(no subject)
Una risa psicópata se escucho en el Consejo, Lahar y Orb cayeron al suelo, incapaces de moverse, Hades y los Reyes caminaban como si ese sitio, que tanto debía ser temido, como si fuera un parque.
- ¿Esto es todo? -Pregunta Meldy haciendo un puchero y cruzando los brazos-Pudimos haber hecho esto hace mucho tiempo.
-N-No se saldrán con la suya-Aseguro Lahar intentando evitar que continúen, Hades simplemente cancelo las runas con una mano y siguieron con su camino, no antes de que Orb viera a Urtear con unas jodidas ganas de reírse mientras usaba su orbe para comunicarse.
-Lord Zeref, ya tenemos el consejo-
-Excelente, voy en este mismo instante-
Los reyes miraron desde arriba al consejo, que debiluchos eran, escucho a Hades susurrar un “Rusty” y él apenas miro al ejército del consejo, los detuvo imaginándose una pared.
-Aún están los Magos Santos, no se saldrán con la suya-
-Nos salimos con la nuestra apenas entraste en la trampa de Urtear-san-
Dicho eso se fueron, Hades se sentó en la silla de Orb mientras Urtear se encargó de manipular a los magos santos para ponerlos de su lado.
Ya no había nada, ni nadie, que los podría detener.
- ¿Esto es todo? -Pregunta Meldy haciendo un puchero y cruzando los brazos-Pudimos haber hecho esto hace mucho tiempo.
-N-No se saldrán con la suya-Aseguro Lahar intentando evitar que continúen, Hades simplemente cancelo las runas con una mano y siguieron con su camino, no antes de que Orb viera a Urtear con unas jodidas ganas de reírse mientras usaba su orbe para comunicarse.
-Lord Zeref, ya tenemos el consejo-
-Excelente, voy en este mismo instante-
Los reyes miraron desde arriba al consejo, que debiluchos eran, escucho a Hades susurrar un “Rusty” y él apenas miro al ejército del consejo, los detuvo imaginándose una pared.
-Aún están los Magos Santos, no se saldrán con la suya-
-Nos salimos con la nuestra apenas entraste en la trampa de Urtear-san-
Dicho eso se fueron, Hades se sentó en la silla de Orb mientras Urtear se encargó de manipular a los magos santos para ponerlos de su lado.
Ya no había nada, ni nadie, que los podría detener.