[batman comics] enero, febrero y marzo

Jun 22, 2011 15:24

Fandom: DC comics, Batfamilia, algo así.
Pairing: Dick Grayson/Tim Drake
Palabras: 500, 400 y 500
¿Qué es esto?: Tres ficlets que le escribí a rhea_carlysse porque ella me prometió un Jamie/Tony que sigo esperando *cof cof cof*. Y como se los entregué tres meses tarde, pues escribí tres escenas de los tres meses. Suceden en distintos momentos de la historia de estos dos, pre-Damian; Dramian y en RedRobin!drama. Y eso, tendrá horribles incongruencias en cuanto a canon porque he leído poco de ellos y... eso.


i
Tim se frotaba las manos con rapidez mientras entraba en la mansión. Lo primero que hizo, antes que quitarse la capa del traje, las botas o la máscara; o más bien -y eso fue en lo que realmente se fijó Dick-, antes de girar la cabeza para mirarle y aunque sea saludarle y preguntarle qué tal estaba; fue directamente hacia la
chimenea y las acercó al fuego.

-Tanto dinero, tanta tecnología… y luego no tenemos unos malditos trajes que no te hagan quedarte como un cubito de hielo en las patrullas. Si es que… -masculló Tim, sin darse cuenta de que el calor hacía que se subieran los colores. Dick se encogió de hombros.

-No te quejes, tú al menos puedes salir a patrullar con Bruce. Yo, para una vez que vengo, me tengo que quedar aquí sentado. Y no me quejo -apostilló.

Tim se giró para mirarle. Se quitó la máscara con dedos ligeramente temblorosos y esbozó una sonrisa burlona.

-No es mi culpa que yo sea más ágil que tú. O que te hagas mayor. O que, sencillamente, seas un torpe y te tuerzas el tobillo en un simple entrenamiento -terminó la frase trocando la sonrisa burlona por una angelical que hizo que Dick le fulminara con la mirada. Ya se vengaría cuando pudiera andar bien.

Tim, a modo de respuesta, le sacó la lengua. Tirando a un lado el antifaz y la capa, y se acercó a él a paso tranquilo.

-¿Dónde has dejado a Bruce? -le preguntó Dick, no dignándose a responder a la burla- ¿Helándose de frío en un hoyo, cubierto de nieve? ¿O enfrentándose él solo a… en fin, a cualquiera, mientras el señorito se volvía para casa porque tenía frío?

Tim se quedó parado un momento, dudó y al final se sentó en el sillón contiguo al de Dick, fuera de su alcance.

-No, qué va. Si ha sido una patrulla tranquilita… tres ladrones, dos polis corruptos dándose el lote con tres prostitutas, un asesino, un niño perdido y una mujer desquiciada que nos decía no sé qué de Superman. Bruce, del aburrimiento que llevaba encima, se fue a su estudio pronto -Tim se miraba las uñas con aire
desenfadado y Dick contuvo las ganas de sonreír. En cambio, se fijó en que el más pequeño aún tiritaba un poco.

Le hizo un gesto con la mano.

-Anda, ven aquí. Se nota que estás helado, enano.

Tim dudó unos instantes, y al final terminó acercándose al reposabrazos del sillón de Dick y sentándose encima. En ese momento, Dick le agarró por el cuello y le bajó hasta su nivel, empezando a hacerle cosquillas allí donde pudiera llegar. Tim se retorcía en su regazo, riendo entrecortadamente e intentando soltarse, sin éxito, del agarre del mayor.

Cuando por fin le soltó, los dos jadeaban.

-Para que aprendas a no meterte con tus mayores. Y a no estropearles las vacaciones improvisadas con esguinces.

Tim, a modo de respuesta, le dio un beso en la coronilla, y murmuró un “sí, sí”.


ii
-¿Sabes? Me parece patético que tengamos que ser nosotros el que le preparemos el regalo de San Valentín a la novia de Damian. Muy, muy patético -el sonido de las tijeras rasgaba el ambiente.

-¿Pero patético por nuestra parte o por la de Damian? -dobló cuidadosamente el papel en dos partes iguales. Las letras negras sobre el color rojo se veían incluso en el dorso.

Tim levantó la vista de lo que estaba cortando y le miró con una ceja alzada.

-Por la nuestra. Que los dos sabemos que Damian es especial de por sí, pero… ¿nosotros haciendo esto?

-Órdenes del murciélago superior. Si él quiere que escribamos… -Dick cogió el papel que acababa de doblar, lo abrió y leyó una línea al azar- “siempre pensaré en ti, amapola de mi vida, rosa de mis sueños, violeta de mi corazón, incluso aunque lo único que me atreva a decirte es que me dejes los deberes del día que no pude ir a
clase”, pues nosotros lo escribimos.

-Ya podríamos haberlo cambiado. “Ensordecedora vaca que acecha mi hogar cuatro días de cada siete, semillas de amapola que me permiten evadirte de tu pesadez…” yo que sé, cosas más interesantes -Tim soltó un suspiro-. Pero lo que no pillo es que si tanto la quiere, seamos nosotros los que tenemos que escribir la dichosa
carta.

-¿Porque Damian no sabe escribir, quizás? No sé tú, pero yo le veo capaz de poner amor con hache -Tim le miró con una ceja alzada-. O bueno, vale, en realidad no, pero... es un vago.

-La de cosas que podríamos estar haciendo -siguió refunfuñando Tim mientras pegaba cortes drásticos aquí y allí, haciendo que el corazón quedara ligeramente menos curvo de lo que debería-. Patrullando, al menos es útil. O salir a dar una vuelta con tu moto. O visitar a Cassie. O ir al cine y a una hamburguesería a
comer y burlarnos de las parejas que hacen lo mismo. ¡Yo qué sé! Hay millones de cosas mejores que ayudar a Damian.

Dick le miró con una ceja alzada, sopesando la cuestión unos segundos. Volvió a bajar la mirada hacia la carta que estaba terminando.

-Suena todo muy típico, y para ser típicos, se me ocurren cosas más sencillas de hacer. Subirnos a tu habitación, cerrar la puerta con llave y pasar allí la noche, por poner un ejemplo.

Tim dejó las tijeras sobre la mesa, encima del corazón mutilado, y le agarró por el cuello de la camisa.

-Que se las apañen solos -masculló mientras le arrastraba fuera de la habitación y escaleras arriba. Dick sonrió con suficiencia.


iii
Dick dio un par de golpecillos en el cristal de la ventana, agazapado en el alféizar. Al no recibir respuesta, soltó un suspiro y se dispuso a forzar el sencillo mecanismo que cerraba la ventana.

Cuando entró, se encontró en un pequeño cuarto un poco sucio y muy desordenado, con un Tim un poco sucio tumbado en la cama desordenada que no le hacía el menor caso. Dick se quitó la máscara de Batman que tan incómoda le parecía y la dejó sobre una silla llena de ropa sucia. Tim tenía el mando de la
televisión, que estaba encendida con el volumen al mínimo, pero no parecía estar viéndola con atención.

Dick sabía que le ignoraba a propósito, pero eso no era una novedad, lo llevaba haciendo algún tiempo ya. Se acercó hasta la cama sorteando objetos desperdigados en la alfombra. Llegó hasta la cama y se recostó en un pequeño espacio que quedaba entre el cuerpo de Tim y la pared. Se mantuvo en silencio unos momentos, escuchando el sonido ahogado de la televisión y la respiración acompasada del que antes había sido su compañero inseparable y que hoy ni le hablaba. No estaba cómodo con la situación, ¿cómo podía estarlo?. Cada vez que entraba en la cueva y miraba el antiguo traje de Tim se le encogía el estómago,
había partes enteras de la mansión por las que evitaba pasar. A veces, cuando patrullaban, en la penumbra, confundía la silueta de Damian con la de Tim y le daba un vuelco el corazón, pero entonces Damian abría la boca y hacía un comentario propio de él y la ilusión se desvanecía. No le gustaba que las cosas
entre ellos se hubiesen roto de esa manera, pero tampoco veía la forma de solucionarlas de forma sencilla. Lo había intentado más de una vez y lo único que había hecho había sido abrir aún más la brecha que les separaba. Dick le daba vueltas por las noches a las conversaciones y las decisiones que les habían llevado
hasta donde estaban ahora y esos recuerdos y esas palabras que le gustaría haber podido decir le mantenían alejado del sueño, o le hacían despertarse bruscamente en medio de la noche y no ser capaz de volver a cerrar los ojos.

Dick suspiró y se giró como pudo en el estrecho espacio que tenía. La capa estaba enganchada debajo de él y no era la postura más cómoda que podría haber encontrado, pero le permitía ver el perfil de Tim. Tenía ojeras bajo los ojos firmemente clavados en la pantalla de la televisión.

-¿Qué quieres? -preguntó Tim por fin con una voz que pretendía carecer de emociones pero que se rompió en el final.

Dick le pasó una mano por el pecho y apoyó la cabeza en su hombro, sin importarle que Tim se tensase. Murmuró, contra su clavícula:

-Dormir.

fandom: batman (cómics), longitud: 100-499, !fanfic, longitud: 500-999, pairing: dick grayson/tim drake, rating: g

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