[One-shot]

May 14, 2009 18:08

Por eso amo publicar en el LJ no tengo que preocuparme por los títulos, creo que a este le llamaré ¿baño de esponja? Sí es un asco de titulo que ni modo.

Titulo: ¿Baño de esponja? No tiene.
Fandom: Prince of tennis.
Paring: Sanada/Yukimura.
Extensión: 1245 palabras.
Advertencias: Una idea loca que se me ocurrió y creo que no me salio bien. Emn general esta bien, solo que el final no me convence :O.

Habían pasado ya cuatro días desde que se había sometido a la operación que, según sus médicos, resultó todo un éxito. El dolor, gracias a los dioses -y a las drogas- ya había cedido y él se sentía mucho mejor. Así que, después de mucho insistirle a su médico de cabecera, se le permitió iniciar con su rehabilitación física, claro, bajo estricta supervisión y nada de sobre esfuerzo.

Estaba tan emocionado por la idea, que no se dio cuenta cuando la enfermera llegó con todo el equipamiento para darle un baño de esponja. Para Yukimura ese era el peor momento del día. Los tres baños que le habían dado fueron lo más vergonzoso que jamás le había sucedido; aunque la enfermera siempre trataba de tranquilizarlo, no servía de nada.

La idea de un baño de esponja siempre le pareció interesante. Tentadora, inclusive. Pero a eso que hacían en el hospital -voltearlo como vil saco de un lado a otro-, difícilmente se le podría llamar una idea tentadora, o agradable.

Le sonrió amablemente a la enfermera, puesto que no tenía la culpa de que él se sintiera así; ella le regresó la sonrisa comenzando a bajar la cama.

- Yukimura-kun, es hora de tu baño -Seiichi frunció el ceño, ya lo había descubierto sin ayuda de nadie.- Prometo bañarte rápido para que no lo pases tan mal, ¿vale? -La enfermera le sonrió maternalmente. Enseguida se calzó los guantes, apartó las cobijas y empezó a desvestir al joven quitándole la camisa pero, antes de poder continuar, otra enfermera interrumpió.

- Naoko-san, necesito tu ayuda para bañar a una paciente, está demasiado inquieta y no puedo sola con ella. Por favor-con tono afligido pidió la joven.

- Claro, sólo déjame terminar con Yukimura-kun, y te ayudo.

- ¡Oh! Hablando de eso, me encontré con el hermano de Yukimura-kun. Son igual de monos -dijo emocionada. Eso fue extraño, le pareció haber escuchado que estaba su hermano.

- Disculpe, ¿acaso dijo que se encontró a mi hermano? -interrumpió, mirando extrañado a ambas jóvenes. Que él recordara, no tenía hermanos, era hijo único.

-Sí, pero se ha quedado fuera -la enfermera se dirigió a la puerta y llamó con un suave tono al otro Yukimura-kun.

Un chico alto y de gorra entró a la habitación siguiendo a la muchacha de blanco. Sanada acomodó la visera de su gorra, visiblemente avergonzado. El joven de cabello azul abrió los ojos por la sorpresa. De todas las personas que se imaginó que serían capaces de mentir así, el último en su lista era Genichirou; Akaya, sin embargo, era otra historia. Así que Genichirou era su hermano. Oh, se iba a divertir con eso.

- ¡Ototo-chan! -saludó, evidentemente entretenido por la situación. Sanada no respondió el saludo. Sabía que había sido una mala idea presentarse de ese modo.

- Yukimu… Nii-san -corrigió rápidamente, aún sin poder ver directamente a Seiichi. ¿Él sería el hermano menor? Nadie se tragaría eso, el obviamente tendría que ser el mayor.

- Entonces, Naoko-san, ¿me ayudas? -insistió la enfermera- Es un tanto urgente, en cualquier momento bajará al quirófano y ya sabes cómo se ponen allá -hizo una mueca de molestia y posó su mirada en Sanada- Además, Genichirou-kun está aquí, él puede ayudar a su hermano a bañarse mientras tú me ayudas a mí, y prometo ayudarte a cambiar la cama, ¿sí?

Bañar a Yukimura ¿él? No. Jamás. La enfermera miró a Sanada, como esperando que éste se acomidiera, pero el chico -como era de esperarse- no dijo nada.

- A mí no me molesta -Yukimura habló por fin con una amable sonrisa en su rostro y un brillo inusual en sus ojos azules. Esto se estaba poniendo muy interesante.- Pero no sé que opine ototo-chan.

Las dos enfermeras y Yukimura fijaron su mirada en él. Sanada empezó a sudar. ¡Demonios! Se maldijo una y otra vez. ¿En qué rayos estaba pensando cuando dijo esa mentira? Seiichi lo estaba provocando, Sanada lo sabía y, como siempre, él caía en las trampas.

- Lo haré.

El capitán sonrió satisfecho y la enfermera murmuró un “gracias” saliendo de la habitación, mientras que la otra le daba instrucciones al chico. Le indicó que lo único que tenía que hacer era pasarle el agua y el jabón, vigilarlo, secarlo, y por supuesto: tratar de no mojar mucho el lugar. Que ella se encargaría de cambiar la cama y que cualquier cosa que se les ofreciera que le gritaran y ella vendría.

Antes de salir, les dedicó una última mirada. Esos dos chicos no se parecían en nada, tal vez eran de diferentes padres.

Cuando por fin estuvieron solos, Yukimura soltó una risita. Eso había sido divertido. Podía sentir la molestia de Sanada, pero él siempre se molestaba.

- Eso fue divertido -declaró el capitán. Como respuesta, le fue entregado un pequeño recipiente con agua y, justo delante de su cara, Sanada le tendió un pequeño jabón de color rosa. Yukimura le miró con una ceja levantada. No había creído que en verdad se iba a dejar bañar por él, ¿verdad?

-Dije que lo haría y lo haré, Yukimura -le extendió de nuevo el jabón.

Oh, no. Sanada había perdido la razón. Primero lo de inventar que era su hermano, y después esto, en serio iba a intentar bañarlo. Si estuviera en otra situación -una bañera y velas de por medio- hubiera aceptado con gusto pero aquí en el hospital, jamás.

- No, definitivamente no me dejaré bañar por ti, ototo-chan.

- Deja de llamarme así -sentenció, cerrando los ojos en busca de paciencia. Sabía muy bien que perder la calma con Yukimura no era un movimiento inteligente.- No seas necio, la enfermera vendrá y descubrirá que no somos hermanos y me echará, ¿quieres que me echen, Yukimura?

El capitán alzó una ceja y después encogió los hombros. Esta situación ya no era divertida.

Ok, eso había sido un patético esfuerzo por manipular a Seiichi, si no funcionaba, lo haría a su modo.

Lentamente, comenzó a pasar la esponja enjabonada por el blanco torso de su capitán. Con toda la delicadeza de la que era capaz, enjabonó sus hombros y, poco a poco, subió para enjabonar el cuello. Todo movimiento bajo la atenta y sorprendida mirada del chico de cabello azul. Tomó un poco de agua y retiró el jabón de la delicada piel de su capitán.

Yukimura cerró los ojos, se sentía bien; estaba seguro que en toda su vida jamás se había sentido tan bien, así que se dejó hacer por Genichirou. Tampoco estaba muy seguro de cómo habían llegado a eso, pero él no se iba a quejar. Poco a poco, todo su cuerpo era masajeado con extrema precaución. Estaba totalmente relajado hasta que sintió que el masaje de detuvo, demasiado pronto para su gusto. Frunció el ceño.

- Veo que terminaron, que rápidos son -las enfermeras ya habían regresado- Ahora vamos a cambiar la cama, ¿bien? Muchas gracias por ayudarnos, Genichirou-kun.

El moreno asintió, y el capitán suspiró. Vaya manera de interrumpirlo. Sanada rápidamente tomó sus cosas y se dirigió a la puerta de la habitación -ya no había nada que hacer ahí, (ni siquiera tuvo que haberse presentado ahí en primer lugar) tenía que poner tierra de por medio- pero, antes de salir, se giró hacia la cama nuevamente y dijo:

-Regresó, él ya está de vuelta; dijiste que era importante que te avisara. Así que apúrate y recupérate lo más pronto posible, nii-san.

Yukimura asintió. A eso había venido. Sabía que, sin importar las circunstancias, siempre podía contar con Sanada.

género: slash, extensión: one-shot, pareja: sanada/yukimura, fandom: prince of tennis

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