(no subject)

Mar 15, 2008 18:40

Título: De nuevo, estoy asustada de algo
Pareja: JJ/Prentiss
Fandom: Criminal Minds/Mentes Criminales
Rating: ligeramente subido de tono, pero eso es todo culpa de mina_lovette
Spoilers: absolutamente ninguno



Es como una bola de nieve. Va creándose a base de escenas nimias, sin importancia; creciendo a tus espaldas. Y, un buen día, la puta bola de nieve se te traga, y tú ni siquiera lo ves venir.

***

Le agarra las mejillas con las manos. Emily tiene las palmas frías, y le tiemblan ligeramente las puntas de los dedos, pero agarra con firmeza. Y la besa. Fugaz y muy, muy superficial.

A Emily le pesa la respiración, y es como si algo le oprimiese el pecho, debajo de ese otro cosquilleo, el que aparece cada vez que JJ está -demasiado- cerca.

Respiran cara con cara durante unos momentos, JJ con las mejillas rojas, y Emily... Emily tratando de no echar a correr.

Aún no le ha soltado las mejillas cuando baja la mirada. "Mierda," masculla. Se aparta como si algo la empujase. "Lo... Lo siento."

JJ tiene esa expresión, entre incrédula y confusa. Mejillas rojas. Labios rojos.

Mierda.

- Lo siento - repite.

Da un portazo al salir.

***

Al día siguiente, Emily se pone demasiado maquillaje para ocultar las ojeras, se alisa el pelo, y se presenta en la Unidad con la mejor sonrisa que consigue. La mira a los ojos, pero ninguna lo menciona. Cree que la mirada dice Somos las dos adultas. Posiblemente Fue sólo una estupidez.

La sonrisa de JJ es pequeña, ella sí baja la mirada.

***

Emily tiene diecisiete años, y este es ya el octavo cambio de domicilio. De alguna forma, está bien. Le ayuda a mantenerse lejos, a no establecer lazos.

Atalaya es la hija de un senador portugués. Tiene la piel tostada, el pelo lacio, negro y brillante. Ojos verdes que se clavan en ella, y que resaltan en un rostro anguloso y afilado. Cuando la pasa por el pasillo, quiere pararse a contar sus pecas. En su lugar, apresura el paso y baja la mirada.

***

- ¿Qué os pasa? - la pregunta de Morgan sale de la nada.

Acaban en el Burger King. Emily paga. Se lo jugaron al mejor de tres en ese clásico deporte que es encestar la pelota de papel en la papelera de la oficina. Cinco metros y con obstáculos. Cabrón, probablemente se pasa las tardes practicando para casos como ése.

Emily se toma un segundo antes de atacar las patatas de Reid, con su intacta e insípida ensalada a un lado. Se encoge de hombros. "¿A quién?"

Morgan le pone su mejor mirada de No me jodas, y Reid aprovecha el momento para retirar su bandeja, protegiéndola como si fuera un tesoro.

Oh. Eso.

Emily trata de poner cara de circunstancias (casuales), y levanta la tapa de ensalada. Recorre la mesa con la mirada hasta que encuentra su tenedor.

- Cosas - contesta. Está bien. Ser escueta está bien, evita problemas.

Pincha un tomate. Quiere una hamburguesa. ¿Por qué no se pidió una hamburguesa?

- No me jodas, Prentiss. JJ y tú estáis como el perro y el gato.

Putos perfiladores.

Busca otro tomate, esquiva la lechuga.

- ¿A qué te refieres?

Morgan clava la mirada en ella, con las cejas enarcadas, y Emily espera a que se decida a decir algo. Finalmente, su rostro parece relajarse, sonríe.

- Vale, lo pillo, no es asunto mío.

Emily muerde el tomate junto con el tenedor de plástico, hasta que lo oye crujir. Definitivamente debía haber pedido una hamburguesa.

***

Cree que lo llevan como personas adultas. Lo del Desliz. Al menos ella lo lleva como una persona adulta, no sabe si JJ... No han hablado de eso. Lo llevan como personas adultas.

JJ no suele llevar perfume. Le viene a la cabeza esa mañana, cuando entra en el ascensor y ella lleva los dos primeros botones de la camisa desabrochados, el pelo recogido en una cola de caballo. Ese día se da cuenta, porque se inclina sin pensar, un poco demasiado cerca.

- ¿Cumpleaños? - pregunta, antes de poder contenerse.

JJ huele a tarde familiar. A ese regalo que la tía a la que llevas años sin ver te deja en casa, sólo por no presentarse con las manos vacías.

JJ se estremece un poco cuando la oye, y se aparta unos centímetros. "Algo así," la voz le sale baja, aguda, "visita familiar."

Emily asiente, como si lo entendiese, y trata de forzar una sonrisa. Termina siendo más fácil de lo que pensaba.

JJ ladea la cabeza, y sus labios se curvan ligeramente hacia arriba. "¿Te gusta?", y se los humedece con la punta de la lengua.

Emily la mira durante unos segundos. Sólo... mira.

- Sí - después de un rato, casi balbuceando -. Sí, es sólo que... Es diferente, es todo.

Cuando sale del ascensor, tiene la sensación de que hay demasiado oxígeno fuera.

***

El tercer cuerpo es una niña que roza los siete años. Tiene el rostro intacto, y sangre por todo el cuello, alrededor del corte. Tres horas después, Emily aún tiene la imagen en la cabeza, y un nudo en el estómago.

Se apoya en el lavabo, cabeza gacha y respirando hondo. Tiene el cuello húmedo por el agua fría, y las manos tiritando cuando cierra el grifo.

- ¿Estás bien?

La voz de JJ sale de la nada, y hace que se dé la vuelta de un salto. "Lo siento," continúa, y luego sonríe bajando un poco la mirada. "Tardabas mucho."

Emily asiente, y se aprieta los labios. Se cruza de brazos y se apoya contra el lavabo. Puede con lo que ve. Puede con los muertos. Con los criminales. Mujeres y hombres rajados de arriba abajo y torturados antes de morir. Puede con eso. No con niños, no es... No puede entenderlo.

- ¿Y? - pregunta, hace que Emily levante la mirada, confusa - ¿Estás bien?

Se encoge de hombros y respira hondo de nuevo. "Todo lo bien que se pueda esperar," se queda en silencio durante unos segundos, y JJ parece levantar la mano, en un amago de intentar agarrar su brazo. No pasa del amago, y Emily se humedece los labios y chista. "Pero vamos a coger a ese cabrón, eso te lo prometo."

JJ traga saliva y la mira entre mechones rubios hasta que desaparece por la puerta.

***

Morgan necesita dos horas de convicción, argumentos más o menos razonables y mucha, mucha suerte, para arrastrarla hasta el primer local que encuentran en los alrededores de la Unidad, y hacerla beber como una cosaca. En su defensa, fue un mal caso, un mal día, y una mala vida en general. Se merece un tequila.

- Entonces - comienza Morgan. Le acerca un chupito, y Emily aún está mordiendo una raja de limón -. JJ y tú.

Se lame los labios, intentando saborear las últimas gotas de alcohol antes del siguiente tequila, le devuelve un regusto salado y ardiente.

- JJ y yo - repite ella -. Yo y JJ.

Se ríe, y se echa más sal en la mano.

- ¿Y?
- ¿Y qué?

Morgan le empuja el chupito con el dedo corazón, y ella lo coge sin vacilar.

- JJ y tú - vuelve a decir.

Emily hace una mueca, deja el vaso sobre la mesa en un golpe seco.

- Es muy raro - dice -. JJ y yo. Muy, muy raro.

Enarca las cejas, y espera a que Morgan se termine su copa. "¿A ti te ha pasado alguna vez?" pregunta, antes de poder contenerse. Antes de recordar que Morgan no sabe exactamente de lo que habla.

Pero Morgan se ríe, y le revuelve el pelo, como si fuera una cría pequeña. Otra de esas cosas raras de últimamente.

***

Duerme hasta la una de la tarde el día siguiente, con las persianas bajadas -no ha tenido muchas borracheras, pero las suficientes como para saber que lo primero que hay que hacer al llegar a casa, es bajar las persianas, antes del desmayo correspondiente- y las sábanas por el suelo. Cuando se despierta, la ropa le huele a tabaco, y a sudor, y tiene la boca lo suficientemente pastosa como para lavarse los dientes antes de meterse de cabeza en la ducha.

Se mira en el espejo, con el pelo revuelto y la pasta de dientes manchándole los labios. Tiene el maquillaje corrido, y aspecto de haber dejado que un tren le pasase por encima.

Escupe en el lavabo, quedándose con el regusto a menta en la boca.

Ojalá pudiera vivir permanentemente en negación, sería todo muchísimo más fácil.

***

- ¿Chino?

Emily levanta la mirada del informe. Reid apagó la mitad de las luces al irse, y el hecho de que aún sigan ahí después de que Reid se marchase, es signo de algo realmente grave.

JJ la mira desde el otro lado de la sala, medio oscurecida entre las sombras, y con el teléfono en la mano.

Lo agita en el aire para que lo vea, después de unos segundos de silencio.

- Sí - contesta, casi dubitativa. Y luego niega con la cabeza -. Sí, claro, por qué no.

JJ asiente y comienza a marcar. "¿Te importa que pida menú? Me muero de hambre."

Emily se limita a negar con la cabeza de nuevo y a volver la vista a su informe. Oye a JJ hablando de fondo. Debería irse a casa, debería...

- ¿Quieres pan chino? - JJ tiene el teléfono contra el pecho, y le pregunta inclinándose hacia delante, haciendo que el pelo se resbale por sus mejillas.

Se frota los ojos con la palma de la mano. "Sí, vale," JJ asiente, y vuelve a su conversación.

Es sueño. Mucho, mucho sueño, nada más.

Cuando cuelga, JJ se acerca a ella. Se sienta en el borde de su mesa, y Emily no nota la manera en la que la falda se ajusta a sus muslos. Porque es una agente absolutamente profesional que no se fija en cosas como ésas.

- He pedido galletas de la fortuna - dice con una sonrisa.

Está a una distancia prudencial. Lo está desde que... Desde.

Pero la sonrisa es celosa, y encierra algo más, como un brillo travieso que Emily prefiere no analizar.

- Perfecto - contesta, y fuerza una sonrisa.

***

Tendrás una experiencia muy agradable.

Puta galleta de la fortuna.

***

Tarde o temprano, el zumbido del jet se vuelve balsámico, como una nana que interiorizas después de un tiempo. Emily deja caer la nuca contra el asiento, y cierra los ojos.

- ¿Desde cuándo lo sabes?

Cuando abre los ojos, JJ tiene los codos clavados en la mesa, la mira expectante, apoyando la barbilla sobre sus puños.

- ¿Sabes qué? - se reacomoda en el asiento, echándose el pelo detrás de las orejas y luchando contra el sopor.

JJ parece dudar. "Que eras... Ya sabes," termina casi en un susurro, enrojeciendo por momentos. Emily no contesta, así que JJ se deja caer hacia atrás. "Quiero decir, no es que crea que tú y yo... Es sólo curiosidad."

- No sé exactamente.
- Venga ya, Emily - le corta tajante, casi rozando el enfado. La mira durante unos segundos, antes de suspirar y hundirse aún más en el asiento, con un ademán derrotado -. Da igual, sólo... - se retira el pelo del rostro, y se levanta del asiento - Olvídalo.

Emily resopla, y su nuca da contra el respaldo de nuevo.

***

- ¿Lo quieres saber? ¿De verdad?

Son las dos de la mañana. Emily lleva media hora dando vueltas con el coche, y JJ le abre la puerta vestida con pantalones de Hello Kitty y una camiseta que lee SMRT en su pecho.

Ella tiene el pelo empapado, y un paquete de cigarrillos mentolados abierto en el bolsillo. No los ha tocado, sería echar por tierra tres años de dolorosa abstinencia, pero está bien saber que están ahí.

- ¿Qué? - parece que JJ está al borde del bostezo, y Emily se apoya contra el marco de la puerta.

"Estoy..." comienza, JJ la observa con atención, y Emily recuerda que no había planeado nada que decir. Así que cierra la boca, y espera en silencio.

Finalmente, es JJ la que respira hondo y se frota los ojos con cansancio.

- Pasa dentro, estás empapada.

Emily tirita y asiente.

***

Deja la taza frente a ella, sobre la mesa. "Sólo tengo descafeinado, lo siento," comenta, y se sienta al otro lado, casi desapareciendo en un enorme sillón de aspecto mullido.

- Está bien - musita.

Se da cuenta de lo estúpido del asunto, claro que sí. Uno no se presenta de madrugada en casa de alguien esperando... No sabe muy bien qué. No se hace, incluso con los horarios de la Unidad.

JJ parece recorrer la habitación con la mirada, cualquier punto menos Emily. Lo cual, tiene que admitir, resulta un alivio.

Sostiene la taza entre las dos manos, pero no bebe.

- No es fácil - dice, de repente. Los ojos de JJ se posan en ella, con una mirada entre curiosa y comprensiva que hace que se le forme un nudo en la garganta. Le deja hablar, así que, Emily toma aire y continua -. Nunca he... - se le cae la voz a medio camino, y deja escapar una carcajada seca -. La verdad es que siempre pensé que era una fase, que pasaría tarde o temprano.

JJ baja la mirada. Se encoge contra un rincón del sillón, con las piernas dobladas y agarrándose los tobillos. "¿Y?"

- No lo hace.

Chasquea la lengua y deja la taza sobre la mesa. Aún tiene la cara helada, la piel entumecida. Respira hondo y se deja caer un poco hacia delante, intentando desenredarse el pelo con los dedos.

- ¿Y qué quieres que haga yo? - pregunta JJ, ladea el rostro y enarca las cejas.

Emily tiene algunas ideas muy interesantes sobre lo que quiere que JJ haga al respecto, pero probablemente es un mal momento para mencionarlas.

- Jennifer... - comienza. Es extraño, utilizar el nombre. Jennifer. Traga saliva con dificultad.

Parece que surge efecto. JJ resopla, y se levanta del sillón, frotándose el rostro con el dorso de la mano. "Te traeré unas mantas," murmulla, y comienza a caminar hacia una habitación.

***

Coge una de las camisetas de JJ, una verde ajustada de manga larga, y utiliza los mismos pantalones que el día anterior. JJ le ha dejado el despertador programado con su hora, las llaves del apartamento, y una nota, sobre la mesa del salón. Hay cereales en el horno.

Emily ni siquiera quiere preguntarse qué hacen los cereales en el horno, pero se conforma con que no sean integrales. Tienen pasas, y trocitos de chocolate, así que saquea el frigorífico de JJ en busca de un cartón de leche.

Recorre el piso con la mirada mientras desayuna. Las habitaciones pequeñas, atestadas de cosas que probablemente no tienen ninguna utilidad concreta. Películas distribuidas por los rincones más dispares, CDs fuera de sus carátulas, fotos familiares llenando cada rincón. Le pone nerviosa, todo ese caos. El desorden, la definitiva marca de JJ en todo ello.

Se pone la chaqueta y mete su camisa en el bolso, apenas sin doblar. Se detiene unos segundos, aún con las llaves en la mano y el bolso a medio cerrar. Echa un último vistazo al piso. Piensa que podría acostumbrarse a algo así.

***

JJ la observa durante cinco minutos completos antes de acercarse a hablar con ella. "Te queda mejor que a mí," comenta, señalando la camiseta con la barbilla. Tiene una medio sonrisa en los labios, y un taco de ficheros en la mano.

Emily se abrocha dos botones de la chaqueta y se aclara la garganta.

- Espero que no te importe, mi camisa estaba...
- No, está bien - contesta demasiado rápido, apretando los ficheros contra su pecho -. Está bien.

JJ se humedece los labios. Tiene el pelo recogido en una coleta suelta, con mechones cayéndole sobre el rostro. Emily levanta la mano, los dedos le rozan la mejilla, el pelo. "Tienes..." justo sobre los ojos.

JJ se muerde el labio inferior y se recoloca el mechón detrás de la oreja.

Emily deja caer la mano como un peso muerto, aclarándose la garganta. Dirige la mirada hacia los informes. "¿Sala de reuniones?", pregunta, y suena ligeramente más esperanzada de lo que debería. Aún así es como si rompiera algo en el ambiente, la pregunta.

- En cinco minutos - responde con una sonrisa -. Voy a avisar al resto.

***

- Llevas el perfume de JJ.
- JJ no lleva perfume.

Le sale la respuesta antes de darse cuenta, y Morgan enarca las cejas.

- Ni lo digas - le advierte.

Morgan levanta las manos en señal de paz. "Vale, vale. Estás de un humor de perros, últimamente," se esconde detrás de una revista, el muy cobarde.

***

Emily no sabe jugar a los dardos. Emily es capaz de darle en la frente a un tío con una pistola y a veinte metros de distancia, pero todos sus dardos se estrellan contra la pared. Uno por uno, inevitable, e inexorablemente.

- Estás... ¿Por qué cierras un ojo al lanzar?

JJ tiene las manos sobre la cadera, y la escruta de arriba abajo.

- Lo mío son los bolos - musita.

De hecho, ni siquiera eso. Lo suyo es el tenis. Puede que los deportes de contacto. Aún así, tiene la sensación de que no podría tumbar a JJ jugando al rugby.

- Vale - dice JJ, se pone a su lado, costado contra costado, y lanza un dardo que da en el centro -. ¿Ves? Fácil.

Emily mira desconfiada. "Ajá."

- Ahora tú.

Resopla. Sostiene el dardo entre los dedos, frente a su rostro. "Espera," JJ se mueve un poco más cerca, le recoloca el codo. Si Emily gira el rostro, siente su respiración sobre la mejilla. JJ deja la mano ahí, cerca de su codo, sin sujetar. "Lanza."

El dardo rebota en el pared, luego en el suelo. JJ entrecierra los ojos.

- Sí - comenta -. Negada.

***

Incluso después de tanto tiempo, salir con el equipo es algo extraño. Como una pieza que intentas encajar en el puzzle que no corresponde. La mayoría de las veces, Emily se limita a quedarse sentada, vaciando su cerveza, y discutiendo con García sobre el número de raciones de aritos de cebolla que hay que pedir.

JJ se sienta a su lado, maquillaje suave, y discutiendo sobre el rodaje de la nueva película de Star Trek con Reid. Emily tiene el vaso contra sus labios y asiente ausentemente cuando Morgan dice algo sobre un restaurante japonés llamado Jangko, y a Emily se le olvida decirle que el pescado crudo le hace tener ganas de vomitar, así que probablemente se verá arrastrada allí de cualquier manera.

Los nudillos de JJ llevan rozando su muslo unos siete minutos, segundo arriba, segundo abajo. Emily vuelve a asentir, sin demasiado interés en lo que nadie está diciendo. Cuando gira el rostro, JJ tiene una sonrisa extraña en los labios, y sus dedos acarician con más insistencia. Emily se aclara la garganta, deja la cerveza sobre la mesa, y su mano desaparece bajo la superficie, hasta encontrar la de JJ y aprisionarla contra la silla.

JJ no hace ademán de inmutarse, así que Emily acerca su silla contra la mesa, le suelta la mano.

JJ lleva medias transparentes, y un vestido rojo que le llega a la altura del muslo. El maldito vestido lleva haciéndole cosas malas al estómago de Emily desde que JJ se quitó el abrigo, y el tacto de la tela es suave contra sus nudillos. No lo levanta demasiado, sólo un poco, lo suficiente como para recorrer las medias con el índice, desde la rodilla, hasta el interior del muslo.

No la mira, pero JJ se muerde los labios ligeramente, y parece inclinarse contra ella. Emily lo asume, porque la nota costado contra costado, y el pelo rubio haciéndole cosquillas contra el hombro.

Morgan le está diciendo algo, así que Emily sonríe, y toma un sorbo de cerveza con la mano que tiene libre. La otra continúa acariciando, subiendo. Despacio, hasta que nota a JJ estremecerse a su lado.

- Voy al baño - murmura, y le aparta la mano del muslo al levantarse, recolocándose el vestido.

Emily espera un minuto, a terminarse la cerveza casi de un trago, antes de levantarse.

- Creo que voy a... - chasquea la lengua, y señala hacia el baño con la cabeza.

Le da la sensación de que Morgan se está riendo a su espalda, pero no se molesta en darse la vuelta para mirar.

***

JJ está apoyada contra el lavabo, y dos de las tres puertas de servicios están abiertas. Tiene una sonrisa de oreja a oreja, las mejillas enrojecidas. "Estás loca," murmura entre dientes. Empezaste tú, quiere decir, pero está a dos pasos cuando JJ le agarra de la nuca y le mancha los labios con vaselina con sabor a piña, y carmín rosa. Emily saborea, después de un segundo de indecisión. De esto es nuevo, pero no tanto, y adaptarse al contorno de los labios de JJ.

Se separan unos milímetros, después del primer contacto. JJ aún la sostiene, y la mano de Emily parece colgar en algún punto en la espalda de JJ, sin agarrar, pero rozando con cuidado. JJ la mira desde abajo, diminuta y con ojos enormes, casi asustada, pero con la sonrisa trémula. Emily se humedece los labios antes de inclinarse de nuevo, un beso suave, pero largo. Aprisionándola contra el lavabo y mordiéndole el labio inferior, después, sólo para escucharla ronronear contra su boca.

La tercera puerta del servicio se abre, en ese momento. Se separan rápido, con el pintalabios corrido y los labios rojos, pero Emily no le suelta el vestido, y JJ tampoco hace amago de zafarse. Así que se ríen, mientras la mujer las mira con las cejas enarcadas, y sale de allí a paso rápido.

***

Emily la sigue con el coche, apretando con demasiada fuerza el volante y respirando hondo cada tres segundos. Deciden el piso de JJ porque... Porque. Emily tiene el estómago agarrotado, y demasiados nervios como para hacer otra cosa que asentir y sonreír. Podría echar a correr, si se parase a pensarlo. Prefiere no hacerlo.

Los demás fingen -Emily asume que fingen, son perfiladores, después de todo- que se creen sus excusas, y ellas se escabullen del equipo en cuanto salen del local.

JJ va demasiado despacio, piensa. Y también que los semáforos se están confabulando esa noche para que vomite el corazón, tarde o temprano, al menos si se guía por la taquicardia.

Abre la ventanilla, y respira hondo en una de las paradas. Dedos tamborileando sobre el volante y frenándose para no pisar el acelerador.

***

- No tengo tantas cosas de Hello Kitty - se ríe.

Emily aún está peleando con su camisa, y JJ tiene las mangas del vestido bajadas y la espalda sobre la colcha. "He visto tu armario, las tienes," enarca las cejas y se apoya sobre los codos, levanta una mano para ayudarle con los botones. Emily murmura "gracias", cuando suelta uno, y JJ se ríe de nuevo, y se deja caer.

"No es tan malo," murmura entre besos, quitándose la ropa a empujones, y tirando desordenando las sábanas. "Pero creo que tengo más cosas de los Pitufos," Emily le muerde los labios para que se calle, y en algún momento giran, y es JJ la que le está desabrochando los pantalones mientras le besa el abdomen.

Emily se estremece, ojos cerrados y la mano enredándose en el pelo de JJ. Levanta la cadera una vez desabrocha los botones y baja la cremallera, y JJ tira de los pantalones sin apartarse.

Emily se gira, revuelve un poco más la colcha y se termina de quitar los pantalones mientras JJ espera de lado, apoyada sobre el codo.

- ¿No te quitas eso? - le pregunta, mirando el vestido.

JJ tiene una sonrisa peligrosa. "¿Me lo quitas tú?" y cara de no haber roto un plato en su vida.

Emily la atrapa contra el colchón y la besa mientras se ríe, buscando el borde del vestido con una mano, sujetándole el pelo contra la frente con la otra. "Tienes mucho peligro, tú," murmura, y JJ enarca las cejas.

- Será que tengo razones - y desliza las manos por debajo de su sujetador.

***

JJ rueda en la cama durante la noche, buscando nuevas maneras de acomodarse a su cuerpo. Termina hundiendo el rostro en su hombro y echándole un brazo por encima del abdomen. Emily se queda muy quieta, apoya la barbilla contra el pelo rubio. No es una persona física. No es abrazos y dormir acurrucados, cada vez que algo así pasa. Tiene calor y le cuesta respirar, pero se queda muy quieta, contando las respiraciones de JJ contra su cuello.

***

Amanece antes con el sonido del despertador y la cama ya está vacía. JJ está acurrucada en el sofá, delante de un crucigrama y con el bol de cereales sobre la mesa. "Días," murmura, y Emily asiente, aún en ese estado de tránsito entre el sonambulismo y la conciencia.

Se sienta su lado en el sofá, casi gruñendo, y se deja caer contra el hombro de JJ. "¿Tenemos que ir al trabajo?" suena casi como un lamento, y JJ se ríe.

- Me temo que sí.

Emily gruñe de nuevo, y JJ le tiende el bol de cereales como premio de consolación. Lo coge con desgana, preguntándose si JJ lo soluciona todo con pasas y trocitos de chocolate. Si es así, cree que puede acostumbrarse.

tipo: femslash, pareja: jj/prentiss, fandom: mentes criminales

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