Titulo: Ritual.
Fandom: Naruto.
Claim: Uzumaki Naruto, Umino Iruka, Kyuubi.
Beta: Ross_Potter.
Palabras: 466.
Notas de Uko-chan: Respuesta al tercer reto expuesto por LMF, para el Octavo Período. Basado en confesiones del tipo humorístico o parodia. Está aquí:
http://crisoladobadass.livejournal.com/15931.html Sumary: Naruto no puede guardar un secreto ante el poder que Iruka tiene sobre él.
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Ritual.
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La boca de Iruka cayó abierta cuando entró al departamento. ¿Qué diablos había pasado allí? ¿Hubo un terremoto y él no lo noto?
Siendo una madre gallina como él era y sabiendo que Naruto era un negado en la limpieza, el ex sensei del ahora Jounin se ocupaba una vez a la semana de hacer la limpieza en su departamento; no que Naruto se lo pidiera, ni siquiera se lo había insinuado, pero el jinchuuriki era como una hijo para él e Iruka se placía en hacerle este favor.
Pero este día el departamento no parecía el mismo. Las plantas que el rubio amaba tanto (regaladas por él) estaban volcadas y con algunas hojas rotas, la cama era un desastre, había muebles rotos, una de las cortinas estaba rajada y él ni siquiera quería ir a la cocina, si es que esta parte estaba así.
Golpeando su pie con irritación, Iruka suspiró antes de ponerse a trabajar. Sin embargo, el ruido del agua en el baño lo alertó de que no estaba solo. Efectivamente, el hombre masivo en que se había convertido el heredero del Yondaime, salía del baño con nada más que con la toalla que se estaba secando el pelo.
-Naruto.
-¡Sensei! -chilló el rubio, tapándose sus partes nobles. Iruka rodó los ojos, él crió al muchacho, no tendría que tener vergüenza de que lo vea desnudo-. ¿Qué haces aquí?
-¿Qué puede ser que esté haciendo un lunes por la mañana aquí? -Preguntó retórico, antes de fulminarlo con la mirada-. ¿Qué pasó aquí, Naruto?
El rubio se retorció nervioso ante su mirada, antes de rascar su cabeza. Algo que hacía cuando estaba desconcertado.
-Er…
-Ni siquiera intentes mentirme -siseó, obteniendo un estremecimiento de su hijo adoptado.
-Bueno. -Suspiró dimitido. -¿Recuerdas que hace poco me descubriste inventando un nuevo Jutsu? -Espero el asentimiento del Chuunin para continuar. -Bien, no era un Jutsu en sí… sino una especie de ritual -rió nerviosamente, al ver como el ceño fruncido de Iruka se acentuaba.
-¿Ritual para qué? -se cruzó de brazos, enarcando una ceja.
-Er -Vaciló-, ¿no puedo decírtelo?
-Na-ru-to.
Hizo un gesto de dolor, cuando el sensei decía su nombre de esa forma es porque estaba a punto de perder la paciencia y comenzar a estirarlo de la oreja, para que hablara.
-Uh, bien… ¡Que conste que tuve muy poca culpa en esto, eh! ¡Él insistió!
-No entiendo, dime ya de una vez lo que hiciste para que tu departamento quede en este estado.
-Sí, Naru-chan -dijo una voz a las espaldas de Iruka, quien tensó-. Dile al sensei lo que hiciste.
Lentamente, Iruka se giró para ver a un hombre allí parado. Un hombre de cabello muy pelirrojo, con orejas puntiagudas y una cola de zorro.
Umino Iruka dejó salir un susurro antes de desmayarse.
-Kyuubi.
¡¡¡Fin!!!