Fracciones

Feb 21, 2007 16:12

Esto es culpa de TAINAH, repito: TAINAH. Que me hizo escribir Nathan/Mohinder cuando debería estar estudiando...

TÍTULO: Fracciones (el título también de tainah, que me ha hecho gracia *giggles*)
FANDOM: Heroes
PAREJA: Nathan/Mohinder (pero de fondo está... Esperad que mire, que tiene tela: Peter/Mohinder, Peter/Claude y Petrellicest. Sí, y aunque no lo parezca, Peter no es un putón)
RATING: R
SPOILERS: de la historia nada, pero hay que saber quién es Claude, niños.



La primera vez es en el despacho de Nathan. Cuando Mohinder está gritando y Nathan está gritando y de repente Mohinder está contra la pared, y Nathan parece querer morderle mientras habla.

Rostro a cinco centímetros y musitando palabras sin sentido con irritación, sólo porque puede. Sólo porque es Mohinder el que está contra la pared y no puede contestar porque parece que se le han olvidado las palabras. Sólo observa, contando sus respiraciones mientras Nathan le abre la cremallera del pantalón y desliza la mano bajo la ropa interior. Le toca rápido, seco, casi violento. Le masturba susurrándole al oído y sin besarle, porque eso significaría que va un poco más allá, y no quiere eso. Ninguno de los dos.

Cuando terminan, cuando Mohinder se corre entre sus dedos y Nathan está duro y caliente y parece que ni siquiera le importa, porque tiene esa sonrisa de satisfacción en el rostro. Cuando ocurre, ni siquiera hablan, y Mohinder no le mira a los ojos cuando se apartan. Se sube la cremallera de los pantalones con dedos trémulos y se alisa la camisa como puede sin que se note el temblor.

Sale del despacho empujándole contra el marco de la puerta, y no piensa en ello.

***

En la segunda, Mohinder podría encontrar muchas excusas y siempre evitaría la razón principal.

Peter lleva dos días desaparecido y es Nathan el que deja el mensaje en su contestador, demandando ayuda con voz demasiado rápida y algo entrecortada.

Son casi dos horas. Conversaciones superficiales y cervezas y el suelo del apartamento de Mohinder.

Es la primera vez que le ve sin traje, y se guarda las impresiones para más tarde. El aire huele a una mezcla entre tensión y aridez, y le seca la boca cuando Nathan aparta los papeles y libros que hay en el suelo, barriéndolos con el brazo.

No hablan de nada, y Mohinder se contenta con labios en su cuello y otra erección contra la suya, buscando fricción y encontrándola, a un ritmo inconstante y algo frenético.

Nathan le muerde la comisura de los labios y Mohinder no puede evitar agarrar su pelo, hacer chocar sus caderas, cerrar los ojos mientras le escucha gemir.

Esa noche Nathan lo folla en su apartamento y no sabe exactamente por qué.

Mohinder podría repetirse que piensa en Eden, y en como las cosas podrían haber sido diferentes. Nathan podría repetirse que piensa en su matrimonio, y en como todo se va al traste en un segundo de descuido.

Los dos evitarían la razón principal.

***

Es Claude el que encuentra a Peter.

Pálido, tembloroso, como a punto de romperse al contacto con el aire. No habla y nadie le obliga. Excepto Nathan. Y Mohinder.

Al final Claude le pega un puñetazo al político, por abrir la boca cuando no debe, por sacar las palabras que no debe por ella, porque le apetece. Y, porque, Mohinder cree, se ha encariñado demasiado de Peter aunque no quiera admitirlo. Eso último le quema un poco por dentro. Como a todos.

Mohinder examina la mandíbula de Nathan, sosteniendo su barbilla entre las yemas de los dedos, extrañamente íntimo, extrañamente estúpido entre ellos. Éste murmura cosas que suenan sospechosamente parecidas a “gilipollas amargado” y evita su mirada, pero le da igual, no es como si la estuviera buscando.

Nunca mencionan nada de lo que pasa entre ellos, nunca le dan la mayor importancia. Y quizá no la tiene, quién sabe, es mucho más fácil dirigir la mirada hacia otras cosas.

Mohinder piensa que es Nathan el que siempre acude a él. El que fuerza las cosas y absorbe y le hace caer de lleno en el vórtice. Nathan domina sólo por estar allí, hace las cosas cómo y cuando quiere, sin ninguna explicación. Sin embargo, lo cierto es que las posiciones están más cercanas de lo que pensaba.

Lo cierto, es que sólo le hace falta una pequeña mirada. Los dedos de Claude sobre la mejilla de Peter y cómo éste se inclina un poco -demasiado- en el contacto. Sólo hace falta eso, y Mohinder deja de buscar excusas cuando arrastra a Nathan hasta el baño y le araña la parte baja de la espalda con las uñas, cuando cierra los ojos con fuerza al sentir cómo se corre dentro de él.

***

Nathan se lo cuenta una noche, una de esas que le ha dicho a su mujer que tiene un vuelo a Ámsterdam y salvan el mundo casi de casualidad. Le cuenta lo de Edimburgo y el vuelo que cogieron sin que sus padres lo supieran. Le cuenta el frío y la humedad de Escocia en otoño, los acentos cerrados y cómo acabaron empapados en el hotel y comiéndose la boca contra la pared de la habitación.

A Mohinder no le extraña, porque siempre lo ha sospechado, pero aun así finge sorpresa, sólo porque no acaba de entender la razón por la que Nathan le cuenta esas cosas.

Nathan no tiene necesidad de explicarse, pero aun así le echa la culpa al alcohol y la puta Escocia, con su lago y su monstruo marino, y luego hunde el rostro en la almohada, junto al hombro de Mohinder. Lejos, siempre sin rozar.

Mohinder piensa que ha llegado a un punto extraño en su vida si estas cosas le parecen medianamente normales.

***

Un día, Nathan le besa. Al mediodía, en verano, cuando están solos en el apartamento. Una mano en la nuca y poca saliva. Sabe a tabaco y besa igual que folla, intenso e impaciente, abarcando todo y más. Mohinder no sabe por qué lo hace, y quizá por eso tarda en responder.

***

Sabe que Peter lo sabe nada más verle. Cómo le mira y la entonación que le pone a las sílabas, tan afiladas que cortan y tan concisas que Mohinder siente la necesidad de no contestarle. Siente la necesidad de esconderse bajo las sábanas y quedarse allí durante mucho tiempo, esperando a que pase el temporal. Y es extraño, porque Peter siempre solía ser... Peter. Antes. Y ahora ya no. Antes solía ser dulce e inocente Peter Petrelli, mártir de las causas perdidas; y no sabe qué ha cambiado, pero hay algo en sus ojos que es diferente. Peligroso.

Se pregunta cuándo cambió, si fue hace mucho y ni siquiera supo apreciarlo. Casi se lo pregunta a Nathan más tarde, cuando se plantea interrogarle sobre cómo lo sabe Peter, y por qué.

Si le importa.

Al final se arrodilla. Le saca la camisa de dentro del pantalón y siente el escalofrío que recorre a Nathan cuando le besa por debajo del ombligo, bajando un poco la ropa interior. Tantea la piel con la lengua, caliente y desnuda, y piensa que es estúpido, claro que le importa.

***

A veces piensa en ello, en lo que está mal de lo que hace. Y muchas cosas están mal. Todas están mal, y todas le queman cada vez que piensa en ellas. Aun así lo hace, y no sabe si es un nuevo sentimiento sádico que le ha crecido dentro del pecho, o si es sólo necesidad de autoflagelación por demasiadas razones.

A veces piensa que no está mal del todo, porque ni siquiera es un todo. Son mitades, y Mohinder no sabe qué elegir, nunca lo ha sabido. Sabe que tiene lo que no quiere, y que quiere lo que no puede, y piensa que quizá haya encontrado ese punto medio. Confuso e inmoral, siempre rozando el límite.

A veces piensa que da igual lo que él piense, porque nunca se va a acabar.

En el fondo le da igual.

NOTAS (sí, lo pongo al final porque soy así de guay): No sé si me convence mucho el final, pero es que he probado como cinco, y ninguno me convence. El problema de esta historia es que no tiene final so, there you go. Gracias a jisatsu_crisis que es la mejor gemelita del mundo y me aguanta demasiado :P

pareja: peter/mohinder, pareja: nathan/mohinder, fandom: heroes, tipo: slash, pareja: petrellicest, pareja: peter/claude

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