Drabble Adama/Roslin
Título: Premio para quien le ponga uno bonito >.<'
Personajes: Adama/Roslin
Spoilers: Nop
Palabras: 427
Contenidos: Cierta pasión, pero es demasiado corto para que sea interesante xD
Resumen: Cuando ocurre, ocurre sin preaviso y es Laura (lógico) quien (algo desesperada) da el primer paso y también el segundo.
Notas: Escrito en principio como parte de un fanfic más largo para yokana_yanovick. No funcionó desde el principio así que finalmente decidí recortarlo y dejarlo como drabble. El otro fic está en vías perpetuas de terminarse, I promise. >_<
Cuando ocurre, ocurre sin preaviso y es Laura (lógico) quien (algo desesperada) da el primer paso y también el segundo. Ni siquiera ocurre en su habitación, como era de esperar. Ocurre así: en los baños mixtos comunales, zona de pilotos. Uno viene de hablar con su hijo y la otra se ha perdido y de la que ella sale del baño él abre la puerta y están uno en frente del otro, en el silencio de una zona que en horas de entrenamiento se vuelve desértica. Medio chocan, medio tropiezan, y las manos van automáticamente hacia al otro, a sostenerse y sostener, y en dos segundos de parálisis, Bill piensa en besarla y Laura lo hace, suave al principio, casi titubeante, esperando la señal de rendición, que, cuando llega, lo hace de manera discreta. La mano de Adama se relaja contra su cintura y su pulgar acaricia suavemente por encima de la tela, sin darse cuenta. Los labios responden a su beso con dulzura y Laura lo profundiza, captura el labio inferior de Adama y lo chupa suavemente, le abre la boca y por un momento todo son lenguas, calor, humedad, chupar y saliva contra la puerta. Entonces, Adama hace un movimiento instintivo con las caderas, se le escapa un gemido, y Laura le sigue con más movimientos, saliva, lenguas, jadeos y, bum, un empujón
Que no han dado ellos
Que viene de la puerta
Que se mueve (porque intenta abrirse), vuelve a moverse (consigue abrirse), y descubre a Karl Agathon, antes piloto y ahora coronel, la camisa del uniforme desabrochada enseñando una camiseta blanca y con una toalla sobre el hombro derecho y una ceja casi imperceptiblemente arqueada.
Inclina torso y cabeza en dirección a ella, y luego la mano a la sien, saludo militar hacia él.
-Señora Presidenta. Señor.
Se van por caminos separados. Es absurdo porque los dos piensan que deberían ir hacia el mismo sitio y con una única intención, pero es lo que hacen.
La culpa es de Bill, claro. Gira la cara, oculta la expresión y cuando se despide con brusquedad no hay ni rastro de la pasión que Laura ya no está tan segura de que no fuera sólo suya. Al almirante las responsabilidades le envuelven en un escudo de excusas que no es impenetrable (tiene muchos remiendos y algunas heridas abiertas, las que se abren al paso de la presidenta), pero lo parece.
Porque Laura lo sabe, sabe que no es (ha visto demasiadas señales) impenetrable. Pero es que a veces, realmente, lo parece. Sólo a veces. Pero duele.
Personajes: Adama/Roslin
Spoilers: Nop
Palabras: 427
Contenidos: Cierta pasión, pero es demasiado corto para que sea interesante xD
Resumen: Cuando ocurre, ocurre sin preaviso y es Laura (lógico) quien (algo desesperada) da el primer paso y también el segundo.
Notas: Escrito en principio como parte de un fanfic más largo para yokana_yanovick. No funcionó desde el principio así que finalmente decidí recortarlo y dejarlo como drabble. El otro fic está en vías perpetuas de terminarse, I promise. >_<
Cuando ocurre, ocurre sin preaviso y es Laura (lógico) quien (algo desesperada) da el primer paso y también el segundo. Ni siquiera ocurre en su habitación, como era de esperar. Ocurre así: en los baños mixtos comunales, zona de pilotos. Uno viene de hablar con su hijo y la otra se ha perdido y de la que ella sale del baño él abre la puerta y están uno en frente del otro, en el silencio de una zona que en horas de entrenamiento se vuelve desértica. Medio chocan, medio tropiezan, y las manos van automáticamente hacia al otro, a sostenerse y sostener, y en dos segundos de parálisis, Bill piensa en besarla y Laura lo hace, suave al principio, casi titubeante, esperando la señal de rendición, que, cuando llega, lo hace de manera discreta. La mano de Adama se relaja contra su cintura y su pulgar acaricia suavemente por encima de la tela, sin darse cuenta. Los labios responden a su beso con dulzura y Laura lo profundiza, captura el labio inferior de Adama y lo chupa suavemente, le abre la boca y por un momento todo son lenguas, calor, humedad, chupar y saliva contra la puerta. Entonces, Adama hace un movimiento instintivo con las caderas, se le escapa un gemido, y Laura le sigue con más movimientos, saliva, lenguas, jadeos y, bum, un empujón
Que no han dado ellos
Que viene de la puerta
Que se mueve (porque intenta abrirse), vuelve a moverse (consigue abrirse), y descubre a Karl Agathon, antes piloto y ahora coronel, la camisa del uniforme desabrochada enseñando una camiseta blanca y con una toalla sobre el hombro derecho y una ceja casi imperceptiblemente arqueada.
Inclina torso y cabeza en dirección a ella, y luego la mano a la sien, saludo militar hacia él.
-Señora Presidenta. Señor.
Se van por caminos separados. Es absurdo porque los dos piensan que deberían ir hacia el mismo sitio y con una única intención, pero es lo que hacen.
La culpa es de Bill, claro. Gira la cara, oculta la expresión y cuando se despide con brusquedad no hay ni rastro de la pasión que Laura ya no está tan segura de que no fuera sólo suya. Al almirante las responsabilidades le envuelven en un escudo de excusas que no es impenetrable (tiene muchos remiendos y algunas heridas abiertas, las que se abren al paso de la presidenta), pero lo parece.
Porque Laura lo sabe, sabe que no es (ha visto demasiadas señales) impenetrable. Pero es que a veces, realmente, lo parece. Sólo a veces. Pero duele.