Título: ¿Todavía lloras?
Clasificación: Original
Géneros: G, Angst
Parejas: NO
Resumen: Pensamientos sobre alguien
Nota: Lo escribí hace tiempo, no estaba muy animada.
Aviso:
"Todavía lloras?"
Dormitando sobre tu pecho, cálido, mullido y suave cerré los ojos escuchando tu respiración; sentirte vivo, sentirnos juntos, era…un sueño y como sueño que era desapareció.
Tras el vidrio de la ventana vi como las gotas de lluvia resbalaban silenciosamente como los llantos en mi alma desgarraban mi ser, por qué, por qué no pude retenerte aunque fuese un poco más, aunque fuese egoísta, aunque tú no quisieras.
Alcé mi vista a un cielo de escayola descascarillada por la humedad y vi en sueños tu rostro; siempre en sueños, aunque en vida, siempre me lo pareciste también.
Deseé acariciar esa cara redonda, hundir mis manos entre tus cabellos negros y de nuevo verte llorar como lo hacías, pues descubría, quizás muy tarde, que escondían tus eternas lágrimas.
El amor no está hecho para mortales, me dijiste una vez, el amor no está hecho para pecadores sin pecado, para desdichados sin nombre, para almas perdidas en su auto impuesto castigo.
Pero la verdad, el amor quizás este hecho para nadie, o quizás para todos.
Tu creías que no; que el amor no estaba hecho para ti, que eras algo a parte de este mundo, que decías no merecer, sonreías con timidez y algo de picardía, como deseando semejar cruel en tu angelical apariencia, dejando la mirada perdida en ese mundo al que solo tú podías ir, hablando dulce, consolándome dulce, viviendo dulcemente a mi lado y … de pronto todo terminó, como en un sueño.
Volviste al cielo al que pertenecías, aunque siempre murmuraste nacer del calor de los infiernos; volviste a la luz que desprendías, aunque tú mismo insistías en hundirte en aquella oscuridad que tanto miedo te producía; ahogado en el mar de tu propias lágrimas, de tus penas infinitas, del dolor de tu corazón sensible, de tú incrédula inocencia de niño y de tu alma encadenada por un pasado que te obligabas a no dejar atrás.
Pudiste ser mío, ser de otros, pero con tus alas blancas teñidas de sangre te alejaste de nosotros, volviéndote más etéreo, más inalcanzable, más hermoso, como un cuento, o una leyenda, como esas melodías que componías en tu piano, como aquellas letras con las que me hacías soñar y desear no soltar tu mano nunca.
Pero no puede, te deje marchar, aunque quería retenerte a mi lado, aunque quería que egoístamente te quedases conmigo, que solo me vieses a mi, que solo me amases a mi, castigarte como deseabas por aquellos pecados jamás cometidos, destrozarme junto a ti , irnos juntos de cabeza a ese infierno que deseabas, volverte dulce, bello, tierno y solo mío.
Pero no puede, y como una ducha de vino carmesí escurriéndose entre mis dedos desapareciste para jamás volver y todavía hoy, como una espina, tengo tu sabor clavado en mis labios y el recuerdo de tu presencia me enloquece torturándome por no haber podido ser quien tenía que ser para ti y por haber asesinado a un alma tan bella como la tuya.
Dime solo una cosa, allí, donde estás ahora, todavía lloras?