Título: Prayer
Clasificación: Original
Géneros: Angst
Parejas: No
Resumen: A veces las cosas duelen demasiado tanto que no hay nada que pueda calmarlo, y piensas en lo inevitable....
Nota: Me motivé con la canción de Taeyang del mismo nombre
Aviso: Muerte de un personaje
"Un poco de ti y de mi"
Y pudo sentir como el frío se iba apoderando de su cuerpo poco a poco, las manos le pesaban y los párpados le escocían, sentía la lengua seca a pesar de estar salivando bastante, le dolía todas las partes de su cuerpo, podía sentir incluso algunas que jamás pensó que podría, le dolían los brazos, ambos estirados a ambos lados… tenía la mirada fija en el cielo, no parpadeaba, y sus ojos oscuros se mostraban rojizos, no podía ver nada de lo que le rodeaba, su voz era apenas un hilo imperceptible del que nadie haría caso si pasase por ahí: no llovía, no era noche, aunque todo lo veía negro a su alrededor, las voces en su cabeza le daba mil vueltas, pero nada, nada importaba.
Todo por lo que había luchado se había convertido en una farsa, todas las cosas en las que había estado pensando desde que tenía recuerdo eran una mentira, un cuento de hadas del cual ojala nunca hubiese sido consciente, se había vuelto todo aquello que siempre había odiado, una persona reprochable y eso no se lo podía permitir, no quería que le odiasen, tampoco quería odiar, se odiaba ya bastante el mismo.
Sin darse apenas cuenta estaba sobre su cama llorando y tirándose de los pelos, había clavado las uñas en sus brazos y había comenzado a gritar, había gritando tanto que ya no escuchaba su voz pero sabía que continuaba gritando porque estaba con la boca abierta y le dolía la garganta, se había caído de la cama y continuaba llorando, tiro todo lo que le rodeaba, se golpeó contra las paredes, agarró su cabeza, no le importaba parecer loco, no le importaba parecer lo que fuese, la vida de repente cobró todo el valor que siempre había deseado imponerle, y era nada.
No necesitaba música triste como la que ponen en las películas, ni escuchar las vocecillas en su cabeza. Se acurrucó contra la pared en su cuarto a oscuras y se vio reflejado en el espejo que adornaba su gran armario de madera; pudo ver las lágrimas que continuaban saliendo de sus ojos, vio sus brazos enrojecidos y arañados, sintió el frío apoderándose cada vez más de su cuerpo y como poco a poco aquel pequeño cuarto a oscuras parecía hacerse más grande; miró tenuemente el móvil sobre la mesilla, sabía que nadie le llamaría, siempre había sido un puto egoísta intentando engañarse a si mismo y se odió por ello, deseo morirse y de repente todo cobró sentido.
Ser el centro de lo peor del mundo es algo que quizás resulte pesado para todo el mundo, cuando alguien nace malo, malo se queda por mucho que intente remediarlo.
Nunca fue lo bastante bueno para nadie, nunca lo bastante valiente, lo bastante paciente, lo bastante comprensible, lo bastante altruista, siempre había estado guardando aquellas cosas que no se podía permitir, egoísmo, tristeza, dolor, amor, envidia, celos, desconfianza, fallar, se humano, aquellas cosas estaba fuera de su alcance.. pretendió volar con unas alas que no eran suyas y se metió una ostia contra el suelo, rezando siempre al dios equivocado, pretendiendo no ser el malvado demonio que era, queriendo con toda su almas ser feliz a costa de la felicidad de los demás, un maldito mendigo de sonrisas y gracias, alguien que jamás podría ser feliz, condenado en una vida que sabría su final desde el principio y ahora lo sabía… pero se sentí tan cobarde como siempre,
Tomó las tijeras en el cuarto de baño y las miró un buen rato, el cajón todavía estaba abierto, el corta uñas, algunas gomas del pelo y unos tubos de pasta dejaban ver la base blanca… las miró un rato y las pasó de una mano a otra… sabía que lo que había que hacer pero podría?
Espero que alguien llamase a ese móvil pero nada sonó, por qué iba a hacerlo? La gente no tiene poderes no puede saber lo que pasa por tu mente, espero a que la pantalla brillase, pero no lo hizo, por qué iba a hacerlo acaso no habían sido solo paranoias suyas, nada malo le pasaba, solo que era un puto desagradecido, pero, dolía tanto, se tumbó en el suelo al otro lado de la puerta cerrada del cuarto de baño y cerró los ojos, de nuevo lloraba y sabéis? Se odiaba tanto, se autoabrazo, siempre había sido una persona brusca para los contactos físicos pero no sabeis lo mucho que necesitaba un abrazo ahora, aunque nadie vino, no culpo a nadie.
Y ahí estaba solo, sin pensar en nadie, ni en él, ni en porque no podía parar de llorar, sin esperar que las personas que rondaban por ahí se diesen cuenta de sus intenciones, sin pretender un o una salvadora, sin pensar en nada, y entonces levantó la mano y con un gesto rápido raspó la piel de su brazo, no había sido nada, solo escocía un poco.
Pensó en las palabras que nunca escuchó, escuchó en su mente la canción que jamás le había dedicado, recordó el viaje al que jamás había ido, pensó en los amigos que había dejado atrás, saboreó los besos que nunca le dieron y escupió con timidez los perdones que siempre había querido decir.
Sentía su corazón latir con tanta fuerza que se pensó que le daría algo pero no tomó nada, quiso parar de llorar pero las lágrimas tenía vida propia, aun así no levantó la voz no quería que le viesen, no podría soportar de nuevo sentirse tan horriblemente malo como era, sentir que de nuevo había defraudado a toda esa gente que le quería, sentir que se le volvería a reñir, sinceramente siempre había parecido un pedante arrogante y que se las daba de superior, siempre intentando parecer mejor que los demás, haciendo todo lo que se proponía, con lo fácil que habría sido un abrazo, un te quiero, un lo sentimos tanto como tú, un tú también puedes sentirte débil, un llora hasta que no puedas, un no te dejaré…. No… no eres malo.
Pero entre cuento y cuento y sueño y sueño no puedo ver lo que se le venía encima, olvidaste rezarle a dios que debías y que los demonio no tienen alas para volar.
No tubo derecho de ser humano, se mintió queriendo ser un ángel y los demás entendieron que se quejaba de nuevo cuando solo estaba pidiendo ayuda, no se puede leer entre líneas.
Sería tan precioso poder decir que alguien apareció, verdad? Que el móvil sonó, que la puerta se abrió, o que todo había sido un sueño y nada más, o que se levantó lanzo lejos las tijeras y se puso a escribir esto, quien sabe?
El final queda en vuestra manos… ¿Cómo lo acabarías?
Los malos momentos pasan y tras ellos llegan unos buenos, ahí estamos sentados en una silla sintiendo como el mundo gira sin pedirnos permiso, sin saber como poderlo parar, sin poder hacer nada por remediar que los demás dejen de llorar, sin para de llorar, sin sentir como los brazos de un voluntario nos amarran, sin sentir como unos dedos dulces recogen nuestra lágrimas, sin saber lo que es un susurro en un oído sin pedirlo, sin no poder hacer nada por no parecer lo que no quieres ser… aguantando el peso pesado de la lágrimas que no puedes derramar y como se dice… no somos nada y nos volveremos a la cama tras leer lo escrito como si no pasase nada y sentirás que hoy no ha sido ni mejor ni peor que ayer, pero en el fondo todo quizás estemos solos en algún momento.