Título: Just Plain Sex
Fandom: Fassavoy RPS
Personajes: Michael Fassbender, James McAvoy
Raiting: NC-17
Palabras: 1.024
Disclaimer: Se pertenecen a si mismos, está claro xD.
Advertencias: Sexo, y un tanto explícito por alguna parte.
Resumen: PwP, así que argumento cero, solo un James caliente y un Fassy que le ayuda xD
Nota: prompt que se me pasó por la cabeza en uno de mis watcheos sagrados con
aleenabite y
darkkaya. Love you, girls~!
Ve su espalda desnuda, su rostro reflejado parcialmente en el espejo medio empañado por el vapor y el calor de la estancia. No sabe si le está mirando, si está viendo como le observa fijamente desde la bañera, el agua ahora fría en comparación con su temperatura corporal. Esa espalda ancha y musculosa a la que tantas noches se ha agarrado con sus manos, ese culo que ha pellizcado tantas veces que ya ha perdido la cuenta, y esas piernas que se entrelazan con las suyas hasta que se despiertan el uno en los brazos del otro por la mañana.
Una sonrisa de Michael en el cristal le dice que sí, que se ha dado cuenta que le está mirando y que ahora él también le mira con la ayuda del espejo. James sonríe de lado, cierra los ojos y deja a continuación que su cuerpo resbale en la bañera y el agua le cubra hasta las orejas, la espuma y las pompas de jabón revoloteando por la superficie y salpicándole la cara. Su inmersión en el agua una excusa para ocultar el resultado de esa mirada, corta pero intensa, que ha provocado que su mano tenga que hacer incursión hacia la zona inferior con premura.
Con la otra mano intenta quitarse un pegote molesto de espuma que se le ha quedado de repente pegada a la nariz y que le hace cosquillas, pero se encuentra para su sorpresa con otra mano haciendo el trabajo por él. Los dedos de Michael rozando su rostro de tal forma que provoca que su cuerpo se encienda todo él de repente como una antorcha, un pequeño gemido traicionero escapando de su boca. No sabe qué le pasa esa noche que se siente demasiado caliente, quiere a Michael pero ya encima de él, sentirle dentro. Mirarle a los ojos, su aliento cálido en la cara, el pelo rubio húmedo por el sudor.
Lo que ve al abrir los ojos son esos ojos azules a un palmo de su cara, la lengua húmeda asomando por esos labios, el dedo ahora debajo de su barbilla bajo el agua como si quisiera realizar un movimiento hacia él. No sabe si lo está haciendo aposta o qué, aunque en realidad lo conoce muy bien y Michael a él también, bien que le gusta tenerle en tensión. Pero hoy no está dispuesto a ello, no tiene paciencia ni para preliminares ni para nada, con lo que cogiéndole del brazo se incorpora en la bañera para sentir esos labios contra los suyos. Le da un beso hambriento, desesperado, su piel erizándose por la sensación de sus lenguas tocándose. Su miembro poniéndose tan duro que incluso le duele, la sangre acumulada en él levantándolo.
Empuja a Michael hacia él y hacia la bañera mientras le sigue besando, al final Michael metiéndose en ella con pantalones de pijama incluidos. El agua se desborda empapando el suelo, pero a James poco le importa. No, en ese momento lo único que le importa es tener a Michael inclinado sobre él, su pecho sobre el suyo, sus caderas rozando su erección palpitante. Piel mojada, espuma por todos lados, olor a melocotón y a excitación en el aire.
Sus labios se separan y él se queja buscándole con la mirada. Entonces, siente de repente la boca de Michael engullendo su miembro debajo del agua, una, dos, tres veces, y él acompaña cada movimiento, cada roce de esos dientes, con una gemido de placer por parte suya. Su cuerpo respondiendo ante esa sensación que le está produciendo, la respiración acelerada, las manos agarrándose con fuerza a los bordes de la bañera.
Se ve capaz de perderse por completo en el momento, su mente desconectándose cada pocos segundos, su cuerpo gritando Vamos, rápido, devórame. Y Michael parece oírlo en su piel porque siente en un rápido movimiento el sonido del agua y su boca pegándose de nuevo a la suya, ansiosa, las manos bajando por sus piernas con antes un último roce en sus testículos que le hace temblar de arriba a abajo.
El pantalón sobra, ambos lo saben, con lo que la prenda empapada poco tarda en abandonar el cuerpo de Michael, quien se la quita con una mano mientras le sigue besando, mordiéndole el labio, agarrándose posesivamente a él con la otra.
Se separan brevemente para recobrar el aliento entre suspiros cargados de lujuria, necesidad y algo más no identificable. James le mira a los ojos, y él le mira también, siente su aliento cálido sobre la cara, el olor a mentol de la pasta de dientes mezclado levemente con el del Martini que ha pedido antes en el bar del hotel.
Entonces Michael ataca a su cuello, su cuerpo buscando posición sobre el suyo, sus erecciones rozándose bajo el agua. Pasa la lengua por detrás de su oreja, susurrándole un Mcavoy con tono grave y sensual, y es en ese momento cuando lo siente dentro de él. Un gemido repentino de dolor mezclado con placer escapándosele por la boca, sus manos agarrándose a esa espalda mojada, el nivel del agua bajando en la bañera.
El movimiento pélvico se inicia, al principio lento al ritmo de la lengua de Michael sobre su cuello, incrementándose poco después cada vez más hasta volverse rápido y constante. Ambos ahora concentrados en moverse al mismo tiempo con suspiros, jadeos entrecortados y gemidos como los únicos sonidos que les acompaña, una de las manos de Michael cuidando su erección, masajeándola, frotándola, apretándola puntualmente.
Toda esa amalgama de movimientos y sensaciones, de temblores de placer, besos húmedos, mordeduras, uñas clavadas, desemboca finalmente en el orgasmo que les recorre a ambos por dentro como una descarga eléctrica, relajándoles los músculos de tal manera que al final solo son capaces de estar tumbados de lado el uno frente al otro en la estrecha bañera sin ya tapón en el fondo.
Los labios de Michael le besan suavemente mientras él cierra los ojos, sintiéndose de repente cansado. La barba incipiente del otro haciéndole cosquillas, uno de sus brazos acercándole más aún a él. No quiere moverse, y no lo hace, quedándose dormido sin apenas darse cuenta.