Y seguimos con el fluff...
No es exactamente lo mejor del mundo, pero lleva en mi ordenador como... eones, y no se me ocurre otra manera de continuarlo, así que lo dejo así, porque le he dicho a violetion que le iba a dar Peter/Mohinder, que la pobre está malita *pets*
FANDOM: Heroes
PAREJA: Peter/Mohinder
RATING: PG-13
NOTAS: Técnicamente esto sería AU, porque lo escribí hace mucho, así que intentad olvidar todo lo que pasó en los últimos capítulos, ¿vale?
Le despierta el aroma a café flotando en la habitación. Caliente, entre dulce y amargo, filtrándose por cada uno de sus poros. Probablemente lo ha traído él mismo. Tailandés, libros, café y una sonrisa indescifrable cuando apareció en su puerta la noche anterior. A Mohinder le gusta el factor impredecible de Peter, pero preferiría que no apareciera cuando intentan evitar que se lleve Nueva York por delante. Cuestiones prácticas nada más.
Peter agita la taza por delante de sus ojos cuando levanta la frente de la mesa - técnicamente del libro. Libros. ¿Cuántos libros había estado leyendo a la vez? Eso no debe ser sano -. Derecha, izquierda, y Mohinder sigue el vapor con la mirada.
- ¿Intentas tentarme?
Peter se sienta a su lado y sonríe, continúa haciendo bailar la taza frente a sus ojos. “¿Funciona?”
Mohinder deja caer la cabeza encima de la mesa de nuevo y gruñe. Echa de menos la cama, o recordar cómo se vive sin dolor de espalda.
Almohada. Necesita poner la almohada en el escritorio. Y un colchón. Aunque sería difícil encajarlo en el salón.
Peter retira uno de los libros de debajo de su frente y se da con la mesa. Gruñe de nuevo, nunca estaba de más. El libro es remplazado por la taza de café, y Mohinder tiene que admitir que huele tentadoramente bien.
“No tienes café en casa” “Lo sé” “¿Cómo te mantienes despierto?”
De hecho, huele tentadoramente Starbucks de bien.
- Fuerza de voluntad.
Definitivamente Starbucks.
- Me parece que no tienes mucho de eso si te quedas dormido encima del escritorio. O a lo mejor es que me falla la lógica.
Levantar la cabeza duele. Como plomo y aire con una capa de roca encima, golpeándole la frente. Al menos Peter había tenido la delicadeza de no dejar el café encima de alguno de los papeles. Hubiera sido gracioso, la clave para salvar la ciudad y tenía una mancha de café encima. Desde luego Nathan lo habría notado, y Mohinder habría cerrado la boca, porque, ¿lo que piense Nathan? Le importa entre poco y nada, con bonus por indiferencia.
Se frota los ojos y aguanta el bostezo con la mayor dignidad que puede. “Al menos yo no me escapo para comprar café y hacerlo pasar por mío” y luego “¿Qué hora es?”
- Pronto para ser tarde. Tómate el café - pausa - ¿Cómo sabes que no es mío?
Mohinder se humedece los labios con la punta de la lengua y coge la taza entre las manos.
- Al contrario de lo que puedas pensar, salgo de aquí de vez en cuando - un sorbo, y finge que no quema, porque Peter ya tiene la risa a punto de salir de entre los labios -. Y hay un Starbucks en la esquina.
- No sales. Y el Starbucks está a dos calles de aquí.
Puede.
Mohinder cierra los ojos y se masajea las sienes mientras Peter continúa observando. “¿Te duele la cabeza?”. Gruñido. “Deberías descansar.” Mohinder abre los ojos de golpe.
- Eso es gracioso - Peter podría explotar de un momento a otro, pero él debería descansar. Una idea muy curiosa.
- No es gracioso - se mueve, y Mohinder lo nota más que lo ve, porque ha vuelto a cerrar los ojos y, joder, cómo quiere dormir en ese momento -, es la verdad - y luego un peso sobre él, con una pierna a cada lado y rodeándole el cuello con las manos -. Estás hecho un asco.
- Vaya, gracias.
Peter se inclina hacia delante, sonriendo contra sus labios y deslizando una mano debajo de su camiseta. “Además,” -beso, mordisco, y Mohinder le aprieta contra sí mismo casi por instinto- “, se me ocurren un par de cosas mucho más interesantes que hacer que trabajar”.
Le lame los labios, una mano deslizándose debajo de la camisa de Peter, acariciando su espalda. “¿En serio?” Besando y riendo y casi olvidándose de todas las cosas que podían salir mal. Que van a salir mal. “¿Cómo qué?”
- Hmmmm - una mano en la nuca. Mohinder siente cómo Peter enreda los dedos en su pelo -. No lo sé. Cine. Ver la tele. Echan un documental sobre la reproducción de los percebes que me han dicho que estámmph...
Peter para de intentar a hablar después de unos segundos de lengua de Mohinder explorando para trazar un mapa de su boca. De hecho, lo más probable es que pare de hablar porque, realmente, no estaba diciendo nada demasiado interesante. Y la manera en que Mohinder le besa -siempre-, como absorbiéndole y lento y extremadamente cálido, eso siempre resulta más entretenido.
FANDOM: Heroes
PAREJA: Peter/Mohinder
RATING: PG-13
NOTAS: Técnicamente esto sería AU, porque lo escribí hace mucho, así que intentad olvidar todo lo que pasó en los últimos capítulos, ¿vale?
Le despierta el aroma a café flotando en la habitación. Caliente, entre dulce y amargo, filtrándose por cada uno de sus poros. Probablemente lo ha traído él mismo. Tailandés, libros, café y una sonrisa indescifrable cuando apareció en su puerta la noche anterior. A Mohinder le gusta el factor impredecible de Peter, pero preferiría que no apareciera cuando intentan evitar que se lleve Nueva York por delante. Cuestiones prácticas nada más.
Peter agita la taza por delante de sus ojos cuando levanta la frente de la mesa - técnicamente del libro. Libros. ¿Cuántos libros había estado leyendo a la vez? Eso no debe ser sano -. Derecha, izquierda, y Mohinder sigue el vapor con la mirada.
- ¿Intentas tentarme?
Peter se sienta a su lado y sonríe, continúa haciendo bailar la taza frente a sus ojos. “¿Funciona?”
Mohinder deja caer la cabeza encima de la mesa de nuevo y gruñe. Echa de menos la cama, o recordar cómo se vive sin dolor de espalda.
Almohada. Necesita poner la almohada en el escritorio. Y un colchón. Aunque sería difícil encajarlo en el salón.
Peter retira uno de los libros de debajo de su frente y se da con la mesa. Gruñe de nuevo, nunca estaba de más. El libro es remplazado por la taza de café, y Mohinder tiene que admitir que huele tentadoramente bien.
“No tienes café en casa” “Lo sé” “¿Cómo te mantienes despierto?”
De hecho, huele tentadoramente Starbucks de bien.
- Fuerza de voluntad.
Definitivamente Starbucks.
- Me parece que no tienes mucho de eso si te quedas dormido encima del escritorio. O a lo mejor es que me falla la lógica.
Levantar la cabeza duele. Como plomo y aire con una capa de roca encima, golpeándole la frente. Al menos Peter había tenido la delicadeza de no dejar el café encima de alguno de los papeles. Hubiera sido gracioso, la clave para salvar la ciudad y tenía una mancha de café encima. Desde luego Nathan lo habría notado, y Mohinder habría cerrado la boca, porque, ¿lo que piense Nathan? Le importa entre poco y nada, con bonus por indiferencia.
Se frota los ojos y aguanta el bostezo con la mayor dignidad que puede. “Al menos yo no me escapo para comprar café y hacerlo pasar por mío” y luego “¿Qué hora es?”
- Pronto para ser tarde. Tómate el café - pausa - ¿Cómo sabes que no es mío?
Mohinder se humedece los labios con la punta de la lengua y coge la taza entre las manos.
- Al contrario de lo que puedas pensar, salgo de aquí de vez en cuando - un sorbo, y finge que no quema, porque Peter ya tiene la risa a punto de salir de entre los labios -. Y hay un Starbucks en la esquina.
- No sales. Y el Starbucks está a dos calles de aquí.
Puede.
Mohinder cierra los ojos y se masajea las sienes mientras Peter continúa observando. “¿Te duele la cabeza?”. Gruñido. “Deberías descansar.” Mohinder abre los ojos de golpe.
- Eso es gracioso - Peter podría explotar de un momento a otro, pero él debería descansar. Una idea muy curiosa.
- No es gracioso - se mueve, y Mohinder lo nota más que lo ve, porque ha vuelto a cerrar los ojos y, joder, cómo quiere dormir en ese momento -, es la verdad - y luego un peso sobre él, con una pierna a cada lado y rodeándole el cuello con las manos -. Estás hecho un asco.
- Vaya, gracias.
Peter se inclina hacia delante, sonriendo contra sus labios y deslizando una mano debajo de su camiseta. “Además,” -beso, mordisco, y Mohinder le aprieta contra sí mismo casi por instinto- “, se me ocurren un par de cosas mucho más interesantes que hacer que trabajar”.
Le lame los labios, una mano deslizándose debajo de la camisa de Peter, acariciando su espalda. “¿En serio?” Besando y riendo y casi olvidándose de todas las cosas que podían salir mal. Que van a salir mal. “¿Cómo qué?”
- Hmmmm - una mano en la nuca. Mohinder siente cómo Peter enreda los dedos en su pelo -. No lo sé. Cine. Ver la tele. Echan un documental sobre la reproducción de los percebes que me han dicho que estámmph...
Peter para de intentar a hablar después de unos segundos de lengua de Mohinder explorando para trazar un mapa de su boca. De hecho, lo más probable es que pare de hablar porque, realmente, no estaba diciendo nada demasiado interesante. Y la manera en que Mohinder le besa -siempre-, como absorbiéndole y lento y extremadamente cálido, eso siempre resulta más entretenido.