(no subject)
TÍTULO: Desde Rusia Praga con amor.
FANDOM: Heroes
PAREJA: Mohinder/Bennet
SPOILERS: hasta 2x01, incluído
RATING: PG-13
NOTAS: erm, esto se escribió originalmente en inglés, y creo que me gusta más esa versión, pero fantasticpants no tiene internet, y me estaba haciendo la beta, así que se me ocurrió ponerme a traducir.
A Mohinder no le gusta volar. Es un hecho. Un hecho irónico, para más inri. Y no es que no aprecie las exquisitas ironías con las que los dioses parecen deleitarse al enviarle, es sólo que... Bueno, no le gusta volar. Punto.
El hecho de que tenga que hacerlo mucho, y (definitivamente) demasiado a menudo, no significa que cada vez que el avión despega de la pista del JFK (a las tres o cuatro de la mañana, o alguna otra hora infernal en la que necesita siete cafés para parecer lo suficientemente humano como para que los de seguridad le permitan embarcar), su estómago no dé un bote dentro de su cuerpo.
Presiona la frente contra el cristal de la ventanilla, templado y vibrante, y respira hondo mientras siente el suelo vibrar bajo sus pies. Se pregunta si no podría hacer que Bennet le consiguiera un teleportador que le transportase cómoda, segura y puntualmente hasta las conferencias.
***
Se derrumba en una solitaria silla de madera, en un rincón del Café Kafka, cuando la conferencia termina.
Praga es fría en esta época del año.
No, Praga es hielo en esta época del año.
Tiembla sobre algo llamado Café Franz Kafka y que no sabe en absoluto a café. Al café que a él le gusta, al menos. Solo, extra-cafeinado, y definitivamente malsano. Se lo bebe de un trago, de todas formas, con una mueca cuando saborea la nata y el peppermint que contaminan el líquido.
Se pregunta por qué continúa haciendo esto, yendo a todas esas conferencias y jugando a ser 007, cuando es obvio que no está funcionando.
Cuando su móvil comienza a sonar, pide otro café Franz Kafka y lo ignora.
***
- No cogiste el teléfono.
- Estaba abarrotado.
Y parece una buena excusa, en ese momento. Está en medio de la plaza de la Ciudad Vieja, así que probablemente no lo es, pero ése es otro asunto.
- ¿Algo fuera de lo común?
- Creo que había más de cinco personas en la conferencia, ¿eso cuenta?
Suena irritado. Está irritado.
- Suresh...
- Tengo que irme. Esto se está llenando de gente.
Cierra el móvil de un golpe.
Muy maduro, Suresh, y no está muy seguro del momento exacto en el que su conciencia comenzó a sonar como Bennet, pero es bastante molesto.
***
Tres meses. Yendo a las conferencias, esperando que algo se decidiese a ocurrir, lo que fuera. Preocupándose de si estaría a salvo, de si lo que está - están - haciendo funciona. Si realmente merece la pena.
Piensa en Molly, cuando está lejos. La manera en la que se siente cuando está de vuelta en casa, y hay gente esperándole. Como una familia, pero no del todo. No realmente. Ese pinchazo de celos, cuando él se va y Matt se queda. El hecho de que ni siquiera sabe si Molly estaría a salvo si él no estuviera haciendo esto. Lo que sea que esto signifique, este juego de espías sin sentido.
Algunas personas pasan a su lado, empujándole hacia los bordes de piedra del puente de Carlos. Señalando y riéndose y observando la escala cromática que se apodera del contorno de Praga. Dorado, rosa, azul, verde; meticulosamente mezclados. Le da a la ciudad cierta cualidad etérea.
Como un cuento de hadas.
A Molly le gustaría.
***
El teléfono suena de nuevo. Esta vez lo coge, rodando en la cama y echando un vistazo a su reloj de muñeca. Ha pasado tres horas mirando al vacío, dios. Eso es productivo.
"¿Sí?", su voz suena almohadillada, e intenta esconder el bostezo mientras se hunde de nuevo en la almohada.
- ¿Cuál es el problema? - la voz de Bennet es autoritaria. Siempre es autoritaria, y ha aprendido a confiar en ella. Ya no está tan seguro.
Así que se gira de nuevo, apoyándose en un costado. Cierra los ojos y murmura, "ninguno".
- Hablo en serio.
- Yo también.
No parece ni la mitad de convincente cuando lo dice en voz alta, cuando su voz suena vagamente rota y se siente como si perdiera sílabas por el camino. Bennet no parece creerle, y Mohinder se pregunta cuándo comenzó a entrenar sus silencios para que parezcan una lectura de cartilla. "Es sólo... Es tarde. Estoy cansado."
Que es más o menos una verdad a medias, y es como las cosas funcionan entre ellos. Cogiendo lo que necesitan del otro, pretendiendo que es lo único que importa. Es un buen trato. La mayor parte del tiempo.
Hay una pausa, y, por un segundo, Mohinder siente el impulso de colgar.
- ¿Te estás echando para atrás?
"No", le sorprende lo rápido que la respuesta deja sus labios. "Ni hablar."
"Bien", y es él el que cuelga.
***
Está esa vez, hace unos tres meses. No es que eso importe, realmente.
No está exactamente orgulloso de ello. Tampoco lo lamenta. Es sólo... Acostarse con hombres casados no es algo que haga a menudo.
O con hombres en general, no tienen por qué estar incluidos en el apartado del matrimonio.
Pero recuerda manos rugosas deslizándose por su espalda, y labios en su cuello, luego dientes. Lo recuerda borroso. Torpe y seco, y dolorosamente bueno. Como cuando sabes que has hecho algo bien, después de mucho tiempo.
Sólo esa vez.
***
- ¿Cómo está Praga?
Mohinder es el que llama, esta vez. Y Dios prohíba a Bennet comenzar una conversación con un simple y sano Hola.
"Congelada", contesta. Y es verdad, tuvo que comprar una bufanda. Una que sabe que Matt odiará con pasión, pero eso no tuvo nada que ver. Bueno, no del todo. "Escucha, estaba pensando... No conoces a ningún teleportador, ¿verdad?"
PD: este fic es para tainah. Llamadlo regalo de cumpleaños adelantado (I think), porque me pidió phonesex en Praga. Que no, pero bueno, hice lo que pude
FANDOM: Heroes
PAREJA: Mohinder/Bennet
SPOILERS: hasta 2x01, incluído
RATING: PG-13
NOTAS: erm, esto se escribió originalmente en inglés, y creo que me gusta más esa versión, pero fantasticpants no tiene internet, y me estaba haciendo la beta, así que se me ocurrió ponerme a traducir.
A Mohinder no le gusta volar. Es un hecho. Un hecho irónico, para más inri. Y no es que no aprecie las exquisitas ironías con las que los dioses parecen deleitarse al enviarle, es sólo que... Bueno, no le gusta volar. Punto.
El hecho de que tenga que hacerlo mucho, y (definitivamente) demasiado a menudo, no significa que cada vez que el avión despega de la pista del JFK (a las tres o cuatro de la mañana, o alguna otra hora infernal en la que necesita siete cafés para parecer lo suficientemente humano como para que los de seguridad le permitan embarcar), su estómago no dé un bote dentro de su cuerpo.
Presiona la frente contra el cristal de la ventanilla, templado y vibrante, y respira hondo mientras siente el suelo vibrar bajo sus pies. Se pregunta si no podría hacer que Bennet le consiguiera un teleportador que le transportase cómoda, segura y puntualmente hasta las conferencias.
***
Se derrumba en una solitaria silla de madera, en un rincón del Café Kafka, cuando la conferencia termina.
Praga es fría en esta época del año.
No, Praga es hielo en esta época del año.
Tiembla sobre algo llamado Café Franz Kafka y que no sabe en absoluto a café. Al café que a él le gusta, al menos. Solo, extra-cafeinado, y definitivamente malsano. Se lo bebe de un trago, de todas formas, con una mueca cuando saborea la nata y el peppermint que contaminan el líquido.
Se pregunta por qué continúa haciendo esto, yendo a todas esas conferencias y jugando a ser 007, cuando es obvio que no está funcionando.
Cuando su móvil comienza a sonar, pide otro café Franz Kafka y lo ignora.
***
- No cogiste el teléfono.
- Estaba abarrotado.
Y parece una buena excusa, en ese momento. Está en medio de la plaza de la Ciudad Vieja, así que probablemente no lo es, pero ése es otro asunto.
- ¿Algo fuera de lo común?
- Creo que había más de cinco personas en la conferencia, ¿eso cuenta?
Suena irritado. Está irritado.
- Suresh...
- Tengo que irme. Esto se está llenando de gente.
Cierra el móvil de un golpe.
Muy maduro, Suresh, y no está muy seguro del momento exacto en el que su conciencia comenzó a sonar como Bennet, pero es bastante molesto.
***
Tres meses. Yendo a las conferencias, esperando que algo se decidiese a ocurrir, lo que fuera. Preocupándose de si estaría a salvo, de si lo que está - están - haciendo funciona. Si realmente merece la pena.
Piensa en Molly, cuando está lejos. La manera en la que se siente cuando está de vuelta en casa, y hay gente esperándole. Como una familia, pero no del todo. No realmente. Ese pinchazo de celos, cuando él se va y Matt se queda. El hecho de que ni siquiera sabe si Molly estaría a salvo si él no estuviera haciendo esto. Lo que sea que esto signifique, este juego de espías sin sentido.
Algunas personas pasan a su lado, empujándole hacia los bordes de piedra del puente de Carlos. Señalando y riéndose y observando la escala cromática que se apodera del contorno de Praga. Dorado, rosa, azul, verde; meticulosamente mezclados. Le da a la ciudad cierta cualidad etérea.
Como un cuento de hadas.
A Molly le gustaría.
***
El teléfono suena de nuevo. Esta vez lo coge, rodando en la cama y echando un vistazo a su reloj de muñeca. Ha pasado tres horas mirando al vacío, dios. Eso es productivo.
"¿Sí?", su voz suena almohadillada, e intenta esconder el bostezo mientras se hunde de nuevo en la almohada.
- ¿Cuál es el problema? - la voz de Bennet es autoritaria. Siempre es autoritaria, y ha aprendido a confiar en ella. Ya no está tan seguro.
Así que se gira de nuevo, apoyándose en un costado. Cierra los ojos y murmura, "ninguno".
- Hablo en serio.
- Yo también.
No parece ni la mitad de convincente cuando lo dice en voz alta, cuando su voz suena vagamente rota y se siente como si perdiera sílabas por el camino. Bennet no parece creerle, y Mohinder se pregunta cuándo comenzó a entrenar sus silencios para que parezcan una lectura de cartilla. "Es sólo... Es tarde. Estoy cansado."
Que es más o menos una verdad a medias, y es como las cosas funcionan entre ellos. Cogiendo lo que necesitan del otro, pretendiendo que es lo único que importa. Es un buen trato. La mayor parte del tiempo.
Hay una pausa, y, por un segundo, Mohinder siente el impulso de colgar.
- ¿Te estás echando para atrás?
"No", le sorprende lo rápido que la respuesta deja sus labios. "Ni hablar."
"Bien", y es él el que cuelga.
***
Está esa vez, hace unos tres meses. No es que eso importe, realmente.
No está exactamente orgulloso de ello. Tampoco lo lamenta. Es sólo... Acostarse con hombres casados no es algo que haga a menudo.
O con hombres en general, no tienen por qué estar incluidos en el apartado del matrimonio.
Pero recuerda manos rugosas deslizándose por su espalda, y labios en su cuello, luego dientes. Lo recuerda borroso. Torpe y seco, y dolorosamente bueno. Como cuando sabes que has hecho algo bien, después de mucho tiempo.
Sólo esa vez.
***
- ¿Cómo está Praga?
Mohinder es el que llama, esta vez. Y Dios prohíba a Bennet comenzar una conversación con un simple y sano Hola.
"Congelada", contesta. Y es verdad, tuvo que comprar una bufanda. Una que sabe que Matt odiará con pasión, pero eso no tuvo nada que ver. Bueno, no del todo. "Escucha, estaba pensando... No conoces a ningún teleportador, ¿verdad?"
PD: este fic es para tainah. Llamadlo regalo de cumpleaños adelantado (I think), porque me pidió phonesex en Praga. Que no, pero bueno, hice lo que pude