¤ Título: Té con miel (Honey Tea).
¤ Fandom: xxxHOLiC.
¤ Claim: Watanuki+Doumeki.
¤ Palabras: 630.
¤ Advertencia: Spoiler del pasado de Watanuki, posiblemente algo de shonen ai (aunque creo que al final no tuvo xDU). Sin betear *gota*
¤ Notas: Se me ocurrió luego de leer el manga de CCS =D. Se supone que, temporalmente hablando, está ubicado luego del capítulo de las Hortensias (cuando aparece por primera vez Amewarashi).
Watanuki buscaba en la cocina todo lo que le fuera necesario para preparar una buena cena, refunfuñando cada vez que encontraba algo. No que no se alegrara -aunque nunca lo aceptaría, porque eso significaría que disfrutaba lo que hacía, cosa que no era cierta-, sino que le molestaba estar precisamente en ese lugar y atendiendo a ese idiota.
¿De que va la cosa? Fácil.
Doumeki no había ido a la escuela, al parecer pescó un resfriado por haberlo esperado bajo la lluvia, cuando él desapareció bajo las hortensias. Así que, según palabras de Yuuko, él ahora tenía que encargarse del enfermo y asegurarse que se aliviara pronto.
¡Era el colmo! ¿Por qué tenía que cuidarlo? Suficiente tenía con verlo en la escuela y en sus misiones, como para que tener que estar en su casa hasta que se aliviara. Pero Yuuko-san le dijo que sino lo hacia le aumentaría su deuda, así que resignadamente Watanuki había arreglado sus cosas e ido al templo, donde el muy maldito de Doumeki ya le tenía preparada una habitación (para colmo, cerca de la cocina).
Watanuki estaba que ardía de coraje por dentro, muy seguro de que él idiota sólo estaba fingiendo y lo quería de cocinero privado. Aunque tuvo que admitir que no tenía buena cara cuando se fue a acostar. Negó con la cabeza fuertemente, mejor no pensar en eso.
Comenzó a cocinar unas habas con arroz, de tal forma que quedaran blandas para que el otro pudiera comerlas fácilmente. Cuando terminó -dejó que el plato se enfriara un poco-, miró la tetera y se le ocurrió algo. Por inercia, como si lo hubiera preparado miles de veces, sacó un poco de miel y comenzó a hacer té.
Al tener todo listo, lo puso en una bandeja y se dirigió a la habitación de Doumeki, entrando como a regañadientes. Shizuka, al verlo, se sentó en el futón.
―¿La cena? ―preguntó, mirando el platillo. Watanuki sintió una vena palpitar en su cien.
―¡¡Deberías inclinarte y agradecer que el Gran Watanuki te hubiera preparado algo!! ¡Idiota! ―gritó, sin importarle que su voz pudiera causarle dolor de cabeza al dueño de la casa.
Doumeki lo ignoró y comenzó a comer, pero se detuvo al rato, mirando curioso la taza.
―¿Qué es?
―¿El qué? ―preguntó devuelta Watanuki, quien ya había comenzado a arreglar lo poco que había en esa habitación (¿Por qué era tan flojo Doumeki? ¡¿Ahora también era su criada?!). Kimihiro miró la taza que le señalaba el arquero―. Ah, eso. Es té caliente con miel, te hará bien para tu resfriado.
―Nunca había escuchado que se diera esto a un enfermo ―dijo el más alto, mientras tomaba la taza y bebía un poco―. Sabe bien.
―¡Claro que sabe bien! Es un viejo remedio casero, mi ma... ―se detuvo bruscamente, parpadeando confundido. Doumeki lo miró curioso, esperando a que terminara su oración―. Olvídalo, sigue comiendo, estaré en la cocina ―Y se marchó sin decir nada. Shizuka lo siguió con la mirada extrañado, cuando dejó de verlo siguió comiendo, preguntándose que le habría pasado.
Mientras, en la cocina, Watanuki tenía una mirada extraña. ¿Qué estaba a punto de decir? No lo recordaba. Y, a todo esto, ¿de donde había sacado la idea del té caliente con miel? No recordaba haberlo hecho antes. ¿Entonces?
Aunque, estaba seguro, cuando él era niño y se había resfriado alguien, alguien tierno y de sonrisa cálida, le había dado a beber eso. Pero cuando intentaba saber quien fue su cabeza comenzaba a doler. No lo entendía, aquel recuerdo (fragmento más bien) le llenaba el pecho con una sensación de bienestar, pero a la vez de tristeza.
Suspiró y miró el desastre que era la cocina. Mejor dejaba eso para después y se dedicaba a limpiar. Seguramente no era nada importante.