No quiero tenerlos entretenidos así que pasen y lean
Ya había elegido el tema cuando reflotaron las palabras que Sam le había dicho hace unos momentos… y le llegaron a la fibra más profunda de su ser.
…y visitarás el cielo de nuevo…
Esa simple oración le hizo reveer su elección, y optó por una que le diera un poco más de gozo.
Que al fin de cuentas no quería que esa oportunidad durara tan poco tiempo.
Dime Sam, ¿cuál es esa cláusula que quieres agregar?
Antes de empezar, dejarás que te ponga más cómodo.
Dean sólo enarcó la ceja, no podía dejar de sentir cierta curiosidad a lo que fuera que el pequeñajo le tuviera preparado, en tan poco tiempo a Sam se le podían ocurrir infinidad de cosas.
Le gustaba abrir la caja de sorpresas en la que su hermano se convertía cuando la situación lo ameritaba; así que con un silencioso asentimiento dado por su ya normal sistema de comunicación visual se dejó maniobrar por el pequeño.
Éste recibió complacido la afirmación visual, entonces le dijo:
Sólo quítate la camisa y los pantalones y siéntate en aquella silla; lo demás déjalo por mi cuenta.
Dean hizo lo que Sam le pidió.
No era la primera vez que dejaba a Sam tomar las riendas al momento de amarse, ya que éste era el que iniciaba los encuentros pero en algún momento Dean no podía con su genio e invertía el manejo, en la mayoría de los casos él era el de la voz cantante aunque siempre se contenía para hacer llegar a Sam al mayor de los placeres, para luego dejarse llevar una vez Sam estallara.
Pero se prometió mentalmente que el menor sintiera y le hiciera sentir, que llevara el total control esta vez. De principio a fin.
Se sentó donde le indicó Sam y vestido únicamente con los boxer, tal como le indicara previamente, se sorprendió cuando Sam se acercó con unos pañuelos y procedió a vendarle los ojos a la vez que le decía que de ahora en adelante se centrara en sentir y oír.
Sentándose a horcajadas de él procedió a envolver con unas corbatas las manos del mayor atándolas a las patas de la silla, un brazo a cada lado; lo suficientemente sueltas para que pueda moverlas pero asegurándose de que no lograra abarcar su contorno para atraparlo en un abrazo. Antes de retirarse del todo, maliciosamente pegó su miembro al del mayor, rozándolo, despertándolo. El choque eléctrico que sufrió Dean más la bocanada de aire que le obligo a tomar, iluminó los ojos del menor.
Las manos de Dean apenas podían sujetar las piernas de Sam, tal cual como quería el menor, que pudiera tocarlo pero que se muera de ganas por no poder retenerlo.
No me dejes así Sam… acércate eran los ruegos que apenas podía emitir Dean
Shhh De, deja que te guíe al cielo, respondió Sam
Por último observó el tema elegido por Dean, sabiendo así del tiempo disponible. Sonrió al conocer la elección, luego colocó el celular cerca para poder darle play y de inmediato empezar a disfrutar de ese formidable cuerpo lo antes posible.
Su objetivo era que Dean se centrara en los toques. Si no sabía dónde lo tocaría, mayor era el estremecimiento que obtendría de él.
Con las primeras campanadas resonando por la habitación, Sam, se ubicó detrás de Dean y empezó a rozar con la yema de los dedos de una mano el pecho de Dean mientras que con la otra le recorría la cintura casi llegando a la zona más sensible y que por la rápida respiración que ya estaba empezando a oír intuía que por la cabeza de Dean la idea que rondaría en ese momento era que allí abajo requería de mayores atenciones, exclusividad diría él.
Dean tuvo la reacción de inclinar y llevar hacía atrás la cabeza, dirigiéndola hacía el lado por el cual le estaban llegando las palabras que Sam le estaba diciendo al oído. El mayor oía las palabras murmuradas acompañadas de la respiración de Sam, con todo eso junto no pudo evitar que un largo escalofrío le recorriera todo el cuerpo.
¿¿Que buscas Dean?? ¿Quieres que te bese?
Uhmmm. Sam… en serio piensas que con esto me harás llegar a destino en tiempo récord? Pudo decir luego de aclararse la garganta
Provocar así a Sam para que hiciera lo que él quería era la táctica inicial implementada por el pecoso.
El tacto en su pecho le sabía a poco, deseaba que utilizara toda la mano. Ambas. Todo. Al sentir que se le secaba la boca, rogó para que el otro no se diera cuenta que se le estaban atragantando en la garganta las palabras que la mente le ordenaba pronunciar. Es que no saber por que lado sería bordado no era lo que su instinto de cazador le dictaba.
Sólo sonidos inconexos y algún vocablo apenas similar a un más o un Sammy era lo que podía decir.
Quería dividirse y fundirse con ambas partes.
Echar la cabeza hacía atrás anhelando contactar y saborear esos labios a la vez que levantaba el pubis para que esa mano encontrara el tesoro que tanto bordeaba y adrede esquivaba eran algunas de las acciones que Sam veía realizar a Dean. Morderse para evitar emitir sonido y seguir sorprendiendo a su hermano era la tarea a la que se había abocado, eso y seguir provocándolo…
Vio que su tarea tenía ya buenos resultados, mejores de los imaginados. Conocer que puntos tocar y que palabras decir para tenerlo a punto había sido su primer gran logro, lo que tendría que hacer ahora era calentar algo más a Dean, llevarlo y mantenerlo al límite por unos cuantos minutos más y darle en los últimos segundos la estocada final. Lograría que al final se quedara sin voz.
Sam podía leer el rostro de Dean y este le estaba diciendo que estaba haciendo las cosas a la perfección, cada vez que el mayor se mordía el labio para evitar decir algo o gemir, o cuando se quedaba sin respiración y tomaba grandes bocanadas de aire o cuando al sentirlo cerca lo buscaba para que lo besara eran cosas que Sam disfrutaba silenciosamente.
Dime que quieres y veremos si está en mis planes…
Luego de unos segundos el mayor respondió
Quiero… Quiero que esa boca me recorra entero, húndete en mí, bésame y tócame como solo tú sabes hacerlo, como nadie más logró ni nadie logrará hacer.
Nadie antes de ti… nadie después de ti. Saaaaam
Pero Sam le esquivaba cada vez que él iba al encuentro, eso lo frustraba y le excitaba a la vez. La canción ya había empezado y la primera estrofa casi estaba terminando.
De repente Dean sintió el peso de Sam sobre sus piernas, y que los movimientos provenían todos por delante. Eso lo animó sobremanera. La risa de Sam, diciendo un “¡Quieto Deannie!” a la vez que sentía una ligera palmeada en su miembro, que recibió más que feliz. No pudo más que jadear e inclinarse para sentir el calor del cuerpo de Sam.
Con la poca movilidad que le daba el estar semi atado pudo descubrir que Sam no llevaba nada encima. Pero antes de que pudiera disfrutarlo, éste le llevó las manos hacia atrás.
Si le faltaba algo para que su pene completara su erección, la desnudez de Sam fue suficiente para endurecerlo por completo.
Y si Dean pudiera verlo, se encandilaría por como los ojos de Sam estaban brillando en esos momentos.
Mira lo que me haces enano… mira como me pones… déjame que te sienta más cerca.
Eran los ruegos de Dean
No me dejas tocarte… ¿como vas a calmar esto que tenemos en medio?
Continúa diciendo gesticulando con las manos, movilizándolas hasta donde le daba el largo de las ataduras y señalando su enorme miembro erecto.
¿Yo te ocasioné eso…? Respondió Sam con la mejor voz de niño que nunca ha roto un plato. ¡Entonces yo te ayudaré a solucionarlo! El inmediato cambio de voz a una más grave y profunda excitó aún más a Dean.
La repentina ausencia de Sam sobre él provocó cierta desilusión en el pecoso rostro, que se borró de inmediato al sentir la completa atención que Sam esta llevando a cabo en Deannie.
Pero la sorpresa no terminaba allí, Sam también le facilitó el acceso a su interior para que lo dilatara, así que ahí estaba Dean, imaginándose la nueva posición de su hermano semi recostado sobre sus piernas, y si fueran vistos desde arriba simularían formar una cruz.
Previamente a adoptar la pose nueva, se permitió saborear los dedos de Dean, cada centímetro de piel de cada uno dedo para luego llevarlos hasta su entrada. Y desde su nueva posición Sam disfrutaba la intromisión y el rostro satisfactorio de Dean.
Poco a poco Sam sentía más porciones de Dean dentro de él, no quería acabar con esa sensación; pero si quería cumplir el reto que le había lanzado tenía que seguir.
Así que con la mayor fuerza de voluntad, renegando de sus instintos de continuar en esa posición y haciendo oídos sordos a las protestas del otro se alejó de esa maravillosa sensación para, de una sola estocada, hacerse uno con Dean.
Omg!!! Urf!!! Amh!!! Sam!! Siempre apretado para mí
Si, Dean, sólo para ti, siempre… mmmmmm te gusta así? Siempre así…
Déjate llevar… pronuncia cerca del oído, alzándose un poco
Dámelo todo… dice bajando rápidamente
Tómalo todo… saborea cada palabra mientras continua ese vaivén tan grabado en sus cuerpos que ya se manejan solos.
Sam… no pares, te necesito!!
Así… como sólo tú sabes…
Dean estaba tan volcado en el placer que le estaba dando Sam, que la música ya no existía para él. Sólo oía las palabras pronunciadas muy cerca de su oído. Nada más.
Pero Sam, notando que se aproximaba el fin de la canción, aceleró el proceso robándole el dominio a Dean de su propia boca, besándolo magistralmente con ímpetu, logrando la explosión deseada.
Un Saaaaaaaaaaaaaaaammmmmmmmmmmmmmm!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Ahogado se escapaba por el pequeño resquicio existente entre ambas bocas.
Y el grito que se le escapó al mayor era recibido por el menor, a la vez que estallaba también. Cuando el orgasmo de Dean lleno su ser, el suyo cubrió al mayor.
De a poco Sam bajaba el ritmo hasta quedarse quieto sobre el torso de Dean; pero ambos continuaron respirando agitadamente.
Sus pechos subían y bajaban rápidamente, se notaba que estaban tratando de normalizar las respiraciones.
Sin separarse un ápice, Sam recorrió el costado del cuerpo de su amante, disfrutando los olores únicos que desprendían sus cuerpos luego de amarse hasta el éxtasis, hasta quedar agotados de cansancio.
Y aún así, sólo les bastaba recobrar fuerzas escasos minutos para dar inicio a otra ronda.
Dean adoraba que Sam permaneciera dentro de él. Tenerlo en su interior, era su más glorioso momento. No lo diría ni bajo la peor tortura, aunque presentía que Sam estaba en conocimiento de esto y era por eso que lo hacía.
Recobrar el aliento de la manera más lenta, a base de besos y suaves caricias era la manera en la que Sam procedía en pocas ocasiones, en esas fechas especiales o cuando lograba entregarse a Dean en cuerpo y alma.
Levantando las manos le quitó la venda que le cubría los ojos, no supo hasta que lo vio cuanto había añorado esas pupilas verdes dilatadas.
Tomó suavemente el rostro de verdosa mirada para volver a degustar el sabor de esos gruesos labios, con la diferencia de poder ver reflejado en ellos el placer que le hacía sentir.
Creo que cumplí tu reto… te hice acabar justo cuando finalizaba la canción.
A Dean no le hubiera importado nada extender el placer un poco más, pero un reto era un reto y Sam se había lucido, cumpliéndolo a rajatabla.
Así que aprovechó y mientras el menor lo besaba, soltándose del amarre tomó por debajo de las piernas a su pequeño para levantarse y llevarlo hasta la cama, e iniciar así una nueva sesión amatoria. Esta vez, sin límites.
Fin?
Ahora si... que les pareció??????? Quiero leerlos!!!