El duelo de todos, seguramente, no terminará nunca, y tienen un cuarto lleno de flores y fotos y recuerdos para probarlo, porque ese cuarto no es la tumba de la memoria, sino todo lo contrario, es el punto de catarsis para que los sentimientos de Ni olvido ni perdón puedan fluir con normalidad y les permitan a todos vivir la vida del día a día, que es lo que les queda. Noah dice siempre que la muerte es necesaria para que la vida pueda continuar y florecer, que lo que hace hermosa la vida es la eterna contradicción con la muerte. Quién hubiera dicho que Noah Puckerman iba a ser el más listo de todos respecto a la vida, que es lo único que realmente importa.
La labor de Shiva Porque ése es el punto, ¿verdad? Tony está aquí y Howard no. Tony respira y Yinsen no. Construyeron una armadura sorprendente a partir de chatarra para que pudiera estar aquí. No pudo proteger a Yinsen. Le incrustaron un reactor en el pecho en mitad de la selva para que pudiera estar aquí. A Howard lo picó un insecto. ¿Qué derecho tiene a estar aquí, mutilado y confundido, incapaz de ascender a la altura de las expectativas? ¿Por qué, maldita sea, es él quien está aquí?
- Anthony… esto no es tu culpa,- dice Jarvis, como si Tony tuviera cinco años y Howard le hubiera gritado por romper uno de sus juguetes.
Y es curioso, porque la magnitud es distinta, la distancia imposible, pero el miedo es el mismo, la soledad, la rabia, los brazos de Jarvis y su voz pausada (“tranquilo, respira, todo va a estar bien”). El calor le sube al rostro, escapa por sus ojos, y Tony llora por primera vez. Por última vez. Llora en los brazos de la única figura de su infancia que vivió para verlo convertirse en un adulto, hasta que las lágrimas llenan el vacío en su pecho.
A hard rain is gonna fall