Son casi las 6
como cada mañana
y la cabeza me da vueltas de campana.
La vida huele a serrin
y a sueldo de camarero
y las demás blasfemias me las dejo en el tintero.
Y desafina
un nido de ruiseñores,
pero tu tranquila, ya vendrán tiempos peores.
Y se deshace la cuartada de la noche, señor juez;
y lloran las recién casadas condenadas a saber,
y
(
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