Titulo:
One Happy MemoryAutora: Elghin, Tincho y Nem
Beta: Autobeteamos entre si
Categoría: Only bro
Calificación: ATP
Resumen: El día del niño para los Winchester
Estado: Completo
POV Sam.
Hace muchos años atrás.
Dean estaba raro, más raro de lo usual. Desde hace una semana le venía preguntando casi todos los días si había algo que le gustara, algún superhéroe o personaje de dibujos animados que le gustara más.
A Sam al principio no le llamaba la atención que le preguntara cosas ya que cada día al acabar las clases siempre lo bombardeaba a preguntas sobre como le fue durante el día y si todo estaba bien, pero que le empiece a preguntar sobre ese tipo de cosas le resultaba raro, creía que quería gastarle algún tipo de broma nueva.
A veces se lo dejaba pasar, la primer semana casi ni se había dado cuenta porque no había insistido tanto, pero la siguiente semana si que estuvo más insistente.
Sam, con sus cinco años cumplidos aún no tenía en su mente grabada las distintas fechas en las cuales se conmemoraban las cosas; salvo su cumpleaños. Era por eso que no tenía idea de para que Dean quería saber a toda costa cual era su juguete preferido, ya que cada año había un “personaje favorito” distinto y Dean no sabía si Sam ya había caído en la fiebre por ese personaje o aún mantenía el del año anterior.
Hasta que había llegado a cansarlo para que le dijera el nombre de un bendito personaje de televisión. Era sábado y ni bien Dean escucho el nombre sonrió tan grande, como si fuera el ganador del gordo de Navidad y lo siguiente que hizo fue callarse e irse de la habitación.
Sam pensó que si hubiera sabido que al dar el bendito nombre Dean se callaba y dejaba de estar molesto, se lo hubiera dicho muchísimo tiempo antes.
Ese sábado transcurrió por demás tranquilo, pero dentro de su cabeza aún resonaba la voz de su hermano. Llegada la noche, Dean volvió y su rostro era el que tenía cuando algo salía como quería. Como fue directo a la cocina para preparar la cena, se olvido completamente de lo cargoso que estuvo los últimos días.
Cena rápida y a la cama fue como acabo ese día.
El día siguiente, fue el más maravilloso domingo que pudo haber vivido, no tanto por el regalo que al fin de cuentas no era más que la estrella de turno que se olvidaría de empacar dos hoteles más tarde, sino por que Dean celebro con él el primero de los tantos “Días del niño” como les fuera posible.
John había ayudado al haber dejado pago la habitación por adelantado y un gran plus por cualquier cosa. Y para Dean cualquier cosa lo incluía indefectiblemente a él. Por eso el mayor no tuvo reparos en comprar una buena cantidad de cosas para el desayuno, guardando lo indispensable para lo que quedaba del día ya que el día anterior su padre le había llamado para avisarle que el domingo por la noche llegaba y el lunes temprano partían a nuevo destino.
Y Dean quería que Sam recordara y tuviera un excelente día del niño.
En la actualidad…
Dean salió apurado del motel de turno dirigiéndose automáticamente al vehículo, cuando se percató de que Sam no había subido aún. Salió rápido del mismo algo preocupado pero se alivió de inmediato al verlo en la vereda contigua; se acercó hasta donde se encontraba su hermano.
- Hey Sam, vamos se hace tarde para nuestra charla con la testigo. ¿¿Algo de tu agrado?? - Dice aludiendo a lo que sea que expongan en esa vidriera, tratando de sonar bromista.
Rompiendo su quietud, Sam deja de ver cierto objeto que servía de apoyo para mostrar otros juguetes más modernos. Gira para ir al auto.
- Nada Dean, solo algo que recordé. No tiene importancia. Vamos a acabar con ese malnacido - dice refiriéndose al demonio de turno.
Y sin esperar respuesta se dirige hacia el Impala.
Dean, que no dejaba pasar ni una a Sam se quedó viendo unos segundos más el escaparate percatándose de algo que a los ojos de cualquiera podría pasar desapercibido, pero no para la vista aguda de dos expertos cazadores como eran ellos. Entre la multitud de objetos que servían para entretener a niños y niñas de muy corta edad se encontraba un viejo “Rey Momo” con el que los niños Winchester pasaron algunas tardes calurosas.
NEM
POV Dean
Hace muchos años atrás.
Inmediatamente al ver ese juguete, la mente del rubio se transporto muchos años al pasado, más precisamente al verano en donde decidió festejarle su primer día del niño a su pequeño hermanito de cinco años por ese entonces.
Recuerda que había oído sobre ese día tan especial mirando la televisión una tarde mientras Sam tomaba una pequeña siesta y su padre investigaba un caso en Phoenix, Arizona.
En cuanto Dean tomo conciencia del significado de ese día, decidió que su hermanito tendría el más especial de todos, también sabía que su padre no haría nada al respecto, por más que quisiera mucho a su papá Dean sabía que John no era la clase de hombre que querría festejar el día del niño con sus hijos, o al menos ya no lo era. Así que tendría que buscar la forma de buscarle un buen regalo a su hermanito por cuenta propia.
Fue a partir de ese momento que comenzó a tratar de investigar que tipo de personajes le atraían a Sammy, quería conseguir el regalo perfecto y fue por eso que lo incordiaba noche y día para que le dijera cuales eran sus personajes favoritos de televisión, algún superhéroe o algo parecido que llamara su atención más que otros. En un principio Sammy parecía confuso y no le decía nada, pero luego de tanto insistir, el pequeño pareció hartarse y le dijo un nombre a Dean, uno solo.
Una vez logrado su cometido, salió de la habitación. Era sábado pero seguramente encontraría alguna juguetería abierta que quedara cerca del motel en donde se estaban hospedando. Encontró una a dos cuadras y una vez dentro, comenzó a buscar hasta que encontró la gran pistola de agua del Rey Momo. John se había ido hace unos días para terminar con un trabajo, pero había dejado todo pago y algún dinero de sobra por si algo pasara, así que él uso parte de ese dinero para poder comprar el juguete.
Le pidió a la empleada del lugar que lo envolviera bien y luego regresó al motel, Sammy se encontraba mirando dibujos animados esto le dio vía libre para esconder el regalo y que el pequeño no lo encontrara.
A la mañana siguiente Dean despertó temprano, Sammy aún dormía, así que se levantó y tomó el resto del dinero que le sobraba y se dirigió a comprar un buen desayuno, guardándose un poco por si acaso.
Una vez de vuelta en el motel, Dean despertó a Sam con un ruidoso y fuerte ¡MUY FELIZ DIA DEL NIÑO SAMMY BOY!!! Le dio la pistola de agua y le mostró el desayuno. Ese fue uno de los días más felices que Dean recordaba, la sonrisa de Sammy y el abrazo fuerte que le dio valieron todo el esfuerzo realizado, solo por ver a su hermanito feliz.
Se pasaron el día jugando con agua para aplacar el calor, hasta que por la noche, John regresó y tuvieron que empacar todo para una vez más, dirigirse a otro sitio.
De vuelta en la actualidad…
Dean se giró a mirar a Sam que ya estaba en el Impala leyendo el diario de su padre, sabía que tenían un caso por resolver, pero aún así no pudo evitar entrar a la tienda y pedirle a le empleada dos pistolas de agua, idénticas a las que tenían de pequeños. Salio y se metió en el Impla y Sam lo miró interrogante.
- ¿Qué llevas ahí? - le preguntó el menor de los Winchester.
- Nada, solo algo que compre, no es importante - responde y de inmediato arranca el vehículo cerrando el tema.
Habían conducido desde la casa de Bobby muchas horas para llegar a Phoenix, Arizona donde hacía más de 40 grados y se habían hospedado en el mismo motel en el que habían estado muchos años atrás. Claro que Sam no lo recordaba tan claramente como él. Una vez hospedados, procedieron a cambiarse para camuflarse de federales y salir luego a investigar un poco más.
Los dichos de los testigos le dieron la suficiente información sobre que era lo que estaban persiguiendo, pero debían de conseguir palo santo para acabar con el bicho de turno. Acordaron en volver al hotel para estar más cómodos. Y como este no atacaría hasta el anochecer Dean vio propicio lo que quedaba del día para hacer uso de lo que había adquirido.
Como quién no quiere la cosa le ofrece a Sam que guarde en el maletero del Impala lo que usarían para la noche. Su hermano no se había dado cuenta del paquete del que Dean no se separaba, así que ni bien Sam puso un pie afuera del motel dio comienzo a la acción.
- Oye Dean, que crees que…-Sam terminó en seco cuando sintió un chorro de agua fría que le mojó el cuello-¡¿Pero que demo…?!-volvió a ser callado por su hermano que comenzó a bañarlo con la pistola de agua sin parar.
Sam se escurrió los ojos y miró claramente lo que traía Dean en las manos.
- ¿El Rey Momo, Dean? ¿Lo compraste?
- Si y tranquilo, hay otro para ti, creí que te gustaría, dado a la fecha que es hoy - dijo el rubio sacando una segunda pistola y arrojándosela a su hermanito - Entonces que dices perra, ¿te atreves a un desafió? - continuó diciendo apuntándole con la suya.
Sam solo tomo la pistola de agua y sonrió ampliamente, miles de recuerdos volvieron a su cabeza.
- Claro que si idiota, no me lo perdería por nada. - fueron sus palabras respondiendo al reto del mayor.
Ambos se sacaron las camisas y comenzaron a jugar tirándose tiro tras tiro de agua. Jugaron hasta quedar empapados de pies a cabeza y chorreando agua, cayeron sobre la hierba de una pequeña plaza frente al motel, respirando agitadamente de tanto reír y correr.
- Feliz día del niño, Sammy - dijo Dean mirándolo con una sonrisa.
- Feliz día del niño, Dean - respondió Sam de igual manera.
Cerraron sus ojos y se dedicaron a disfrutar del brillante sol que aún brillaba, antes de volver al trabajo. Debían volver a sus labores de cazadores, pero al menos estaban felices por haber podido encontrar luego de tanto tiempo, sus niños internos, aquellos que aunque por crecer y optar llevar una vida arriesgada por demás, que muchas veces les hacían olvidar de muchas cosas. Y momentos como los que acababan de disfrutar seguirían estando siempre dentro suyo… son esos los momentos que deberían estar dentro de cada uno de nosotros, en nuestros corazones.
FIN.
TINCHO