(no subject)
Desde que se acuerda que está en Grimoire Heart, ella admiraba a Zeref, aquel mago cruel, despiadado y maligno que no sentía nada por algo ni por nadie, Urtear acariciaba las fotos de Lullaby y Deliora al imaginarse el tipo de persona que sería ese mago.
Con el tiempo, llego a convertirse en una excelente discípula de Zeref, con 12 años ya había controlado la mente de un mocoso para que actuara bajo sus órdenes y con 20, ya no habían dudas de que era una de las más aptas para que Zeref le tomara como discípula, incluso un día se lo dijo Zancrow.
“Urtear-san es tan cruel que podría convertirse en una excelente mano derecha del gran Zeref” Lo que hizo que sonriera ante ese comentario
Urtear era una flor maligna, perfecta y cruel a la hora de matar y manipular. Sin embargo cuando tuvo a Zeref en sus brazos, el resto ya no importaba, se imaginaba a Zeref sonriéndole malvadamente y el mundo hermoso que crearían juntos, él y su gremio, pero que siempre tendría una levísima preferencia sobre ella.
Una lástima que cuando Zeref despertó, sus sueños se vinieron abajo, era cruel, despiadado y maligno, si, digno de temer, pero simplemente le miraba como una herramienta, alguien a quien él podría reemplazar rápidamente.
(Y el terror que le causa el escuchar la palabra reemplazo, hace que se le hiele la sangre)
-S-Señor…-Susurra herida al mago oscuro, había sido herida por tres magos santos, Zeref le mira y se agacha ante ella, recogiendo el cuerpo, Urtear sonríe quizás (quizás) Zeref si se preocupaba por ella.
- ¿Te duele, Urtear? -Pregunta suavemente, besándole la frente a la mujer, se está muriendo, si
(Se está marchitando, más bien)
- ¿Te duele? -Pregunta de nuevo mientras le besa la frente de nuevo
-Claro que no, s-señor…-Dice intentando levantarse mientras se aferra de la túnica del mago, escupe sangre y la vista se le nubla, las piernas no le aguantan, pero no importa, no puede dejar que el cuerpo le detenga-Yo…no me importa morir si es por usted, p-pero por favor, no me reemplace…
(No de nuevo, no de nuevo…)
(Ya sufrió mucho con el Fullbuster y el Bastia, no con su Zeref, no, no de nuevo)
La voz se le quiebra, pero Zeref le besa en los labios y le acaricia la mejilla y con una falsa dulzura, dice.
-Claro que jamás te reemplazaré, Urtear-
Dicho eso, le atravesó, rápido y sin dolor.
Las flores marchitas se supone que se les arranca de raíz.