(no subject)
TEMA/TÍTULO: 05. Dolor
FANDOM: Heroes
PAREJA: Peter/Mohinder
RATING: PG-13
SPOILERS: Ninguno. A no ser que cuente saber que Peter es enfermero, pero como os lo acabo de joder, pues ya no es spoiler
NOTAS: Hmmmm... Esto es crack puro y está totalmente OOC, consideraba necesario advertíroslo. Quería cambiar el final, pero estoy espesa, y sineh me dijo que no estaba mal, so lo he dejado.
05. DOLOR
No es que Mohinder le tenga fobia a las agujas. De hecho, no tiene ningún problema con las agujas como tal. Como concepto, puro y etéreo, las agujas están bien. De hecho, están perfectas. La perspectiva cambia un poco cuando se trata de que la susodicha aguja penetre en su piel. Sobre todo si el punto de conexión es cercano a los ojos.
- ¡Au!
- Dios, estate quieto, ni siquiera te he tocado.
Peter parece desesperado. Y Peter nunca parece desesperado, lo que indica que posiblemente sea algo grave. Como una infección o una enfermedad incurable y...
Le sostiene por los hombros, firme y demasiado apretado, demasiado cerca. Mohinder respira hondo.
Uno. Dos. Tres.
- Quiero anestesia.
Peter vuelve a parar la aguja a medio camino. “Ya tienes anestesia”, y se puede apreciar cómo lucha intensamente consigo mismo para no poner los ojos en blanco.
- Creo que... - duda, traga saliva. Luego se aferra la silla como si le fuera la vida en ello. Oh, Dios, melodrama - Quizá deberíamos ir al hospital.
El empático deja la aguja sobre la mesa y cruza los brazos sobre el pecho. Tiene eso, como esa mirada peligrosa cuando entorna los ojos hacia él. De repente es como si el cuarto se oscureciera un poco.
- ¿Me estás llamando incompetente?
Uh, oh. Perfecto.
- ¡No! Claro que no - pausa -. Has hecho esto antes, ¿verdad?
“¡Argh!” se lleva las manos a la cabeza y Mohinder se hunde un poco en la silla.
- ¡Es una brecha! Y soy enfermero, Mohinder, no te voy a coser los pantalones a la cabeza.
Por alguna razón, el argumento no resulta reconfortante.
La habitación se queda en silencio, y el aire se vuelve viscoso, como si caracoleara por encima de su piel, muy, muy lentamente. Mohinder tiene la cabeza gacha sólo para no encontrarse con la mirada de Peter.
Respira. El aire continúa tupido, impenetrable, así que lo intenta otra vez.
Los segundos parecen minutos, y Peter le escruta expectante.
- Vale - le sale un hilillo de voz y se aclara la garganta, aunque sólo sea por orgullo -. Vale. Vamos.
Peter enarca las cejas y resopla. Parece mucho más amenazador que de costumbre -aunque costumbre, suele ser nivel cachorrito abandonado de amenazador, así que realmente no es un gran cambio-, y se pregunta si viene con el trabajo o es sólo el poder que da la aguja.
Mohinder se muerde el labio inferior y no suelta la silla, y parece que la expresión de Peter se suaviza un poco. Peter Petrelli, incapaz de guardar un enfado dentro durante más de tres segundos. Podría decir que es genético, pero entonces tendría que eliminar a Nathan de la familia.
- Tranquilo, terminaré en seguida.
De nuevo, datos que no reconfortan. Mohinder debería hacer una lista con ellos.
La aguja navega peligrosamente cerca de su rostro de nuevo, y Mohinder intenta no pensar en ello.
Dignidad, cree que le quedaba algo de eso. En alguna parte.
- No, vale, mejor no - se levanta de la silla.
Dignidad. Mucha dignidad.
Supone que esto termina de clasificar su vida como patética. La suposición se confirma cuando Peter le agarra del cuello de la camisa y vuelve a sentarle en la silla. “Eres un crío” y después se sienta encima.
Necesita un par de segundos -más, de hecho- para procesar este dato.
Peter. Mohinder. Sentado. Encima. Y de repente hace mucho calor y los pantalones aprietan más de lo que deberían.
Perfecto. Simplemente perfecto.
- Peter...
- Cállate - y repite -. Eres un crío.
Mohinder se aclara la garganta, Peter le sostiene la cabeza con una mano y acerca la aguja con la otra. A diez centímetros de su rostro y respirando sobre su nariz, y ni siquiera parece darse cuenta de lo que está haciendo. De lo que le está haciendo. Y realmente no debería estar pensando en lo que le está haciendo. Mala, mala idea.
Traga saliva. Peter parece concentrado. Al menos desde esa distancia. Concentrado y ajeno a cualquier otra cosa, lo cual probablemente es bueno. Sí. No quiere que la aguja se desvíe de su rumbo. Sería malo.
Aún así mueve la mano hasta la cintura de Peter, tanteando el borde de los vaqueros. Sólo la tela, sin moverse más de lo necesario. Un roce, y contiene la respiración.
Peter aparta la mirada durante un segundo, ojos muy abiertos y humedeciéndose los labios con la punta de la lengua. Pero sólo es un segundo, y luego vuelve a su frente, y a la brecha, y Mohinder respira de nuevo.
No dice nada, y no retira la mano.
Hmm. Es posible que las agujas no sean tan diabólicas después de todo.
Vale, sé que es una porquería, pero hey, yo me reí mucho escribiéndolo, sue me. (y mirad, me he puesto icono a juego con el fic *giggles*)
FANDOM: Heroes
PAREJA: Peter/Mohinder
RATING: PG-13
SPOILERS: Ninguno. A no ser que cuente saber que Peter es enfermero, pero como os lo acabo de joder, pues ya no es spoiler
NOTAS: Hmmmm... Esto es crack puro y está totalmente OOC, consideraba necesario advertíroslo. Quería cambiar el final, pero estoy espesa, y sineh me dijo que no estaba mal, so lo he dejado.
05. DOLOR
No es que Mohinder le tenga fobia a las agujas. De hecho, no tiene ningún problema con las agujas como tal. Como concepto, puro y etéreo, las agujas están bien. De hecho, están perfectas. La perspectiva cambia un poco cuando se trata de que la susodicha aguja penetre en su piel. Sobre todo si el punto de conexión es cercano a los ojos.
- ¡Au!
- Dios, estate quieto, ni siquiera te he tocado.
Peter parece desesperado. Y Peter nunca parece desesperado, lo que indica que posiblemente sea algo grave. Como una infección o una enfermedad incurable y...
Le sostiene por los hombros, firme y demasiado apretado, demasiado cerca. Mohinder respira hondo.
Uno. Dos. Tres.
- Quiero anestesia.
Peter vuelve a parar la aguja a medio camino. “Ya tienes anestesia”, y se puede apreciar cómo lucha intensamente consigo mismo para no poner los ojos en blanco.
- Creo que... - duda, traga saliva. Luego se aferra la silla como si le fuera la vida en ello. Oh, Dios, melodrama - Quizá deberíamos ir al hospital.
El empático deja la aguja sobre la mesa y cruza los brazos sobre el pecho. Tiene eso, como esa mirada peligrosa cuando entorna los ojos hacia él. De repente es como si el cuarto se oscureciera un poco.
- ¿Me estás llamando incompetente?
Uh, oh. Perfecto.
- ¡No! Claro que no - pausa -. Has hecho esto antes, ¿verdad?
“¡Argh!” se lleva las manos a la cabeza y Mohinder se hunde un poco en la silla.
- ¡Es una brecha! Y soy enfermero, Mohinder, no te voy a coser los pantalones a la cabeza.
Por alguna razón, el argumento no resulta reconfortante.
La habitación se queda en silencio, y el aire se vuelve viscoso, como si caracoleara por encima de su piel, muy, muy lentamente. Mohinder tiene la cabeza gacha sólo para no encontrarse con la mirada de Peter.
Respira. El aire continúa tupido, impenetrable, así que lo intenta otra vez.
Los segundos parecen minutos, y Peter le escruta expectante.
- Vale - le sale un hilillo de voz y se aclara la garganta, aunque sólo sea por orgullo -. Vale. Vamos.
Peter enarca las cejas y resopla. Parece mucho más amenazador que de costumbre -aunque costumbre, suele ser nivel cachorrito abandonado de amenazador, así que realmente no es un gran cambio-, y se pregunta si viene con el trabajo o es sólo el poder que da la aguja.
Mohinder se muerde el labio inferior y no suelta la silla, y parece que la expresión de Peter se suaviza un poco. Peter Petrelli, incapaz de guardar un enfado dentro durante más de tres segundos. Podría decir que es genético, pero entonces tendría que eliminar a Nathan de la familia.
- Tranquilo, terminaré en seguida.
De nuevo, datos que no reconfortan. Mohinder debería hacer una lista con ellos.
La aguja navega peligrosamente cerca de su rostro de nuevo, y Mohinder intenta no pensar en ello.
Dignidad, cree que le quedaba algo de eso. En alguna parte.
- No, vale, mejor no - se levanta de la silla.
Dignidad. Mucha dignidad.
Supone que esto termina de clasificar su vida como patética. La suposición se confirma cuando Peter le agarra del cuello de la camisa y vuelve a sentarle en la silla. “Eres un crío” y después se sienta encima.
Necesita un par de segundos -más, de hecho- para procesar este dato.
Peter. Mohinder. Sentado. Encima. Y de repente hace mucho calor y los pantalones aprietan más de lo que deberían.
Perfecto. Simplemente perfecto.
- Peter...
- Cállate - y repite -. Eres un crío.
Mohinder se aclara la garganta, Peter le sostiene la cabeza con una mano y acerca la aguja con la otra. A diez centímetros de su rostro y respirando sobre su nariz, y ni siquiera parece darse cuenta de lo que está haciendo. De lo que le está haciendo. Y realmente no debería estar pensando en lo que le está haciendo. Mala, mala idea.
Traga saliva. Peter parece concentrado. Al menos desde esa distancia. Concentrado y ajeno a cualquier otra cosa, lo cual probablemente es bueno. Sí. No quiere que la aguja se desvíe de su rumbo. Sería malo.
Aún así mueve la mano hasta la cintura de Peter, tanteando el borde de los vaqueros. Sólo la tela, sin moverse más de lo necesario. Un roce, y contiene la respiración.
Peter aparta la mirada durante un segundo, ojos muy abiertos y humedeciéndose los labios con la punta de la lengua. Pero sólo es un segundo, y luego vuelve a su frente, y a la brecha, y Mohinder respira de nuevo.
No dice nada, y no retira la mano.
Hmm. Es posible que las agujas no sean tan diabólicas después de todo.
Vale, sé que es una porquería, pero hey, yo me reí mucho escribiéndolo, sue me. (y mirad, me he puesto icono a juego con el fic *giggles*)