Fic - Hawaii 5-0
Hola a todos, estuve mucho tiempo desaparecida y pese a que escribia un fic estilo twittero (140 caracteres es poco cuando debes condensar en esa longitud una idea)
Pero no quiero aburrirlos, vengo a estrenar fandom. Escribi uno de la serie Hawaii Five-0 y lo pasara a compartir con ustedes.
Se acepta todo tipo de crítica, que para eso está la libertad de expresión.
En mi defensa les digo que el contenido de la historia era un gusto que quería darme desde hace un tiempo. Elghin, espero me sepas disculpar y no te quite la idea de ir conmigo a la Expo!!
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Título: Entre el miedo y la ausencia
Autor: Nem_sa
Artista (semi exclusivo) Nocturnal_Fox (O Desti para los amigos)
Estado: Terminado
Dividido en tres partes
Resumen: Nunca creyó que ese llamado anónimo lo condujera a un callejón sin salida; o peor aún, a una trampa…
Que pasaría si algo impidiera que Danniel Williams y Steve McGarret se encuentren
Público: para mayores de 18
Steve
Corría con todo lo que su maltrecho y dañado cuerpo le permitía, sus zancadas eran inseguras, apuradas e imprecisas. Avanzaba a través del tupido bosque sin detenerse a pesar de los numerosos rasguños que las ramas de los árboles le producían al meterse por cualquier lado, utilizando las pocas fuerzas que le quedaban.
Estaba en completa desventaja y lo sabía. Sólo rezaba en que se le diera la oportunidad de conseguir algo de ayuda una vez que pudiera alcanzar el camino que se vislumbraba un poco más adelante, aunque aparentaba estar a mucha distancia de donde se encontraba, era una especie de alivio verlo allí delante. Sabía que no era un camino de alto tránsito, pero si muy usado, por lo tanto rezaba encontrar inmediata ayuda apenas alcanzara el asfalto.
Tropezaba más veces que los pasos que podía dar. Sentía a su perseguidor muy cerca de donde él se encontraba, y le parecía estar en una muy mala película de terror porque no podía ser que mientras él corriera con todo lo que podía, el otro mientras iba caminando, lo alcanzaba sin problema; con pasos tranquilos y confiados, y gritando su nombre en la espesura del bosque con la confianza de saber que nunca podrá escapar de sus manos. Como si el estar corriendo por su vida no significara nada más que un divertimento para el otro.
Nunca creyó que ese llamado anónimo lo condujera a un callejón sin salida y peor aún, fuera una trampa.
Un último paso dado al mismo tiempo que giraba su cabeza hacia atrás tratando de ver si estaba en el campo visual de su captor, provocó que no viera aquellas raíces que sobresalían de la tierra. Un “Te encontré pequeño detective” fueron las palabras que oyó mientras caía por el barranco.
Danniel no podía evitar exclamar de dolor por los golpes que recibía mientras caía, pensaba en que si no lograba salir de esta iba a lastimar mucho a su pequeña monito, y no podría cumplir su promesa de llevarla a los juegos ese próximo fin de semana, rompiendo su corazoncito. Y lo peor era que no tuvo oportunidad de verla por última vez.
Desde arriba, el mafioso que lo perseguía sonreía satisfecho mientras sacaba un arma para acabar el trabajo.
Apenas consciente sintió como bruscamente era dado vuelta, no tenía las fuerzas suficientes para abrir los ojos ni clamar por ayuda. Dolor y más dolor era en lo único en que su mente podía centrarse, luego todo se volvió negro y el mundo se detuvo.
Un día más transcurría en Hawaii, el sol hacía resplandecer la arena, las olas lucían perfectas para surfear y la multitud que nunca parecía querer abandonar la playa era la estampa con la que amanecía la bella ciudad.
Steve entraba tranquilo a las oficinas de su unidad. Se reintegraba al equipo del Five-0 luego de unas semanas de haber sido llamado para una de las tantas misiones secretas a las que siempre estaba disponible. El trabajo en la isla era demasiado tranquilo para él y nunca podía negarse a acudir a alguna misión si era llamado. Era libre de ir y venir cuando quería y estaba muy cómodo de esa manera.
Al pasar por el frente de la oficina de su compañero, le extraño la nerviosa mujer que se encontraba amenazando a su compañero, era hasta gracioso como esa pequeña mujercita de elegante figura y muy bien vestida amedrentaba verbalmente a su compañero. Le extraño el respeto con el que este le escuchaba y hasta la consolaba cuando acabo de descargarse. No pudo seguir viendo ya que debía atender su celular que estaba sonando.
Cuando acabo la llamada, vio que todos estaban alrededor de la mesa-computadora y a su segundo al mando asignando los pasos a seguir. Se dirigió hacía allí para reunirse con el equipo; Chin, Kono y a quien lo había suplido mientras estaba afuera el Detective Hanamoa se acercaron a él para saludarlo y darle una breve bienvenida, felicitándolo por el éxito del caso en el que acababa de servir.
Pidió que lo pusieran al tanto sobre el caso en el que estaban trabajando. En la enorme pantalla aparecían los datos relevados sobre la víctima y su fotografía. Steve se extraño muchísimo al ver esa imagen, era como si lo conociera, pero no podía ser porque él nunca olvidaba un rostro.
Pregunto si tenía algo que ver la mujer que había visto con su compañero y Kono le dijo que esa era la ex esposa, y de inmediato le paso una carpeta con el archivo que contenía información más detallada del caso.
Hanamoa instó a Kono y Chin a seguir las pistas que tenían y ver si conseguían dar con ese escurridizo testigo mientras él ponía al corriente a McGarret del motivo porel cual tomo el caso.
Fueron a la oficina de Steve. El trato entre ellos era muy bueno, pero no llegaban a tratarse como si fueran amigos íntimos. Hanamoa paso a ponerlo al corriente de los pormenores del caso y el motivo principal de porque les sacara el caso a la policía.
Steve escuchaba cada palabra que relataba sobre ese detective rubio que se mudo de Jersey hasta Hawaii evitando así separarse de su pequeña hija, como a pesar de odiar todo lo que hacía famosa a la ciudad, se mantenía firme trabajando en casos tras casos, viviendo con lo justo para poder darle a su hija el bienestar que su magro sueldo le permitía.
A medida que su compañero le iba contando las innumerables quejas que Danniel pronunciaba de la isla cada día, minuto y segundo desde que puso sus pies en Hawai, era como si pudiera verlo, el relato de Hanamoa era conciso pero preciso. Nunca antes había visto a alguien expresarse con cuerpo y alma como Hanamoa aseguraba lo hacía el Detective Williams, con argumentos ciento por ciento verídicos.
No podía imaginar al sujeto de la foto, moviendo las manos acompañando cada palabra, reclamo, desacuerdo, queja o sugerencia expresada frente a algo de la forma que le estaban detallando. Le parecía en cierta forma muy tierno.
Hanamoa era una persona de pocas palabras, las justas y necesarias como él; en todo el tiempo que llevaban trabajando juntos jamás le había escuchado verle admirar a una persona como se notaba que admiraba a este ex compañero de trabajo.
Era en cierta forma gracioso, porque no imaginaba poder trabajar con una persona así pese a que su mente, muy en el fondo le decía que adoraría hacerlo.
El asunto era que aquel detective llevaba un caso demasiado peligroso y por su extraña desaparición y sin recibir llamadas de rescate no podía tratarse de un secuestro. Ya había pasado casi una semana desde que dejaron de saber de él. Rachel y Gracie; que así se llamaban los únicos familiares que tenía en la isla; estaban completamente desesperadas aguardando cualquier noticia del avance del caso. La única alternativa viable era relacionar su desaparición con el caso policial en el que estaba trabajando, pero hasta el momento no habían hallado ninguna pista firme. Todo conjeturas.
El silencio se instaló entre ellos un breve momento cuando Steve sintió una extraña punzada en el pecho. En ese mismo instante el teléfono del Detective Hanamoa sonó, luego de oír unas pocas palabras, reaccionó parándose y quedando blanco como el papel. Steve, nunca lo había visto así, eso que habían visto de todo.
Lo ayudo a sentarse y le sacó el teléfono, terminando la conversación cuando tomo nota de la dirección a la cual acudir.
El camino fue largo y silencioso. Era uno de esos montes llenos de árboles a los cuales sólo se accedía a pie. Al llegar allí pudieron ver que el lugar ya estaba precintado y preservado para levantar pistas.
Steve camino sin poder evitarlo hasta la escena, algo dentro se desgarro en él al ver como dejaron a Danny Williams. Era como si lo que apenas un rato antes, todo eso que Hanamoa le había contado, lo hubiera visto él mismo. Un fuerte deseo se instalo en su pecho, algo que si lo meditaba un poco le resultaba hasta loco. No era para menos, es que era ilógica esa sensación, aborrecía el no haberlo podido conocer antes de que estos animales se cruzaran en la vida de Danniel, así de esta manera hubiera podido protegerlo. Nunca antes con nadie que conoció sintió esa conexión, y le parecía sumamente extraña sentirla con alguien con el que nunca coincidió en nada.
De repente sintió que toda su vida estaba vacía, que ni la Marina a la que siempre le dedico todo, ni sus colegas llegaban a tener valor. Nunca antes había sentido la vida tan llena de vida como la vivía Danniel Williams y eso que la adrenalina sirviendo como SEAL era constante.
A pesar que la realidad le decía que no tenía porque sentir la pérdida de ese sujeto, su alma clamaba lo contrario. A lo largo de su carrera había vivido muchas historias similares, era por eso que no entendía porque esta vez reaccionaba diferente. Era ilógico encontrarse totalmente shockeado por el terrible final que encontró el Detective Williams. A su mente llegaban las descripciones que horas antes recibía del que había sido su compañero en la policía antes de que el le pidiera se uniera al Five.
Eran tan opuestas sus formas de trabajar que creía que ellos no podrían llegar a conformar un equipo juntos. Pero que Hanamoa le dejo picando con un "te sorprenderías" lo que Danniel podia lograr.
Lloró en silencio mientras veía como los forenses levantaban el cuerpo, lloró por las veces que malgasto su tiempo creyendo amar cuando no tenía intención de una relación a largo plazo. Lloró por evitar este tipo de amor que creía lo harían sentir débil. Lloró por todo lo que había perdido sin saber que lo necesitaba.
Lloró porque quería alguien así a su lado, pero sabía que no había dos personas así en la vida.
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Te espero en la segunda parte!!!! No dejes que esto te desanime
Pero no quiero aburrirlos, vengo a estrenar fandom. Escribi uno de la serie Hawaii Five-0 y lo pasara a compartir con ustedes.
Se acepta todo tipo de crítica, que para eso está la libertad de expresión.
En mi defensa les digo que el contenido de la historia era un gusto que quería darme desde hace un tiempo. Elghin, espero me sepas disculpar y no te quite la idea de ir conmigo a la Expo!!
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Título: Entre el miedo y la ausencia
Autor: Nem_sa
Artista (semi exclusivo) Nocturnal_Fox (O Desti para los amigos)
Estado: Terminado
Dividido en tres partes
Resumen: Nunca creyó que ese llamado anónimo lo condujera a un callejón sin salida; o peor aún, a una trampa…
Que pasaría si algo impidiera que Danniel Williams y Steve McGarret se encuentren
Público: para mayores de 18
Steve
Corría con todo lo que su maltrecho y dañado cuerpo le permitía, sus zancadas eran inseguras, apuradas e imprecisas. Avanzaba a través del tupido bosque sin detenerse a pesar de los numerosos rasguños que las ramas de los árboles le producían al meterse por cualquier lado, utilizando las pocas fuerzas que le quedaban.
Estaba en completa desventaja y lo sabía. Sólo rezaba en que se le diera la oportunidad de conseguir algo de ayuda una vez que pudiera alcanzar el camino que se vislumbraba un poco más adelante, aunque aparentaba estar a mucha distancia de donde se encontraba, era una especie de alivio verlo allí delante. Sabía que no era un camino de alto tránsito, pero si muy usado, por lo tanto rezaba encontrar inmediata ayuda apenas alcanzara el asfalto.
Tropezaba más veces que los pasos que podía dar. Sentía a su perseguidor muy cerca de donde él se encontraba, y le parecía estar en una muy mala película de terror porque no podía ser que mientras él corriera con todo lo que podía, el otro mientras iba caminando, lo alcanzaba sin problema; con pasos tranquilos y confiados, y gritando su nombre en la espesura del bosque con la confianza de saber que nunca podrá escapar de sus manos. Como si el estar corriendo por su vida no significara nada más que un divertimento para el otro.
Nunca creyó que ese llamado anónimo lo condujera a un callejón sin salida y peor aún, fuera una trampa.
Un último paso dado al mismo tiempo que giraba su cabeza hacia atrás tratando de ver si estaba en el campo visual de su captor, provocó que no viera aquellas raíces que sobresalían de la tierra. Un “Te encontré pequeño detective” fueron las palabras que oyó mientras caía por el barranco.
Danniel no podía evitar exclamar de dolor por los golpes que recibía mientras caía, pensaba en que si no lograba salir de esta iba a lastimar mucho a su pequeña monito, y no podría cumplir su promesa de llevarla a los juegos ese próximo fin de semana, rompiendo su corazoncito. Y lo peor era que no tuvo oportunidad de verla por última vez.
Desde arriba, el mafioso que lo perseguía sonreía satisfecho mientras sacaba un arma para acabar el trabajo.
Apenas consciente sintió como bruscamente era dado vuelta, no tenía las fuerzas suficientes para abrir los ojos ni clamar por ayuda. Dolor y más dolor era en lo único en que su mente podía centrarse, luego todo se volvió negro y el mundo se detuvo.
Un día más transcurría en Hawaii, el sol hacía resplandecer la arena, las olas lucían perfectas para surfear y la multitud que nunca parecía querer abandonar la playa era la estampa con la que amanecía la bella ciudad.
Steve entraba tranquilo a las oficinas de su unidad. Se reintegraba al equipo del Five-0 luego de unas semanas de haber sido llamado para una de las tantas misiones secretas a las que siempre estaba disponible. El trabajo en la isla era demasiado tranquilo para él y nunca podía negarse a acudir a alguna misión si era llamado. Era libre de ir y venir cuando quería y estaba muy cómodo de esa manera.
Al pasar por el frente de la oficina de su compañero, le extraño la nerviosa mujer que se encontraba amenazando a su compañero, era hasta gracioso como esa pequeña mujercita de elegante figura y muy bien vestida amedrentaba verbalmente a su compañero. Le extraño el respeto con el que este le escuchaba y hasta la consolaba cuando acabo de descargarse. No pudo seguir viendo ya que debía atender su celular que estaba sonando.
Cuando acabo la llamada, vio que todos estaban alrededor de la mesa-computadora y a su segundo al mando asignando los pasos a seguir. Se dirigió hacía allí para reunirse con el equipo; Chin, Kono y a quien lo había suplido mientras estaba afuera el Detective Hanamoa se acercaron a él para saludarlo y darle una breve bienvenida, felicitándolo por el éxito del caso en el que acababa de servir.
Pidió que lo pusieran al tanto sobre el caso en el que estaban trabajando. En la enorme pantalla aparecían los datos relevados sobre la víctima y su fotografía. Steve se extraño muchísimo al ver esa imagen, era como si lo conociera, pero no podía ser porque él nunca olvidaba un rostro.
Pregunto si tenía algo que ver la mujer que había visto con su compañero y Kono le dijo que esa era la ex esposa, y de inmediato le paso una carpeta con el archivo que contenía información más detallada del caso.
Hanamoa instó a Kono y Chin a seguir las pistas que tenían y ver si conseguían dar con ese escurridizo testigo mientras él ponía al corriente a McGarret del motivo porel cual tomo el caso.
Fueron a la oficina de Steve. El trato entre ellos era muy bueno, pero no llegaban a tratarse como si fueran amigos íntimos. Hanamoa paso a ponerlo al corriente de los pormenores del caso y el motivo principal de porque les sacara el caso a la policía.
Steve escuchaba cada palabra que relataba sobre ese detective rubio que se mudo de Jersey hasta Hawaii evitando así separarse de su pequeña hija, como a pesar de odiar todo lo que hacía famosa a la ciudad, se mantenía firme trabajando en casos tras casos, viviendo con lo justo para poder darle a su hija el bienestar que su magro sueldo le permitía.
A medida que su compañero le iba contando las innumerables quejas que Danniel pronunciaba de la isla cada día, minuto y segundo desde que puso sus pies en Hawai, era como si pudiera verlo, el relato de Hanamoa era conciso pero preciso. Nunca antes había visto a alguien expresarse con cuerpo y alma como Hanamoa aseguraba lo hacía el Detective Williams, con argumentos ciento por ciento verídicos.
No podía imaginar al sujeto de la foto, moviendo las manos acompañando cada palabra, reclamo, desacuerdo, queja o sugerencia expresada frente a algo de la forma que le estaban detallando. Le parecía en cierta forma muy tierno.
Hanamoa era una persona de pocas palabras, las justas y necesarias como él; en todo el tiempo que llevaban trabajando juntos jamás le había escuchado verle admirar a una persona como se notaba que admiraba a este ex compañero de trabajo.
Era en cierta forma gracioso, porque no imaginaba poder trabajar con una persona así pese a que su mente, muy en el fondo le decía que adoraría hacerlo.
El asunto era que aquel detective llevaba un caso demasiado peligroso y por su extraña desaparición y sin recibir llamadas de rescate no podía tratarse de un secuestro. Ya había pasado casi una semana desde que dejaron de saber de él. Rachel y Gracie; que así se llamaban los únicos familiares que tenía en la isla; estaban completamente desesperadas aguardando cualquier noticia del avance del caso. La única alternativa viable era relacionar su desaparición con el caso policial en el que estaba trabajando, pero hasta el momento no habían hallado ninguna pista firme. Todo conjeturas.
El silencio se instaló entre ellos un breve momento cuando Steve sintió una extraña punzada en el pecho. En ese mismo instante el teléfono del Detective Hanamoa sonó, luego de oír unas pocas palabras, reaccionó parándose y quedando blanco como el papel. Steve, nunca lo había visto así, eso que habían visto de todo.
Lo ayudo a sentarse y le sacó el teléfono, terminando la conversación cuando tomo nota de la dirección a la cual acudir.
El camino fue largo y silencioso. Era uno de esos montes llenos de árboles a los cuales sólo se accedía a pie. Al llegar allí pudieron ver que el lugar ya estaba precintado y preservado para levantar pistas.
Steve camino sin poder evitarlo hasta la escena, algo dentro se desgarro en él al ver como dejaron a Danny Williams. Era como si lo que apenas un rato antes, todo eso que Hanamoa le había contado, lo hubiera visto él mismo. Un fuerte deseo se instalo en su pecho, algo que si lo meditaba un poco le resultaba hasta loco. No era para menos, es que era ilógica esa sensación, aborrecía el no haberlo podido conocer antes de que estos animales se cruzaran en la vida de Danniel, así de esta manera hubiera podido protegerlo. Nunca antes con nadie que conoció sintió esa conexión, y le parecía sumamente extraña sentirla con alguien con el que nunca coincidió en nada.
De repente sintió que toda su vida estaba vacía, que ni la Marina a la que siempre le dedico todo, ni sus colegas llegaban a tener valor. Nunca antes había sentido la vida tan llena de vida como la vivía Danniel Williams y eso que la adrenalina sirviendo como SEAL era constante.
A pesar que la realidad le decía que no tenía porque sentir la pérdida de ese sujeto, su alma clamaba lo contrario. A lo largo de su carrera había vivido muchas historias similares, era por eso que no entendía porque esta vez reaccionaba diferente. Era ilógico encontrarse totalmente shockeado por el terrible final que encontró el Detective Williams. A su mente llegaban las descripciones que horas antes recibía del que había sido su compañero en la policía antes de que el le pidiera se uniera al Five.
Eran tan opuestas sus formas de trabajar que creía que ellos no podrían llegar a conformar un equipo juntos. Pero que Hanamoa le dejo picando con un "te sorprenderías" lo que Danniel podia lograr.
Lloró en silencio mientras veía como los forenses levantaban el cuerpo, lloró por las veces que malgasto su tiempo creyendo amar cuando no tenía intención de una relación a largo plazo. Lloró por evitar este tipo de amor que creía lo harían sentir débil. Lloró por todo lo que había perdido sin saber que lo necesitaba.
Lloró porque quería alguien así a su lado, pero sabía que no había dos personas así en la vida.
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Te espero en la segunda parte!!!! No dejes que esto te desanime