Título: Noches de Insomnio
Autor:
stellasometimesParejas: 2 Jongin+Kyungsoo, 1 Baekhyun + Kyungsoo
Advertencias: Uso de lenguaje y escenas explicitas, referencia a prácticas poco agradables.
Descripción: Hay pesadillas que perturban la noche, noches de insomnio que realmente son los anhelos y deseos prohibidos de un incosciente pertubado.
n/a: Sé que la advertencia es algo "extraña" pero esta tabla de drabbles es un tanto distinta y quice intentar con ideas nuevas :) al comienzo iban a ser 5 drabbles, pero preferí dibidirlos en dos tablas, así puedo preparar mejor las ideas que me quedan y puedan leer cosas que de verdad valgan la pena y así tengo tiempo para terminar mis otras ideas. Espero disfruten la lectura <3
Noches de Insomnio ☾
✦Pánico | Kyungsoo+Jongin |740 palabras
horror!au, drama, indicios de canibalismo.
Kyungsoo se siente atraído por su compañero de clases Kim Jongin; le gusta la forma en que sus labios lucen tan comestibles, el olor fresco que desprende cuando tiene miedo y por sobretodo sus ojos victimizados en pánico.
- ¿No crees que estás exagerando demasiado?- Dice Baekhyun con voz burlesca mientras se columpia en la silla que está al lado del pupitre de Kyungsoo. - Me cae bien Jonginnie, no deberías hacerle daño.
Baekhyun no tiene plena conciencia de que la manera en que balancea con tanta imprudencia su silla de un lado para otro está colocando de los nervios a Kyungsoo; o quizá sí, lo sabe y por eso en cada retracción toma más impulso. Hay una sonrisa satisfactoria en los delgados labios de Baekhyun, algo chispeante y burdo que se conjuga y que quiere salir a flote, pero que está atascada e intenta ahogarse en una sonrisa fingida.
No hay reacción. Kyungsoo ahorca con sus dedos un trozo de papel y empieza a juguetear con la bola como si el viento le hubiese hablado, y luego muerde con impaciencia su labio inferior mientras observa la enormidad del techo; Baekhyun sonríe más ampliamente.
El timbre para entrar a clases suena, demasiado fuerte y exageradamente para el gusto de Kyungsoo, que ya está sintiendo los estragos que está dejando el sonido en sus oídos demasiado sensibles con ecos rechinantes; gruñe internamente por el molesto ruido. Una montonera de alumnos, todos con sus respectivos uniformes escolares bien planchados, se abalanzan unos sobre otros, unos golpeándose entre ellos y algunos otros platicando como gente civilizada, éstos siendo la minoría.
Un olor peculiar golpetea los sentidos de Kyungsoo casi como una abofeteada en la cara, su corazón de acelera y la adrenalina le invade el cuerpo. La sangre fluyendo en un circuito de intercambio mientras sus dedos se mueven involuntariamente por el regocijo de placer; como siempre, es excitante y un poco lujurioso el aroma a carne fresca.
- ¿Hoy no fuiste a almorzar hyung? No te vi en el comedor, de nuevo. Hoy había Bulgogi -. La sonrisa de Kim Jongin siempre ha tenido una sola definición para Kyungsoo, tentador. Su compañero de banco es la tentación misma reencarnada en un trozo de carne; codiciada y jugosa proteína envuelta en una belleza perfecta y ambiciosa.
Hay veces que Kyungsoo sueña despierto que empotra a Kim Jongin en el baño y que le muerde el cuello mientras escucha los gritos de pánico salir de sus jugosos labios abotonados; puede que a veces Kyungsoo sigua a Jongin a su casa y le susurre mentalmente que cambie de dirección, para que se encuentren en un callejón oscuro; tan sólo puede que haya veces que Kyungsoo observe a Kim Jongin dormir por las noches desde el marco de su ventana y luego se acerque a morderle el cuello ficticiamente para saciar su incontrolable hambre de carne humana.
-No tengo hambre-dice sigilosamente Kyungsoo mientras observa cómo Baekhyun planta sus ojos en Jongin fijamente desde su puesto-. Acá cocinan mucho la carne-. Una risa ahogada se escapa de la boca de Baekhyun y Kyungsoo intenta no caer en la trampa. Jongin mira inquietante a su compañero de labios gruesos y piel pálida, demasiado pálida para su gusto, y que de vez en cuando llega a clases con los labios rotos y ensangrentados; que van a la par con sus puños que tienen pequeños hematomas.
-Uhm…- sisea Jongin nervioso. Kyungsoo está sonriendo demasiado ampliamente con su chiste no tan bueno, y eso es algo escalofriante. -Cosa de gustos, supongo…
Jongin generalmente no siente miedo, mucho menos de su compañero de puesto de ojos grandes y mirada somnolienta. No le disgustan las ojeras que hay debajo de sus ojos, ni tampoco la forma en que su aroma huele ligeramente terroso y a sangre. Tampoco la molesta la manera lasciva que lo observa en las clases de anatomía sin disimulo alguno como si fuera un diafragma expuesto; Jongin no tiene miedo.
Ha soñado que Kyungsoo lo observa dormir por las noches, y que cuando se queda dormido él le entierra sus dientes sobre su cuello y luego lo posee de alguna forma no humana; ha creído escuchar voces en su cabeza que le dicen que vaya a una callejón oscuro a encontrarse con Kyungsoo para que él pueda almorzar; ha escuchado gruñir a Do Kyungsoo cuando está cerca.
Jongin no tiene miedo. Jongin tiene pánico de cómo le excita la idea de ser comido a carne viva por su compañero de banco; de ojos oscuros y profundos que a veces llega a clases con sangre en las camisa del uniforme y con olor a sudor no tan propiamente humano.
✦Jadear | Kyungsoo + Jongin | 560 palabras
top!soo, smut, angst.
Jongin quiere desprenderse de la palabra Jadear, del dolor que conlleva escuchar jadear a Kyungsoo sin ser por completo suyo; pero es el único llamado que conoce.
Cuando la palabra jadear se conjuga directamente con el placer, y las manos aferradas a las sábanas se mezclan con el sudor amagado con la lujuria, éste se define por sí sólo como el punto de inflexión en que Jongin se da cuenta del poder que ejerce Kyungsoo sobre él. Jadear, jadear, jadear; Jongin no puede detenerse.
Jongin resume el placer en cortos monosílabos, que sabe, o que cree saber muy bien, son los que más ama su hyung al momento en que se retuerce sobre las sábanas sudorosas. Es una mezcla perfecta entre la ambición y el deseo; un conjunto de murmullos exaltados que se anidan en las paredes que buscan el momento preciso para escapar zigzagueantemente del encierro.
El poder que ejerce Kyungsoo sobre él se verbaliza cuando lo tiene extendido sobra la cama, encima de sábanas de lino perfectamente planchadas por el personal del hotel y con un leve olor a lavanda que desprenden las telas. Jongin percibe y reconoce en cosas de segundos ese olor; Do Kyungsoo es lavanda junto al planchado; noches de sexo sin pudor y algo más; un poco de espumante para perder el escrúpulo; y besos con caricias que no representan realmente la palabra amor. Piernas abiertas y besos repartidos sobre el borde interno de sus muslos resumidos en un sólo sonido verbalizado; jadear, jadear, jadear.
Ambos conocen el procedimiento al revés y al derecho, es mecánico pero jamás los deja de sorprender. Kyungsoo muerde cerca de la zona inguinal de su amante y luego levanta la mirada para observar los ojos suplicantes que lo observan oscurecidos en lujuria pecaminosa, no sin antes susurrarle suciamente cerca de su ombligo un letárgico “grita para mí Jonginnie” con algo de picardía y quizá diez octavas más grave su voz.
Jadear, jadear, jadear; es lo único que Jongin necesita cuando Kyungsoo está procediendo a poseerlo con tanta delicadeza. Un juego previo que se manifiesta en dedos jalando cabellos y gritos de desesperación para que Kyungsoo se haga responsable de los espasmos que está teniendo su cuerpo y el cansancio corporal que conlleva no venirse en su boca.
“Hyung, te necesito” dice con voz agotada y con los ojos humedecidos el menor; tiembla ante la sonrisa perversa que curte Kyungsoo en sus labios y luego bota un enorme grito cuando se ve siendo preparado sin previo aviso. No es algo nuevo, pero Jongin jamás podrá acostumbrarse a los dedos intrusos de su amante que entran y salen con tanta fluidez que hasta él mismo no se da cuenta del griterío que tiene dentro de la habitación.
Kyungsoo entra por completo, sin tanta compasión como las veces anteriores y luego Jongin se aferra sin mucha lucidez con sus tobillos enterrados a la espalda baja del mayor. Las estocadas son concretas, rápidas y certeras; besos desesperados y violentos son los que tranquilizan un poco a un excitado Kim Jongin; Jadear, jadear, jadear.
Kim Jongin ha descubierto que cuando más grita y alboroto hace, más rápido vuelve Kyungsoo a él. No pasan dos semanas sin llamarlo, sino cuatro días, o quizá menos. Cuando Jongin jadea “hyung eres perfecto” cerca de su oído, siempre es Do Kyungsoo quien llama para concretar una nueva cita con la excusa de que su esposa salió a un viaje de negocios.
Jadear, jadear, jadear; Jongin no tiene otro llamado de auxilio más que jadear.
✦Escarlata | Baekhyun+Kyungsoo | 892 palabras.
Bondage, masoquismo, escenas explicitas con sangre y golpes.
La noche se sintentiza en escarlata cuando Baekhyun por casualidad llama a Kyungsoo y le pide que retrate el bochornoso naranjo de Seúl sobre sus muslos, espalda y quizá un poco más profundo de su piel.
Baekhyun define a Do Kyungsoo como el color escarlata; elegante, lujoso y placentero. Todo se concreta de manera sutil, pero debidamente pensado y meticulosamente planeado cuando se trata de congeniar una cita con él. Baekhyun siente el nerviosismo comiéndole los nudillos cuando toma con sus dedos su teléfono celular para luego apegárselo a su oreja, escucha la voz cruda de su interlocutor pronunciando calculadamente sus palabras y todo se vuelve un lienzo en blanco a punto de ser pintado. Las muñecas le cosquillean y ya puede sentir el escarlata salir de ellas, su estómago crea nudos en éxtasis y sus muslos tiemblan cuando escucha a los lejos la voz grave diciéndole “Te estaré esperando donde siempre” casi como una promesa.
Una promesa que a veces se les escapa de las manos y que lleva a Baekhyun a perder la conciencia, pero que a él no le molesta en absoluto; Kyungsoo es escarlata, dulce y placentera escarlata.
Las paredes del pasillo del hotel son de color marfil, el piso está cubierto por una extensa alfombra de color carmesí que conecta con las habitaciones y a los costados lucen mesas con adornos florales encima. Es, sin ninguna duda, la metáfora que representa la vida de Byun Baekhyun; un gran torrente de rojo carmesí cayendo por su cuerpo de color marfil, donde las brochas y pinceles son los dedos y cuerdas que utiliza Kyungsoo sobre su cuerpo para hacer su arte sobre el lienzo en blanco de su piel, donde las flores condecoran la embriagadora sensación que recorre todo su cuerpo cuando todo se vuelve escarlata.
Llega al final del pasillo y una puerta de caoba oscura le da la bienvenida, en la fachada lleva un simple cartel plateado con los números 1206 en color dorado, lee con sigilo los números y procede a entrar sin pedir siquiera permiso. Tiene el código de ingreso de hace un tiempo, Kyungsoo lo cambia todas las semanas porque cree que no es seguro que una persona como Baekhyun tenga su número de ingreso, pero de alguna u otra forma siempre logra sacarle un poco de información, ya sea por conversaciones idílicas y poco convencionales donde Kyungsoo no es escarlata, o con frases sucias que hacen carcajear a Baekhyun y gruñir de vergüenza ajena a su interlocutor.
-Ya ni siquiera tocas la puerta. -Dice Kyungsoo con voz grave mientras observa secamente a Baekhyun entrar a su apartamento; éste sonríe sin vergüenza alguna y deja caer su chaqueta sobre la silla que está cerca de la entrada-. Supongo que tendré que castigarte por eso.
La mirada de su amante se adentra en su garganta y le reseca la boca; el nerviosismo comienza a comerle los nudillos y el cosquilleo sisea desde el esófago hasta su zona inguinal. Es por esa sádica mirada de poca compasión por la que ha estado esperando toda la semana, esos ojos bañados en lujuria oscura, pero mezclada en matices de rojo, carmesí y borgoña, que lo hacen llegar al más placentero delirio provocado por dolor.
-Vaya, ¿hoy estás un poco ansioso, no crees?-Baekhyun sabe que Kyungsoo odia cuando lo fastidian y le hacen bromas de mal gusto sobre su humor, es por eso que ha aprendido a hacerlo casi de costumbre y con la sonrisa más satírica sobre los labios posible.
El hombre de cabello oscuro como la noche y con labios anchos de color rosa pálido, lleva puesto una camisa casual de color blanca muy bien abotonada, y unos pantalones de cuero ajustado a sus perfectas piernas; muslos apegados a la tela y a algo más que se ve sugerentemente a gusto bajo su estómago bajo. La sonrisa sátira de Baekhyun logra su efecto y sin mucho ajetreo se ve a sí mismo boca bajo sobre la cama, semi desnudo y con Do Kyungsoo maquineando un amarre de cuerdas en sus muñecas. No es delicado ni meticuloso, jamás lo ha sido y a Baekhyun tampoco le gustan las cuotas de compasión por parte de su boca presuntuosa, que por cierto, hoy está bloqueada con una tela de color borgoña y que lo tiene jadeando desde hace unos minutos.
Kyungsoo con Baekhyun son escarlata pura cuando el primer golpe se ve representado en la espalda del amarrado con matices de rojo; escarlata pura cuando la saliva de Baekhyun es derramada y escurrida sobre las sábanas y sus quejas no son perceptibles, pero Kyungsoo sabe que está rogando por más crudeza; perfecta y dulce escarlata cuando Kyungsoo crea trazos perfecto en borgoña, violeta y marfil sobre los muslos blancos de su opresor y los condecora con caricias tranquilizadoras cuando Baekhyun ya está perdiendo la consciencia por todo el placer que su cuerpo a liberado bajo los gritos ahogados por la tela.
Baekhyun ama el escarlata que deja sobre las sábanas blancas de la cama de Kyungsoo que se mezclan con su saliva y el blanquecino semen que cae luego de que follen hasta perder la consciencia, ama cuando su sangre queda impregnada sobre la piel de su amante y gorgoteen desde su labio inferior hasta los pezones de Kyungsoo.
Ambos son escarlata y a Baekhyun no le interesa perder el control de los golpes ni de los amarres a contra luz de la lámpara que gritan un “quiero más” zigzagueante; placer, combinado con dolor, y un poco más de placer con color a escarlata.
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