Damon Werth quiere ser tu amigo (3/?)
Fandom: NCIS
Título: Damon Werth quiere ser tu amigo
Personajes: Tony/Ziva (en progreso), McGee/Abby (establecido)
Advertencias: spoilers hasta el 7x24
Notas: ¡otra entrega más! La historia sigue extendiéndose cuando escribo, mejor ni calculo cuanto falta. No demasiado, pero un pedazo todavía ;) Espero que les guste, que esto de escribir algo más relax me está comiendo viva!! Gracias a lorelai_ncis que me está ayudando muchísimo con el beteo!!
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¿Ahora empezaba el acoso telefónico? Ese tipo quería algo, Tony estaba seguro de ello. ¿Cómo era que su compañera no lo notaba?
Desde ahí no podía escuchar lo que hablaban, Ziva se había ido casi al ascensor para hablar. Podía intentar acercarse con alguna excusa, pero tal vez no debía tentar su suerte. Intentó aparentar que estaba trabajando, pero dos veces al mirar hacia ella se encontró con la mirada incendiaria de la agente.
Luego, la vio bajar el teléfono y dirigirse hacia él hecha una furia. Todo intento de disimular que no la había visto habría sido en vano.
-¿Sabes quién era? - Ziva se cruzó de brazos frente a su escritorio. No esperó su respuesta, sabía de sobra que la había escuchado al contestar. - Damon. Tenía una curiosa historia… parece que está saliendo con una chica…
Tony se desconectó un momento de lo que su compañera decía. Un inicio de sonrisa incontrolable se formó en sus labios. No fue consciente de ello hasta que Ziva golpeó con la palma su escritorio.
-¡¿Te parece divertido?! La chica acaba de llamarlo para reclamarle porque él le había dicho que no tenía Facebook, y ahora que lo encontró y lo agregó, quería saber quién es esa chica de Washington con la que hablaba tanto.
¿Qué? ¿Alguien estaba haciéndose pasar por Werth? ¿Y qué quería ese alguien de Ziva? Tardó un momento en procesar que la mirada que le dirigía su compañera y la rabia con la cual le hablaba significaba algo más.
Abrió mucho los ojos.
-¿Crees que yo estoy suplantando a Werth? ¡¿Para qué?!
Ziva entrecerró los ojos mirándolo fijamente, al tiempo que se inclinaba sobre su escritorio.
-Dice que no conoce a ninguna de las personas que el falso perfil tiene agregada como amigos. A ninguna excepto a mí. Ya sabes lo que dice Gibbs de las coincidencias.
-Oh, vamos, ¿me crees capaz de algo tan complicado? -Rió un poco, lo que pareció alentar la furia de su compañera- ¿Para hablar contigo como si fuera Mr. Esteroides? ¡Es una locura!
-¡Creaste una cuenta falsa una vez para seducir a McGee!
Tony miró a su alrededor nervioso, Ziva había levantado la voz y un par de agentes que iban pasando se habían volteado a verlos.
-¿Sabes lo mal que suena eso dicho así?
-¡Tony!
-¡No lo hice! - replicó el agente, quien empezaba a temer que empezara a usar sus conocimientos de interrogatorio del Mossad contra él.
Ziva se acercó un poco más y lo miró profundamente a los ojos por unos segundos. Iba a empezar a alegar en su defensa, pero ella lo hizo callar con una seña. En su rostro apareció una sombra que podía ser el beneficio de la duda… o bien iba a dejarlo hablar para que se ahorcara con su propia lengua.
-Si no eres tú, ¿quién?
Tony se relajó contra el espaldar de su asiento con su mejor postura de sentirse profundamente ofendido por la desconfianza.
-No lo sé, deberías preguntarle a McGeek.
Lanzó una mirada de reojo al escritorio de su compañero, y una sospecha le llegó como un ataque de instinto policial.
-De hecho, el novato ha estado particularmente insistente con el tema de tu amigo Werth…
Su compañera retrocedió de golpe, sorprendida por la idea.
-¿No estarás sugiriendo que es McGee? -Ziva extendió los brazos a ambos lados de su cuerpo, como si la idea fuera increíblemente absurda - ¿Por qué iba a hacer algo así?
Tony se levantó y se dirigió al escritorio vacío. Miró a ambos lados y abrió el servidor de Internet. McGee lo había cerrado a toda prisa cuando él había llegado. Estaba en Facebook entonces, no había cerrado sesión.
Al entrar en la pagina y ver el nombre “Damon Werth” encabezando el muro, lo tuvo claro. Ziva, quien acababa de acercarse a ver por encima de su hombro, también.
-Te tenemos, McImpostor.
Ziva dio otra palmada en el escritorio y se incorporó buscando a su alrededor, no había señas de su otro compañero.
-Debe estar donde Abby. Voy a buscarlo ahora mismo.
Tony se incorporó dispuesto a seguirla. Ninguno de los dos hizo mención al respecto, pero sabían que a él también le atañía el asunto.
---------------------
Primero había pasado a autopsias a dejar unos datos a Ducky, donde el médico lo había retenido más tiempo del que había previsto. Sin embargo, después había aprovechado para pasar el laboratorio a actualizar a su novia unos momentos.
Abby prácticamente aplaudió de felicidad cuando le contó la conversación que había tenido con Tony antes de bajar. Lo que sí hizo fue darle un beso rápido en los labios que prometía mucho más para después del trabajo.
Sonrió orgulloso, en realidad le había salido bien la última frase, tenía la esperanza de haber causado un efecto en su compañero.
-¡Esto va a salir bien, Tim, lo presiento! Sólo necesitan ayuda para ir en la dirección apropiada - declaró. - Y no pudimos elegir un mejor momento, con Gibbs ocupado arriba con Vance. Ahora necesitamos observar y planear la siguiente fase.
Aquello ya no le sonó tan bien. Estaban haciendo bien el trabajo, pero no terminaba de convencerse de que estuviera del todo bien. Si sus amigos se enteraban, tendrían toda la razón de enojarse. Y sus enfados eran épicos.
-Abby, ¿cuánto vamos a prolongar esto?
La chica empezó a caminar de un lado a otro, como hacía siempre que estaba tratando de resolver algo en su mente.
-No lo sé, hay que arriesgar. ¡Lo hacemos por ellos! ¿Qué clase de amigos seríamos si no hacemos nada?
McGee desvió la mirada.
-No está bien tampoco. Sólo espero que funcione.
Abby se acercó y le puso ambas manos en los hombros.
-No te preocupes Timmy, lo estás haciendo de maravilla.
El agente sonrió ligeramente de medio lado, realmente había esperado que Ziva empezara a sospechar algo a esas alturas.
-He tenido suerte de no decir nada que haga sospechar a Ziva. Pero no me gusta engañarla.
La científica asintió.
-Lo sé, pero sólo estás siendo un amigo… Te sale natural. - Entrecerró los ojos con una expresión de sospecha. - De hecho, has demostrado que la conoces muy bien. Tal vez soy yo la que debería ponerse celosa.
Sin embargo, terminó sus palabras con una sonrisa y le acarició la mejilla.
-Revisa a ver si te ha dicho algo más - le advirtió Abby. - Luego deberías subir.
McGee tomó su teléfono y efectivamente, encontró un mensaje que acababa de llegar.
“Tengo un problema, ¿te conectarás en la noche al chat del Facebook? No puedo hablarlo con nadie más”.
Al enseñárselo a Abby ambos se miraron intrigados, pero antes de que pudieran discutirlo, Tony y Ziva entraron al laboratorio discutiendo sobre la incomprensión del agente en cuanto a lo que se refería a intimidad. La agente estaba guardándose el teléfono en el bolsillo.
McGee no pudo evitar una sensación desagradable cuando Ziva rodó los ojos y lo miró a él en busca de comprensión.
Empezaba a sentirse ya culpable.
------------------------
Ni Ziva ni Tony habían previsto que bajar por las escaleras les iba a dar una ventaja impensable. El ascensor estaba ocupado y la israelí tenía mucha prisa. Al bajar las gradas y llegar a la puerta del laboratorio sin embargo, Tony la tomó del brazo para detenerla y le hizo una seña de silencio.
“-Abby, esto empieza a prolongarse demasiado. Cuando Ziva se entere…”
Al captar las palabras, los ojos de Ziva chispearon de furia pero se mantuvo en silencio, le hizo señas a Tony para acomodarse contra el muro y escuchar.
Fue entonces cuando tuvo la genial idea. Sacó su teléfono y entró Facebook para mandar un mensaje privado a “Damon”. Se lo enseñó a Tony, pero a juzgar por su mirada este no entendió enteramente lo que pasaba, pero sí que debían seguir el juego como si no supieran nada.
Después de que la forense les diera los datos de la pista que estaban siguiendo, volvieron a salir y entraron al ascensor, dejando a McGee con ella, presuntamente esperando otro análisis.
Tony no tardó en detener el ascensor a lo Gibbs y mirarla sin entender.
-¿Qué planeas, mente siniestra?
Ziva sonrió con malicia, mientras apoyaba el dedo índice contra la comisura de sus labios.
-Ven a mi apartamento esta noche si quieres estar presente para esa conversación.
Su compañero la miró intrigado.
-¿No vas a decirme lo que planeas, verdad?
Por toda respuesta, la agente encendió de nuevo el ascensor. Pudo notar la intensa mirada de Tony sobre ella.
-Oh, eres una peligrosa ninja israelí… No me gustaría hacerte enfadar.
Ziva no pudo evitar reír.
-Tú siempre me haces enfadar.
-Pero te gusta - declaró Tony sonriendo cuando las puertas del ascensor se abrieron, y salió sin esperarla.
La agente no le replicó nada. Hasta que no se vengaran de Abby y McGee, prefería mantener una tregua.
-------------------
Tony llegó un poco más tarde de la hora acordada con una caja de pizza y una bolsa de chucherías para comer. Aquello iba a ser todo un espectáculo.
-¿Lograste averiguar si Abby está con él?
-No, tenía boliche con las monjas primero - replicó Tony mientras sacaba las bolsas de papas tostadas y los paquetes de palomitas de maíz para microondas.
-Bien. Damon suele conectarse como a esta hora. No debe tardar.
El agente sonrió burlón.
-¿Damon? Va a ser que te has encariñado de McGee en esa versión.
Ziva miró hacia la computadora con el ceño fruncido.
-Ha hecho un buen trabajo.
Tony la miró con interés. Su compañera se había mostrado complacida de tener contacto con Damon de nuevo, aunque lo disimulara en la oficina. ¿Estaría decepcionada?
-¿No sospechaste que no era Werth?
La israelí, ahora nacionalizada, lo miró sin contestar. Con algo de sequedad le devolvió la pregunta.
-¿Y tú?
-No es mi amigo - replicó él extendiendo ambas manos, librándose de responsabilidad al respecto.
Ziva resopló y no contestó. ¿Qué significaba aquello? Recordó un comentario que McGee había hecho.
-Supongo que no tenían mucho contacto - tanteó el terreno. El que debía pagar esa noche era McGee y no él, pero no podía contenerse de preguntar.
-Creía que tú teoría era otra - replicó ella irritada.
Tony notó que estaba devolviéndole la frase que había usado contra ella en el auto. De acuerdo, sí, había sugerido que entre ellos había algo, pero no era tan descabellado.
-La mía era muy plausible -le remarcó.
-Tanto como la mía -masculló Ziva.
Tony miró hacia la computadora, lo que cortó su impulso de replicar. Tal vez lo más conveniente. Había aparecido ya la ventanita en el extremo inferior de la pantalla, no lo habían escuchado.
-¡McConspirador ha llegado a la cita! - anunció acercándose sin esperar invitación.
Ziva fue más rápida sin embargo, y con un empujón con las caderas lo hizo a un lado para sentarse en la silla frente a la computadora.
Le llamó la atención la manera en que movía la cabeza, echando hacia atrás el cabello que tenía suelto, como si fuera realmente a encarar a McGee. Pero él conocía esa manera de actuar suya. No era agresiva en la superficie, sino seductora y peligrosa.
En el caso de su compañera eso solía ser sinónimo.
La vio teclear con rapidez. A veces se preguntaba cuánto trabajo con teclados habría hecho en Mossad, o si era algo que había desarrollado ya con ellos.
Hola Damon. ¿Por qué no me das tu skype y hablamos por videoconferencia hoy? Es algo largo lo que te quiero contar.
Ziva se giró para lanzarle una mirada cómplice, y él le sonrió.
-¿Quieres hacer sudar al novato, eh?
La chica le guiñó un ojo y volvió a ver la pantalla. En la parte inferior de la ventana de diálogo que se había abierto, podrían ver como el punto verde se transformaba en la nubecita de dialogo y de vuelta al punto verde.
Seguramente no se decidía a qué poner.
Tengo mala la webcam y el micrófono.
-Salida fácil - comentó Tony mientras abría uno de los paquetes de papas tostadas.
Bueno, no importa. Escribiré.
Ziva esperó un momento y se giró a verlo, muy seria.
-Para que quede claro, todo lo que voy a decir, es para vengarnos de McGee y Abby.
Vaya, qué bien sonaba el plural.
-¿O sea, que vas a mentir?
-Y ya conoces la regla #7…
Se volteó a la computadora y escribió.
Supongo que recordarás lo que te conté sobre Tony la última vez.
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Título: Damon Werth quiere ser tu amigo
Personajes: Tony/Ziva (en progreso), McGee/Abby (establecido)
Advertencias: spoilers hasta el 7x24
Notas: ¡otra entrega más! La historia sigue extendiéndose cuando escribo, mejor ni calculo cuanto falta. No demasiado, pero un pedazo todavía ;) Espero que les guste, que esto de escribir algo más relax me está comiendo viva!! Gracias a lorelai_ncis que me está ayudando muchísimo con el beteo!!
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¿Ahora empezaba el acoso telefónico? Ese tipo quería algo, Tony estaba seguro de ello. ¿Cómo era que su compañera no lo notaba?
Desde ahí no podía escuchar lo que hablaban, Ziva se había ido casi al ascensor para hablar. Podía intentar acercarse con alguna excusa, pero tal vez no debía tentar su suerte. Intentó aparentar que estaba trabajando, pero dos veces al mirar hacia ella se encontró con la mirada incendiaria de la agente.
Luego, la vio bajar el teléfono y dirigirse hacia él hecha una furia. Todo intento de disimular que no la había visto habría sido en vano.
-¿Sabes quién era? - Ziva se cruzó de brazos frente a su escritorio. No esperó su respuesta, sabía de sobra que la había escuchado al contestar. - Damon. Tenía una curiosa historia… parece que está saliendo con una chica…
Tony se desconectó un momento de lo que su compañera decía. Un inicio de sonrisa incontrolable se formó en sus labios. No fue consciente de ello hasta que Ziva golpeó con la palma su escritorio.
-¡¿Te parece divertido?! La chica acaba de llamarlo para reclamarle porque él le había dicho que no tenía Facebook, y ahora que lo encontró y lo agregó, quería saber quién es esa chica de Washington con la que hablaba tanto.
¿Qué? ¿Alguien estaba haciéndose pasar por Werth? ¿Y qué quería ese alguien de Ziva? Tardó un momento en procesar que la mirada que le dirigía su compañera y la rabia con la cual le hablaba significaba algo más.
Abrió mucho los ojos.
-¿Crees que yo estoy suplantando a Werth? ¡¿Para qué?!
Ziva entrecerró los ojos mirándolo fijamente, al tiempo que se inclinaba sobre su escritorio.
-Dice que no conoce a ninguna de las personas que el falso perfil tiene agregada como amigos. A ninguna excepto a mí. Ya sabes lo que dice Gibbs de las coincidencias.
-Oh, vamos, ¿me crees capaz de algo tan complicado? -Rió un poco, lo que pareció alentar la furia de su compañera- ¿Para hablar contigo como si fuera Mr. Esteroides? ¡Es una locura!
-¡Creaste una cuenta falsa una vez para seducir a McGee!
Tony miró a su alrededor nervioso, Ziva había levantado la voz y un par de agentes que iban pasando se habían volteado a verlos.
-¿Sabes lo mal que suena eso dicho así?
-¡Tony!
-¡No lo hice! - replicó el agente, quien empezaba a temer que empezara a usar sus conocimientos de interrogatorio del Mossad contra él.
Ziva se acercó un poco más y lo miró profundamente a los ojos por unos segundos. Iba a empezar a alegar en su defensa, pero ella lo hizo callar con una seña. En su rostro apareció una sombra que podía ser el beneficio de la duda… o bien iba a dejarlo hablar para que se ahorcara con su propia lengua.
-Si no eres tú, ¿quién?
Tony se relajó contra el espaldar de su asiento con su mejor postura de sentirse profundamente ofendido por la desconfianza.
-No lo sé, deberías preguntarle a McGeek.
Lanzó una mirada de reojo al escritorio de su compañero, y una sospecha le llegó como un ataque de instinto policial.
-De hecho, el novato ha estado particularmente insistente con el tema de tu amigo Werth…
Su compañera retrocedió de golpe, sorprendida por la idea.
-¿No estarás sugiriendo que es McGee? -Ziva extendió los brazos a ambos lados de su cuerpo, como si la idea fuera increíblemente absurda - ¿Por qué iba a hacer algo así?
Tony se levantó y se dirigió al escritorio vacío. Miró a ambos lados y abrió el servidor de Internet. McGee lo había cerrado a toda prisa cuando él había llegado. Estaba en Facebook entonces, no había cerrado sesión.
Al entrar en la pagina y ver el nombre “Damon Werth” encabezando el muro, lo tuvo claro. Ziva, quien acababa de acercarse a ver por encima de su hombro, también.
-Te tenemos, McImpostor.
Ziva dio otra palmada en el escritorio y se incorporó buscando a su alrededor, no había señas de su otro compañero.
-Debe estar donde Abby. Voy a buscarlo ahora mismo.
Tony se incorporó dispuesto a seguirla. Ninguno de los dos hizo mención al respecto, pero sabían que a él también le atañía el asunto.
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Primero había pasado a autopsias a dejar unos datos a Ducky, donde el médico lo había retenido más tiempo del que había previsto. Sin embargo, después había aprovechado para pasar el laboratorio a actualizar a su novia unos momentos.
Abby prácticamente aplaudió de felicidad cuando le contó la conversación que había tenido con Tony antes de bajar. Lo que sí hizo fue darle un beso rápido en los labios que prometía mucho más para después del trabajo.
Sonrió orgulloso, en realidad le había salido bien la última frase, tenía la esperanza de haber causado un efecto en su compañero.
-¡Esto va a salir bien, Tim, lo presiento! Sólo necesitan ayuda para ir en la dirección apropiada - declaró. - Y no pudimos elegir un mejor momento, con Gibbs ocupado arriba con Vance. Ahora necesitamos observar y planear la siguiente fase.
Aquello ya no le sonó tan bien. Estaban haciendo bien el trabajo, pero no terminaba de convencerse de que estuviera del todo bien. Si sus amigos se enteraban, tendrían toda la razón de enojarse. Y sus enfados eran épicos.
-Abby, ¿cuánto vamos a prolongar esto?
La chica empezó a caminar de un lado a otro, como hacía siempre que estaba tratando de resolver algo en su mente.
-No lo sé, hay que arriesgar. ¡Lo hacemos por ellos! ¿Qué clase de amigos seríamos si no hacemos nada?
McGee desvió la mirada.
-No está bien tampoco. Sólo espero que funcione.
Abby se acercó y le puso ambas manos en los hombros.
-No te preocupes Timmy, lo estás haciendo de maravilla.
El agente sonrió ligeramente de medio lado, realmente había esperado que Ziva empezara a sospechar algo a esas alturas.
-He tenido suerte de no decir nada que haga sospechar a Ziva. Pero no me gusta engañarla.
La científica asintió.
-Lo sé, pero sólo estás siendo un amigo… Te sale natural. - Entrecerró los ojos con una expresión de sospecha. - De hecho, has demostrado que la conoces muy bien. Tal vez soy yo la que debería ponerse celosa.
Sin embargo, terminó sus palabras con una sonrisa y le acarició la mejilla.
-Revisa a ver si te ha dicho algo más - le advirtió Abby. - Luego deberías subir.
McGee tomó su teléfono y efectivamente, encontró un mensaje que acababa de llegar.
“Tengo un problema, ¿te conectarás en la noche al chat del Facebook? No puedo hablarlo con nadie más”.
Al enseñárselo a Abby ambos se miraron intrigados, pero antes de que pudieran discutirlo, Tony y Ziva entraron al laboratorio discutiendo sobre la incomprensión del agente en cuanto a lo que se refería a intimidad. La agente estaba guardándose el teléfono en el bolsillo.
McGee no pudo evitar una sensación desagradable cuando Ziva rodó los ojos y lo miró a él en busca de comprensión.
Empezaba a sentirse ya culpable.
------------------------
Ni Ziva ni Tony habían previsto que bajar por las escaleras les iba a dar una ventaja impensable. El ascensor estaba ocupado y la israelí tenía mucha prisa. Al bajar las gradas y llegar a la puerta del laboratorio sin embargo, Tony la tomó del brazo para detenerla y le hizo una seña de silencio.
“-Abby, esto empieza a prolongarse demasiado. Cuando Ziva se entere…”
Al captar las palabras, los ojos de Ziva chispearon de furia pero se mantuvo en silencio, le hizo señas a Tony para acomodarse contra el muro y escuchar.
Fue entonces cuando tuvo la genial idea. Sacó su teléfono y entró Facebook para mandar un mensaje privado a “Damon”. Se lo enseñó a Tony, pero a juzgar por su mirada este no entendió enteramente lo que pasaba, pero sí que debían seguir el juego como si no supieran nada.
Después de que la forense les diera los datos de la pista que estaban siguiendo, volvieron a salir y entraron al ascensor, dejando a McGee con ella, presuntamente esperando otro análisis.
Tony no tardó en detener el ascensor a lo Gibbs y mirarla sin entender.
-¿Qué planeas, mente siniestra?
Ziva sonrió con malicia, mientras apoyaba el dedo índice contra la comisura de sus labios.
-Ven a mi apartamento esta noche si quieres estar presente para esa conversación.
Su compañero la miró intrigado.
-¿No vas a decirme lo que planeas, verdad?
Por toda respuesta, la agente encendió de nuevo el ascensor. Pudo notar la intensa mirada de Tony sobre ella.
-Oh, eres una peligrosa ninja israelí… No me gustaría hacerte enfadar.
Ziva no pudo evitar reír.
-Tú siempre me haces enfadar.
-Pero te gusta - declaró Tony sonriendo cuando las puertas del ascensor se abrieron, y salió sin esperarla.
La agente no le replicó nada. Hasta que no se vengaran de Abby y McGee, prefería mantener una tregua.
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Tony llegó un poco más tarde de la hora acordada con una caja de pizza y una bolsa de chucherías para comer. Aquello iba a ser todo un espectáculo.
-¿Lograste averiguar si Abby está con él?
-No, tenía boliche con las monjas primero - replicó Tony mientras sacaba las bolsas de papas tostadas y los paquetes de palomitas de maíz para microondas.
-Bien. Damon suele conectarse como a esta hora. No debe tardar.
El agente sonrió burlón.
-¿Damon? Va a ser que te has encariñado de McGee en esa versión.
Ziva miró hacia la computadora con el ceño fruncido.
-Ha hecho un buen trabajo.
Tony la miró con interés. Su compañera se había mostrado complacida de tener contacto con Damon de nuevo, aunque lo disimulara en la oficina. ¿Estaría decepcionada?
-¿No sospechaste que no era Werth?
La israelí, ahora nacionalizada, lo miró sin contestar. Con algo de sequedad le devolvió la pregunta.
-¿Y tú?
-No es mi amigo - replicó él extendiendo ambas manos, librándose de responsabilidad al respecto.
Ziva resopló y no contestó. ¿Qué significaba aquello? Recordó un comentario que McGee había hecho.
-Supongo que no tenían mucho contacto - tanteó el terreno. El que debía pagar esa noche era McGee y no él, pero no podía contenerse de preguntar.
-Creía que tú teoría era otra - replicó ella irritada.
Tony notó que estaba devolviéndole la frase que había usado contra ella en el auto. De acuerdo, sí, había sugerido que entre ellos había algo, pero no era tan descabellado.
-La mía era muy plausible -le remarcó.
-Tanto como la mía -masculló Ziva.
Tony miró hacia la computadora, lo que cortó su impulso de replicar. Tal vez lo más conveniente. Había aparecido ya la ventanita en el extremo inferior de la pantalla, no lo habían escuchado.
-¡McConspirador ha llegado a la cita! - anunció acercándose sin esperar invitación.
Ziva fue más rápida sin embargo, y con un empujón con las caderas lo hizo a un lado para sentarse en la silla frente a la computadora.
Le llamó la atención la manera en que movía la cabeza, echando hacia atrás el cabello que tenía suelto, como si fuera realmente a encarar a McGee. Pero él conocía esa manera de actuar suya. No era agresiva en la superficie, sino seductora y peligrosa.
En el caso de su compañera eso solía ser sinónimo.
La vio teclear con rapidez. A veces se preguntaba cuánto trabajo con teclados habría hecho en Mossad, o si era algo que había desarrollado ya con ellos.
Hola Damon. ¿Por qué no me das tu skype y hablamos por videoconferencia hoy? Es algo largo lo que te quiero contar.
Ziva se giró para lanzarle una mirada cómplice, y él le sonrió.
-¿Quieres hacer sudar al novato, eh?
La chica le guiñó un ojo y volvió a ver la pantalla. En la parte inferior de la ventana de diálogo que se había abierto, podrían ver como el punto verde se transformaba en la nubecita de dialogo y de vuelta al punto verde.
Seguramente no se decidía a qué poner.
Tengo mala la webcam y el micrófono.
-Salida fácil - comentó Tony mientras abría uno de los paquetes de papas tostadas.
Bueno, no importa. Escribiré.
Ziva esperó un momento y se giró a verlo, muy seria.
-Para que quede claro, todo lo que voy a decir, es para vengarnos de McGee y Abby.
Vaya, qué bien sonaba el plural.
-¿O sea, que vas a mentir?
-Y ya conoces la regla #7…
Se volteó a la computadora y escribió.
Supongo que recordarás lo que te conté sobre Tony la última vez.
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