TÍTULO: Mano a Mano
PAREJA: Faith/Willow (y todas las no-tan-subtextuales que se os ocurran)
FANDOM: Buffyverso
RATING: NC-17
NOTAS: escrito para el reto de femmeslash II de
crack_and_roll. Erm, está un poco sin revisar, que no tengo demasiado tiempo xD Probablemente también es lo más OOC que os encontraréis jamás, pero
riatha me dice que no.
MOMENTO: esto sucede entre Orpheus (no me acuerdo qué número de capítulo es) y el primer capítulo de la séptima de Buffy en el que aparece Faith.
La primera vez que habla con ella -después de todo el asunto. Después de todo el "hey, trataste de matar a mi mejor amiga" "hey, trataste de matarme A MÍ" "hey, ¿qué coño es eso del coma y del intercambio de cuerpos?". Después de todo eso-, Faith aún está en cama y tiene arañazos por todo el cuerpo.
Willow la mira con cierto recelo, desde el marco de la puerta. Ha visto a Cordelia, el paseo por el baúl de los recuerdos continua.
-Hey.
-Hey.
Está destrozada, y Willow se muerde el interior de las mejillas. Hola, puta, quiere decir. ¿Planeando otro asesinato? Si no lo hubiera más que superado, porque... Bueno, ha estado allí, ha hecho aquello. Realmente, realmente no son tan diferentes.
Ángel está en la habitación, y Willow se siente como si estuviera interrumpiendo algo, sólo que no del todo. "Hey," dice también. Está sentado en el borde de la cama y tiene la cara llena de rasguños.
El club Sunnydale, piensa Willow, y luego el silencio les aplasta, a los tres.
Apenas hablan en el trayecto en coche. A Faith le sabe mal dejar el Hyperion. Dejar Los Ángeles, en realidad. Tenía toda una vida de mierda allí formada, sus camaradas presidiarias, su vampiro malvado, su barra para hacer flexiones. Era casi como estar en casa, eso.
-Creo que Ángel y Wes están follando -dice, porque tiene que romper el silencio.
Y porque es verdad.
Willow se ríe, porque no sería extraño, más gente cambiando de orientación sexual de la noche a la mañana. Y porque, realmente, es Ángel. Tiene eso de hombre torturado y el amor prohibido que le extremadamente follable, incluso si su pelo es extraño.
-En serio -continúa-, tienen miradas de cordero degollado por los pasillos, es escalofriante.
Se quedan en silencio, de nuevo. Faith golpeando el lateral del asiento con las uñas, Willow apretando el volante con fuerza. "Creo que has pasado demasiado tiempo en prisión," dice la pelirroja, casi en un susurro. Y Faith sabe exactamente lo que quiere decir, pero cierra la boca.
A Faith se le pega la camiseta a la clavícula, y Willow finge que no lo nota. Lo hace mucho, últimamente. Lo hacía con Kennedy, cuando aún estaba pasando su etapa de celibato y auto-flagelación. Lo hacía con Xander, ya en el instituto. Lo ha hecho con Giles, casi desde que le conoce. Pero esto es nuevo, y extraño, y realmente espera poder enterrarlo en algún rinconcito de su mente hasta que desaparezca.
-¿Qué tal van las cosas por Sunnydale? -le pregunta de repente.
Faith ladea el rostro de esa manera, con el pelo cayéndole sobre la frente y apoyando el codo en la ventana abierta.
-Monstruos, Apocalipsis, lo normal.
Aprieta los labios sin apartar la mirada de la carretera. Y respira, Willow, eso es. No se lo va admitir a sí misma, pero lleva meses pensando... Lleva meses pensando, oh, así que esto es lo que se siente. Después de Warren, después de Tara. Lleva meses, en California, y en Inglaterra, pensando ¿es esto lo que sintió Faith? ¿Lo que se siente al matar a alguien a sangre fría? Y lo peor, las consecuencias.
Willow no se entregó, no habría sido capaz. Y en parte, sólo en parte, la admira un poco por eso. Aunque no demasiado. Después de todo, ella es la rata de biblioteca. Ella se queda en una esquinita, mirando, mientras los demás hacen el trabajo duro. No es la protagonista, y tampoco le apetece serlo.
Y Faith está sudando, y se le pega la camiseta a la clavícula, pero ella no lo nota.
Conducen de noche.
("¿No tienes sueño? No quiero tener un accidente de tráfico." "No voy a dejar que conduzcas tú." "¿Tienes miedo de que me fugue hasta México?"
Y Willow lo tiene, un poco, pero tampoco le faltan razones.)
-Creo que deberíamos parar.
-¿Por qué?
-Para oler las margaritas.
Faith enarca las cejas y Willow hace eso con la boca ("oh") y casi le arranca una carcajada. Se expande en el asiento. "Necesito estirar las piernas," dice, por fin. No está hecha para los viajes en coche. Faith es todo adrenalina, la mayor parte del tiempo, especialmente ahora, después de lo de Ángelus. Necesita moverse.
Willow para a un lado del arcén, y la puta carretera está desierta. Faith piensa que si fuera una de esas a las que le gusta ver las estrellas, el viaje sería mucho más divertido.
Mientras tanto, el coche ni siquiera tiene reproductor de música.
(tampoco es para tanto, porque la última vez que Faith escuchó música decente, Aqua era lo más "in".)
-Gracias a dios -murmura cuando abre la puerta.
El aire le da un golpe seco en la cara, y probablemente es lo mejor que ha sentido en mucho tiempo.
-¿Tienes un cigarrillo?
Willow la mira arqueando las cejas. "No," y Faith se inclina contra la puerta, pegando la espalda al coche y estirándose como un gato. La camiseta se le levanta. Vaqueros bajos, y una porción de piel perfecta para lamer justo entre los dos trozos de tela. No es que Willow esté pensando en eso, porque es una mujer decente. Y porque tiene novia.
Así que se queda muy quieta, dando patadas a la hierba, y esperando a que Faith termine lo que quiera que está haciendo. (Que, efectivamente, parece ser un gran y rotundo nada.)
-No creas que no sé lo que piensas.
Dice de repente, y Willow levanta la mirada de golpe.
"¿Qué?" le sale un hilillo de voz, y piensa que todas sus probabilidades de haber parecido inocente de dios-sabe-qué se han ido al garete. Faith se ríe con una carcajada seca.
-Vamos -continúa-. He estado fuera de circulación un tiempo, pero aún sé cuándo alguien me está dando un repaso.
(Especialmente cuándo una tía le está dando un repaso. ¿Porque todas esas leyendas urbanas sobre las cárceles femeninas? Tristemente ciertas.)
Willow se muerde los labios, le da una patada a una margarita. Faith deja escapar otra carcajada y niega con la cabeza.
Faith siempre pensó que los callados eran los peores, y por eso está convencida de que Wesley-soy-un-puto-estirado Wyndham-Price tiene un polvazo, pero eso no es algo que vaya a decir. Al menos en público, aún le quedan principios.
Aún así, le sorprende el "¿qué demonios estás haciendo?", porque la bruja lleva dos horas mirándole las tetas al hablar y Faith no está acostumbrada a estos del rechazo. Le muerde los labios otra vez, sólo para probar.
-¿No es eso lo que querías? -pregunta.
Willow tiene los ojos como platos y los brazos estirados y pegados a los costados. Hey, Faith es buena, pero no lo suficiente como para dejar a alguien en shock.
Le baila la sonrisa en los labios, y se los humedece con la punta de la lengua. La vaselina de Willow sabe a fresa, y aún está esperando a que Willow se mueva.
-Vete a la mierda, Faith -dice. La está mirando a los ojos, y eso le sorprende un poco. Porque tiene eso, ese brillo extraño (peligroso), y que a Faith le resulta demasiado familiar.
Pero no se aparta, y eso es algo.
No se aparta, y Willow comienza a preguntarse si es sólo lo que Faith hace siempre. Empujar, y empujar, y esperar a que te caigas por el barranco por tu propio pie. Pero es Willow la que tiene ahora la espalda contra el coche, y Faith está a un par de centímetros de su rostro, enseñándole los colmillos al sonreír y prometiéndole demasiadas cosas sin decir nada. Y Willow no es capaz de apartarse.
Oh, cuando todo esto se acabe, va a tener una charla muy seria con su subconsciente.
Faith arquea la espalda cuando nota la mano de Willow en la entrepierna, por encima de los vaqueros. Ese cosquilleo agradable, y los omóplatos rozando la carrocería. Mierda, Rosenberg, piensa, cuando Willow comienza a lamerle el cuello.
(De hecho, lo piensa antes. Cuando Faith aún se está riendo y Willow quiere borrarle la estúpida sonrisa de la cara y le muerde los labios con fuerza, con algo que roza la furia, y que se parece sospechosamente a la frustración. Y Faith le gime en la boca y le mete las manos en los bolsillos traseros de su pantalón, empujándola contra ella y contra el coche.)
Y, sí. Mierda, Rosenberg. Porque Faith lleva demasiado tiempo a base de recuerdos y dedos y polvos ficticios. Así que se mueve contra ella, con las manos en su espalda y riéndose a medio camino del histerismo. Willow le muerde la garganta, y la mano que tenía en sus pantalones se levanta hasta deslizarse por debajo de su camiseta, y Faith gime.
Willow recuerda. Tara tenía la voz dulce y una mirada que parecía decir "si quieres para" "dime si no te gusta" "puedes salir corriendo si esto es demasiado..." y Willow la besaba entonces, porque no entendía cómo podía pensar que querría irse. Dejarla. Nunca.
Recuerda la primera vez. Porque era nerviosa, pero aún así natural. Cálida. Como si fuera algo que deberían haber hecho hace mucho tiempo, y ambas lo sabían. Y cuando estaban las dos, contra las sábanas, era como las dos piezas que faltaban de un puzzle. A Willow le gustaba sentirse así, perteneciendo.
("¿Te gusta?" y se contestaban a murmullos, y a risas, y con un lametón y un "te quiero".)
Y no, esto no es así.
La cosa del asunto, es que a Willow le hace sentirse ligeramente satisfecha. Porque se sienta encima de Faith, sujetándole las muñecas contra la carrocería y piensa que, por una vez, sólo por una, sabe más que ella en algo. Espera. Al menos.
Y mierda, no es el momento de tener una crisis de seguridad.
Faith podría tumbarla, lo sabe. Podría darle la vuelta en un abrir y cerrar de ojos y tomar el control, pero por alguna razón no lo hace, y Willow no va a decirle nada.
"¿Te gusta?" murmura, y también le contesta con una risa que suena casi a ronroneo, pero después le muerde los labios, y se frota contra ella.
-¿Vamos a quedarnos así todo el día?
Tiene la voz ronca, y cuando Willow le suelta las manos, las lleva a su espalda, por debajo de la camisa. Le araña la piel y saca las manos para quitarle la chaqueta, y le gruñe.
Le oyó a Wes decir que Willow casi destruye el mundo, y por alguna razón, a Faith no le sorprende demasiado. Es lo que pasa, con ese tipo de personas. Van acumulando, y acumulando, y en algún momento, se agrietan, y entonces ya no hay quien lo pueda parar. Y ahora mismo Faith está segura de que Willow es pura frustración, y no hay otra explicación para lo que están haciendo.
Willow le levanta la camiseta y le lame desde el ombligo, y Faith cierra los ojos, apoyando toda la espalda y estremeciéndose. Abre las piernas, para dejarle sitio, y en algún momento tiene un tobillo entrelazado con el suyo, y la rodilla de Willow entre sus piernas. Faith tantea, como puede, tratando de encontrar los botones de la camisa. Para desabrocharlos. Para romperlos. A Faith le gustaría arrancárselos a mordiscos, pero también le gusta lo que la lengua de Willow está haciendo en sus pezones. Cuestión de prioridades.
En algún momento, la camiseta comienza a ser un obstáculo. Faith quiere enterrar los dedos en el pelo de Willow. Quiere ver a Willow, y el maldito trozo de tela está en medio. Así que se lo quita, mientras dedos demasiado suaves le recorren los costados, trazando figuras invisibles sobre la piel. Deja caer la camiseta sobre la alfombrilla, y Willow gruñe, y le muerde la clavícula cuando le agarra el pelo, y la empuja hacia arriba.
("¿Qué haces?" "¿Qué crees?" le mete la lengua en la boca y Willow cierra los ojos, un momento.)
Se separa, Willow está sobre Faith, a cuatro patas. Una rodilla entre las piernas de Faith, las manos a ambos lados de su cabeza. El beso es corto y le arde en los labios, sus narices se rozan, y Willow le respira encima del rostro.
-Uh -murmura, porque no se le ocurre otra cosa.
Faith sonríe, y traga saliva, pero no le vuelve a besar.
Le lame desde la comisura de los labios, traza una línea que va desde su mandíbula, a lo largo de su garganta, termina en su cuello. Faith se estremece, "ah, no. Ahí no," murmura. Willow le mira con enormes ojos avellana y expresión interrogante. "Es... aún no ha terminado de..." y la mirada de Willow se fija en los dos pequeños pinchazos en su cuello. "Hace cosquillas," termina diciendo, y trata de forzar una sonrisa.
Willow parece asentir, y se yergue, lo suficiente como para que Faith deslice la camisa por sus hombros. Lleva un sujetador de encaje, y por alguna razón, a Faith no le sorprende. Se ríe como si fuera una broma interna y recorre su espalda con la punta de los dedos.
Willow no se mueve. Respira como si temblase.
-Esto...
Faith entiende. Más de lo que se imagina, probablemente. "Ya," recorre sus vértebras hasta llegar al cierre del sujetador, y Willow parece evitar su mirada. "Tranquila, cielo, sé cuándo mantener la boca cerrada."
Después de todo, sólo necesita un polvo.
Sólo es eso.
Sólo es.
Faith la tiene contra la carrocería en cuanto su sostén da contra el suelo, y Willow no se queja, pero eso no significa que no termina arañándole los hombros con todas sus fuerzas. Le cuesta respirar, con el rostro de Faith tan cerca a veces, mordiéndole los labios y la garganta, y una mano buscando la cremallera de su pantalón.
Se siente primeriza, en algún sentido. Se siente mal. Traicionando a alguien. A alguien que no es Kennedy, porque no ha pensado en ella... No hasta ahora. Piensa en Buffy. En lo que está haciendo. Y se le revuelve el estómago, pero no le dice que pare.
Y entonces Faith le mete la mano bajo los pantalones, por encima de las bragas. Se ríe contra su mandíbula y Willow gruñe, y le lame la clavícula.
Se para ahí, y Willow levanta la mirada sólo para fulminarla. "¿Más?" pregunta Faith con sorna, y Willow se incorpora un poco, sobre los codos.
-¿Tú que crees?
La voz se le escapa, suena exhausta. Faith se inclina de nuevo, aún con la mano sobre sus bragas. Le respira sobre la oreja y mordisquea el lóbulo. "Dilo. Dime que quieres más." Nota a Willow empujando contra su mano, y sus nudillos se rozan contra la tela de la ropa interior.
-Más -murmura-. Quiero más, y ahora muévete, joder.
A Willow se le corta la respiración, cuando le mete dos dedos, casi sin previo aviso. Sobre ella, y respirándole contra el pecho, trazando líneas de saliva en su clavícula. Hace que se caiga contra el asiento, y arquee la espalda con los ojos cerrados. Joder, quiere decir, y se muerde los labios para que no salga nada. Pero joderjoderjoder, cuando Faith le sonríe contra la piel y su pulgar comienza a acariciar su clítoris.
-Dime -sus labios le hacen cosquillas, y le folla con los dedos, rápido y urgente, mientras Willow se muerde los labios tan fuerte que cree que va a hacerse sangre -, ¿piensas en Buffy mientras te hago esto? -se ríe y toda Willow vibra- ¿En tu novia?
-Vete a la mierda -logra articular.
Faith se aparta lo suficiente como para besarle sobre el ombligo, y luego se retira un poco más, le saca los dedos. "Vamos a buscar sitio para maniobrar," comenta, y Willow levanta la cadera cuando la nota agarrando sus pantalones, sus bragas, y los baja hasta donde puede dada su posición.
Le gusta mantener a Willow así, con las piernas abiertas y las bragas y pantalones casi en los tobillos. Le gusta verla luchar por respirar y las mejillas rojas, y, sobre todo, le gusta mirarla cuando se inclina entre sus piernas, le mete dos dedos, y comienza a lamerle el clítoris.
Le gusta, porque Willow deja escapar un "oh, jod..." que se corta cuando se muerde los labios y le agarra el pelo hasta clavarle las uñas en el cuero cabelludo.
Le gusta, sobre todo, porque puede mirarla a los ojos mientras se corre, mientras la nota contrayéndose contra sus dedos, y contra su lengua, y su muslo contra su mejilla. Porque la mira, mientras Willow se deshace.
Willow no la mira mientras le mete los dedos. Está casi sentada en su regazo, y Faith tiene los pantalones y las bragas casi por las rodillas, y Willow sólo aparta la mirada y luego cierra los ojos. Oye su respiración entrecortada contra su oído, y los susurros. La llama pelirroja, y la empuja contra ella. Suplica, casi, y a Willow le llena de algo que parece satisfacción, pero que también se acerca mucho al remordimiento, así que aprieta más los párpados y le muerde el hombro hasta que Faith gime. Y no le lleva demasiado tiempo, sentirla cerrándose en torno a ella, con los dedos metidos casi hasta los nudillos y aún húmeda. Demasiado rápido y esperando arañarla, y Faith sólo ríe y le clava las uñas en la cadera.
("No hablamos de esto" "Lo sé" "Quiero decir, no ha pasado" "Lo sé" "Tengo novia" "Rosenberg, pervertida hija de..."
Se ríe a media frase, y Willow se lame los labios y cree que aún puede notarlo, su sabor.)
Dan el volantazo cuando ven el bulto en la carretera, la chica retorciéndose en el suelo, y Willow frena, y le dirige una mirada de advertencia antes de bajarse.
Faith piensa lo único que puede pensar en ese momento. Hogar dulce hogar.