos para que se reunieran, por lo general significaba que el capitán haría el anuncio de ejercicio especial. Pero esta vez no era así
-He decido que a partir de hoy, no habrá más preparaciones especiales. Seguiremos con el ritmo exigente de siempre y sólo nos ajustaremos al menú que nos prepare Renji -habló con un tono alto y firme, como siempre lo hacía cuando se dirigía a su club, aunque esta vez se podía notar un pequeño tono de decepción.
Todos los presentes se asombraron con la decisión de su capitán, no es que no estuviesen agradecidos -porque lo estaban, dios, lo estaban tanto- pero esos ejercicios eran algo que el chico en verdad disfrutaba y esto era muy sorpresivo.
-Yukimura-kun ¿podrías decirnos qué te llevó a tan repentina decisión? -El joven miró al caballero un poco confundido.
-¿Acaso no es lo que todos deseaban? Ayer hablé con Aka-chan -Miró al chico que en esos momentos trataba de esconder las señales de victoria en su rostro- y me informó todo lo que ustedes deseaban. Lo que no entiendo es por qué no hablaron conmigo antes. Si tanto les disgustaba alguien debió decirme. Aunque eso ya no importa. Ahora hagan parejas y entrenen.
El capitán tomó su carreta y le pidió a Sanada que entrenaran juntos. La práctica continúo sin ningún contratiempo o algún evento especial, sólo que Yukimura estaba un poco más serio que de costumbre.
Al dar por terminado el día, se fue a hacer algunos pápelos y los demás se adelantaron al vestidor. Tenían un asunto pendiente y el tiempo que Seiichi se tardara les ayudaba bastante.
Los mayores se reunieron el en vestidor esperando por Akaya que, como siempre, era una tortuga. Cuando al fin llegó en seguida todos los regulares se fueron sobre él.
-No sé que le dijiste al capitán, estúpida cabeza de algas, pero te vas a disculpar con él y le dirás que todos queremos sus entrenamientos ¿entendiste? -Niou fue el primero en hablar y amenazarlo.
-Niou tiene razón, debes disculparte Akaya. Tú no sabes lo que Yukimura podría… -Jackal se detuvo, como si lo que estuviera a punto de decir fuera demasiado terrible para siquiera pensarlo.
-¡Alteraste a Jackal! Te lo diré otra vez, discúlpate, Bakaya. No estamos dispuestos a sufrir por tus tonterías -Marui hizo una bomba de chicle color verde.
-¿¡Qué!? ¡No lo haré! ¡Ustedes fueron los que dijeron que eran tontos! Yo les hice un favor diciéndole la verdad al capitán. Además él se lo tomó muy bien, muy tranquilo. No entiendo por qué ahora…
El pelirrojo le dio un golpe en la cabeza al menor.
-Puede que sean tontos, pero hacen feliz al capitán, Akaya -la voz de Renji era calmada como siempre-. ¿Acaso Akaya quiere ver triste a Seiichi?
Todos guardaron silencio, esperando que el chico dejara de parpadear y les diera una respuesta.
-Claro que no quiero ver al buchou triste…
-Entonces debes retractarte -Por fin, Sanada había tomado parte de la discusión-. Cuando me informó su decisión tenía una cara verdaderamente triste, nunca lo había visto así.
Tal vez sus senpai tenían razón y él había sido un egoísta en decirle esas cosas, era muy cierto que al buchou le encantaban esos ejercicios y lo hacían feliz. Él no debía ser quien le negará esa felicidad, se sentía mal. Nunca pensó en los sentimientos del capitán.
-Lo haré. Me disculparé con el Buchou -Se levantó aún clavando la mirada en el suelo y salió del vestuario en busca del otro joven.
El silencio cayó entre los miembros que aún permanecían en el vestuario… Con un poco de suerte se librarían de todo. Con un poco de suerte esos momentos no traerían consecuencias.
-¿Tú crees que lo logremos, Sanada-kun? Después de todo Kirihara-kun dijo que Yukimura-kun se lo había tomado muy bien -habló el chico de lentes.
-Sólo espero que no sea demasiado tarde.
Todos esperaron por el regreso de los chicos, no podían moverse sin saber lo que sería de ellos. No podían.
En seguida la puerta volvió a abrirse dejando entrar a un chico de cabello azul demasiado sonriente. Todos aguantaron la respiración.
-¿Qué hacen todos aquí todavía? -Los observó-. Bueno eso no importa, ¿adivinen qué? Akaya me aclaró todo y me alegra que a ustedes también les gusten los entrenamientos -dijo emocionado. Se dirigió a su closet y sacó todos sus implementos para irse a duchar-. Y eso no es todo, ya comenzó a nevar un poco, así que mañana nos levantaremos temprano y como hoy no hicimos nada correremos cinco kilómetros en el frio. Entrenaremos la resistencia y la fuerza mental, ¿no es genial? Me voy a bañar. Sanada, ¿me esperas para irnos juntos a casa? -Sanada asintió, recibiendo otra sonrisa del chico, que enseguida se metió a las duchas.
Todos miraron a al pequeño cabeza de alga.
-Bakaya ¿sabes cuantos kilómetros corríamos antes de que abrieras tu bocota? -Se acercó amenazante, Murai- Dos y ahora por tu culpa todos corremos cinco.
-No todos -dijo Sanada-. Kirihara correrá seis kilómetros ¿no es así, Renji? -El castaño asintió y los demás sonrieron satisfechos.
-¿¡Por qué!?
-Nunca confíes en la tranquilidad de Seiichi, Bayaka -interrumpió un sonriente Niou-. Es la tranquilidad antes del ataque de locura.
Kirihara parpadeó, definitivamente no entendía a sus senpai.
Fandom: Prince of tennis.
Pairing: Rikkai!center.
Extensión: 1329. Ni siquiera me voy a preocupar (?).
Beta: viiarcana
Comunidad: crack_and_roll
Notas: Responde al reto "loco" de crack and roll, para la DOtación anual de cRACK! Por otro lado, no sé que tal está. No estaba muy inspirada y Prince of tennis siempre me vuelve hongo ._.
Para los titulares de Rikkai, el extraño comportamiento de su capitán era pan de cada día, tanto, que ya estaban acostumbrados a todas sus ocurrencias. Desde que Yukimura había tomado el puesto, ellos eran víctimas de los más extraños entrenamientos que alguien podría imaginarse, aunque estaban seguros que nadie -aparte de su capitán, claro- podría imaginarse semejantes entrenamientos.
Que correr dos kilómetros en la playa y a las cinco de la mañana para fortalecer el cuerpo. Que nadar en pleno invierno para trabajar la resistencia. Pasar unas horas con las porristas para entrenar la fortaleza mental, por más ridículo que sonara el entrenamiento ellos tenían que hacerlo. Tan acostumbrados estaban que ya ni siquiera se quejaban, aunque no estaban tan locos como para quejarse, de todas maneras.
Aunque algunos (como Niou) pensaban que todo valía la pena solo por volver a ver la cara que Sanada puso aquella vez en su experiencia con las porristas. El sub-capitán había soportado dignamente las cuatro horas con ellas y sus repetidos: “eres genial, Sanada-san”, “qué fuerte brazos, Sanada-san”, “¿Por qué siempre estás tan serio, Sanada-san?”, resultando miles de veces más divertido cuando Yukimura estuvo de acuerdo en que le hacía falta sonreír de vez en cuando. La cara del chico había sido épica.
En fin, los titulares de tercer año estaban más que acostumbrados -o tal vez resignados, todo hay que decirlo- a semejantes acciones, lo veían como algo normal. Todos, excepto el nuevo, el pequeño del equipo y la persona más quejumbrosa que Sanada ha conocido.
Cada vez que a Yukimura se le ocurría otra de sus geniales ideas, él era el único que tenía el valor de decir lo estúpido y poco útil que le parecía la idea ganándose en el proceso varios castigos de parte de sus senpai. Sanada siempre lo obligaba a hacer el doble de trabajo (o el triple, dependiendo la reacción de Yukimura) por ser quejumbroso y alegando que en el equipo nadie debía flojear, los demás sólo le miraban de mala manera y se burlaban de él. Pero el peor de los castigos era el silencio de Yukimura. Siempre que Akaya se quejaba, el capitán le dedicaba una mirada serena pero firme ignorándolo por el resto de la práctica. A Kirihara le gustaba su capitán, porque era amable con él, y siempre le daba ánimos cuando le decía que lo iba a derrotar, por eso no le gustaba que se molestara con él, pero él decía la verdad, esos entrenamientos eran estúpidos.
También ya se habían acostumbrado a eso, hasta el día de hoy. Cuando Seiichi entró a las canchas acompañado de Renji y de Sanada, este último llamándolos para que se reunieran, por lo general significaba que el capitán haría el anuncio de ejercicio especial. Pero esta vez no era así
-He decido que a partir de hoy, no habrá más preparaciones especiales. Seguiremos con el ritmo exigente de siempre y sólo nos ajustaremos al menú que nos prepare Renji -habló con un tono alto y firme, como siempre lo hacía cuando se dirigía a su club, aunque esta vez se podía notar un pequeño tono de decepción.
Todos los presentes se asombraron con la decisión de su capitán, no es que no estuviesen agradecidos -porque lo estaban, dios, lo estaban tanto- pero esos ejercicios eran algo que el chico en verdad disfrutaba y esto era muy sorpresivo.
-Yukimura-kun ¿podrías decirnos qué te llevó a tan repentina decisión? -El joven miró al caballero un poco confundido.
-¿Acaso no es lo que todos deseaban? Ayer hablé con Aka-chan -Miró al chico que en esos momentos trataba de esconder las señales de victoria en su rostro- y me informó todo lo que ustedes deseaban. Lo que no entiendo es por qué no hablaron conmigo antes. Si tanto les disgustaba alguien debió decirme. Aunque eso ya no importa. Ahora hagan parejas y entrenen.
El capitán tomó su carreta y le pidió a Sanada que entrenaran juntos. La práctica continúo sin ningún contratiempo o algún evento especial, sólo que Yukimura estaba un poco más serio que de costumbre.
Al dar por terminado el día, se fue a hacer algunos pápelos y los demás se adelantaron al vestidor. Tenían un asunto pendiente y el tiempo que Seiichi se tardara les ayudaba bastante.
Los mayores se reunieron el en vestidor esperando por Akaya que, como siempre, era una tortuga. Cuando al fin llegó en seguida todos los regulares se fueron sobre él.
-No sé que le dijiste al capitán, estúpida cabeza de algas, pero te vas a disculpar con él y le dirás que todos queremos sus entrenamientos ¿entendiste? -Niou fue el primero en hablar y amenazarlo.
-Niou tiene razón, debes disculparte Akaya. Tú no sabes lo que Yukimura podría… -Jackal se detuvo, como si lo que estuviera a punto de decir fuera demasiado terrible para siquiera pensarlo.
-¡Alteraste a Jackal! Te lo diré otra vez, discúlpate, Bakaya. No estamos dispuestos a sufrir por tus tonterías -Marui hizo una bomba de chicle color verde.
-¿¡Qué!? ¡No lo haré! ¡Ustedes fueron los que dijeron que eran tontos! Yo les hice un favor diciéndole la verdad al capitán. Además él se lo tomó muy bien, muy tranquilo. No entiendo por qué ahora…
El pelirrojo le dio un golpe en la cabeza al menor.
-Puede que sean tontos, pero hacen feliz al capitán, Akaya -la voz de Renji era calmada como siempre-. ¿Acaso Akaya quiere ver triste a Seiichi?
Todos guardaron silencio, esperando que el chico dejara de parpadear y les diera una respuesta.
-Claro que no quiero ver al buchou triste…
-Entonces debes retractarte -Por fin, Sanada había tomado parte de la discusión-. Cuando me informó su decisión tenía una cara verdaderamente triste, nunca lo había visto así.
Tal vez sus senpai tenían razón y él había sido un egoísta en decirle esas cosas, era muy cierto que al buchou le encantaban esos ejercicios y lo hacían feliz. Él no debía ser quien le negará esa felicidad, se sentía mal. Nunca pensó en los sentimientos del capitán.
-Lo haré. Me disculparé con el Buchou -Se levantó aún clavando la mirada en el suelo y salió del vestuario en busca del otro joven.
El silencio cayó entre los miembros que aún permanecían en el vestuario… Con un poco de suerte se librarían de todo. Con un poco de suerte esos momentos no traerían consecuencias.
-¿Tú crees que lo logremos, Sanada-kun? Después de todo Kirihara-kun dijo que Yukimura-kun se lo había tomado muy bien -habló el chico de lentes.
-Sólo espero que no sea demasiado tarde.
Todos esperaron por el regreso de los chicos, no podían moverse sin saber lo que sería de ellos. No podían.
En seguida la puerta volvió a abrirse dejando entrar a un chico de cabello azul demasiado sonriente. Todos aguantaron la respiración.
-¿Qué hacen todos aquí todavía? -Los observó-. Bueno eso no importa, ¿adivinen qué? Akaya me aclaró todo y me alegra que a ustedes también les gusten los entrenamientos -dijo emocionado. Se dirigió a su closet y sacó todos sus implementos para irse a duchar-. Y eso no es todo, ya comenzó a nevar un poco, así que mañana nos levantaremos temprano y como hoy no hicimos nada correremos cinco kilómetros en el frio. Entrenaremos la resistencia y la fuerza mental, ¿no es genial? Me voy a bañar. Sanada, ¿me esperas para irnos juntos a casa? -Sanada asintió, recibiendo otra sonrisa del chico, que enseguida se metió a las duchas.
Todos miraron a al pequeño cabeza de alga.
-Bakaya ¿sabes cuantos kilómetros corríamos antes de que abrieras tu bocota? -Se acercó amenazante, Murai- Dos y ahora por tu culpa todos corremos cinco.
-No todos -dijo Sanada-. Kirihara correrá seis kilómetros ¿no es así, Renji? -El castaño asintió y los demás sonrieron satisfechos.
-¿¡Por qué!?
-Nunca confíes en la tranquilidad de Seiichi, Bayaka -interrumpió un sonriente Niou-. Es la tranquilidad antes del ataque de locura.
Kirihara parpadeó, definitivamente no entendía a sus senpai.