(no subject)
TÍTULO: Curiosidad científica
FANDOM: Good Omens
PAREJA: Crowley/Azirafel
NOTAS: otro de esos fics-escritos-en-el-momento de la kdd para heiko_g. Esto quiere decir que se escribió rápido y sin revisar *cough*
PROMPT: Bentley
Crowley se acerca a la cuestión del sexo con una malsana curiosidad científica. Lo suyo nunca ha sido la tentación carnal. Poder, bien. Dinero, aún mejor. Sexo. Ésa es una cuestión (retorcida, además) para la que los humanos tienen mucha más imaginación que él. Y dice imaginación en el sentido más amplio posible de la palabra. Realmente, los humanos tienen definiciones para cosas que ni siquiera deberían tener nombre.
Se lo comenta una vez a Azirafel. Probablemente no es el mejor ejemplo, Woodstock no es la cumbre del pudor y la rectitud mortal.
No es lo peor (Sodoma y Gomorra fue una de esas fiestas que no se olvidan. Excepto Crowley, que tiene un precioso vacío mental entre la primera lluvia de fuego y despertarse sin pantalones a la sombra de un cactus), pero no es exactamente una muestra representativa.
Azirafel tiene el pelo más largo de lo que debería (lo que hace pensar que Crowley siempre ha sido un adelantado a su tiempo. Sus tiempos. Crowley, simplemente, debería haber sido creado en el siglo XXI y haberse dejado de tonterías) y frunce el ceño. “Es parte del proceso vital,” dice, simplemente.
-Por favor, ángel. Es el vicio por el vicio.
-Y libre albedrío.
Hay algo en su voz, mientras se reacomoda, sentado al estilo indio sobre la hierba. Suena a incomodidad, así que Crowley piensa “ah” y almacena ese dato para futura referencia.
Deja descansar el tema unas cuantas décadas, más o menos por la misma época en la que descubre el mundo de la tecnología, la telefonía móvil y sus múltiples posibilidades.
-Pero supongamos por un momento se necesitase recopilar información. Podríamos llamarlo observación participante.
Crowley es el que conduce, Azirafel es el que observa desde el asiento del copiloto, con Another one bites the dust de fondo, como si no acabasen de sobrevivir a un Apocalipsis y Crowley no debiera estar preguntando ese tipo de cosas. Después de unos segundos de abrir y cerrar la boca, Azirafel se decide por levantar la barbilla con dignidad.
-Yo no lo sabría, querido.
-Pero es técnicamente posible. Quiero decir, estos cuerpos tienen el… equipamiento adecuado.
Azirafel respira hondo.
-No estoy seguro de que debiéramos estar hablando de esto.
Crowley recuerda y le mira ladeando el rostro, por encima de las gafas de sol.
-¿Te incomoda, ángel?
Azirafel no contesta, se limita a apretar los labios y a desviar la mirada de nuevo al frente. Crowley es incapaz de no sonreír antes de apartar el Bentley a un lado de la carretera.
Se quita las gafas de sol y se relame despacio, viperino.
-Llámalo curiosidad científica.
-Lo llamo tentación, te conozco desde hace demasiado.
Y Crowley quiere contestarle que es lo propio, después de todo, va en su contrato. Se limita a inclinarse hacia el otro asiento, sin soltarse del volante. Le respira sobre el rostro, dejando que su mirada se deslice despacio desde los ojos de Azirafel hacia abajo, hacia sus labios.
-¿Ni un poco de curiosidad? -es incapaz de no sisear- ¿Un poco, Azirafel? Seguro que hasta aprendes algo.
El ángel traga saliva despacio, y Crowley se inclina un poco más. Acaricia el labio inferior de Azirafel con la punta de su lengua y puede sentirle estremeciéndose. No recibe contestación más allá de una mirada de (sí, ésa es la palabra) curiosidad, así que le agarra del cuello con algo que podría ser firmeza.
Como primer beso, Crowley cree que es una experiencia interesante. Por supuesto, ha tardado un par de milenios en plantearse siquiera el concepto, probablemente es demasiado pronto para juzgar. Azirafel tiene los labios suaves y no parece coordinarse con los de Crowley, pero tampoco le empuja cuando le cuela la lengua entre ellos.
Crowley muerde el labio inferior del ángel al separarse, y Azirafel gruñe. Gruñe. Bajo, casi imperceptible, pero lo hace. Y Crowley no le había visto más que suspirar en siglos.
Se aclara la garganta.
-Me quedan más dudas logísticas.
Azirafel asiente.
FANDOM: Good Omens
PAREJA: Crowley/Azirafel
NOTAS: otro de esos fics-escritos-en-el-momento de la kdd para heiko_g. Esto quiere decir que se escribió rápido y sin revisar *cough*
PROMPT: Bentley
Crowley se acerca a la cuestión del sexo con una malsana curiosidad científica. Lo suyo nunca ha sido la tentación carnal. Poder, bien. Dinero, aún mejor. Sexo. Ésa es una cuestión (retorcida, además) para la que los humanos tienen mucha más imaginación que él. Y dice imaginación en el sentido más amplio posible de la palabra. Realmente, los humanos tienen definiciones para cosas que ni siquiera deberían tener nombre.
Se lo comenta una vez a Azirafel. Probablemente no es el mejor ejemplo, Woodstock no es la cumbre del pudor y la rectitud mortal.
No es lo peor (Sodoma y Gomorra fue una de esas fiestas que no se olvidan. Excepto Crowley, que tiene un precioso vacío mental entre la primera lluvia de fuego y despertarse sin pantalones a la sombra de un cactus), pero no es exactamente una muestra representativa.
Azirafel tiene el pelo más largo de lo que debería (lo que hace pensar que Crowley siempre ha sido un adelantado a su tiempo. Sus tiempos. Crowley, simplemente, debería haber sido creado en el siglo XXI y haberse dejado de tonterías) y frunce el ceño. “Es parte del proceso vital,” dice, simplemente.
-Por favor, ángel. Es el vicio por el vicio.
-Y libre albedrío.
Hay algo en su voz, mientras se reacomoda, sentado al estilo indio sobre la hierba. Suena a incomodidad, así que Crowley piensa “ah” y almacena ese dato para futura referencia.
Deja descansar el tema unas cuantas décadas, más o menos por la misma época en la que descubre el mundo de la tecnología, la telefonía móvil y sus múltiples posibilidades.
-Pero supongamos por un momento se necesitase recopilar información. Podríamos llamarlo observación participante.
Crowley es el que conduce, Azirafel es el que observa desde el asiento del copiloto, con Another one bites the dust de fondo, como si no acabasen de sobrevivir a un Apocalipsis y Crowley no debiera estar preguntando ese tipo de cosas. Después de unos segundos de abrir y cerrar la boca, Azirafel se decide por levantar la barbilla con dignidad.
-Yo no lo sabría, querido.
-Pero es técnicamente posible. Quiero decir, estos cuerpos tienen el… equipamiento adecuado.
Azirafel respira hondo.
-No estoy seguro de que debiéramos estar hablando de esto.
Crowley recuerda y le mira ladeando el rostro, por encima de las gafas de sol.
-¿Te incomoda, ángel?
Azirafel no contesta, se limita a apretar los labios y a desviar la mirada de nuevo al frente. Crowley es incapaz de no sonreír antes de apartar el Bentley a un lado de la carretera.
Se quita las gafas de sol y se relame despacio, viperino.
-Llámalo curiosidad científica.
-Lo llamo tentación, te conozco desde hace demasiado.
Y Crowley quiere contestarle que es lo propio, después de todo, va en su contrato. Se limita a inclinarse hacia el otro asiento, sin soltarse del volante. Le respira sobre el rostro, dejando que su mirada se deslice despacio desde los ojos de Azirafel hacia abajo, hacia sus labios.
-¿Ni un poco de curiosidad? -es incapaz de no sisear- ¿Un poco, Azirafel? Seguro que hasta aprendes algo.
El ángel traga saliva despacio, y Crowley se inclina un poco más. Acaricia el labio inferior de Azirafel con la punta de su lengua y puede sentirle estremeciéndose. No recibe contestación más allá de una mirada de (sí, ésa es la palabra) curiosidad, así que le agarra del cuello con algo que podría ser firmeza.
Como primer beso, Crowley cree que es una experiencia interesante. Por supuesto, ha tardado un par de milenios en plantearse siquiera el concepto, probablemente es demasiado pronto para juzgar. Azirafel tiene los labios suaves y no parece coordinarse con los de Crowley, pero tampoco le empuja cuando le cuela la lengua entre ellos.
Crowley muerde el labio inferior del ángel al separarse, y Azirafel gruñe. Gruñe. Bajo, casi imperceptible, pero lo hace. Y Crowley no le había visto más que suspirar en siglos.
Se aclara la garganta.
-Me quedan más dudas logísticas.
Azirafel asiente.