Titulo: Voy a buscarlo.
Beta: Matthew_White y Angeli.
Palabras: 516.
Notas de Uko-chan: Respuesta al séptimo reto expuesto por LMF, para el séptimo período. Basado en un poema: Sonatina, de Rubén Darío. Lo pueden encontrar aquí:
http://crisoladobadass.livejournal.com/12500.html Sumary: Ella no desea esperar y va en su búsqueda.
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Voy a buscarlo.
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La princesa pensó: “¡Si él está viniendo, no tengo por qué esperarlo aquí!” Decidida, giró a mirar a la hada madrina. Rogó y lloró, hasta que ésta le concedió las alas necesarias, para ir en busca de su amado.
Con las alas gigantes detrás de él grandes como las de un ángel, la princesa las extendió y emprendió vuelo. No le importó los gritos de asombro, ni siquiera la voz angustiada de su nana. En su mente solo estaba la idea de volar al encuentro de su príncipe.
Rió graciosamente al ver las caras de los sirvientes, los guardias, los animales, sus padres, a todos los cuales pasaba en su viaje. Inhaló profundamente el aroma de las flores, cuando pasó por el jardín, levantando una nube de pétalos, ya que la tela de su largo vestido desprendió los pétalos de los verdes tallos.
Finalmente, el lago que la separaba de su amado, apareció en frente de sus ojos. Apuró aquellas alas que apenas y aprendía a usar, aumentando su velocidad, así como el ritmo de su corazón.
-¡Podré verlo pronto!- le gritó a un desprevenido cisne que pasó a su lado. Éste solo le dio una mirada dudosa, antes de bajar al agua y reunirse con sus hermanos. Volvió a reír encantada, cerró los ojos al sentir el calor del sol en su cara, cuando un pensamiento le vino a la mente. ¿Y si todo este viaje acelerado había hecho algo para afectar su belleza?
En su salida desesperada, jamás se le ocurrió mirarse al espejo siquiera. Pero negó con la cabeza, si su príncipe la amaba, no debería importarle siquiera que ella apareciera en trajes de criada.
Más sin embargo, para satisfacer su ego, retardó su vuelo para ver su reflejo en el lago. Sus cabellos estaban enmarañados, su cara roja por el esfuerzo y el borde de su vestido manchado con el verde del pastizal, rasgado por alguna que otra rama ocasional que se interpuso en su camino.
Si me ama, nada de este debe importarle. Volvió a recordarse, retomando el vuelo frenético con el que había iniciado su viaje.
Eventualmente, el otro borde del lago llegó a su visión, la tierra del otro lado estaba dañada, por los fuegos de la guerra que se habían extendido hasta allí. Una mirada de tristeza pasó por su hermosa cara, sus ojos azules se nublaron por las lágrimas y mandó un rezo rápido para las almas que se habían perdido.
-¿Pero qué ven mis ojos? -dijo una voz, que la sacó de su depresión-. ¿Es esa mi amada princesa?
Su cara se partió en dos por su sonrisa, mientras sus ojos se iluminaban con amor.
-¡Lo soy! -gritó ruidosamente, olvidándose por un momento del decoro.
Pero ya no importaba eso. Estaban ellos dos solos, reunidos al final de todo. No debería importar olvidarse de los modales que aprendieron desde la cuna. Su príncipe también dejó de lado su educación, gritó, corrió y abrió los brazos, esperando que ella bajara. Ella no se hizo esperar y se enterró gustosa en esos brazos que la recibieron con anhelo.
¡¡¡Fin!!!