Personajes: Kevin y Scotty
Motivo: Porque a veces los sueños se hacen realidad.
Rango: NC-17 (Mucho, más de lo que me proponía)
Dedicado: Está escrito gracias a kimifan4ever . Sin su ayuda no habría sido posible (tú sabes a lo que me refiero). Gracias por hacerme un hueco en tu corazón.
Kevin sabía que Scotty no llegaría hasta tarde y eso le enfureció todavía más. Se había pasado todo el día pensando en él, o más bien en su cuerpo, desnudo, mojado por gotas de agua que le caían por encima, lentas... “Para” se dijo.
Estaba solo en el loft, tumbado en la cama. Miró el reloj pero todavía faltaban dos horas para que viniera.
‘Dos horas!’ Suspiró poniéndose la almohada de Scotty en la cabeza. Respiró fuertemente para tranquilizarse y dejar de pensar en lo que por ahora no podía tener, pero al hacerlo respiró la suave fragancia que había impregnada en la almohada. Olía a frutas, madera y galletas. Olía a Scotty.
Sin poder, ni querer, evitarlo dejó que ese aroma le recorriese todo el cuerpo y poco a poco empezó a imaginar que su marido estaba con el. Sabía que no tenía que hacerlo. Se juró no tener que hacerlo nunca más desde que volvió con Scotty, pero ahora mismo sus deseos e instintos eran superiores a cualquier razón.
Lentamente se fue recorriendo el cuerpo hasta llegar a la línea vellosa que separaba lo prohibido a cualquier hombre menos a su marido.
‘Scotty.’ Susurró mientras olía la almohada y se tocaba lentamente. Pensó en él. En sus ojos azules, es sus labios carnosos, en su cuello dulce y blando, en su pecho, en sus musculosos brazos, en su culo prieto y duro, en su polla.
Llegado a este punto Kevin empezó a agitársela más deprisa. Recordó todas aquellas veces en las que Scotty le había hecho eso. “Dios, él lo hace tan bien. Tiene unas manos tan perfectas.” Y recordó todas aquellas veces que le había tomado en su boca, con sus delicados pero firmes labios. Chupando y lamiendo muy despacio, justo como a él le gustaba. Casi podía sentirlo ahora. podía sentir como sus manos le dejaban paso para que pudiese acceder más fácilmente a su cuerpo. Casi podía notar el calor de sus labios contra su piel, casi podía sentir la suavidad de su pelo.
***
Scotty entró en el loft. Había conseguido llegar antes a casa debido a que Jack se había quedado para cerrar cocina.
“Estas demasiado cansado, hijo. Ve a casa con tu marido y aprovecha lo que queda de noche.”
Esas palabras aún resonaban en su cabeza mientras se dirigía al dormitorio, pero al llegar allí se quedó paralizado en la puerta.
Vio como Kevin abrazaba y olía su almohada. Lo hacía con tanta intensidad que pareció como si se olvidase del mundo entero y sólo se centrase en su olor, en su fragancia. Poco a poco empezó a recorrerse el cuerpo con la mano hasta que llego a su dura y más que dispuesta polla. Se la acarició lentamente mientras susurraba su nombre y Scotty no pudo evitar notar como se encendía por dentro hasta límites insospechados. Estaba seguro de que la imagen de su marido, desnudo en la cama, masturbándose pensando en él, era más que suficiente como para correrse allí mismo, pero se le ocurrió una idea aún mejor.
Rápidamente se desnudó y se puso en la cama con mucho cuidado para no sacar a Kevin de su trance. Lentamente le quitó las manos y al comprobar que no habría los ojos, con una sonrisa le tomó en su boca.
***
Kevin empezó a notar que eso eran más que sus propias imaginaciones. Eso era real. Abrió los ojos de golpe y se encontró a su marido entre sus piernas tal y como lo había deseado minutos atrás. Una sonrisa de satisfacción recorrió todo su ser y acarició la cabeza de este atrayéndolo más hacía sí.
‘Scotty.’ Volvió a susurrar pero esta vez con la intención de que este lo oyera. Scotty, en respuesta, le tomó más profundamente en su boca hasta que Kevin, a punto de correrse, le paró.
Scotty le miró. Estaba dispuesto a hacerlo y sabía que Kevin lo deseaba, pero por mucho que Kevin lo deseara sabía que no sería justo para su marido. Le conocía lo suficiente como para saber que lo le gustaba que se corriese en su boca.
Sin mediar una palabra le atrajo hacia sí y le besó fervientemente. Podía notar el sabor de su propio semen en su boca. Mientras sus lenguas exploraban las bocas ya conocidas, Kevin llevó su mano izquierda a la parte de atrás de la cabeza de Scotty y con la derecha recorrió su cuerpo para comprobar que su marido se encontraba igual de excitado y en el mismo punto que él. “Bien” pensó. Si podía tenerlo todo, por qué conformarse con un poco.
***
Scotty lo notaba. Sabía que sus caderas le estaban pidiendo más. Podía notar como se movían contra el cuerpo de Kevin. Podía notar como la sangre se agrupaba en su miembro pidiendo ser liberada. Podía sentir la pasión y la esencia de Kevin en toda su plenitud.
Le miró a los ojos y no necesitó palabras. Cogió un poco de lubricante y rápidamente preparó a Kevin. No necesitó mucho tiempo, pues el estaba igual o más preparado para esto que él.
Tomó sus piernas y las colocó en su cintura. Sus caderas le pedían rapidez, pero, con un esfuerzo sobrehumano, se lo negó. Miró a Kevin y este le estaba mirando a él, y en ese momento Scotty podía haber jurado que era el ser más hermoso sobre la faz de la tierra.
Le penetró lentamente. Oyó como su respiración cambiaba. Como sus músculos se contraían y se relajaban. Suspiró su nombre.
***
Kevin notó como su cuerpo entero le recibía. Sabía que encajaba perfectamente y también sabía que no iba a ser lento.
‘Scotty... mi amor...’
‘Sí, Kevin.’ Dijo entrecortadamente.
‘Dame... dame más... mucho más.’
Y Scotty así lo hizo. Agarró las caderas de su marido y vació toda su energía y su pasión en el cuerpo de aquel hombre hasta que los dos se perdieron en sus gritos, su pasión, su liberación, su unión.
FIN