Titulo: Al otro lado del Arco Iris
Fandom: Digimon
Pairing: Sora Takenouchi & Yamato Ishida
Capítulo: # 1
Rated: T
Summary: Lo que comenzó como un inocente reencuentro de viejos amigos se convertirá en mucho más para Matt, sobretodo cuando el Mundo Digimon vuelve a necesitar a los Niños Elegidos.
Nota: Lo que aparece en cursiva son canciones de Yamato (creadas por mí) :)
I walk between the bustle,
I wake up surrounded by people without faces,
I live in the shadows,
Nothing belongs to me,
I am of both worlds.
We are of both worlds.
(Camino entre el bullicio / Despierto rodeado de personas sin rostro / Me muevo entre las sombras / Nada me pertenece / Soy de ambos mundos / Somos de ambos mundos)
Canté el estribillo final de Both worlds con toda mi pasión, toda la fuerza que habitaba en mi interior, hice un final de bajo digno de admirar. Amaba aquella canción, era la única del disco de los Lobos Adolescentes escrita por mí. Recordaba haberla escrito pensando en el Mundo Digital, en la cantidad de aventuras que vivimos los Niños Elegidos junto a los digimons, recordaba haberla escrito un par de semanas después de que nuestra aventura finalizara, cuando cada Niño Elegido tomó su propio camino y nos separamos.
No obstante, la parte que rezaba "We remember sitting there, watching the moon as if nothing mattered, I close my eyes and see your face, wondering if one day return" no estaba seguro de en quién pensaba cuando la escribía. Habían pasado dos largos años desde que había escrito aquellas palabras, no recordaba haber intimado con ningún Niño Elegido hasta tal punto de cerrar los ojos y ver su rostro en mi mente… pero obviamente había habido alguien especial para mí en nuestra aventura.
(Y nos recuerdo allí sentados, observando la luna como si nada importara, cierro los ojos y veo tu rostro, preguntándome si algún día volveremos)
El concierto finalizó con nuestro último tema With you y los espectadores se volvieron locos, haciendo vibrar el salón donde nos encontrábamos. Pude ver todo mi club de fans gritándome con pasión, entregándose al máximo. Les dediqué una pequeña reverencia y me di media vuelta para abandonar el escenario.
Llegamos al Backstage y encontré a Takeru con una sonrisa, sin dudarlo se acercó a mí y me abrazó con fuerza.
- Hermano, ¡ha estado genial!
Yo me limité a dedicarle una media sonrisa. Estaba más que feliz de que Natsuko hubiera dejado venir a Takeru a Odaiba, lo veía unas cuatro veces al año pero tenerlo allí en aquel momento fue un ardiente júbilo. Ahora que mi concierto había terminado pasaríamos juntos las próximas dos semanas, viajando y disfrutando de nuestra compañía.
- ¿Podemos hablar un momento? - me preguntó, mostrándose serio de pronto.
- Claro.
Takeru me agarró del brazo y me llevó a la esquina más apartada del Backstage, lejos de ojos y oídos indiscretos. Tanto secretismo iba a volverme loco.
- Dime.
- Kari me ha mandado un mensaje.
- Ajá - dije al ver que no avanzaba.
- Me ha dicho que dentro de un par de días se reunirán todos los Niños Elegidos para pasar una semana en un chalet de los abuelos de Joe - me informó Takeru -. Al parecer quieren recordar viejos tiempos y… aprovechando que son vacaciones…
- Al grano, T.K.
- ¿Iremos?
- ¿Por qué no íbamos a ir? - pregunté confundido.
- Pensé que como sólo podemos estar dos semanas juntos te molestaría que quisiera que fuéramos con los demás.
Su respuesta me pilló desprevenido. Era cierto que llevaba meses esperando encontrarme con Takeru y que quería pasar con él la mayor cantidad de tiempo que me fuera posible… pero la idea de los Niños Elegidos reunidos para recordar viejos tiempos se me antojaba demasiado irresistible. Llevaba dos años sin saber nada de la mayoría de ellos, únicamente había coincidido alguna que otra vez con Taichi y Joe… no sabía nada de la vida de los demás.
- ¿Quieres ir? - pregunté.
- Sí.
- Entonces iremos.
- ¡Gracias hermano!
___
Llegó el esperado día, el día del reencuentro de los Niños Elegidos. No supe por qué me encontraba más nervioso de lo que hubiera podido imaginar, conducía sin a penas prestar atención a la carretera, Takeru hablaba consigo mismo en voz alta, comentando lo hermoso que sería vernos a todos reunidos como en los viejos tiempos. Yo estaba de acuerdo con él, no obstante, no mostraba mis sentimientos con tanto ímpetu como Takeru lo hacía… al fin y al cabo, yo era el frío de los dos, ¿no?
Aparcamos en el lugar acordado, desde allí seguiríamos el coche de Joe hasta un pueblo sin nombre, cerca del mismo Odaiba. Aún mostraba signos de nerviosismo cuando cerré el coche para dirigirme a un grupo de personas que se encontraba reunida en la cera. Respiré hondo y me acerqué con cuidado, a diferencia de Takeru, que prácticamente se lanzó a los brazos de los demás.
- ¡Matt! - saludó Taichi acercándose a mí y dándome un fuerte abrazo.
- Yo también me alegro de verte, Tai - repuse casi con frialdad.
- ¡Matt! - gritó Mimi - ¡Dios mío, estás guapísimo!
En un primer momento me sentí impresionado, no tenía ni idea de que Mimi hubiera vuelto de Estados Unidos para nuestro pequeño reencuentro. Me alegré de verla y de comprobar que seguía igual de inocente e infantil que siempre, por supuesto, no demostré mi entusiasmo.
Fui saludando uno a uno a los demás, Koushiro me recibió con un gran abrazo mientras que Hikari lo hizo con uno tímido. De pronto me di cuenta de que no estábamos todos.
- ¿Dónde está Joe? - pregunté.
- Me dijo que iba a buscar a Sora antes de venir - me informó Koushiro.
¡Dios mío! ¡Sora! Me sentí terriblemente mal por no haberme acordado de ella. ¿Joe la iría a buscar? Me sorprendí a mí mismo molestándome porque nadie me hubiera informado de que estaban juntos. Antes de que pudiera seguir culpándome a mí mismo por mi desconsideración, se oyó una jadeante voz viniendo hacia nosotros.
- ¡Ya estamos! - gritó Joe acercándose - ¡Yamato! - saludó abrazándome con fuerza - ¡Hacía mucho que no te veía!
- Vamos Joe… llámame Matt - dije sin tratar de parecer molesto.
Joe siempre tan correcto, tan firme… aquel muchacho no iba a cambiar.
- ¿Matt? - preguntó una dulce voz desde un segundo plano.
Me volví lentamente y la vi. Sora se alzaba a pocos metros de mí, con el pelo rojizo y largo, sus ojos marrones atravesándome, clavándose en los míos.
- Sora - saludé.
De pronto sentí como si el tiempo se detuviese, como si los demás Niños Elegidos no estuviesen atentos a nuestros actos. Era verdad que jamás había tenido una estrecha relación con Sora, no me llevaba mal con ella y mucho menos la odiaba, simplemente nuestros caminos se habían separado y nuestros pequeños lazos creados en el Mundo Digital se habían roto por completo, aunque no por ello dejé de seguirla menos con la mirada.
Sora se acercó a mí con cuidado y rodeó sus brazos por mi cuello, dándome un tímido abrazo. Yo oculté mi rostro en su pelo y aspiré el maravilloso olor que desprendía: rosas. Sí, Sora Takenouchi siempre había olido de forma exquisita por trabajar en la tienda de flores de su madre… su fragancia era una fusión de flores hermosas. Recordaba que su olor siempre había sido una de las cosas que más me gustaba de ella.
- ¡Ya estamos todos! - exclamó Taichi con alegría - ¡Vamos!
Todos asentimos y nos subimos a nuestros respectivos coches, yo no tuve inconveniente en llevar a Izzy mientras que Mimi subía en el coche que compartían Sora y Joe.
- Nadie me había informado de eso… - murmuré para mí mismo.
- ¿Has dicho algo, Matt? - preguntó Koushiro desde el asiento del copiloto.
- Nada, simplemente me sorprende que Sora y Joe estén juntos… no sé… no pegan.
Izzy estalló a carcajadas ante mi comentario, Takeru me miraba con incomprensión desde el asiento trasero.
- ¡Pero si Joe y Sora no están juntos! - exclamó desternillándose de risa.
- ¿Ah, no?
- Claro que no. ¿No te acuerdas de que viven en el mismo edificio?
- Es verdad.
Me golpeé la cabeza con suavidad… era cierto que Joe y Sora vivían en el mismo edificio, al igual que Yolei y Takeru antes de que Natsuko se lo llevara a Francia…
- Espera un momento - dije de pronto -. ¿Y Yolei, Ken, Davis y Cody?
- Ken y Davis se han ido de campamento - informó Takeru, para mi sorpresa -. Creo que Yolei tenía que trabajar en el supermercado de sus padres y Cody…
- Cody tenía que cuidar de su abuelo - completó Izzy.
- ¡Qué informados estáis! - exclamé.
- Nosotros no hemos dejado de vivir aquí, Matt - me recordó Izzy -. Mientras tú has estado viajando por todo Japón con los Lobos Adolescentes nosotros hemos estado siempre aquí, algunos más cerca, otros más lejos… pero siempre hemos mantenido el contacto.
- ¿Entonces para qué habéis hecho este reencuentro? - pregunté, dándome cuenta de que yo era el único que me había alejado de sus vidas, que hasta Takeru, que vivía en Francia, había logrado mantener el contacto con sus amigos.
- Queríamos verte, a ti, a T.K. y a Mimi.
- Vaya - dije sorprendido.
- Yo llevaba tiempo queriendo que nos reuniéramos… ya sabes, como en los viejos tiempos - continuó Koushiro -. Pero no me atrevía a proponerlo abiertamente. Si no fuera porque Sora nos propuso reencontrarnos…
- ¿Sora? - interrumpió Takeru.
- Sí, ella deseaba veros más que nadie. Siempre ha tenido contacto con Mimi pero con los hermanos Ishida… bueno, cada uno estáis a lo vuestro.
- Vaya - repetí.
De modo que Sora había sido la principal organizadora del reencuentro… no pude evitar sentirme sorprendido. Sora y yo jamás habíamos tenido una gran relación, jamás había sido como Taichi o Joe para mí, y estaba seguro de que yo para ella tampoco. Aunque no estaba seguro de ello, cuando Sora me había abrazado hacía unos minutos, su fragancia me había devuelto al pasado, al Mundo Digimon, pero no lograba comprender por qué. ¿Tanto contacto habíamos tenido que recordaba su olor?
Conducimos detrás del coche de Joe durante varias horas hasta que llegamos a las montañas. Nos desviamos por una carretera montañosa y aparcamos a la media hora, frente a un chalet de apariencia antigua.
No tardamos mucho en descargar nuestras correspondientes maletas y en dividir las habitaciones libres: Koushiro y yo dormiríamos en una; Taichi, Joe y T.K en otra y, por último, Hikari, Mimi y Sora en otra.
En cuanto nos reunimos todos en el salón del chalet, las risas no tardaron demasiado en llegar. Incluso yo, que no soy muy dado a sonreír, no pude evitar sacar una sonrisa en determinados momentos, era agradable estar todos juntos otra vez, recordando aventuras del Mundo Digital, contando las batallas que ganamos y que estuvimos a punto de perder…
Cenamos y nos sentamos en los tres sofás que formaban un semicírculo. Nuestra primera intención fue poner la televisión, pero nos sentíamos tan cómodos hablando unos con otros que no quisimos estropear el momento con fuentes ajenas.
- ¿Y si hacemos algo todos juntos? - dijo Mimi de pronto.
- ¿Como qué? - inquirió Hikari.
-Podríamos contarnos estos dos años… uno por uno - comentó Sora.
- ¡Sí! - exclamamos los demás.
- ¡Yo empiezo! - se apresuró a decir Mimi - Como ya sabéis, yo me mudé a Estados Unidos hace dos años… allí hice algunos castings y me cogieron para grabar unos anuncios…
- ¿Grabaste anuncios? - inquirió Joe.
- Sí.
- ¿De qué iban? - preguntó Takeru.
- De dentífricos - repuso Mimi casi con vergüenza.
La sala estalló en risas.
- Sí, muy gracioso pero vosotros no habéis salido en la tele y yo sí - dijo ella molesta -. El caso es que me cansé de eso y… bueno, hace un año que estoy estudiando cocina. Mi sueño es abrir una gran tienda de pastelitos…
Todos asentimos en silencio, Taichi y Sora aguantaron un par de carcajadas, teníamos que respetar los sueños de los demás pero era cierto que era gracioso imaginar a la inocente de Mimi dejando a un lado el glamour y cocinando pastas.
- Yo estoy estudiando medicina - prosiguió Joe -. Mi padre quiere que siga los pasos de Shuu, que estudió enfermería… me metí en ello casi por obligación pero he descubierto que realmente me gusta. Algún día, cuando el Mundo Digimon y la Tierra estén comunicados, montaré un hospital allí para poder curar a los digimon heridos.
- Obviamente, yo pienso hacer una ingeniería de informática - continuó Koushiro -. Ya sabéis que todo lo que tenga que ver con la tecnología está hecho para mí… de hecho, comenzaré el año que viene a estudiar la carrera. Mis profesores me han adelantado un curso, mis padres adoptivos están muy orgullosos de mí - añadió con orgullo.
- Yo he repetido - dijo Taichi sonriendo -. Ya sabéis que estudiar nunca ha sido lo mío… todavía tengo dos años para pensar qué quiero hacer, aunque seguramente haré un módulo de algo y me pondré a trabajar pronto. De momento, me gustaría ser jugador profesional de fútbol, Sora sabe que soy muy bueno, ¿verdad?
- No tan bueno como yo - bromeó ella dándole un pequeño codazo.
No pude evitar sonreír. Habían pasado dos años desde nuestra separación, desde que cada uno se fue por su camino, y aún así teníamos los mismos sueños, las mismas habilidades, los mismos objetivos. Sora seguía jugando a fútbol con Taichi, Koushiro continuaba siendo una especie de superdotado, Joe seguía preocupándose por los demás, Taichi continuaba siendo un vago…
Nada había cambiado.
- Yo trabajo a media jornada en la floristería de mi madre - prosiguió Sora -, aunque estudio diseño de moda… algún día me gustaría abrir una tienda de ropa hecha por mí o hacer algún desfile con mis diseños - se ruborizó levemente, lo que me hizo verla más hermosa que nunca -. Sigo jugando al fútbol con Tai pero mi madre me obligó a apuntarme a tenis y bueno… la verdad es que amo ambos deportes.
- Yo me mudé a Francia meses después de que regresáramos del Mundo Digital - comentó Takeru, provocando que se me pusiera la piel de gallina al recordar lo duro que fue la noticia para mí -. Suelo venir un par de veces al año para ver a mi papá y Matt… aún no tengo decidido qué voy a hacer en un futuro, pero me gustaría volver a venir a Odaiba a vivir para estar cerca de vosotros… y tal vez, escribir un libro contando nuestras aventuras.
- Eso es genial, T.K. - lo apoyó Sora.
Takeru se sonrojó levemente y todos miramos a Hikari, a la cual le tocaba continuar con sus propias experiencias.
- Sigo como siempre - aseguró -. Estudio en el mismo instituto que Davis y Ken y… no sé. Tal vez estudie magisterio infantil, amo a los niños.
Todos sonreímos por la dulzura y la simpatía que irradiaba Hikari, definitivamente las cosas no habían cambiado tanto… aun sin saber nada de los demás me dio la sensación de que seguíamos siendo una familia.
Sus miradas se volvieron hacia mí, interrogándome sobre estos dos últimos años.
- Ahora mismo no estoy estudiando nada - dije con tranquilidad -. Llevo un par de meses dedicándome únicamente al grupo de rock que montamos unos amigos y yo a los pocos meses de volver del Mundo Digital…
- ¿Tienes un grupo de rock? - inquirió Mimi eufórica.
- Sí, los Lobos Adolescentes estamos triunfando - aseguré con orgullo mal disimulado -. Hemos estado haciendo giras por todo Japón, hemos hablado con varias discográficas más y nos prometen grandes éxitos…
- ¿Qué instrumento tocas? - volvió a preguntar Mimi.
- El bajo - contestó Sora antes de que yo pudiera contestar.
Nadie pareció hacer demasiado caso a aquel comentario pero yo clavé mis ojos azules en su cada vez más ruborizada cara, ella me miró con disculpa y bajó la cabeza tímidamente.
La vuelta se había completado, pero las preguntas no cesaron.