[Ats] Ficlet: Choque de personalidades

Apr 27, 2007 18:13

Bueno, aquí está terminado mi primer/segundo fic Liam_us, según se mire.

En los avisos ya indico que en este fic hay varias escenas de sexo no consentido (no-con). Debido a la naturaleza del pairing y luego a la situación de uno de los personajes, en los momentos que el non-con sucede es algo dudoso para los personajes a los que le ocurre, pero sigue siendo sexo no consentido desde mi punto de vista.

Título: Choque de personalidades.
Autor: Gina-Spike.
Fandom: Btvs-Ats.
Pairing: Liam/OC, Angelus/OC, Angelus/Liam.
Personajes: Darla, Drusilla, Penn.
Rating: Nc-17.
Tiempo/Spoilers: Pre-series. Completamente AU.
Argumento: Una noche en el pasado de Liam. Oh, y sip… esto, mmmm… y metiendo una escena de sexo entre Liam y Angelus con calzador… si os lo creéis, os lo agradecería pero mucho, mucho. Oh, que más, si creéis que esta historia tiene argumento YAY por vosotros; pero releyéndolo y volviéndolo a leer he sacado la conclusión de que no hay argumento. Son solo una serie de acontecimientos para llegar al smut… entre los chicos. Ósea un fic con un PWP como una casa de grande. Vale, vale… supongo que algo de argumento hay, no? /levanto una ceja y me encojo de hombros/ Nada, nada que Ra insistía que estos se liaran y yo cumplo como chica buena aunque lo cosa sea…
Género: Smut, Slash, Het, PWP.
Betado: driada77
Dedicado: Para Raquel. Este iba a ser su primer Liam_us, pero me quede atascada y comencé otro; pero logré terminarlo. Bien por mí. Espero que lo disfrutes. Ya sabes que te queda un tercero XD.
Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, todos son propiedad de Joss Whedon, ME… solo los he tomado prestados para pasar un buen rato con ellos ¬¬. Quien diría al principio de todo que yo cogería prestado el personaje de Angel para pasar un buen rato con él, y sólo él. /Sin comentarios XD/
Word: 5.107 palabras.
Signos: Las frases entre * * indican pensamientos.
Nota 1: Mi primer Liam_Us. Ha costado sudor y lágrimas. Y yo que pensaba que iba a ser el único… llega un tercero. Juas.
Nota 2: No sé por qué pero esto es todo sobre Angelus. ¬¬
Aviso: Que son el mismo personaje, así que si el incesto de cualquier tipo no te gusta estás advertido. Voyerismo. Non-Consensual (Sexo sin consentimiento por una de las partes).



Ficlet: Choque de personalidades.
***

-Galway, Irlanda. 1747.-

La taberna estaba llena.
Chicas fáciles coqueteando con clientes, vasos a rebosar de buen alcohol irlandés, buena música con la que acompañar la diversión y por supuesto una buena pelea para terminar. La cual había comenzado no sé quien por faltar a no sé que señorita de buen ver.

En eso estaba Liam, que claramente no había comenzado pero que no le importaba ser parte de ella, cuando les echaron de la taberna.

-"¡¡Vamos Tommy!! Déjame pasar…"- dijo mientras se erguía. Pero el dueño se interpuso en su camino impidiéndole pasar.

-"Vete Liam, ve a dormir la mona a casa. La diversión se te ha acabado por hoy aquí… si vuelves a entrar le diré a los chicos que te echen a patadas. Sabes que lo haré."- le dijo señalándole con un dedo, avisándole que cumpliría la amenaza.

-"Pufff… como quieras."

Tommy antes de entrar en su local, se volvió a girar y se dirigió al resto de los que habían acabado medio destrozando el garito -"Y también va para vosotros. No os quiero ver rondando por aquí. Ya me habéis causado demasiados problemas por una noche."

Y con esas comenzaron a separarse. Cada uno escogiendo un camino distinto al de los demás y echando miradas furtivas hacía atrás para ver si eran seguidos por alguno de los otros.

Liam, no menos borracho que los demás, comenzó a caminar sin importarle donde acabaría esa noche con tal de acabar borracho y perdiendo casi el conocimiento con una buena moza al lado.

*-*
Ahora, en un nuevo local y con una jarra de cerveza en su mano jaló descaradamente a una de las camareras del bar haciendo que se sentará en su regazo. -"Clarice…"- Comenzó a susurrarle mientras con su otra mano comenzaba a levantarle el vestido. -"¿Cómo estás, eh?"

La chica ya hipnotizada por el habla del irlandés se rió coquetamente mientras intentaba levantarse y hacer su trabajo -"Aquí no, Liam. Estoy trabajando."

-"Entonces dónde, eh Clarice."- Repitió su nombre mientras su mano subía por la pierna de ella para acabar posándose en su vientre y juguetear con la posibilidad de introducir su mano en su interior en un lugar repleto de gente. La chica agitada soltó un gemido que intentó cortar al recordar que estaban en un sitio público.

Liam siguió con sus juegos. Primero unos pequeños mordisquitos en el cuello, luego comenzó a olisquearla provocándola sentimientos agradables mientras lo hacía y por último comenzó a desabrochar la parte de delante del corpiño del vestido para ver más de lo que mostraba la muchacha; mientras con la otra mano seguía jugueteando debajo de su faldón.

Olvidado el pedido y olvidada la bandeja encima de la mesa, Clarice se levantó del regazo de Liam para también levantarle de donde estaba sentado. Sin soltarle comenzó a andar deprisa hacia la salida echándole miradas juguetonas preludio de lo que en breve iba a suceder.

Desde detrás de la barra del local, uno de los camareros, que estaba limpiando los vasos, movió la cabeza de un lado a otro al ver que Clarece, seguida de Liam, salía de allí; pero agachó la cabeza y continuó con su trabajo no importándole si la chica se metía en 'problemas' o no en horas de trabajo.

*-*
Una vez fuera, se soltó de él y comenzó a corretear como una colegiala alrededor, soltando risitas de niña mala; indicándole que si quería conseguir algo tendría que pillarla.

Liam que no estaba para esas chiquillerías sino para otros deseos más carnales, alzó los ojos al cielo exasperado y con tono que esperaba que fuera contundente pero que no sonora a orden la dijo -"Clariceee… ven aquí."

-"Vamos, Lee… tendrás que cogerme para conseguir esto."- Y sin dudarlo ni un segundo se levantó los faldones y le mostró lo que minutos antes le había sido dado con total facilidad.

El rostro de Liam al ver la osadía se transformó completamente. Clarice al ver solo lujuria en los ojos de éste, pegó un gritito y salió disparada correteando a ninguna parte y a todas, comenzando así el juego y la caza.

Liam, por supuesto, fue detrás de ella, despacio, sin prisa porque sabía que al final conseguiría lo que le había sido mostrado. Clarice sin querer o queriendo se metió en un callejón cercano a donde minutos antes habían salido. Mirando hacia la entrada comenzó a andar hacia atrás esperando en cualquier momento ver aparecer a Liam por ese mismo sitio por el que ella acababa de entrar.

Deseando alargar un poco más el juego decidió esconderse entre unas cajas y unos cartones viejos que había en uno de los laterales del callejón.

Al rato Liam apareció en la entrada y al no verla por ningún lado comenzó a impacientarse. Volviendo a examinar más detenidamente el callejón cayó en la cuenta de que a un lado había una serie de trastos.

-"¿Clarice? Vamos, sal… no tienes ninguna salida."

Minutos pasaron y no se escuchaba ni un alma.

-"Esta bien… me marcho."

Nada paso durante un tiempo.

Al poco rato se escucharon pequeños ruidos de movimiento por donde las cajas… una cabeza rubia asomaba por entre ellas. -"¿Lee?"

Al no recibir respuesta volvió a repetirlo de nuevo, esta vez un poco más alto -"¿Lee?… … ¿Liam?"- En su tono se podía intuir miedo.

Durante el tiempo que había estado escondida en ese hueco no había escuchado pasos que le indicaran que Liam se hubiera marchado, así que a la fuerza aún tenía que estar en ese callejón.

-"Lee me estás asustando. ¿Dónde estás?"- giró alrededor mirando hacia todos lados. Entre las sombras una mano la agarró por la muñeca y la arrastró hasta el muro, empujándola contra él. Al sentir que alguien la cogía, intentó gritar pero fue en vano porque la otra mano ya tapaba su boca.

El intruso comenzó a manosearla, a levantarle el vestido mientras que ella intentaba zafarse desesperada por lo que le iba a pasar. -"¡LIAM!"- Gritó cuando vio quien era el acosador. -"Oh, ¡Liam!… Estúpido. Me asustaste."- Le intentó pegar pero Liam la sujeto las manos. -"¿Cómo pudiste hacerme eso?"

Liam arqueó una ceja -"Has sido una chica mala, Clarice."- Sus manos comenzaron a desabrochar el corpiño que estaba a medias del intento de antes y una vez satisfecho comenzó a besarle el pecho mientras que las manos de la chica acariciaban y mesaban el pelo de Liam. -"Ahora tienes que darme lo que me ofrecías…"- Clarice le acariciaba la cara y le miraba con ojos embelesados sin mostrar el miedo o la angustia de segundos atrás. -"… o lo haré sin más."

-"Hazlo."- dijo con voz agitada y completa de deseo. Sin más pensamiento se desabrochó la vestimenta, le levantó la falda del vestido y se dispuso a tomarla mientras besaba cuello, pecho y cara.

*****
*fush… tap*

Perdió el equilibrio y calló al suelo. Mientras se levantaba iba limpiándose el traje. Miró alrededor y tirándose de las solapas se colocó la chaqueta por los hombros, para luego abrocharse los botones y volviéndose a limpiar esa misma zona. -"¿Qué dia…?"- Nada a la vista de la presa a la que apunto había estado de hincarle los dientes en su estirado y delicado cuello.

-"¡Drusilla!"- soltó entre dientes cuando se percató de lo que había sucedido, cabreándose más a medida que miraba alrededor y no veía a nadie, ni siquiera reconociendo donde se encontraba.

Volviendo a su estado normal, caminó por las oscuras y desérticas calles haciendo un reconocimiento a la vez que murmuraba un montón de atrocidades que serían practicadas en el inestable cuerpo de su alocada Childe cuando la encontrará.

Recordaba haber salido de caza, con Drusilla y Darla detrás de él. También recordaba recorrer las calles de Londres buscando una pieza de arte con la que poder satisfacer su ansia de poder y recordar al submundo que significaba la palabra Aurelius y quien era Angelus en esos tiempos mientras los ineptos humanos se paseaban por sus calles, ingenuos a que en esquinas o sitios oscuros les acechaban las más peligrosas bestias que ni sus mentes se podían imaginar.

Lo último que recordaba era que por fin había conseguido su víctima, se había divertido con ella y le estaba sujetando por el cuello mirándole directamente a los ojos disfrutando al ver reflejado en ellos el miedo atroz que estaba sintiendo ese pequeño chico en esos momentos. Recordaba estar girándole su cuello y agachando su cabeza cuando sintió una extraña sensación en todo su cuerpo, como si pequeñas hormiguitas lo estuvieran recorriendo y de fondo a una Drusilla bastante alterada recitando sus insanidades para acabar donde estaba ahora.

-"¡Oh, loca insensata! Cuando te pille no habrá piel que se vuelva a regenerar después de realizarte el castigo que te mereces."- Rugía y murmuraba mientras caminaba. -"Le haré pequeños cortes en su frágil piel, y utilizaré esos juguetitos, oh si, y romperé sus huesos uno a uno… ¿Dónde diablos es este maldito sitio?"

Seguía caminando por las vacías calles intentando orientarse y encontrar la casa donde estos días estaban viviendo. Todo le sonaba familiar pero no lograba encontrar el camino.

-"Mire por donde va."- le espetó alguien que había chocado con él despertándole de su ensimismamiento y dándole una pista de donde se podría encontrar.

Angelus se giró y se dirigió hacia él -"Oiga,…"- Carraspeó para hablar un poco más alto. El hombre paró en seco al oír su voz,… -"… me he perdido."-… los hombros se relajaron al escucharle decir eso y se dio la vuelta en el momento que el vampiro llegaba hasta donde él estaba parado esperando… -"¿Podría indicarme como ir a San…?"-… y a gran velocidad le agarró por el cuello y con un leve movimiento se lo rompió haciendo que cayera al suelo desplomado, después se agachó y rebuscando entre los bolsillos interiores de la chaqueta del muerto sacó una cartera… -"Estúpido, crees que no me daría cuenta."-… y le golpeó en la frente con ésta.

Después se puso en pie y reconociendo el terreno se decidió por uno de los caminos que prestaba el lugar. -"¡En Irlanda!, ¡Me mandaste a Irlanda!"- *Pero, ¿cómo ha podido hacerlo? ¿Qué tiene esa cabecita tuya si no es serrín? Infierno de mujer.* Un último pensamiento cobró vida en su mente; ya que estaba de nuevo en su patria porque no disfrutarlo y luego ya vería la manera de volver a Inglaterra, al lado de sus chicas y poner en vereda a su alocada y desobediente Childe.

-"Esta vez si que estás metida en un buen lío, Dru. Daddy está muy enfadado contigo."- *Pero que diablos no voy a desperdiciar una noche de caza, solo y… en Irlanda.* Una sonrisa siniestra se dibujaba en su rostro y si alguien hubiera estado lo suficientemente cerca como para atreverse a mirarle vería que sus ojos brillaban de un dorado intenso augurando una noche que pocos olvidarían.

***
-Londres, Inglaterra. 1863.-

Un gimoteo con leve tono de melodía. -"Bisshhsihbsibisss, bisshhsihbsibisss…,"- Un susurro reflejando el miedo de una niña pequeña que sabe que ha hecho algo malo sin saber realmente que es lo que ha hecho mal. Y un baile acentuando la inocencia que hay detrás de esa muñeca rota en la que la han convertido. Todo ese proceso desatando la furia de la que se sabe que está en cargo.

Baila, susurra, murmura y gime incoherencias. Se retuerce y suelta gritos desgarradores mientras sus ojos están fijos en el infinito. -"Daddy hizo ssshhhuffff. Hmhmhmmmm. ¿Dónde ha ido Daddy? ¡¡Mi piel!! Tiras de piel… Las estrellas cantan, cuelgan de las paredes goteando… ellas están contentas de que se haya ido. Lloran sangre... Sí, su sitio no estaba aquí hoy. ¿Abuelita?"- Darla la tiene sujeta por los hombros, la menea pero al ver que eso no hace efecto la pega una bofetada. Su rabia es tan grande que sus uñas han cortado la fina piel de Drusilla.

Sus delicados dedos tocan suavemente su mejilla, y se manchan de la sangre que brota de una herida ya cerrada. Instintivamente se los lleva a la boca saboreando su elixir y fijando su perdida mirada en Darla. -"Liam va a hacer algo travieso hoy."

-"Tráele de vuelta, Dru y te he dicho mil veces que no me llames eso. No soy ni tu niñera ni tampoco espero pasarme la eternidad cuidándote, ¿me oyes?"- se gira y se dirige hacia el chico, tirado en el suelo, que no ha movido un músculo por el shock de la situación. -"No sé lo que hay en esa cabecita tuya ni quiero saberlo pero invierte de una vez lo que has hecho. ¡Tráele de vuelta! ¡AHORA!"

Su tono se dulcifica. -"¿Te encuentras bien?"- Está agachada ante la que segundos antes había sido la presa de Angelus, su rostro es pura preocupación y una de sus manos está extendida como muestra de ayuda. -"Siento lo que le ha pasado."

El joven se agarra firmemente a la mano y se levanta con dificultad. Sus piernas aún tiemblan del susto y él aún sigue ido de lo que ha pasado. Darla comienza una lenta inspección, sus manos acarician las del joven de manera seductora sin dejar de sonreír y fingir una gran preocupación por lo que le ha pasado. Después le agarra por el cuello del traje, colocándoselo. Su sonrisa sigue firme y siente como el chico se va relajando.

-"Pero… pero yo no he sido. El viento hablaba, tarareaba una canción."- Y de sus labios vuelve a salir esa melodía, bailando y meciendo las manos de lado a lado. -"Ya no suena más… calla, mira y se ríe. Daddy está juguetón, quiere divertirse y no es contigo."- Suelta un ladrido. -"Shhhh, ellos no quieren decir nada, se han… cerrado. Miss Edit dice que daddy nos está esperando en casa."

-"Pues haz algo para abrirlas."- sus manos se aferran al cuello del muchacho haciendo que éste abra su boca. -"Oh, ¡vaya! Está herido."- Hace una mueca de desinteresada preocupación.

Las manos de él se posan sobre las de ella intentando debilitarlas y conseguir algo de aire; pero no sirve de nada. Darla inclina y luego acaricia su cuello con el pulgar sintiendo como la sangre recorre el cuerpo de su ahora víctima y la llama. -"Déjeme ver, ¿no querrá que se le infecte, verdad?"- Su rostro se transforma. -"Por supuesto que no… Oh, Cielo. No tengas miedo, no te va a doler. Será la experiencia más excitante de tu vida. Bueno, la única experiencia excitante de tu vida."

*-*
Se limpia las comisuras de los labios mientras pasa por encima del cuerpo, que yace sin vida en el suelo; el cual muestra señales de que está experiencia ha sido más que intensa y excitante para él. Se acerca a Drusilla, que está agazapada contra el muro dándose suaves toques en la frente y susurrando sin sentidos como siempre que entra en crisis.

Volteando los ojos, se agacha, la agarra por el codo y la levanta sin miramientos para luego llevarla a rastras todo el camino a la casa que tienen en Londres. Durante el trayecto Drusilla sigue como en trance soltando gritos desgarradores acompañado con risas de lo más siniestras.

-"No puedo creer que le siga permitiendo tenerte. Debería exigirle que te termine de una vez por todas. Que diablos, le obligare a hacerlo. Los juguetes no se rompen si no piensas acabar con ellos."- Se paran, y la suelta para levantar las manos exasperada. -"¡Quieres callarte! Me estás produciendo dolor de cabeza."- Los ruidos cesan. -"Así está mejor. Ahora vayamos a la casa y encontremos solución a esto."

***
-Galway, Irlanda. 1747.-

Media villa recorrida, y a cada paso que daba más ganas le entraban de volver a destruir a todos los insignificantes habitantes de allí. Irlanda era una cosa, pero ¡Galway!

Bajando por el camino que había tomado había pasado cerca de la Iglesia de la villa, cuyos muros le habían confirmado en que parte exacta de Irlanda estaba para su desagradable sorpresa. Parte de esos muros estaban repletos de anuncios y carteles que notificaban las últimas muertes y sucesos de la zona; y cual sería el próximo sepelio y la fecha que señalaban los periódicos de la época hay colgados eran 1747. ¡1747! Aún faltaban seis años para encontrarse con Darla y que ésta le diera la vida eterna. Seis años para que la villa cayera bajo su ira.

Ahora todo se levantaba virgen ante su destrucción; burlándose de él al mostrar sus calles vacías sin un alma de la que poder disfrutar salvo el hombre de minutos atrás.

Si no fuera un vampiro habría dado por imposible los viajes en el tiempo o lo que fuera que hubiera pasado para llegar hasta aquí. Diablos, por todo lo que sabía hasta podría estar en una dimensión alternativa o algo por el estilo. Si salía de está, alguien iba a acabar muy mal.

Si su memoria era buena, por la zona que se encontraba era difícil encontrarse con alguien a esas horas; salvo rateros al acecho de una ventana abierta por la que poder entrar y saquear algo de la vivienda desafortunada o los que daban fin a su noche de juerga, los cuales eran llevados en carromato hasta sus hogares. Si quería ver movimiento tenía que ir a la parte baja de la ciudad.

*-*
Una vez en la zona donde se concentraban todo los locales de la ciudad se dirigió a uno de los que solía ir cuando era humano. Allí encontraría información más fácilmente; además de otras cosas más interesantes, por lo que recordaba.

Unos extraños sonidos llamaron su atención. Salían de un callejón que había al final de la calle. Se acercó para escuchar mejor y paró a mitad de la entrada.

-"Vaya, vaya… pero que tenemos aquí."- No muy lejos de donde él estaba había dos figuras en claro momento de pasión y excitación; y ninguna de ellas notó su presencia.

Al rato de estar ahí, sintió que había algo detrás de él. Pensando que eran mirones observando a la desinhibida pareja desde la oscuridad que ofrecía parte de la calle que mostraba el acceso al callejón se giró y con sus ojos entrecerrados escudriño la zona para, al final, ver reflejado en la pared de enfrente una pequeña sombra a ras del suelo. El ser que la proyectaba se arrastraba sigilosamente haciendo un movimiento de tiovivo en su trayecto acompañado de un extraño grito de guerra "¡Grr! ¡Argh!" a cada paso que daba para acabar perdiéndole la pista cuando el pequeño monstruo giró la esquina siguiendo su tranquilo camino como si pensara que nadie fuera a verle.

Entonces, no mirones.

Levantó una ceja y sacudió la cabeza de lado a lado sorprendido de la extraña visión y de la extraña noche que estaba teniendo. Luego, volvió a posar sus ojos de nuevo en la pareja y concentrándose en el show gratis que le estaban dando. Inclinó su cabeza hacia un lado y sonrío maliciosamente.

Esperaba que no hubiera interrupciones porque ahora era tiempo para él de disfrutar y no desperdiciar nada de este viaje ya que estaba de nuevo allí. Luego, por qué no, podría hacer una visita a su familia.

A cada paso que daba hacia ellos, los gemidos de la mujer se hacían más nítidos; el ritmo que llevaban era acompasado, lento pero a la vez firme. Empujones pequeños pero profundos. La chica, ahora que la veía mejor, sujetaba la cabeza del joven, que estaba sumergida entre sus pechos saciándose de ellos, como si su vida le fuera en ello. Sus piernas estaban alrededor de él haciéndole imposible escapar si esa hubiera sido la idea desde un principio. Pero por lo que se acometía frente a él, esa idea no se le había pasado al chico ni de lejos.

Al rato, éste echó su cabeza hacia atrás, con algo de dificultad por culpa de las manos de la joven, tomando aire para después besar de manera apasionada a su compañera. Su espalda se tensó por la fuerza del acto; al igual que el brazo que estaba apoyando en el muro aguantando parte de su peso pronunciando así sus trabajados músculos. Sus pieles estaban brillantes. Gotas recorrían el cuerpo de la joven que era mostrado sin pudor.

Las uñas de la chica recorrieron la espalda del joven dejando marcas que tardarían días en desaparecer; y lo que una vez fueron gemidos se convirtieron en gritos de placer.

Los labios del chico estaban fuertemente apretados formando una delgada y acentuada línea. La sensación de estar dentro de ella, sentir como se agarraba, como le oprimía pero le daba la bienvenida hacía que deseara que este sentimiento nunca acabase.

Ambos estaban sumergidos en sus propias sensaciones, gozando y todo para disfrute de un Angelus que no estaba perdiendo detalle del acto que se estaba representado ante él y del cual pronto sería parte.

La parejita estaba llegando al final. La velocidad de las embestidas se incrementó, al igual que las pulsaciones y los latidos de sus corazones despertando aún más si cabe el hambre y la excitación de Angelus.

Cuando el chico estaba a punto de correrse dentro de la joven, que también estaba llegando a su orgasmo, le apartó bruscamente; haciendo que se golpeara con varias de las cajas y escombros, que estaban apilados al lado del montículo donde se lo estaban montando, provocando que cayera al suelo y que perdiera el sentido.

La joven abrió los ojos sobresaltada para encontrarse a Angelus encima de ella. Frunció el ceño extrañada pero en cuanto sintió la presencia viril que la penetraba se olvido de todo pensamiento racional.

Los empujones de Angelus eran mucho más fuertes y seguros. La chica le agarró por el cuello para estabilizarse y que la penetración fuera más profunda. Enseguida sintió como los músculos de la chica se aferraban a su polla completamente, y con un leve estímulo a su clítoris con su mano la llevó al orgasmo que anteriormente le había sido prohibido consiguiendo que fuera más intenso. Con su otra mano tiró del pelo hacia atrás enseñando su cuello; y mientras ella aún no bajaba de su clímax la mordió en la yugular bebiendo de ella sin resistencia hasta dejarla seca a la vez que la fijaba con su semen.

Se relamió los labios. Beber sangre en el mismo instante en que la chica seguía en lo más alto de su orgasmo fue pura ambrosía. Su cuerpo estaba vibrando, en éxtasis, colocado con una de las mejores sangres con las que un vampiro se podía alimentar y completamente duro, de nuevo, por eso.

Se separó de la chica que quedó tumbada en la pila de cajas con una expresión de gozo en su rostro y con todos sus encantos al aire. La imagen pintada ante él era exquisita.

Pronto su pene le llamó la atención. Estaba erecto y quería seguir jugando; le daba igual con qué, con quién o cómo. Quería diversión y pronto; y Angelus era de los que se negaban pocos placeres.

Se escuchó un gemido de dolor. Provenía del chico que había tirado sin miramientos sobre las cajas y los cartones para poder agenciarse a la chica. Seguía boca abajo y parecía no haberse movido del sitio desde entonces. Otro gemido, esta vez más bajo, le hizo fijarse más detenidamente en las formas del chico.

La postura en la que había caído estaba tentándole. Completamente desnudo, salvo por los pantalones alrededor de los tobillos, mostraban a Angelus que el joven estaba bien dotado y semi-duro.

El chico comenzó a levantarse apoyando sus manos en el suelo, los músculos de la espalda se marcaron y le dio a Angelus una perfecta vista de donde pronto estaría metida su polla. Se vio follando al chico y su miembro comenzó a levantarse al ritmo que lo estaba haciendo el joven.

Pocas veces había tenido el deseo de hacerlo con otro hombre. Se podía contar con los dedos de las manos las ocasiones que lo había hecho con Penn y era más por quien dominaba en la familia y por sometimiento que por otra cosa y por el deseo de complacer a Darla en esas ocasiones en las que ella deseaba mirar mientras lo hacían; porque luego eso desencadenaba en una noche de pasión desenfrenada con ella.

Pero esto era distinto, aquí había tentación, deseo por tomar al chico y sentir placer por ello.

Se acerco a él silenciosamente. Era casi de su misma estatura, tenía el pelo castaño oscuro lo suficientemente largo para atárselo con una fina cuerda pero ahora le estaba tapando sus facciones.

Le sintió aún aturdido por el golpe, le agarró por la cintura y lo dirigió hacia la pared donde le hizo apoyar las manos para que pudiera sostenerse y no perder el equilibrio y caer al suelo. Lo quería bien despierto o lo suficiente para no estar follando a un cuerpo inerte. Ya lo había hecho una vez por probar y no fue de su agrado.

Con una traviesa sonrisa en los labios, Angelus comenzó a recorrer con sus manos la espalda del chico. Despacio, muy despacio. Y a cada centímetro lograba sacar deliciosos gemidos de éste.

Sus cuerpos se acoplaron cuando el joven inconscientemente se echo para atrás. Angelus le mordisqueaba el cuello mientras le preparaba para penetrarle y segundos después estaba dentro de él. Ambos gimieron a la sensación.

Sin darle tiempo a ajustarse el chico comenzó a moverse con necesidad. Angelus tuvo que sujetarlo por la cintura para marcarle el ritmo que él deseaba. Cerró los ojos, su mandíbula estaba tensa. Unas pocas embestidas más y pronto estaría corriéndose, muy profundo dentro de él.

Le echó la cabeza hacia atrás para morderle en la yugular como había hecho anteriormente con la chica. Cuando abrió los ojos para memorizar el rostro del primer chico que había tomado con deseo y le vio, se quedó paralizado. Pero el joven,… él mismo, él en su forma humana, LIAM... seguía moviéndose. Seguía moviéndose y aferrándose a él. Y seguía haciendo esos ruidos guturales con la garganta que hicieron que Angelus perdiera el norte y comenzará a moverse de nuevo. Uno, dos, tres embestidas y estaba corriéndose como nunca antes lo había hecho. Y que Dios le ayude porque en ese momento no quería estar en otro sitio más que ahí.

Los labios de Liam se acercaron a los suyos y antes de que supiera lo que estaban haciendo Liam le estaba besando con ferocidad. Aunque era una posición bastante incómoda para besar, Angelus no podía desprenderse de los labios de Liam después de haberlos probado. Siguieron así durante un rato, mordiéndose los labios el uno al otro, saboreándose, jugando con sus lenguas en batallas donde no importaban quién ganaba y tentándose.

De nuevo, Angelus estaba duro y listo para otro round. Comenzó a moverse lentamente y Liam con él, rompiendo el beso al echar la cabeza hacia delante y apoyarla en la pared mientras cerraba levemente los ojos.

-"Mmmmmmmmmmmmmm… chico guapo. Pretty…"- susurró Liam, que volvía a estar medio inconsciente.

Angelus comenzó a reírse cuando se dio cuenta de que Liam no le había reconocido.

Una extraña sensación comenzó a recorrerle el cuerpo. -"No, joder… no, no, no, no, no. Ahora no, maldición."- Sabiendo perfectamente que era lo que lo provocaba.

*fuusshhhhh…*

Angelus desapareció y Liam cayó desmayado al suelo.

***
-Londres, Inglaterra. 1863.-

*fush… tap*

Darla estuvo al lado de Angelus en cuanto le vio aparecer. Le llevo a un sillón para que se sentara. -"Por fin. Pensaba que ya no volvería a verte por culpa de tu estúpida Childe."- Le acarició dulcemente el rostro. -"¿Te encuentras bien, Angelus?"

Angelus estaba un poco desorientado. Poco a poco todo estaba volviendo a su forma original. Había libros y rastro de un ritual en la mesa del salón principal donde se encontraban.

Penn estaba sentado enfrente de él, en otro sillón igual al suyo, con las manos entrelazadas detrás de su cabeza y con las piernas extendidas y abiertas; mostrando una pose de confianza que varias noches atrás no la habría mostrado. -"Vaya, vaya. Si no lo veo no lo creo…. Se ve que has tenido diversión donde fuera que hayas estado."- Miró intensamente a la entrepierna de Angelus con una sonrisa traviesa y comenzó a reírse cuando Angelus se abrochó los pantalones. -"Modesto. Vaya, ¿eso nos debería preocupar?"

Antes de que pudiera contestar a alguna de las preguntas que le habían hecho, Drusilla estaba a sus pies. Suplicando por su perdón o soltando alguna de sus locuras sin sentido. No le importaba. -"¿Daddy? Juro que yo no fui. Díselo."

Enfadado y mostrando su verdadero rostro, Angelus agarró a Drusilla por los pelos y la llevo a rastras hasta el cuarto de la casa donde a menudo la había castigado durante su estancia en Londres. En su recorrido Drusilla gritaba más sin sentido, algo de una melodía y que el viento le susurraba una canción. Que alguien le estaba esperando para jugar juegos traviesos y algo de unas estrellas colgadas goteando. Eso le enfureció aún más.

Darla le sonrío, dándole su aprobación. -"Cielo, no ensucies demasiado. Mañana tenemos invitados y quiero que nos inviten a su fiesta de sociedad. Me enfadaré si algo sale mal."

Un grito desgarrador rompió el silencio de la casa unos segundos después, acompañado por muchos otros.

***
-Galway, Irlanda. 1747.-

Los rayos de sol no llegaban hasta el callejón, pero los gallos cantando indicaban que empezaba un nuevo día.

Liam comenzó a recobrar el conocimiento o a desperezarse. No estaba muy seguro. Se llevo las manos a la cabeza cuando el más mínimo movimiento le provocó un intenso dolor. Tenía algo de sangre en un lado de la cabeza, pero parte del dolor era de la resaca.

Se levantó con dificultad, perdiendo el equilibrio un par de veces en el proceso. Recogió su ropa y se medio vistió decentemente.

Intentaba recordar que es lo que había pasado pero solo veía fragmentos de lo sucedido. Recordaba a Clarice, alguien agarrándole por el cuello y después nada… bueno; sí, un extraño sueño bastante húmedo con un desconocido. Aunque estaba bastante dolorido en algunas zonas para que hubiera sido un sueño; pero no quería pensar en ello. Eso no podría haber pasado, ¿verdad?

Vio a Clarice acostada encima de las cajas. Se acercó a ella para despertarla. Pero paró horrorizado al darse cuenta el estado en el que estaba. Los ojos miraban vacíos y el cuello estaba desgarrado. Miró en dirección a la salida del callejón para ver si alguien le había visto. Al no ver a nadie, salió corriendo sin mirar atrás hasta llegar a su casa.

-Fin-

-fandom: pre-series, ficlet: 'choque de personalidades', -personaje: liam, -pairing: liam_us, -pairing: liam/angelus, fics_2007, -rating: nc-17, -fandom: jossverso, !fanfiction, -fandom: ats, #ficlets, -personaje: angelus

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