Titulo: Si no puedes con ello, únetele.
Fandom: Naruto.
Claim: Uzumaki Naruto, Jiraiya, Haruno Sakura.
Beta: Matthew_White.
Palabras: 466.
Notas de Uko-chan: Respuesta al cuarto reto expuesto por LMF, para el Séptimo Período. Basado en la “Adicción”. Está aquí:
http://community.livejournal.com/lmf_torneo/37366.html#cutid1 Sumary: Sakura se preocupa de la nutrición de Naruto.
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Si no puedes con ello, únetele.
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Cuando uno hablaba de ramen, inmediatamente lo asociaba a Uzumaki Naruto. Antes era motivo de risa y comentario al azar, pero a medida que fueron pasando los años, la cosa se volvió un poco más seria.
Era casi aterrorizante ver al muchacho aspirar no menos de cinco tazones de ramen por cada sentada en el famoso puesto de Ichiraku. Evidentemente, esto comenzó a preocupar a sus allegados, pero ni siquiera Umino Iruka, quien el rubio consideraba como un padre, logró convencerlo de dejar de alimentarse tanto con esta comida carente de los nutrientes necesarios para el crecimiento.
Bueno, Iruka tampoco se esforzó mucho, porque fue en parte él quien tuvo la culpa de que el muchacho se hiciera adicto a la comida desde niño. Él mismo no podía estar alejado de la comida mucho tiempo, debería comerla al menos una vez por semana, pero afirmaba que su adicción estaba “controlada”.
-Va, déjalo, no podrás hacer nada -masculló Jiraiya, cuando Sakura vino con esta preocupación al único hombre que no quería pedir ayuda (odiaba a los pervertidos tanto como su shishou), pero estaba desesperada-. Conocí a alguien que tenía la misma adicción y por más que intenté nunca logré quitársela. Es más…- sonrió encariñado-, el mocoso logró convencerme de que era lo mejor del mundo y terminé acompañándolo en varias maratones de ramen, como él solía llamarlo.
La muchacha le dio una mirada extraña, porque le daba curiosidad saber quién era esa persona, pero la mirada de nostalgia en el sabio del Sapo le dijo que no era momento de preguntar de quién hablaba. Así que suspiró, dejando caer sus hombros y se dio media vuelta.
-Gracias, Jiraiya-sama -dijo con desgana.
-Deberías hacer lo mismo -agregó el Sannin cuando ella llegó a la puerta.
-¿Disculpe? -pidió, frunciendo el ceño.
-No podrás separar a Naruto del ramen, créeme -rascó su mejilla-. Así que lo mejor que puedes hacer es acompañarlo y decirle que la próxima vez tú elegirás la comida. Esa es la única forma de darle algo más saludable. Si vas directamente a decirle que deje de comer tanto ramen, se pondrá peor.
-Veo -asintió seriamente, antes de salir.
Era por eso que hoy Sakura hacía lo imposible para no crispar cada vez que Naruto hacía ruidos bochornosos cuando comía su ramen, como gemía al probar el sabor, haciéndola ruborizar, y tratando de comer el suyo a pesar de ver toda la grasa flotando en la sopa. Adiós a mi dieta.
-Gracias por acompañarme, Sakura-chan -El rubio hizo muecas-. Te prometo que la próxima vez comeremos lo que tú digas.
La estudiante del Godaime sonrió y asintió, satisfecha con esa declaración.
El ramen lo era todo para Naruto, así que era mejor engañarlo para comer otra cosa de vez en cuando, en vez de quitárselo del todo.
¡¡¡Fin!!!