6º Capítulo
Todo ese asunto del alma de Sam, estaba agotando sus fuerzas físicas y mentales.
Vale que él fue el que dijo al Winchester menor que fuera absolutamente honesto, que dijera todo lo que le pasara por la cabeza y que no se guarde nada, por más insólito e inverosímil que pueda llegar a sonar, y menos si este fuera algún tipo de “Plan B”. Pero las cosas no iban a resultar bien si Sam aplicaba este mismo modus operando frente a los testigos o informantes con los que se topaban en cada caso. Una vez había funcionado de maravilla con la hermana de la suicida, pero como ocurría siempre, la suerte nunca los acompañaba demasiado tiempo y un buen ejemplo fueron los dichos hacia esa señora que pese a que sus dichos sonaban completamente locos, les habían servido mucho para que puedan resolver el caso.
Ese hecho le hizo saber que debía volver a hablar con su hermano para reveer la situación y solicitarle a Sam que comience a medir sus palabras. Pero eso no era lo que más le molestaba; lo que en verdad lo había llevado a ese bar fue la rapidez con la que Sam dejó de investigar su desaparición para acostarse con una hippie. Esto lo llenaba de miedo, porque si algo así volviera a ocurrir él tendría que descartar el hecho de que Sam se mantenga en la búsqueda una vez caída la noche.
Pidió al barman que le sirva otra cerveza y una vez con el vaso lleno giro sobre su asiento para ver si existía alguna fémina a la cual le pueda echar el guante esa noche. Se había deshecho de la compañía de su hermano con el pretexto de que era él el que necesitaba desahogarse esa noche. Si algo caía, bien; pero sus reales intenciones eran poder enfocarse en la creciente honestidad de Sam y como podrían dar caza a algún Alpha para intercambiarlo por el alma del menor. Jurándose en que si ese demonio no cumpliese su propio ofrecimiento, así sea no lo mate, lo llenaría de plomo, sal y cualquier otro material con el que pueda fabricarse balas.
Miraba sin ver realmente a todos los ocupantes del bar y hasta que no le hablaron no se percato de la belleza rubia que se había acercado hace un instante y lo veía con una expresión que indicaba que estaba aguardando algún tipo de respuesta… de alguna pregunta que no alcanzó a oír.
- ¡UH! Es lo único que atino a decir al salir de ensoñación.
- Decía que si no te molestaría invitarme una cerveza. Te vi desde aquella mesa, dice señalando una ocupada por otras tres mujeres de similares características; es decir, bellezas según el criterio del cazador, hemos venido para celebrar mi cumpleaños y al verte se me apetecía un festejo privado contigo. Mis amigas sabrán entender que las abandone…
Dean se sintió totalmente halagado y decidió que vendría bien para despejarse un rato. Habiendo acabado satisfactoriamente una cacería, merecía un poco de diversión, además hace mucho que solo lo atendía manuela.
- ¿Cómo puede una mujer tan bella como tú seguir cumpliendo años? Fue lo que le dijo luego de echar un vistazo a las acompañantes y volver a fijar la vista en ella.
- Oh, es un rito que fue inculcado por la familia y pese al tiempo que llevo viviendo mi propia vida no pude deshacerme y dejar de cumplir. Es más, creo que si no lo festejo, el fantasma de mi abuela viene de donde sea a “castigarme” concluye medio sonriendo.
Esas palabras calaron hondo en Dean, ya que rememorando su infancia y pese a que se mudaban constantemente, no había celebración que se saltearan pese a la reticencia del menor a festejar nada. Pero Dean al querer darle alguna normalidad a esa extraña vida que llevaban en cualquier punto remoto del país, era el que se encargaba de aprovisionarse de las cosas adecuadas para cada una de ellas.
Cuantas cosas lo separaban del resto de los seres humanos que poblaban el planeta, y ahora… tenía una imitación de Sam, ni siquiera a un cambia-formas, ya que al menos este se comportaría como el Sam con sentimientos que dejo caer al infierno.
Pero no era tiempo de volver a dejarse arrastrar por la nostalgia, tenía la cena enfrente y debía comer.
Así que comenzó invitándola con cerveza primero, para ir pasando luego a tragos más fuertes. Conversaron un poco, más que nada para saber sus nombres y no ir desesperados a la acción.
Cuando ya la cercanía entre ambos casi no dejaba espacio existente decidieron irse a otra zona para dejarse llevar por lo que sea que pudiera suceder esa noche. La rubia se despidió sacudiendo la mano desde donde se encontraba dirigido hacia sus amigas, dejándose guiar por Dean, que la arrastraba con el brazo rodeando la cintura de ella. Una vez fuera, Dean la llevó hacía el coche, y sin dejar que arranque el vehículo, ella se sienta sobre el regazo de Dean comiéndole la boca sin mediar más palabras y dejando claro donde llegarían… y cuando.
Tomándola de la cintura, para acercarla a él, y de paso empezar a llevar las riendas de la situación que era el Winchester de la pareja, después de todo.
Luego de un breve momento, ella comienza a desabrochar el jean para comenzar a recorrerlo desde la punta con los finos dedos, y en un hábil movimiento enfundarle un preservativo (que Dean no sabe a ciencia cierta donde cuernos fue que lo sacó), al tiempo que él iba desabrochando el pequeño vestido que traía puesto, precioso pero molesto en ese momento, dejándolo tirado en la parte trasera del Impala.
El cazador llevaba además de una remera, una camisa a modo de abrigo, que corrieron la misma suerte que el vestido.
Con un leve levantamiento Dean provoca en su acompañante un sonoro gemido y sin apenas preparación ella se coloca sobre el miembro para comenzar a subir y bajar, primero lento para adaptarse satisfactoriamente y en poco y nada a casi “saltar” desenfrenadamente.
“A este paso no duro nada” fue lo único que pensó Dean, así que como quería que la cosa siga un poco más, volvió a apoderarse de la boca de la chica para que esta se moviera más lentamente. Al tiempo que bajaba una de sus manos para tantear el trasero y prepararla, porque si iba así de rápido, quién le decía si no podía jugar por aquella zona también.
“Justo como pensaba” se jactaba el Winchester al notar el estremecimiento de la chica al notar sus intenciones, y que ahora no sabía para que lado enviar su cuerpo.
Con dos dedos en el interior más el miembro, la rubia no aguanto más y comenzó a sentir que llegaba al límite acelerando el ritmo, con los primeros espasmos provocó que el miembro de Dean se sienta completamente presionado, corriéndose él también.
Ambos agotados se dejaron caer, Dean sobre el asiento y la chica sobre él. Aún con los efectos del orgasmo reciente en su cuerpo, Dean abre los ojos pudiendo ver frente a su auto la figura de un hombre que miraba los recientes sucesos ocurridos dentro del vehículo, pero como estaba aún con la vista nublada no pudo distinguir que el sujeto no le era completamente desconocido.
Figura que cuando la visión de Dean se recuperó, ya no se encontraba por los alrededores
Aquí hago nueva entrega de este fic, que no veo que vaya para ningún lado, así que creo que en uno o dos capis más lo hago terminar. Para bien o mal de Castiel
Aún no he visto el capi de este viernes, pero me he leído algunos comentarios dejados por el LJ y puede que eso haya sido crucial para modificar ciertas partes... pero sepan todosd/as que ya lo venía escribiendo desde hace casi dos semanas...!
Espero que guste!!!