Remordimiento [Regret]

Feb 10, 2012 15:21


Capítulo 5

'Cuando el color de nuestros recuerdos se desvanezca,
cuando todo se nuble,
entonces trataré de apagar el amor en mi corazón.
Bye, bye, bye my love, bye...'

Con un brillo de diversión en sus ojos Yunho observó la reacción de Seung Hyun al estrechar su mano, casi de inmediato sintió un brazo femenino enlazarse al de él, por un momento al ver el gesto del hombre frente a él olvidó el par de tacones caminando detrás de él, resonando al hacer contacto con el duro pavimente de la pista de aterrizaje.

Giró ligeramente para ver el rostro de la mujer que rozaba su cuerpo, poseía tez blanca, cabello castaño ligeramente ondulado que le llegaba a media cintura, cuerpo alto y esbelto.

──Director Choi SeungHyun, Ella es Im YooNa, hija de Seung Woo, dueño del Grupo Im.

──Es un placer YooNa-ssi.

Con una sonrisa coqueta la mujer levanto su mano para estrechar la de SeungHyun, pero al ver su error se detuvo.

──Lo olvidé por un momento en Corea el saludo es diferente. ── Ella curvo sus labios a modo de disculpa. ── Creo que me costará un poco de trabajo dejar atrás las costumbres de los Estados Unidos.

El grupo de hombres mayores que los habían recibido estalló en risas al escuchar sus palabras, no era el más gracioso de los chistes pero con su actuación parecían tratar de quedar bien con la hermosa heredera.

──Bienvenidos de nuevo. ── Uno de los ejecutivos presentes habló luego que las risas cesaran.── Necesitan descansar por el cansado viaje, nuestro coche los llevará al hotel.

──No acostumbro dejar el trabajo para después. ── Respondió secamente.

──Si es así entonces señor Jung será un placer mostrarle las instalaciones de la empresa.

Cerca de ahí un par elegantes automóviles negros esperaban por ellos, caminaron hasta donde estaban, abrió la puerta para Yoona permitiendo que entrara primer, la mujer lo miró extrañada al verlo indicarle al conductor que se marcharan rumbo al hotel sin él.

──Quiero ir contigo.

── Son asuntos de trabajo, no te interesa. ── Él le recordó, su apatía por los negocios era buena estrategia para ahuyentarla. ── Será mejor que vallas directo al hotel ó has lo que quieras pero no vienes conmigo. ── Cerró la puerta del vehículo después de que ella ingresara.

──¡YunHo! ── Por la ventana del coche asomó su cabeza para reclamarle, vio a Yoona formar un puchero de decepción pero era demasiado tarde el coche avanzo dejándolo atrás.

Esperaba que la presencia de la caprichosa heredera no le causara problemas, en el último mes le había dado un poco de atención y un par de noches de pasión y la mujer parecía encajar sus uñas a su piel día y noche, siguiéndolo como una sombra por más que él la alejara, dando por hecho que estaban en una relación.

◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘

──Llegamos.

El conductor del vehículo lo sacó de su distracción, levantó la vista, detrás de la amplia barda de casi dos metros de altura se erigía la construcción de tres pisos, parte de la fachada minimalista sin más remate que simples ventanales, combinando en sus paredes los colores blanco y terracota se asomaba. Hacia bastante tiempo que no ponía un pie dentro de la propiedad, incluso la última vez que se comunicó con sus padres fue por medio de una no muy larga llamada telefónica que no termino de la mejor manera.

Bajó con nerviosismo del vehículo, era la primera vez que se alejaba tanto del departamento en él había estado viviendo durante los últimos meses. Titubeó en su decisión de ir a ese lugar pero al final se encontró frente a la puerta.

Una ajjuma de mediana edad apareció tras la puerta, no reconoció a la mujer, muy posiblemente comenzó a trabajar después de que se fuera. Atravesó el pequeño jardín que bordeaba la construcción guiado por la mujer, desde su posición divisaba perfectamente la recamara que había ocupado mientras vivió ahí.

──Espere un momento, llamaré a la señora Kim. ── Apenas entraron a la residencia la empleada desapareció por las escaleras en busca de la dueña de la casa.

Permaneció sentado sobre el sofá de la estancia, sus manos comenzaban a sudar y temblar por culpa de su nerviosismo, se dio valor así mismo, cualquiera que fuera su reacción de su madre sin duda debía que estar preparado para lo peor.

La señora Kim apareció, bajaba por las escaleras con una enorme sonrisa, en el preciso momento en que lo vio su rostro se congelo.

──¿Qué estás haciendo aquí?

──Eomma… ── JaeJoong habló suplicando por unos minutos del tiempo de su madre.

──¿Mwo? ¿Eomma? ──La mujer soltó un resoplido de burla. ── No sé de lo que estás hablando, el hijo mayor de esta familia, está muerto, ahora sólo tengo un hijo, casi trastornado que me ha hecho vivir con el temor de que en cualquier momento se quite la vida.── Ella suspiró tratando de borrar algunos de los recuerdos que venían a su mente, luego endureció su gesto y con temblor en la voz agregó.── Como te lo dije la última vez que hablamos no quiero que te acerques a esta familia nunca más, por favor vete.

Sin darle a tiempo a contestar o decir algo más, alzó la voz para llamar de nuevo a su empleada

──Seong Mi acompaña a esta persona a la salida.── Cuando hizo acto de presencia su madre ordenó, luego le dio la espalda cruelmente, sin voltear a verlo una vez más desapareció del recibidor...

En el fondo de su corazón albergó falsas esperanzas de poder hablar con sus padres pero la actitud de su propia madre le recordó que estaba en casi absoluta soledad. Rendido comenzó a caminar sin rumbo fijo por las calles aledañas, no podía perderse conocía ese distrito perfectamente bien.

Cada paso que daba le traía a su mente uno a uno los recuerdos que se había estado obligando a borrar. Sin darse cuenta se encontró frente al parque más cercano, el ocaso del sol estaba llegando, el viento otoñal, un poco frio comenzaba a soplar haciendo caer las hojas caducas de los arboles creando un paisaje melancólico, como si la propia naturaleza conociera su sufrimiento y estuviera de acuerdo en hacer su entorno más triste.

Se preguntó por qué solo venían a su mente recuerdos desagradables, los buenos eran opacados por los tristes o es que tal vez no los tenía. Se pudo ver así mismo en ese preciso lugar, varios años atrás más joven e iluso siendo sólo un estudiante universitario, la primera vez que Yunho lo dejó.

──Parece ser que soy el único que no sabe acerca de tu beca para irte a estudiar a Estados Unidos── JaeJong no pudo evitar preguntar, molesto e irónico. ── ¿Cuándo te vas?

──Mañana. ── Fue la simple respuesta dela persona que se situaba frente a él.

── ¿Y cuándo me lo dirías? Acaso planeabas hacerme una llamada de cortesía recién llegaras allá. ── Sus palabras seguían siendo una burla, pero expresaban su dolor.

──JaeJoong…── Él hablo con una expresión ilegible en su rostro moreno.

──¿Y nosotros? ── Lo interrumpió preguntando en un susurro.

──No tienes que esperarme JaeJoong. ── Definitivamente eso no era lo que quería oír, si él se lo pedía sería capaz de esperarlo cien años, pero sus palabras en lugar de ser una promesa a futuro, sonaban a una inevitable despedida.

──¿Estas terminando conmigo?¿No es así, YunHo?

──Es lo mejor. ── El gesto inflexible se mantuvo en su rostro, busco en los ojos chocolates un poco de dolor, un gesto que le indicara que esta decisión era difícil de tomar para él.

Pero no había nada.

JaeJoong sabía que durante años había entregado su amor ingenuamente y sin pedir nada a cambio. Ahora mucho tiempo de esperar para que ese sentimiento fuera correspondido, sus múltiples desengaños y decepciones le daban la certeza de que el amor no siempre traía consigo la felicidad, mucho menos la estabilidad emocional.

Sin duda ser amado era mucho más sencillo que amar.

Contempló su reflejo, la imagen del espejo frente a él le mostró a un hombre hermoso, su nívea y perfecta piel sin defectos contrastaba con sus enormes ojos negros y labios color cereza, vestía un traje completamente blanco simbolizando la inexistente pureza en su cuerpo. Su semblante triste y apagado no iba acorde con la feliz ocasión.

Había dado largas para escoger el lugar en el que viviría junto a SeungHyun después de casarse, por esa razón los regalos de boda se encontraban apilados uno sobre otro dentro de su habitación, impidiéndole moverse con libertad. A punto de salir de la recamara para dirigirse a la ceremonia su torpeza lo hizo tropezar con algunas paquetes tirándolos al suelo.

Entre ellos un sobre blanco que voló hasta sus pies, en cualquier otro caso lo habría ignorado pero el remitente llamo su atención, saco el contenido encontrándose con un par de billetes de avión que tenían como destino el aeropuerto de San Francisco en E.U.

No se trataban de un regalo de bodas, Jung Yunho tan sagaz y calculador como era le estaba dando un mensaje que fue entendido sin tardar. Mordió sus labios con preocupación, no tardo ni un minuto en tomar su decisión, era precipitada y apenas le alcanzaban las horas para llegar al aeropuerto.

Dio un par de gritos llamando a alguien de la servidumbre.

──¿Necesita algo JaeJoong-ssi?

──Tráeme un par de maletas.

──¿Eh? Pero su equipaje ya está listo…

── ¡Te pedí que me trajeras un par de maletas! ── Al escuchar el tono severo la empleada dio la vuelta y salió de la habitación en busca de las maletas, cuando regreso se encontró con un JaeJoong totalmente cambiado, vistiendo ropa un poco más casual, el traje color blanco se encontraba arrumbado sobre la cama.

A medio camino a la salida encontró a la organizadora del evento que lo miraba todavía más extrañada que la empleada doméstica.

──JaeJoong-ssi ¿Qué está haciendo?

──Es una pregunta tonta, es obvio ¿No es así?

──Pe-pero la ceremonia… la ceremonia se llevará a cabo en menos de una hora. ¡Esto es una locura!── Por los nervios la mujer comenzó a levantar la voz, desesperada, tal vez era la primera vez que se topaba en alguno de sus eventos con un novio fugitivo.

──Confió en que siendo toda una profesional sabrá encargarse perfectamente de los imprevistos.

JaeJoong le dio una sonrisa cordial falsa y sin decir algo más reanudó su camino hacia la salida arrastrando un par de maletas.

No tenía tiempo que perder, Jung YunHo lo esperaba.

No podía sentirse menos que patético, había dejado todo por estar al lado de ese hombre, dañando incluso en el proceso a sus seres queridos que dejaba atrás para luego regresar sólo y con más espinas clavadas en su corazón.

Sin darse cuenta había recorrido los senderos dando vueltas una y otra vez alrededor del parque, por esa razón le pareció más interminable que nunca. El anochecer se encontraba cerca y su oscuridad comenzaba a pintar el cielo, después de horas de permanecer de pie comenzaba a cansarse, encontró una zona de juegos, se acomodó sobre el primero columpio a su alcance, su delgado cuerpo cabía perfectamente en él, a pesar de que su embarazo no era avanzado su peso no era el adecuado para alguien en su estado.

Sus ojos inyectados en color rojo a causa de las lágrimas y el cansancio brillaban en medio de la oscuridad de la noche.

Desde su posición poseía una excelente visión de los monumentales rascacielos de San Francisco, la imagen nocturna de la ciudad a causa de las luces de los altos edificios era siempre tan atractiva pero el espectáculo externo no parecía ser importante. La puerta de acceso al departamento se abrió, JaeJoong reconoció las pasos cansados enseguida.

──Debiste ir a dormir, no es bueno para ustedes dos desvelarse. ── El recién llegado le habló haciendo énfasis en el hijo que esperaba y se hacía notar en su protuberante vientre.

──Dijiste que hoy llegarías a cenar.

Se trataba de un reproche más para aumentar a su ya larga lista, el rostro agotado de su amante se tensó por la molestia, suspiró para relajarse y poder dar una respuesta.

──Estos días he estado lleno de trabajo en la oficina.

──Esa es una excusa bastante común. ── JaeJoong contestó herido y sarcástico.── La he escuchado mucho últimamente.

──Es suficiente, no digas más, no quiero comenzar a discutir. ──En consideración a sus cinco meses de embarazo Yunho optó por la paz.

──Si al menos te atrevieras a decir un lo siento ayudaría, créeme.

── No te pedí que me esperaras. ── Su reclamo acabó con la poca paciencia de su amante que comenzó a alzar el tono de su voz. ── No estoy jugando JaeJoong, sabes perfectamente que paso el día entero trabajando y hoy fue uno muy pesado, lo que menos deseaba era llegar a casa para escuchar tus reclamos.

Sin prestarle más atención el hombre alto le dio la espalda y se dirigió hacia la recamara compartida, un fuerte portazo lo hizo estremecerse. Las severas y cortantes palabras trajeron más lágrimas silenciosas a sus ojos, el frio en la voz y su sensibilidad que estaba a flor de piel a causa de su embarazo no mejoraban su situación.

Aun estando seguro de que Yunho no lo engañaba con alguien más, el ser consciente de que prefería pasar la mayor parte de su tiempo en el trabajo que con su pequeña y recién formada familia, realmente dolía más.

Bajo la quietud de la brillante luna de octubre otro recuerdo se escapó de su mente. Las heridas todavía punzantes, dolorosas, mellaban su corazón, siempre pensó que estas a través de los años cicatrizarían, contrario a eso todas y cada una de ellas se acumularon hasta el punto de no poder soportar una sola más, sintiendo que en su interior no había más espacio para el perdón y el olvido.

Por primera vez desde que dejó su hogar en San Francisco permitió a sus lágrimas fluir libremente por sus mejillas...

“Escucha…”

“Tú ahora eres sólo un recuerdo”

“Yo ya te olvidé.”

Mianhe…

Las últimas palabras que escuchó de parte de JaeJoong por medio de la bocina telefónica resonaron en sus oídos mientras entraba a la oscura habitación, no se tomó la molestia de encender la iluminación, era suficiente con la escasa luz de luna que se colaba por el ventanal.

Un par de brazos rodearon su cintura, al reconocerlos enseguida los retiró con brusquedad.

──¿Qué demonios estás haciendo aquí?

──Te estaba esperando.── Ignorando el espacio que él había impuesto entre ambos la mujer se acercó de nuevo en plan seductor.

──¿No quieres tener sexo?

Sintiendo su rigidez y al ver el poco interés en su cuerpo a pesar de la poca ropa que llevaba, ella le cuestionó. Yunho no podía dejar de pensar en ella como una mujer hermosa, pero en esos momentos no podía sentir el deseo corriendo por sus venas.

──Será mejor que te vayas a tu habitación Yoona, no estoy de humor.── Eludiendo su pregunta la guió hacia la salida.

──Las noches anteriores no te has quejado ¿Que te ha puesto tan amargado?

──Sólo sal de aquí, realmente quiero descansar.

──¿Me estas desechando?── Preguntó indignada.── No te entiendo llegamos a Corea y no estas de humor para el sexo, no estoy a tu disposición.── Molesta por su evasión, ella se fue de la habitación...

Se desplomó sobre uno de los muebles, llevó su mano a la lámpara cercana para encenderla, tomó el sobre que se encontraba sobre la mesita de cristal, el centro de la estancia, saco el contenido y uno a uno miro los papales con detenimiento, sin terminar de mirarlas arrojó las fotos con violencia esparciéndolas en el piso.

Bruscamente se levantó buscando el mini bar de la suite, sin duda necesitaba un trago, algo fuerte, que sobrepasara la sensación amarga en su garganta. Tomó una botella de cristal que contenía whisky, lo sirvió en un pequeño vaso de vidrio y lo llevó a su boca para comenzar a beberlo con urgencia.

◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘

La mañana siguiente Yoona se coló a la habitación sin permiso, deseando que Yunho estuviera en el interior atravesó la estancia directamente hacia la recamara encontrándola vacía y desordenada, el hombre parecía haberse marchado temprano a la empresa, nada raro en Jung Yunho.

Suspiró de frustración, regresó para recostarse sobre uno de los sofás pensando en que perder el tiempo durante el resto del día, sus ojos divisaron algo sobre el piso, flexiono su cuerpo para levantar el trozo de papel olvidado debajo de uno de los muebles, con curiosidad lo giro para encontrarse con la imagen de una persona que desconocía a pesar de que la foto fue tomada desde la distancia pudo notar los rasgos más notorios de la persona, cabello oscuro, posiblemente negro, piel pálida, su complexión era delgada y frágil

Su intuición femenina le hizo preguntarse si existía una razón en especial del porque Jung Yunho teniendo a su cargo la dirección general del grupo Im se tomaba la molestia de supervisar personalmente un proyecto tan insignificante como el que lo trajo de regreso a Corea.

◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘•◘

La secretaria de presidencia se levantó para darla la bienvenida, antes de dirigirlo a la oficina del Director.

──El señor Jung está aquí.── Desde su posición escuchó la delgada voz de la mujer anunciarlo con su jefe inmediato.

Entró, con tacto quitó el gesto de malestar en su rostro al encontrarse frente a SeungHyun, detestaba al hombre, pero no mezclaba asuntos personales con trabajo, pasaron la mañana discutiendo los detalles básicos para dar marcha a su proyecto…

El asistente de Seung Hyun, Kwon JiYong salió dejándolos solos, un incómodo silencio llenó la oficina en la que habían estado trabajando juntos.

──Jaejoong…── Rompiendo la tensión en el ambiente SeungHyun comenzó a hablar.

──Estoy en Corea por cuestiones de trabajo, no tenemos por qué hablar de él.── Con gesto rígido y palabras cortantes lo interrumpió.

──Está viviendo conmigo.

La falta de tacto de Seung Hyun para hablar era evidente. La secretaria lo obligó a detener su respuesta cuando tocó la puerta oportunamente, luego de que se le diera autorización, irrumpió en el interior.

──Disculpen la interrupción, Director Choi, Kim JaeJoong-ssi lo busca en recepción.

Al escuchar el nombre del inoportuno visitante una sonrisa de medio lado, burlona, surcó en su rostro ante la mirada atónita de Choi SeungHyun.

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