Fandom: Axis Powers Hetalia
Claim: España + Romano [Antonio + Lovino]
Rating: K+
Advertencias: None
Cariño
-¡NO!
-¡Lovino, suéltame!
-¡QUE NO!
Antonio bufó con frustración, tendría que haberse imaginado que algo así sucedería. El pequeño Lovino se había literalmente enganchado a su pierna, y por mucho que intentara sacárselo de encima, no podía. En cualquier otra situación, eso habría sido un motivo más que suficiente para que Antonio se sintiera flotando sobre una nube de felicidad, durante una semana entera.
Pero no esta vez.
Le pidió a uno de los soldados que aguantara esa enorme hacha que llevaba a cuestas, después, les pidió a los soldados que se adelantaran, que él los alcanzaría en un rato. Lovino se aferró más a su pierna cuando escuchó esto último.
Una vez solos, Antonio sólo pudo suspirar derrotado, agachándose para estar a la altura del niño. Se sorprendió al ver que estaba llorando.
-¡No debes ir! -Sollozó el niño- ¡No puedes!
-¿Por qué no? -Acarició la cabeza del pequeño, tratando de calmarle.
Lovino se enjuagó las lágrimas antes de contestar- Te pareces demasiado a él. Al abuelo.
El español se tensó. Sí, lo sabía, Francis se lo había dicho muchísimas veces. Entrecerró los ojos ante el recuerdo de una mano grande y fuerte revolviendo sus cabellos cuando era un niño.
-No quiero… no quiero que acabes como él… -Murmuraba el pequeño, entre lágrimas, aferrándose a las ropas del español- Per favore… No vayas…
Antonio abrazó al pequeño con todas sus fuerzas, gesto que el niño correspondió. No podía quedarse, por supuesto, tenía que recuperar a su hermano Andalucía de mano de los musulmanes, pero tampoco podía dejar a Lovino en ese estado. Suspiró.
-Lovi, que nos parezcamos en el físico, no quiere decir que vayamos a acabar igual -Como el pequeño italiano no parecía muy convencido, Antonio trató de asegurar sus palabras con una sonrisa- No me pasará nada, no te preocupes.
Alejó al pequeño un par de centímetros. Lovino le miraba con el ceño y los labios fruncidos, y era obvio que estaba deseando replicarle. Antonio le sonrió una vez más, acariciando su cabeza.
-Volveré -Le aseguró.
Fue como una promesa entre ambos. Una promesa que Antonio jamás rompió.