Drabblethon Dump triste. El año pasado escribí 10 drabbles no sé ni cómo y este año quería escribir más.
He escrito tres /FAIL
Deeee todas formas estoy bastante contenta con ellos y bueno, nadie rellenó mis Lituania/Prusia pero estaba psicológicamente preparada, así que toca colgarlos aquí y en FF.net.
Y dentro de poco espero que sea poco colgaré allí también cierta cosa que
fresisui me animó a escribir y que no sé cómo quedará pero uh, hay que probar cosas nuevas.
Este Drabblethon es 0% innovador, btw. Me da cosa estar quedándome... ¿atascada no es la palabra pero el sentimiento es parecido? :(a
Aunque estoy participando en un miniconcurso con originales y quiero alargar el relato del canibalismo.
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Título: -
Claim: Lituania/Polonia
Prompt: Manos
Extensión: 383
Advertencias: Ya lo sabéeeeeeeis Nombres humanos, Toris para Lituania y Feliks para Polonia.
Notas de la autora: Este fic lo escribí y luego busqué un prompt que le quedase bien. Siempre he querido escribir una escena más o menos larga en una bañera o algo parecido no vaya a ser que alguien en algo que escribo salga a la calle porque me gusta... el ambiente de los lavabos o algo.
Y bueno, quiero que os hagáis amigos de mi amor a escribir hombres sin afeitar porque queda maravillosamente masculino a la par que elegantemente íntimo. En este fic hubo un momento épico en el que
philaren dijo que a Toris no se le podía ir la sangre sólo a las mejillas
-Tío, hacía años que no hacíamos esto, ¿sí o qué?
No me recuerdes por qué, piensa, pero Toris nunca ha sabido decir que no.
Suspira y echa la cabeza hacia atrás antes de que Feliks le dé otro tirón. Sí, hace años y parece que ha perdido un poco la práctica, aunque a él siga dándole la misma vergüenza estúpida que le lave el pelo.
Decide cerrar los ojos y concentrarse en el frío de la cerámica de la bañera contra la piel de la espalda, en encontrar un buen lugar para dejar las manos quietas, porque las de Feliks, más jugando que realmente preocupándose de dejarle el pelo bien, siguen provocándole un cosquilleo tonto y tan íntimo -es de estas cosas que no puede decirle porque en voz alta suenan definitivamente estúpidas.
Y los dedos de Feliks bajan por su cuello como si fueran las gotas llenas de champú de después de enjuagarse, rozando justo justo un poquito la piel con las uñas, y Toris tiene que morderse el labio y bajar la cabeza para que no se dé cuenta.
Si siente como que tiene toda la sangre del cuerpo en las mejillas es por el vapor y por el olor del jabón casi asfixiante, se repite.
No, no me recuerdes por qué.
Hay un silencio como de burbuja reventando, como de corazón deteniéndose un momentito, Feliks que se ha movido y lo mira directamente a los ojos con una expresión
-con una expresión que no entiende pero que debe parecerse bastante a la suya-
de no entender. De entender y no saber muy bien...
Luego cuando le sabe la boca a química -a champú y a Feliks- que le pica en la lengua, Toris tiene, como siempre, un momento de joderjoderjoder en el que tiene que convencerse de que si de lo único que se ha quejado Feliks es de que pinchas, Liet y que tiene que afeitarse, no puede estar tan mal besarlo de esa forma con el pelo aún sin enjuagar bien. No puede estar tan mal besarlo de esa forma porque a Feliks se le escapan los botones entre los dedos mojados y, y, y.
Por favor, recuérdame por qué no lo hacemos más a menudo.
Toris sigue sin encontrar un buen lugar para dejar las manos quietas.
Título: Pizzicato
Claim: Rusia/Lituania
Prompt: Polifonía
Extensión: 378
Advertencias: Nombres humanos; esto es, Toris para Lituania e Ivan para Rusia
Notas de la autora: "Polifonía" es cuando muchas voces suenan a la vez, así que me he inventado el prompt un poco sólo. Me gusta más este pairing cuando es muy tenso sin llegar a la violencia y empezar in media res, con una Y ahí rompiendo el hielo. "Pizzicato" es una forma de tocar un instrumento de cuerda con los dedos.
Me gustan las descripciones de personas tan detalladas que dan cosa y este pairing es lo mejor para ello. Algún día lo escribiré con ese tipo de descripciones, pero a lo bestia.
Y el momento en el que Toris toma aire, sentado con una mano sobre la rodilla y la otra sobre la tela suave del sofá, es el instante más bonito -el aire rozando sus labios y sus dientes como un telón arrastrándose por un escenario- y el más tenso.
Ivan, a su lado, saboreando esa misma idea de estar a su lado, casi oye como se estira algo más la calma estudiada que los une, como si fuese una cuerda de violín justo antes del toque del arco.
Toris separa los labios.
El arco baja, se desliza.
Entonces las palabras y la música ruedan por su lengua de forma ordenada. Toris canta como si hubiese estado cantando toda su vida, con los ojos entrecerrados, mirando sin mirar, la voz demasiado bonita para estar prestándole atención a una canción que habla demasiado de una casa que no es la suya, en un idioma que no es el suyo.
Ivan tampoco hace caso a las palabras, colocando con suavidad la mano sobre la de Toris.
Tirando, tirando de la cuerda con los dedos.
Como Toris ya se ha acostumbrado a que le coja de la mano sin decirle nada, no cambia su voz en absoluto, e Ivan empieza a tararear.
Bajito, bajito, sin movimiento en las cuerdas vocales, en un susurro anónimo.
La canción empezó con un espera, Toris, siéntate aquí, o con el tintineo de campanilla de la cuchara contra las paredes de porcelana de la taza llena de té, o con la puerta abriéndose casi en silencio, o con los nudillos de Toris contra la madera, pidiendo permiso para entrar.
Termina con la yema de los dedos de Ivan contra el cuello de Toris, que deja de vibrar.
Suelta la cuerda, una nota aguda.
¡Ting!
Luego, silencio.
Toris se levanta entonces, cuando Ivan le dice que puede irse, apartando la mano de encima de la suya.
Es bonito ver cómo se la pasa, despacito, despacito, con suavidad, empezando por el anular y terminando con el índice, el meñique doblado, por donde antes lo ha acariciado él, como si aún estuviese ahí.
La nota aguda y la última palabra de la canción de Toris quedan flotando en el aire, a medio terminar, cuando cierra la puerta detrás de sí.
Título: Estar bien
Claim: Suecia/Finlandia
Prompt: Blanco
Extensión: 411
Advertencias: Berwald Oxenstierna es Suecia, Tino es Finlandia.
Notas de la autora: Esto lo escribí justo al terminar Blanca como la nieve, roja como la sangre y creo que se nota bastante.
Por otro lado, no sabéis cuánto me gusta este pairing. Creo que es lo más mono que shippeo activamente dentro de Hetalia y aún así no lo termino de ver como algo correspondido. Berwald es adorable.
He cambiado el Su-san del canon por Oxenstierna porque me sonaba muy raro. Situado más o menos por las tiras de cuando se van de casa de Dinamarca.
Antes de que los colores desaparezcan en una noche que va a ser demasiado larga -pero a la que ambos están acostumbrados-, Berwald quiere encontrar un sitio donde el viento no sea tan fuerte, donde puedan estar resguardados.
Donde Tino pueda estar bien.
Se gira para mirarlo y el violeta de sus ojos tiembla un momento antes de sonreír. Con los labios.
-¡Ah, estoy bien, estoy bien!
Tino siempre repite ese tipo de cosas dos veces y su voz retumba en la nada, en los colores, en el blanco, como si fuera la nieve empujada por una ventisca.
Tino tiene las pestañas llenas de cristalitos de hielo, gotitas que no van a fundirse. Berwald piensa que realmente tiene todos los colores; el dorado pálido de su pelo y el violeta de sus ojos y el rojo encendido de frío de sus mejillas y su nariz y el negro de sus pupilas y de nuevo, de nuevo, el blanco.
El blanco; todos los colores a la vez. El blanco en sus pestañas, en su piel, en sus guantes gruesos. Ojalá pudiese cogerle de la mano, piensa, por un momento. El rojo entonces estalla en sus mejillas blancas, como sangre sobre una venda.
Detrás de unos árboles, oscuros y muertos desde hace años, el viento no azota tan fuerte. Berwald considera que es buen sitio para descansar.
-Oxenstierna, ¿tú crees que vamos a estar bien a partir de ahora?- en medio del silencio pálido, las palabras de Tino suenan de nuevo-. Quiero decir, así solos, los dos... bueno, seguro que nos las apañamos. Seguro que sí, ¿no, Oxenstierna?
Oxenstierna no.
-Berwald- su nombre suena duro y sospecha que a Tino no le gusta mucho. Que le impone un poco, como todo en él.
-¿Qué?
-Berwald mejor- explica. Corto, lacónico. El miedo a equivocarse está en todas partes, blanco y asfixiante como la nieve dura.
-Está bien- Tino sonríe como sonríe el sol en invierno, con timidez y dudas-. Berwald entonces, ¿vale? Vale.
Le gusta Tino porque le deja no contestar a las preguntas.
También porque se acerca un poco, más por la temperatura que por el cariño. Y porque no le dice nada cuando cierra la mano alrededor de la suya, queriéndole decir estoy aquí contigo, estamos bien, sin que le fallen las palabras.
A la mano de Tino le faltan colores y no es exactamente blanca. Es una manchita encendida entre la nieve.
Berwald no la soltaría por nada del mundo.
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Ahora mismo estoy haciendo notas para extender un original (¿Queréis que cuelgue aquí lo del concurso cuando termine? Es que se supone que los relatos son anónimos excepto para los organizadores, así que técnicamente aún no puedo :___D) e intentando sacar lo que he dicho antes, que no os lo voy a decir aunque todo mi Twitter lo sabe.
¡Gracias por leer! Esto lo colgaré en FF.net estas semanas