[FF] Todos los movimientos correctos (4/¿?)

Mar 08, 2010 21:09

Título: Todos los movimientos correctos
Fandom: Sherlock Holmes (Movie verse)
Pairings: Holmes/Watson. 
Rating: Future NR, Angst, Romance.
Dedicatorias: A RDJ por ser un auténtico crack en todas y cada una de sus facetas. Y por hacer de los trajes con deportivas algo realmente sexy.



4. La tabla de salvación.

Ella era su mayor contradicción. Cada vez que se encontraban suponía un reto nuevo, excitante e innovador. Podría decirse que Adler - de presenciar aquella escena bizarra - estaría disfrutando sobre manera. Pero no se encontraba dentro de esa extraña intimidad formada entre los dos hombres.

Hubo un silencio que se hizo eterno. Los minutos pesaban como losas de mármol. Holmes observó a su amigo sintiéndose por primera vez en inferioridad de condiciones. Vulnerable. Y lo odiaba porque él nunca había tenido que recurrir a esto. El dolor de los golpes recibidos era una nimiedad en comparación a verse obligado a decir cuanto debía decir. Sí, era un alma investigadora, puro nervio.

Pero eso no quería decir que en ciertas ocasiones no costara la misma vida contarlo todo. Watson seguía ahí, esperando ese baño de honestidad por parte de alguien a quien consideraba tan cercano como de la propia familia. Alguien por quien luchar y derramar sangre si así se estimaba oportuno. Jamás habría pensado de otra forma. Sherlock Holmes estaba en la mayor debacle de su vida. Y había tenido que soportar unas cuantas.

- Es posible - dijo, sin más. Como quien no conoce otra forma de salir de una encerrona.
- ¿Habla en serio?

Y tenía todo el derecho del mundo a ofuscarse y denotar el tono de gran decepción en sus modos.

- Mary. Se trata de ella.

Las palabras. Antes de que cayeran como un vaso de agua sobre Watson, decidió tomarlas a broma. Este era Holmes, mostrándose posesivo de nuevo sin razón aparente. Que estuviera comprometido con ella no quería decir que fuera a verse obligado a dejar esa mitad de su vida atrás para siempre.

- Holmes, hemos hablado de esto muchas veces. Lo que ha ocurrido esta noche no ha sido más que otra muestra de ello.

El detective miró por un breve lapso de tiempo hacia las crecientes llamas de la chimenea. Quizás sí que había estado intentando sabotear el matrimonio de su amigo, pero la segunda parte de esa situación aún no había sido expuesta por ninguna de las partes.

- Se imagina que pretendo forzarle a tomar una decisión - enunció.
- No lo imagino - Objetó John - Lo sé. No lleva si no intentando eso desde la cena. Y déjeme decirle, Holmes, que debería dejarme unas cuantas cosas claras a ese respecto.
- ¿Qué quiere decir?
- Quiero decir que debe dejar que sea feliz con Mary.
- No puedo.

Esa frase se quedó pendiendo en el aire. En algún punto intermedio entre la honestidad y aquella habitación. Su amigo le observaba atentamente desde la butaca que había tomado por asiento. El silencio amenazaba con tornarse tan sólido que podría cortarse con un cuchillo de cocina.

- ¿Cómo?
- Que lo permitiría si supiera que ella es lo suficientemente buena. Una mujer - añadió - para usted debe ser lo mejor. Para alguien - hizo una pausa - de la familia.
- No entiendo en qué demonios puede usted creer que alguien no sea bueno para mí o lo sea. No entiendo por qué tiene que andar metiéndose en mi vida a todo coste.
- ¡Porque tengo motivos! ¡Porque estoy intentando apartarle de algo que le puede ocurrir a usted también!
- ¿Algo como qué, Holmes? ¿Un asesinato? ¿Otro fascinante caso que probablemente no exista?
- Existe - Concluyó.

No se había dado cuenta del sudor que perlaba la frente de John Watson. Lo miraba. Y esta vez realmente enfurecido. Casi podía calcular el ritmo de su pulso. Algo acelerado. En un impulso, se levantó con rabia cogiendo con fuerza sus hombros. Tenía su aliento a centímetros - cerveza, fish and chips y un mucho de traición a una amistad duradera. Eterna.

- Puedo jurarle que esto es lo más bajo que he podido verle caer.

Se quedaron mirando unos segundos. Los necesarios para saber que algo se había roto en ese preciso instante.

El portazo en su habitación precedió a la más absoluta oscuridad.

*****************

Eran dos almas afines o eso creía. Desde el momento en que conoció al reputado Sherlock Holmes tuvo esa certeza. En muchos aspectos - incluso más de lo que se atrevería a admitir - coincidían. Resultaba impresionante cómo en el tiempo que habían mantenido dentro de ese tira y afloja jamás lograba desentenderse por culpa de su brillantez. Y del pasado, por supuesto. Aquel que salí a la superficie por cada uno de sus encuentros. Como un velo invisible tras el cual lo que quedan son dos personas expuestas. A una verdad un tanto peligrosa dadas las circunstancias. Dado quién era uno y quién era el otro.

- ¿Se lo has dicho, entonces?

Irene observaba a Holmes desde el otro extremo de la habitación. Distrajo su mente deleitándose en las vistas que ofrecía el exterior. La lluvia cayendo como una soberbia cortina que se cierne sobre toda la ciudad. Tomó el largo silencio como una afirmación. No sólo de que le había dado la noticia a su mejor amigo si no que aunque diera su vida antes de reconocerlo, lo estaba pasando mal por ello.

- Piensas que no te va a creer nunca, ¿verdad?

Se acercó a Holmes. Estaba sosteniendo una copa de vino y ausente, desconfiado, como dictaba su naturaleza. Pero hoy más que de costumbre. Buscó su mirada con la esperanza de encontrar respuestas.

- No debes temer - añadió - sé lo que vi.

Pero en el fondo, Holmes es como un perro callejero. Hecho a las leyes de la calle. Pero eso no quería decir que no fuera herido de vez en cuando o que temiera - más que cualquier cosa - serlo. Y ella sabía eso. Ella y el buen doctor eran los únicos que gozaban del beneficio de conocer este hecho. Sonrió levemente. Mejor que nadie se apostaría el cuello sin perderlo a que el Doctor se había ofendido enormemente. Y eso sin conocer todos los hechos. Estaba necesitado de alguien. De palabras amables. De algo de comprensión.

- Puede que sólo esté utilizándola. Mary es...vulnerable.

Concluyó, intentando hacerlo menos tenso.

- Va a herirle.

Irene Adler fue la tabla de salvación de Holmes, ofreciendo como único rescate sus dos manos y unos labios suaves, cálidos y reconfortantes para el duro mes de Febrero.

Un pequeño santuario al que acudir a guarecerse.

fan fiction: tlmc, pairing: irene/holmes, pairing: holmes/watson

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