El primer Halloween
Fandom: Harry Potter
Título: el primer Halloween
Claim: familia Potter, James/Lily
Notas mías: fic dedicado al aniversario de muerte de Lily y James, así como al día de fiestas por el niño que vivió.
El primer Halloween
Sirius le había regalado un lindo traje de perrito para su disfraz. El mundo mágico estaba sumido en el horror de una guerra cruel en la que el nombre de Lord Voldemort estaba prácticamente vedado.
No estaban las cosas para celebraciones, o ese era el criterio de Lily. Pero James no consideraba justo que su hijo se perdiera una fiesta. Aunque fuera solo un bebé. El padrino había regalado el disfraz y había demandado fotos, ya que no podría verlo ese día. Tenía guardia de la Orden con Peter.
-¡Mira que lindo que se ve!- exclamó James tras terminar de ponerle el disfraz - es un precioso cachorrito.
El bebé rió cuando Lily le acomodó el gorro con orejitas que su padre le había puesto torpemente.
-Creí que hubieras preferido vestirlo de Bambi.
-¿De quién? - preguntó él sin entender. Lily rió.
-De venado bebé. Es un cuento de un venado que tiene dos amigos, un conejo y un zorrillo, y… - se detuvo ante la mirada expectante de su esposo - Creo que te lo contaré luego, es largo.
-Me encantan tus cuentos, los muggles tienen una imaginación impresionante. Sacan tantas ideas sin magia… - levantó al bebé en el aire, quien rió por toda respuesta - Nah, le dejaremos este año a su padrino. El otro año podrá llevar ya la cornamenta, ¿verdad, Harry?
-James - Lily le puso una mano en el hombro con suavidad - No sabemos qué pasará de aquí a un año. Estamos en una guerra.
-Aunque no estuviéramos en guerra no lo sabríamos - respondió James acercándose a ella para darle un suave beso. Harry se agarró de su pelo rojo, y él le apartó la mano con suavidad - Si estamos en esta guerra es para que Harry tenga una vida normal y tranquila ¿no? Eso implica muchos Halloween.
Clavó su mirada en los ojos esmeralda de su esposa, quien sonrió con calidez, asintiendo.
-Tienes razón. Los tendrá, nos aseguraremos de eso.
James sonrió ampliamente.
-¡Perfecto! ¿Lista para salir a pedir confites?
Lily rió.
-¡Harry tiene 3 meses! ¡No come confites!
-¡Es un niño con disfraz un 31 de octubre! - rebatió James abriendo mucho los ojos - ¡Eso le da derecho a confites!
Lily le retó con la mirada, aunque sus labios sonreían.
-¿Cómo va a pedirlos?
-Yo puedo encargarme de esa parte - contestó su esposo con una amplia sonrisa.
-¿Y quién va a comérselos? - Lily se cruzó de brazos esperando la respuesta, conteniendo una sonrisa mayor.
-Hum... Supongo que yo. Aunque tu puedes ayudarme, por supuesto - se apresuró a añadir con su mirada más angelical.
Lily le dio un beso en la nariz y luego se dirigió a su dormitorio.
-¡Hey! ¿Dónde vas? - preguntó James extrañado, descuidando un momento al pequeño Harry, quien dio un manotazo a sus gafas, que salieron volando.
-¡Por una túnica y un sombrero! - la voz de su esposa le llego amortiguada desde el cuarto, mientras se agachaba a juntar las gafas y Harry reía - Creo que debo vestirme de acuerdo la fecha si quiero llevar a este par de niños por confites. A lo mejor encuentro algo de bruja que ponerme en mi armario, ¿no crees?
James rió y corrió hacia el cuarto con entusiasmo. Harry hizo ruiditos de emoción por la velocidad. Se asomó justo para ver como su esposa usaba la varita para subir el zipper de la espalda de una túnica negra ajustada.
-Hey Lils… Para mí habrá algo más que confites cuando volvamos, ¿no?
Ella se giró para verlo a los ojos mientras se ponía el último sombrero que había comprado en tienda de Madame Malkin. Volvía a estar de moda el sombrero negro puntiagudo.
-Es Halloween, James. Todo es cuestión de pedir.
Le guiñó un ojo y él sonrió. Harry se jaló el gorro del disfraz tapándose los ojos, por lo que empezó a llorar.
-¡Oh, el niño sabe que hay cosas que no debe ver! - exclamó James riendo.
Lily se acercó a hacerle coro, mientras le descubría la carita al pequeño.
Era bueno ser una familia feliz a pesar de la guerra.
Título: el primer Halloween
Claim: familia Potter, James/Lily
Notas mías: fic dedicado al aniversario de muerte de Lily y James, así como al día de fiestas por el niño que vivió.
El primer Halloween
Sirius le había regalado un lindo traje de perrito para su disfraz. El mundo mágico estaba sumido en el horror de una guerra cruel en la que el nombre de Lord Voldemort estaba prácticamente vedado.
No estaban las cosas para celebraciones, o ese era el criterio de Lily. Pero James no consideraba justo que su hijo se perdiera una fiesta. Aunque fuera solo un bebé. El padrino había regalado el disfraz y había demandado fotos, ya que no podría verlo ese día. Tenía guardia de la Orden con Peter.
-¡Mira que lindo que se ve!- exclamó James tras terminar de ponerle el disfraz - es un precioso cachorrito.
El bebé rió cuando Lily le acomodó el gorro con orejitas que su padre le había puesto torpemente.
-Creí que hubieras preferido vestirlo de Bambi.
-¿De quién? - preguntó él sin entender. Lily rió.
-De venado bebé. Es un cuento de un venado que tiene dos amigos, un conejo y un zorrillo, y… - se detuvo ante la mirada expectante de su esposo - Creo que te lo contaré luego, es largo.
-Me encantan tus cuentos, los muggles tienen una imaginación impresionante. Sacan tantas ideas sin magia… - levantó al bebé en el aire, quien rió por toda respuesta - Nah, le dejaremos este año a su padrino. El otro año podrá llevar ya la cornamenta, ¿verdad, Harry?
-James - Lily le puso una mano en el hombro con suavidad - No sabemos qué pasará de aquí a un año. Estamos en una guerra.
-Aunque no estuviéramos en guerra no lo sabríamos - respondió James acercándose a ella para darle un suave beso. Harry se agarró de su pelo rojo, y él le apartó la mano con suavidad - Si estamos en esta guerra es para que Harry tenga una vida normal y tranquila ¿no? Eso implica muchos Halloween.
Clavó su mirada en los ojos esmeralda de su esposa, quien sonrió con calidez, asintiendo.
-Tienes razón. Los tendrá, nos aseguraremos de eso.
James sonrió ampliamente.
-¡Perfecto! ¿Lista para salir a pedir confites?
Lily rió.
-¡Harry tiene 3 meses! ¡No come confites!
-¡Es un niño con disfraz un 31 de octubre! - rebatió James abriendo mucho los ojos - ¡Eso le da derecho a confites!
Lily le retó con la mirada, aunque sus labios sonreían.
-¿Cómo va a pedirlos?
-Yo puedo encargarme de esa parte - contestó su esposo con una amplia sonrisa.
-¿Y quién va a comérselos? - Lily se cruzó de brazos esperando la respuesta, conteniendo una sonrisa mayor.
-Hum... Supongo que yo. Aunque tu puedes ayudarme, por supuesto - se apresuró a añadir con su mirada más angelical.
Lily le dio un beso en la nariz y luego se dirigió a su dormitorio.
-¡Hey! ¿Dónde vas? - preguntó James extrañado, descuidando un momento al pequeño Harry, quien dio un manotazo a sus gafas, que salieron volando.
-¡Por una túnica y un sombrero! - la voz de su esposa le llego amortiguada desde el cuarto, mientras se agachaba a juntar las gafas y Harry reía - Creo que debo vestirme de acuerdo la fecha si quiero llevar a este par de niños por confites. A lo mejor encuentro algo de bruja que ponerme en mi armario, ¿no crees?
James rió y corrió hacia el cuarto con entusiasmo. Harry hizo ruiditos de emoción por la velocidad. Se asomó justo para ver como su esposa usaba la varita para subir el zipper de la espalda de una túnica negra ajustada.
-Hey Lils… Para mí habrá algo más que confites cuando volvamos, ¿no?
Ella se giró para verlo a los ojos mientras se ponía el último sombrero que había comprado en tienda de Madame Malkin. Volvía a estar de moda el sombrero negro puntiagudo.
-Es Halloween, James. Todo es cuestión de pedir.
Le guiñó un ojo y él sonrió. Harry se jaló el gorro del disfraz tapándose los ojos, por lo que empezó a llorar.
-¡Oh, el niño sabe que hay cosas que no debe ver! - exclamó James riendo.
Lily se acercó a hacerle coro, mientras le descubría la carita al pequeño.
Era bueno ser una familia feliz a pesar de la guerra.