Personaje: Kevin
Motivo: Dado que nadie escribía nada para el
challenge #6 lo hice yo.
Nota: Me ha costado bastante escribirlo, pero espero que todo encaje. No es como lo que suelo escribir, pero Annie Proux me inspiró para hacer esto.
Prompts: Vulnerabilidad,
I don´t want to miss a thing (imprescindible escucharla antes de leerlo) y Kevin´s POV.
Hoy no puedo dormir. No sé por qué. ¿Será que me estoy empezando a hacer mayor? ¿Será por que no tengo trabajo? ¿Serán los problemas de mi familia? ¿O será que no sé qué hacer con mi vida?
Muevo suavemente los brazos de mi marido de mi cintura. No quiero despertarle, él ya tiene bastante. El reloj marca las dos y cuarenta y tres de la mañana. Gracias a la poca luz que hay busco mis boxers por el suelo. Ha sido una noche increíble. Bueno, Scotty estuvo increíble. Él siempre lo está.
No sé qué hacer. ¿Me voy a la cocina a por algo de comer o beber, al salón con el ordenador o veo un rato la tele hasta que me vuelva el sueño? La televisión es lo que primero descarto. No quiero despertar a mi marido, pero tampoco me apetece ponerme a googlear, por lo que me dirijo a la cocina a por una copa de vino. Después de los primeros sorbos todo parece ir mejor, pero sé que es una sensación pasajera. Llevo tantos años bebiendo alcohol que creo que me he convertido inmune a él. La mejor prueba es el estado de mi hígado. Bueno, mejor no pensar en eso ahora.
Me apoyo en la mesa de la cocina. Está recogida. Siempre lo está. Scotty tiene esa manía. No soporta una cocina sucia. Sonrío. Puede que sea una manía, pero es deliciosa.
A veces me pregunto si me llegaré a convertir en uno de esos maridos que pasan de amar las manías de sus parejas a despreciarlas por completo. Yo creo que no. Nunca he sido una persona que se sacrifique por su pareja. Si hay algo que no me gusta, no me gusta. Scotty tiene defectos, lo sé, pero me reafirmo en lo que le dije hace casi dos años.
De repente tengo ganas de verle. Me dirijo al dormitorio después de haber dejado la copa en la mesita del salón. No quiero despertarle, por lo que me siento el sofá rojo que hay junto a su lado. Debe de haberse dado la vuelta cuando yo me fui, pues ahora está vuelto hacia mi.
Es tan hermoso. Ahora que duerme puedo quedarme mirándolo sin sentirme incómodo u observado. Podría quedarme toda la noche despierto sólo para escucharle respirar, verle como sonríe en sueños. Nunca pensé que sería capaz de hacer algo así, y ahora mírame. Podría pasarme toda la vida haciéndolo.
Me encantaría perderme en este momento para siempre. Sentirme seguro a su lado. Verle vivo, joven, feliz, en paz, a salvo. Hay una sonrisa en su cara. Me pregunto qué estará soñando, o si estará soñando conmigo. Está volviendo el sueño a mí, pero no me quiero dormir. No quiero cerrar los ojos. No quiero perderme este momento. No quiero perderme nada.
No creo que nadie sea capaz de entender cómo me siento. Ni siquiera mi familia. Ellos siempre han tenido otra imagen de mí, la que yo les he permitido, la que yo tenía. Pero he cambiado. Ya no soy ese hombre inseguro, frívolo e infiel. Ese hombre desapareció en el momento en el que Scotty me miró por primera vez.
Él ha sacado lo mejor de mi, y a veces lo peor, pero se lo debo todo a él. Sé que no debería ser así. Pero es la realidad. Le sigo observando. La sábana le cubre el cuerpo, pero su brazo derecho está por fuera, sujetándola. Es perfecto. Nunca lo reconoceré delante de nadie, pero lo es, y él no lo sabe. Hay momentos en los que creo que sólo ve sus defectos y puede que eso sea culpa mía. Sé que no soy el mejor marido del mundo. Hay muchos momento en los que debería estar con él y no estoy, pero también es verdad que cada día intento mejorarme, superarme.
Hay veces en las que tengo miedo. Miedo de que se canse de mi familia y de mi. Miedo de que me vuelva a dejar y esta vez no regrese. Pero no lo dejo ver, no puedo. No puedo mostrar mi lado más vulnerable, aunque creo que él ya lo conoce.
Me acerco a la cama. Nada más tumbarme él se vuelve hacia mí. Es como si reconociera mi presencia. Acostado cerca de él noto como late su corazón y me vuelvo a preguntar qué estará soñando. Me preguntó si sabe que estoy a su lado, que siempre lo estaré. No quiero despertarle, pero la necesidad de tocarle es muy grande. Con mucho cuidado le beso los ojos y le agradezco a Dios que estemos juntos. Yo sólo vivo para estar con él y me gustaría estar así eternamente. Porque no quiero quedarme dormido. Porque incluso cuando sueño con él, el sueño más dulce no se le puede comparar.
No quiero perderme ni una sonrisa, no quiero perderme ni uno de sus besos. Sólo quiero abrazarle fuerte y notar su corazón junto al mío, y que nos quedemos perdidos en ese momento para el resto de nuestras vidas. No quiero dormirme, pero el sueño me puede. Me acerco a él buscando su protección, su calor, su amor. Sé que siempre podré encontrar eso en el. No quiero cerrar los ojos. Su aroma me invade. Huele a madera y a sudor. Es reconfortante y somnoliento. No quiero cerrar mis ojos. No quiero quedarme dormido porque le echaría de menos, pero el sueño me llama. No me quiero perderme nada.
FIN
Dedicado a todas aquellas personas que cada día dan lo mejor de sí mismas por los demás.